Habitacion de Kimihiro Watanuki

Sonreí cuando dijo eso y reí por lo bajo, mirándole con picardía.

-Descuida, no necesitas saberlo... - Susurré divertido. Él se sonrojó y bajó la vista, pero yo sólo volví a rozar mis labios con los suyos, en una tierna caricia. - Mírame, por favor... - Murmuré muy bajito, aún sobre sus labios. Él negó con la cabeza y cerró con fuerza sus ojos, prácticamente haciéndome un berrinche. Me reí por eso y alcé una ceja, divertidísimo. - ¿No quieres mirarme? - Pregunté riendo. Él volvió a negar y yo suspiré con una sonrisa, alzando su rostro pro el mentón y juntando nuestras frentes. - Hey... somos los únicos aquí, nadie más que yo puede verte... - Susurré tiernamente, acariciando su mejilla con el pulgar. Pasó un rato hasta que por fin se animó a abrir los ojos, y me miró. Yo lo miré de vuelta y le sonreí, delineando cada rincón de su rostro con mis dedos. Su mirada era... tierna. Muy tierna. Y se notaba que estaba nervioso. Me incliné para besarlo nuevamente, un beso corto, durante el cual no dejamos de mirarnos. Fue extraño, pero fue genial. Nunca antes había mirado a alguien a los ojos mientras lo besaba...

Al separarnos volví a sonreír y junté nuestras narices tiernamente.

-¿Tienes si quiera una idea de cuánto te amo? - Le dije. No lo dejé responder y bajé besando su mejilla, luego su cuello, hasta llegar a su hombro izquierdo, dónde dejé una pequeña marca. Él gimió bajito y prácticamente en toda mi oreja, lo que me excitó mucho. Suspiré mientras volvía a bajar, dando mordisquitos traviesos en su pecho y su ombligo, haciéndole estremecer y gemir.

(Us: Aish, Renato llegó por atrás y casi lee; murió la inspriación del susto XDDDU Gomen ._.UUu)

Bajé la vista sonrojado, y él volvió a acariciar sus labios con los míos. Me pidió que le mirara, pero yo negué y cerré los ojos. Luego preguntó si no quería mirarlo, y volví a negar, mucho más fuerte que la vez anterior. Levantó mi rostro y pegó su frente a la mía, pero yo aún no lo miraba. Comenzó a decir más cosas y acariciar mi mejilla...por lo que al final, terminé cediendo y abrí despacio mis ojos.

Me besó, pero no dejó de mirarme a los oos, me separé sonrojado, y él dijo algo tan lindo que iba a responderle con algo más meloso aún, pero me interrumpió - siempre lo hacía - besó mi mejilla. y luego mi cuello, para dejar una marca en mi hombro izquierdo. Gemí bajito y continué haciéndolo cuando dejó mordicos por mi pecho y ombligo.

- ¿por qué...-jadeé-dejas tantas....marcas?- no es que me molestara, pero tenía curiosidad.

Llevé mis manos a su rostro y lo levanté con suavidad, sonriendo mientras besaba sus ojos.


(Uss: Jajaja, oyep dile a Renato que me encanta como habla~ y ajaja, al menos escribes más-y mejor- que esta porquería que acabo de dejar ;O; Jeremiah me abandona! TwT )

Me estremecí al sentir sus labios sobre mis párpados. Fue una caricia suave y llena de ternura que me derritió el corazón, pero en cuánto preguntó la razón de por qué le dejaba tantas marcas, abrí los ojos y le miré con una media sonrisa.

-Medida de precaución. - Dije simplemente. El ladeó su cabeza sin entender, logrando verse endemoniadamente lindo. Me preguntó qué significaba eso, y yo reí por lo bajo, acercándome a su oído y mordiendo su oreja suavemente, para causarle escalofríos. - Porque eres mío... - Susurré en su oído, rozándolo con mi respiración. Él se estremeció y suspiró mi nombre, haciendo que me mordiera los labios. - Y quiero que todo el mundo lo sepa... - Solté una risita traviesa al notar cómo se sonrojaba y continué con mis caricias, esta vez decidido a continuar hasta el final.

Me había contenido demasiado, ya no podía más.

(Us: Esa última frase se me hace tan hentai xD Jajaja ay no ~~ Si yo amé tu post, fue muy amorsh *-* Y eso de Renato XD ¡Él habla normal, mujer! Tú eres la del acento mosho >O<)

"¿Medida de precaución?" ladeé la cabeza mirándole sin entender. - ¿Y eso qué significa? - él soltó una risita. Dio un mordisquito en mi oreja y susurró que era suyo. Me estremecí al sentirlo respirar tan cerca y entrecerré los ojos - Wata...nuki...- jadeé. Me acarició y dijo que quería que todos se enteraran de eso, desvié el rostro sonrojado.

Continuó acariciándome y yo lancé mi cabeza atrás, como cerrando las piernas - algo imposible considerando el hecho de que mi pervertido novio estaba entre ellas- y dejé escapar ya varios gemidos, le miré suplicante...¿cuánto más planeaba tenerme ahí, de esa manera? Me abracé a su cuello y escondí mi rostro en él, con los ojos cerrados, demasiado excitado ya.

- Hazlo ya...Nya - susurré, dando otro jadeo.


(Us: Que no!~ Y joder tengo que ocntarte algo :3 )

Apretó sus piernas contra mis caderas y eso me excitó en sobremanera. De pronto me vino un calor agobiante, sofocante y que me hizo jadear con fuerza, al tiempo en que él se sujetaba a mi cuello y hundía su rostro en él, dándome cosquillas con su aliento al decirme que quería... que lo hiciera ya.

Oh-Dios. Juro que enloquecí. Ni si quiera le respondí, simplemente lo besé de forma casi salvaje, sintiéndolo temblar bajo mío y aferrarse con más fuerza a mi cuello. Sentí sus pequeñas manos acariciando mi cabello, revolviéndolo cariñosamente y enredándose en él, de una forma casi desesperada. Y me pregunté, si él se sentiría tan ansioso y acalorado como yo...

Me separé de él a penas unos centímetros y acerqué los dedos de mi mano derecha a su boca, cerrando los ojos con un jadeo.

-Tu turno... - Susurré entre sonrisas pícaras, haciéndolo sonrojar. Mas no mostró ningún indicio de detenerse. Al contrario, tomó con decisión mi mano y comenzó a pasar su lengua tibia y húmeda a lo largo de todos mis dedos. Sentí un estremecimiento en la parte baja de mi estómago y solté un profundo gemido, bajando la cabeza. - M-Mocoso provocador... - Susurré entre jadeos. Él rió casi inocentemente mientras terminaba, y yo aparté mi mano de su boca mirándole con una sonrisa entre divertida y traviesa. Me acerqué a su rostro y besé la comisura de sus labios, mientras lentamente introducía un primer dedo en su interior. Estaba estrecho, y lo sentí quejarse. Rocé mis labios con los suyos y sonreí tiernamente, chocando suavemente mi frente con la suya. - Tranquilo... relájate y dolerá menos... - Susurré. Él volvió a sonrojarse y asintió mientras se aferraba más a mi cuello, comenzando a respirar acompasadamente. Cuando noté que ya estaba más tranquilo, introduje un segundo dedo y al mismo tiempo lo besé con ternura. Lo había probado antes, y sabía que eso lo distraía del dolor. Así que seguí besándolo al introducir el tercero y aún después de terminar de prepararlo.

Ya acomodado sobre él y respirando agitado, nervioso por lo que vendría a pesar de no ser la primera vez, lo miré a los ojos y jadeé.

-¿Estás listo? - Susurré.

(Us: Que sí!!~~ >.< Y omfg qué tienes que contarme?? owo)

Mi turno, pensé divertido. Llevó sus labios hasta mis labios y yo abrí mi boca, lubricando sus dedos. Dijo que era un mocoso provocador y eso me causó gracia...digo, siempr elo había hecho así ¿qué quería decir con eso? Y empezó. El primer dedo, cerré uno de mis ojos, era algo molesto. Me besó, o algo así y me dijo que me tranquilizara, pegando su frente a la mía. Yo asentí y me aferré a su cuello, respirando de manera aocmpasada después de un tiempo.
Después vino el segundo, y luego el tercero, Wata-chan dilataba mi entrada casi con maestría - ¿producto de nuestro otros encuentros? - reí mentalmente por eso.
Pasado un tiempo, me acostumbré y esa sensación no era tan mala, comencé a dar pequeños gemiditos hasta que mi novio retiró los dedos, le miré haciendo un mohín. Eso era cruel, y él se posicionó sobre mí preguntándome si estaba listo. Asentí y me abracé a él, para que después de unos segundo entrara. Me mordí los labios, pero aún así un quejido de dolor se me escapó al igual que unas cuantas lagrimitas.
Respiré hondo tratando de calmarme, ya había olvidado cuánto dolía. Pero sobreviviría. Por ahora no quería preocupar a mi Wata-chan.

Con la mirada le indiqué que ya me había acostumbrado, por lo que empezó a moverse y yo de nuevo a gemir. Escondí mi rostro en él, hacía tanto que no haciamos eso que no quería que me oyera, me sonrojé, cerré mis ojos y mordí mis labios.

Con un asentimiento de cabeza se aferró a mi cuello, preparándose para lo que vendría. No dejé pasar más que segundos y entré, despacio, con cuidado. Solté más de un jadeo mientras avanzaba, eso es seguro, pero trataba de controlarme para no dañar en exceso a Eiji-chan. Sabía que trataba de disimularlo, pero podía escuchar claramente sus gemidos de dolor. Visualicé unas pequeñas lágrimas deslizarse por su bello rostro, y besé sus mejillas para quitárselas.

-Respira... - Susurré para que se tranquilizara, tratando de ayudarlo en algo. Él sólo me hizo caso, cerrando sus ojos, y yo me mantuve quieto, esperando a que se acostumbrara. Después de un rato me miró y con tan sólo eso ya supe lo que quería decirme, por lo que lentamente comencé a moverme.

Eventualmente el placer llegó, y mi mente se sentía nublada por todas las sensaciones que se arremolinaban en mi interior en ese momento. Sentí su rostro hundirse en mi pecho y sus piernas enredándose en mi cintura, mientras sus brazos aún alrededor de mi cuello temblaban, vibraban sobre mi piel y me excitaban. Solté un profundo jadeo y enredé una de mis manos en su cabello, suspirando cerca de su oído.

-Eiji-chan... - Gemí ronco. - Eres increíble...

Comenzó a moverse y era incómodo al principio, incómo y doloroso. Pero a Wata-chan le gustaba, no podía esconderlo. Al acostumbrarme al vaivén, comencé a gemir a su lado y me abracé a su cintura con mis piernas. Sentía todo mi cuerpo temblar de puro placer. Eso era increíble. El continuó con el vaivén y yo aumentaba le volumen de los gemidos, mientras jadeaba también. Mi rostro estaba ahora en su hombro, y gemía practicamente en su oído, así como él en el mío y eso me excitaba todavía más.
Luego, ese eres increíble. Mi cara ardió, pero sobreviviría....sí, o algo así. Y entonces, Wata-chan salió de mí.
Abrí los ojos y le miré con cara de "muere, jodido miserable". Lo amaba, pero en esos momentos parecía odiarlo, era un maldito. Un maldito endemoniadamente sexy....el sudor hacía que su cabello comenzara a pegarse a su rostro y pensé que babearía.

- ¡¿Watanuki?!- pregunté, cruzándome de brazos.- No te atrevas a pensar si quiera el dejarme así - advertí. Él rió y se sentó, mirándome desafiante. Para decir que si quería seguir debía hacerlo sentado sobre él, mi mandíbula se desencajó, desvieé el rostro. - eres un pervertido. - le miré fijamente, apenado y di un suspiro.- ¡Joder, está bien! - me arrodillé en la cama y me acerqué a él, sosteniéndome de su cuello y sentándome en él a horcajadas. Gemí de nuevo, mientras recostaba mi cabeza en su hombro.

(Us: al final es como si lo hubieras hecho tú xD por penosa (??) )

Lo sentí estremecer bajo mío, y eso me dio una idea... una muy perversa, pero una idea al fin y al cabo. Con todo el sacrificio del infinito y más allá, salí de él. Creí que me mataría por la forma en que me vio, pero yo sólo reí y me senté en la cama, dejándole ver todo mi cuerpo. Me dijo que ni si quiera me atreviera a pensar en dejarlo así -reí por ese término-, y yo lo miré provocativo.

-¿Quieres continuar? - Susurré muy bajo y ronco, sonriendo de medio lado. - Entonces tendrás que... - Le guiñé un ojo. - Sentarte sobre mí. - Era oficial, TODA la inocencia que parecía quedarme, ese día dijo adiós. Y yo sólo podía divertirme demasiado al ver el rostro sonrojado de mi adorado novio. Pero me sorprendí muy gratamente cuando aceptó, y se sentó a horcajadas sobre mí. Lo miré a los ojos pero él en seguida me rehuyó la mirada, rodeándome nuevamente el cuello con los brazos y acomodándose. Sonreí y enrollé mis brazos alrededor de su cintura. - Te aseguro que será divertido... - Susurré mordiendo juguetonamente su oreja. Él me dio un codazo en las costillas y yo reí. Hundí el rostro en su cuello y noté que temblaba ligeramente, nervioso. Una sonrisa perversa cruzó mi rostro y acaricié la piel de sus caderas lentamente, saboreando el momento. - ¿Y bien? ¿Qué esperas para empezar, Eiji? - Susurré.

Di un codazo a sus costillas, era un depravado. Sí, depravado era la palabra. Se rió, si siempre reía. acarició la piel de mis cadreas y me preguntó cuándo iba a comenzar. Y debí haber puesto una cara muy graciosa cuando le grité un "¿Nyaaa?", pues se rió de nuevo. Negué, no, no, no iba a hacerlo. - "O lo haces tú, o te olvidas de algo esta noche"- pensé en decirle, pero no pude y me mordí el labio, mientras seguía y seguía negando. Abrí mis ojos para mirarle intensamente, casi suplicante.

- Por favor, no me hagas esto...- pedí.- ...hazlo túu..-susurré usando la voz más sensual que pude, solo para convencerlo. Di un suspiro, y pensé que no podría ser tan malo, a fin de cuentas si lo pensaba mejor no me quedaba otra alternativa, y sabía que él lo sabía, porque me sonrió de esa manera prepotente. Suspiré cansinamente y asentí, levantándome levemente y dejándome caer de nuevo, apoyándome por mis piernas. Lancé mi cabeza hacia atrás y gemí fuerte. Eso fue simplemente....Dí un jadeo y le miré fijamente. - Wata...nuki...

Dios, no sé de dónde sacaba esos "nya", pero de que me mataban de risa lo hacían. Pobrecito, tenía una cara de sorpresa cuando le dije éso, que hasta me sentí culpable. Pero sólo un poquito, y sólo un momento... Luego ya no. Me volvió a decir que no, prácticamente me suplicó y hasta puso una voz de lo más coqueta (que aquí entre nos, estuvo a punto de doblegarme), pero no me dejé vencer. Hasta que finalmente vi cómo comenzaba a aceptar la idea, por lo que di otra de mis sonrisitas triunfantes. Suspiró y asintió, como si lo que fuera a hacer fuera la peor cosa del mundo, y estuve a punto de reclamarle por eso, cuando hizo lo que hizo y pordioscasimemuero. Incliné mi cabeza hacia adelante y apreté la sábana bajo mis puños, cerrando los ojos con fuerza, jadeando roncamente y sintiendo un intenso calor en mis mejillas.

Eso había sido...

Lo sentí murmurar mi nombre, entrecortadamente, por lo que elevé mi mirada hacia él. Caí en sus ojos, tan azules y profundos como el mar, y tan puros como el mismo cielo... Me alcé apoyándome en mis codos y acerqué mi rostro a su cuello, jadeando cerca de su oído.

-Sigue... - Murmuré extasiado.

Dijo que siguiera, pero ya no sabía ni que hacer. Volví a repetir el mismo movimiento y gemí de nuevo, llevando mis manos a mi boca. Se sentía muy diferente a las veces anteriores, y no lo entendía. El calor volvía a extenderse por mi cuerpo y yo volví a mirar suplicante a Wata-chan. No sabía qué hacer, no sabía qué hacer. Y ya hasta comenzaba a asustarme, pero la mirada determinada de Wata-chan me hacía seguir, parecía que le gustaba.

Me sonrojé, y cerré los ojos de la vergüenza y continué el movimiento, esta vez sin detenerme. Al rato las manos de mi pervertido novio estaban sobre mis caderas, y parecían ayudarme a facilitar el movimiento.
Abrí uno de mis ojos, y volví a cerrarlo al instante, no sé qué pasó, fue como si Wata-chan hubiera tocado un punto que me hizo enloquecer. Lancé mi cabeza hacia atrás mientras gemía una y otra, y otra, y otra vez su nombre.

(Uss: Ah que pena que quedara corto, no sabía qué más escribir ;O;)

Lo volvió a hacer, y nuevamente me sentí en las nubes. Oh, ni si quiera sabía cómo diablos no se me había ocurrido pedirle esto antes... Eiji-chan se detuvo y yo lo miré, con mis ojos socurecidos por el líbido, la respiración agitada y deseoso de más. Él parecía inquieto, ansioso y tímido, pero en ese momento lo único que quería era que siguiera, aunque lo que menos quisiera fuera asustarlo. Pero estaba simplemente enloquecido por el placer, y necesitaba que Eiji-chan siguiera...

Creo que por mi mirada al fin se convenció, y comenzó a moverse. Y no se detuvo, y yo estaba muriéndome. Comencé a gemir, a jadear y suspirar su nombre repetidas veces, sumido en la placentera sensación, sintiendo cómo las oleadas de placer recorrían mi cuerpo, estremeciéndome y temblando de éxtasis.

-Mmmm... Eiji-chan... - Gemí roncamente, no soportando más el no poder hacer nada con mis manos y posicionándolas sobre sus caderas, ayudándole a marcar el ritmo y a la vez complaciéndonos a ambos. Fue entonces cuando creo que toqué cierto punto que estremeció fuertemente a mi Eiji-chan y a la vez a mí mismo. Fue simplemente... wow.

Y él comenzó a moverse cada vez más rápido, gimiento mi nombre y excitándome con sólo oír su voz. Oh, Kami... ya ni si quiera podía cerrar los ojos sin ver luces bajo mis párpados.

Sus manos parecieron aumentar el ritmo de mis caderas...¿o era yo? bueno no sabía, solo sentía mucho placer, y me gustaba...apenas y podía mantener los ojos abiertos. Me abracé al cuello de Wata-chan y terminé por apoyarme bien en mis rodillas, simplemente era como si ya no pudiese parar. escondí mi rostro en su cuello, y seguí gimiendo allí, como tratando de ahogar esos gritos.
Pensé levemente en mi madre y me sentí avergonzado, pero luego ya estaba de nuevo más preocupado en recordar como respirar. Cada jadeo me sacaba el aire del cuerpo y era difícil recuperarlo en esas circunstancias.

- Wata-chan creo que...ya no...- jadeé, pero no terminé, meneé la cabeza y seguí con lo mío, mordiendo mi labio inferior, y justo cuando pensé que iba a terminar, mi novio me detuvo de súbito y me lanzó a la cama, saliendo de mí. Le miré extrañado...¿pensaba detenerse? Le miré negando... y sé que lo sintió.


(Uss: Listo, la otra parte si la pones tú xDDDD)

Eiji-chan comenzó a moverse cada vez más rápido, y terminó por abrazarse con fuerza a mi cuello, escondiendo su rostro allí y gimiendo prácticamente en todo mi oído, haciéndome jadear con fuerza y aferrarme a su pequeña y estrecha cintura, sintiendo que de un momento a otro iba a...

La voz de Eiji-chan me hizo darme cuenta de que aún no quería terminar, y se me ocurrió hacer algo para eso... Sin dejarlo terminar su oración, lo recosté con un suave empujón en la cama y salí de él, mirándole con una sonrisa que hasta a mí se me hizo que debía verse muy hentai. Él me miró como si me hubiera crecido una cabeza extra, negando casi desesperado. Ésto me hizo sonreír divertido. ¿De verdad me creía capaz de...? Solté una pequeña risa y me posicioné sobre él, acercando mi boca a su oído.

-No te preocupes, amor. No sería capaz de dejarte así... - Susurré con una voz muy sensual, paseando mis manos a lo largo de todo su cuerpo, disfrutando de sus gemiditos.

¿Que no sería capaz de dejarme así? más bien, NO le convenía para nada dejarme así, porque yo le hubiera, le hubiera... grandísimo pervertido. Sentí sus caricias y volví a soltar gemiditos, bastante excitado como para que siquiera me tocara. PErdí los estribos, no es que fuera pervertido, es que la condición lo ameritaba, medio me incorporé y le tomé el rostro...

- Termina...de una vez, Nya - le miré decidido, no iba a flaquear, oh, no esta vez.- No aguanto, Wata-chan...- Hazlo ya...- ahora hice fue un puchero, enfadado. Mi novio era alguien cruel. Negó y sólo siguió besando mi cuello, haciéndome callar y dar más suspiros, enredé mis dedos en sus cabellos y pegué su rostro más a mi piel, queriendo sentir tus besos, lanzando mi cuello hacia un lado, dándole más espacio. Decidí disfrutar de sus caricias. No había nada malo en ello. - Oye Wata-chan....te amo- sonreí leve.- Mucho, mucho - reí y besé sus labios, con ternura.

De pronto se incorporó, tomó mi rostro entre sus manos y me miró decidido, pidiéndome algo que me hizo sonreír nuevamente. Me dijo que no aguantaba... "Pues qué pena, porque no pienso parar", pensé mientras negana con la cabeza, guiñándole un ojo para luego seguir besando su cuello, lamiéndolo lentamente, haciéndolo estremecer y dejándole otra marca. Que todo el mundo supiera que él era mío.

Sentí sus dedos en mi cabello y me estremecí débilmente por esa caricia, suspirando sobre su piel y sintiendo cómo él me daba más espacio para seguir besándole. Sonreí por eso y me dediqué a complacerlo, recorriendo con mis labios y mi lengua cada rincón de su piel, rozándola levemente con los dientes, provocándole escalofríos.

De un momento a otro me llamó, y me dijo que me amaba. Luego me besó en los labios muy tiernamente, tanto que me hizo hasta sentir algo de culpa. De pronto miré a quién estaba en frente mío y me di cuenta: "Eiji-chan es un niño..." Por un segundo sentí vergüenza, por un segundo me sentí una basura, por un segundo estuve a punto de decir una idiotez, pero todo se fue volando cuando volvió a besarme, esta vez lenta y dulcemente.

Y entonces pensé, mientras lo abrazaba tiernamente aún besándolo, que no importaba cuántos años tuviera ni la forma en que se viera... Eiji-chan para mí era Eiji-chan, mi único amor, y punto.

Me abrazó mientras me seguía besando. Sí lo amaba, él me amaba, lo sabíamos...¿qué no podíamos terminar con eso? luego habría más tiempo para besos y abrazos y mimitos y melosidades. Negué con un suspiro divertido y me encogí de hombros. Besé su rostro, de la barbilla a la frente y de extremo a extremo, supongo que no importaba mucho, siempre y cuando Wata-chan no se fuera de mi lado. Me sentí un pervertido y negué de nuevo, mientras le guiñaba un ojo.

- ¿Seguimos, Nya?- pregunté ladeando la cabeza. solté una pequeña carcajada al ver su expresión, sí, estaba afanado ¿y qué? era todo su maldita culpa. Le di un pequeño golpe en el hombro cuando le sentí reír de esa forma pretenciosa. Abracé la cadera de mi novio con mis piernas, fuerte y le acerqué a mí para besarle de nuevo, esta vez más pasional que antes, enredando mis dedos en su cabello de nuevo.

Sentí su lengua en mi boca de nuevo, de esos besos húmedos que me daba para demostrar quién tenía el control. Aunque no lo aceptara, o estuviera al tanto por completo, Wata-chan era en verdad muy posesivo, y lo había descubierto ya por la forma en que le besaba siempre que tenía oportunidad. Aún así sabía que su novio le quería mucho, y le agradecía por no haberle dejado solo a pesar de todo lo que había pasado hasta ahora.

Cuando nos separamos dijo algo que me hizo abrir la boca incrédulo. ¿De verdad este era el inocente y tímido Eiji-chan de hace algunas noches atrás? No pude si no reír entre divertido y complacido, y aún más cuando me golpeó en el hombro. Bueno, ¿qué se le va a hacer?

-A sus órdenes, my lord... - Susurré divertido y correspondí a su beso, que sorpresivamente resultó ser incluso más atrevido que antes. Pero eso sólo me encantó, e introduciendo mi lengua en su boca, volví a tomar el control. Es que no puedo evitarlo, es algo que simplemente va en mí... aunque aquí entre nos, es más que nada porque adoro sentir a Eiji-chan estremeciéndose bajo mío. Es algo simplemente sin comparación.

Sentí sus largos dedos entre mis cabellos, acariciándolos sensualmente y logrando que volviera a excitarme tanto como antes, por lo que no hice pasar más tiempo y me separé unos centímetros de él, sólo para acomodarme sobre su cuerpo y mirarle a los ojos con una pizca de picardía y diversión en ellos.

-Voy a entrar... - Susurré simplemente, y aguantando la risa tras su expresión sonrojada, volví a besarlo para distraerlo de lo demás. Sentí que intentaba separarse, seguramente rehusándose a perder el orgullo, pero no le hice caso y mordí sensualmente su labio inferior, para luego en prácticamente unas milésimas de segundos estar nuevamente en su interior, por lo que forzadamente tuvimos que separarnos al no poder contener ninguno el fuerte gemido que nos provocó. Lo sentí murmurar algo de "maldito pervertido sadomasoquista", pero ni le presté atención, haciéndome el desentendido y volviendo a besarlo.

Sólo quería seguir.

Entonces dijo que iba a hacerlo, y me besó, mordió mi labio inferior y cuando yo iba a decir algo simplemente lo hizo. Hizo lo que dijo que haría. Lancé mi cabeza hacia atrás y gemí, entró tan rápido que me causó algo de dolor, le dije que era un maldito pervertido y esperé a acostumbrarme de nuevo, después ya mis caderas habían comenzado a moverse por inercia, y al darme cuenta me sonrojé y detuve el movimiento.

Después él fue quien empezó a moverse. Creo que sonrió como victorioso, bueno no le presté mucha atención porque cerré mis ojos y hacía...otras cosas, como gemir por obra y gracia suya, pero en fin ¬////¬
Me abracé de nueva cuenta a su cuello y escondí mi rostro en él, respirando agitado, jadeando, tratando de tomar cuanto oxígeno pudiera. Sentía demasiado calor, como si fuese a derretirme.

El primero en moverse fue él, y fue tan excitante que no pude evitar jadear. Pero se detuvo, así que tomando la iniciativa me moví yo esta vez, sonriendo divertido por lo rojo que se ponía por cosas tan simples. Es que Eiji-chan era un amor y medio...

El movimiento era lento y delicioso. No tenía razón para apurarme, al menos todavía no, y con cada estocada sentía que me elevaba hasta las nubes. Cielos, hacía un calor del infierno... Sentí a Eiji-chan abrazarse a mi cuello y hundir su rostro en él, gimiendo en toda mi oreja y mandándome escalofríos por todo mi cuerpo. Oh, diablos, es que su voz es tan... sexy.

-Eiji-chan... - Jadeé su nombre mientras que con mis manos recorría todo su cuerpo, sabiéndome de memoria cada parte, cada curva. Lo sentí gemir fuertemente y eso me excitó más, comenzando a moverme más rápido sin darme cuenta.

(Us: Gomen, está re corto!! D: D:)

Los dedos de Wata-chan recorriendo mi cuerpo me hicieron perder el control. Era como si con cada roce, por más leve que fuese, yo ardiera en el mismísimo infierno. Me encantaba, me encantaba. Lo amaba. Era con esos leves gestos de su parte que mi corazón latía desbocado, como si debiera ganar una carrera.
Dejé que mi cabeza se fuera para atrás soltando un fuerte gemido cuando aumentó la velocidad. Mordí mi labio inferior antes de buscar los suyos, para besarlos. Besarlos profundamente, dejando atrás la vergüenza por un momento, enroscando mi lengua con la suya. Sintiendo su sabor. Me separé sin aire, y volví a cerrar los ojos, con mis mejillas ardiendo.

Entonces, abrí los labios, respirando agitadamente para murmurar-gritar- : - M-Más....más rápido Wata-chan...ehh- Y luego más y más gemidos. Era como si mi mente solo supiera hacer eso. Pero no era mi culpa, yo solo reaccionaba a lo que se me daba. Y eso era, nada más y nada menos que placer, por obra y gracia del sexy hombre de cabellos negros en frente mío. A medida que las estocadas continuaban yo sentía que no podía más. Removí mi cabeza, tratando de advertirle, pero la voz no me salió. En un abrir y cerrar de ojos, llegue al clímax. Mi mente estaba en blanco, mi respiración agitada y mi vientre y parte del contrario manchados por mi esencia.

Mantuve los ojos cerrados y poco tiempo después los abrí, mi rostro debía tener el color de mi cabello. Le sonreí leve, mientras clavaba mis azules ojos en los suyos, esperando su reacción.

De pronto y en una de las certeras estocadas dentro de su cuerpo, sentí claramente cómo cada célula de mi anatomía se retorcía en una mezcla de dolor y placer tan inmensa y colosal que me hizo morderme los labios fuertemente, impidiéndome gritar. Pocos segundos después sentí a Eiji-chan gemir fogosamente, como si tratara de avisarme algo, para luego venirse entre espasmos quey estremecimientos que recorrían todo su pequeño cuerpo. Por mi parte, sólo me bastó verlo de aquella manera para llegar al clímax, hundiendo mi rostro en su cuello y jadeando con fuerza sobre él, derramando mi semilla en su interior.

Nos mantuvimos un rato en silencio, respirando (o tratando de hacerlo). Aquella había sido sin duda una de las mejores noches desde que estábamos juntos... Entonces sentí claramente su mirada sobre mí, por lo que elevé la cabeza y lo miré. Él me regaló una dulce sonrisa; estaba sonrojado y agitado, sus cabellos rojos se le pegaban a la frente por el sudor y aquellas esmeraldas que tanto me encantaban parecían brillar con el triple de fuerza de la usual. Estaba tan... perfecto.

Correspondiendo la sonrisa, acaricié tiernamente su mejilla derecha y la besé.

-Te amo mucho... ¡mucho, mucho, mucho, mucho! - Susurré sin dejar nunca su piel y dándole cortos besitos a lo largo de todo su rostro y su cuello que lo hicieron reír. Y siempre he considerado su risa como la cosa más maravillosa que alguna vez haya existido y existirá en todo el planeta, mas esta vez... me pareció simplemente perfecta. La risa más hermosa, más viva, más... más Eiji-chan de toda la galaxia y más allá.

Volví a besarlo esta vez en la frente al mismo tiempo que salía de él con cuidado y me acomodaba a su lado en la cama, atrayéndolo rápidamente en un cobijador abrazo y abrigándolo con las mantas hasta los hombros, pues comenzaba a hacer frío. Luego acomodé los cabellos que le caían desordenados sobre la frente y lo miré a los ojos, ya pudiendo respirar un poco más normal que antes. Él me devolvió la mirada, curioso, y yo sólo sonreí, besándolo entonces suavemente en los labios. Un beso casto e inocente que cualquier otro consideraría absurdo después de todo lo que acabábamos de hacer.

Pero nosotros no éramos ese "cualquier otro".

-Eiji-chan... quiero abrazarte... - Susurré acercándolo más (si es que era posible) a mi cuerpo, hasta que, entre vuelta y vuelta, finalmente ambos quedamos completamente rodeados el uno por el otro. Eiji-chan sonreía sobre mi y descansaba su cabeza sobre mi pecho, permitiéndome rodearle su linda cintura cómodamente con mis brazos y al mismo tiempo acariciarle su precioso cabello rojo. Aquella posición... recostarnos en aquella posición me hacía sentir más fuerte, en cierto modo. No sabía exactamente por qué, pero me gustaba sentir que yo podía proteger a Eiji-chan. A mi Eiji-chan. Que ya no tenía que conformarme con ser el cuatro ojos que elegía la clase de cocina en vez de álgebra y que se dejaba perseguir por los espíritus. Sino que ahora tenía que ser Kimihiro Watanuki, El Novio. Sonreí divertido ante ésto: "Novio". Qué palabra más linda... pero más que nada sonreí por la felicidad de aquel hermoso pensamiento: tener alguien a quien proteger... Volteé mi vista hacia él y lo abracé más fuerte.

Yo podría fácilmente dar mi propia vida si se tratase de salvar la suya... Así de enamorado me tiene.

Y así me tendrá por siempre.

(User: Perdona amor mío que sea el primer post del año y lo haga cayéndome sobre el teclado del sueño xD Te amo!!!~ Espero que te guste y que sigamos roleando como Dios manda, ahora que son vacas :DDD Besos!~ ^^)