Habitacion de Kimihiro Watanuki

Pegué un respingo y luego comencé a reír. Cierto, se me había olvidado la bolsa con hielo xDU.

Volvió a apoyar su frente en la mía cuando ya hubo retirado la bolsa y yo lo miré divertido. Entonces me preguntó cómo me sentía, y le sonreí.

-Nunca me sentí mal, señorito drama queen. - Bromeé rodeándolo con mis brazos. Comenzó a reclamarme y yo sólo reí, mientras me lanzaba de espaldas a la cama y arrastraba a Eiji-chan conmigo, cerrando los ojos. - Pero me gusta que seas así de escandaloso... - Susurré luego, para mí. - Eso te hace aún más lindo y apapachable. - Dije luego, dándole un beso en la frente. Sentí que se abrazaba a mí y nos acomodamos en la cama, quedándo él recostado sobre mi pecho y con nuestras piernas entrelazadas tiernamente. Sonreí mientras acariciaba con aire ausente sus cabellos, disfrutando de aquella atmósfera de paz que no se iba, y que era completamente agradable.

(Us: Hota-nee, ¿estás en el msn? xDU)

Me rodeó con sus brazos, poniéndome un apodo extraño. Hice un puchero. Le reclamé, en efecto era su culpa por ponerse pálido y quedarse estático, por lo más sagrado esta vez sí parecía enfermo. Me hizo preocupar. Se dejó caer en la cama y ocasionó que yo lo hiciera también, por lo que quedé sobre él.
Me dio un beso en la frente después de decirme algunas cosas y yo sonreí algo divertido. Me recosté en su pecho y lo abracé, mientras él acariciaba mis cabellos y nuestras piernas se unían tiernamente. Parecíamos una pareja de recién casados....me sonrojé levemente y ensanché la sonrisa.

Llevé mi vista a la cama y observé el hielo reposar en el pequeño trapo. Lo desdoblé y tomé uno de los dos cubos, llevándolo a mi boca y mordiéndolo. En poco rato ya me lo había acabado y había tomado el segundo hielo. Miré a Wata-chan y le pregunté si quería, no respondió por lo que asumí que no y me lo terminé también. Reí divertido y posé mis manos en su rostro.

- ¡Están heladas, heladas! - cerré los ojos divertido mientras me dejaba caer a un lado y él se giraba. Nuestras piernas seguían entrelazadas y yo escondí mi rostro en su pecho-ahora que estábamos de perfil.- y él me rodeó con sus brazos. Suspiré y abrí uno de mis ojos.- Dormiré un rato, Nya...- murmuré. Él asintió.- Oye Wata-chan....- entonces me miró y yo volví a cerrar mi ojo con un sonrojo.- Por favor....No me sueltes.

(Us:Nu, nu taba!! TwT ¿Tarás este viernes? *-*)

No sé qué pasó, pero estuve largo rato -o quizá tan sólo segundos, qué importa- en una especie de sueño intermitente, hasta que sentí a Eiji-chan removerse en la cama. Abrí los ojos perezosamente.

-¿Qué pasa? - Murmuré medio dormido. No me respondió, sólo sacó un hielo de alguna parte del nochero y comenzó a morderlo. Rodé los ojos al recordarme a la bruja alcohólica. Era una maniática de los hielos, sobre todo en el verano. Todo el día era "Watanuki, trae más hielo; ¡Watanuki, se acabó el hielo!; ¿Watanuki? ¡¿Por qué no has traído mi hielo?!" Suspiré y recosté nuevamente la cabeza en la almohada, cansándome de sólo recordar las peripecias que debía hacer para cumplir todos los caprichos de esa loca.

Escuché de pronto que Eiji-chan decía algo... creo, pero no respondí. Se sentía tan bien estar así, recostado en la cama, sintiendo el calor de Eiji-chan al lado mío... sonreí con los ojos cerrados. Ojalá pudiera permanecer así por siempre... De pronto sentí un tacto helado en mis mejillas y me sobresalté un poco, mientras sentía un escalofrío recorrerme la espina dorsal. Me tensé y miré para todos lados, pensando que podrá ser un espíritu, hasta que escuché a Eiji-chan hablar. Lo miré aún desorientdo y luego suspiré con alivio.

-Sí, muy heladas... - Dije mientras me recuperaba del susto. Se dejó caer a mi lado y volví a abrazarlo mientras nuestras piernas seguían unidas. Lo oí suspirar y lo miré. Me dijo que dormiría un rato y yo sonreí. - Claro. - Dije dándole un beso en la frente mientras acariciaba su espalda para que se relajara. Entonces me llamó, y yo lo miré interrogante. Me dijo que no lo soltara... que por favor no lo soltara. Entreabrí los labios y me azoré un poco, mas luego de unos segundos sonreí cálidamente y lo estreché aún más fuerte. - Nunca, amor. Nunca te soltaré. - Afirmé mientras besaba su mejilla tiernamente. Sólo pude ver que sonreía y se dormía, y luego de unos minutos, me dormí yo también.

(Us: T.T No estaré hoy, te explico por MP u.u)

No sé cuánto tiempo estuve dormido. Desperté desorientado y sudando frío. Respiré agitadamente y me levanté con cuidado, sintiendo las manos de Wata-chan en mi cintura. Traté de calmarme y llevé mis dedos al puente de mi nariz. Había tenido de nuevo esa pesadilla.

Giré la vista a Wata-chan, quien seguía impasible. Suspiré aliviado y volví a recostarme escondiendo mi rostro en él, pegándome todavía más, como queriendo furndirme. Miré el reloj de pared: 9:30 pm.....¿cuándo se había hecho tan tarde? Recordé el día en el que estábamos, e hice cuentas..... suspiré rendido. Mañana debía levantarme temprano e irme, mañana era el aniversario. Hice un puchero, odiaba esa fecha. La odiaba de verdad.

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Creo que no pude pegar el ojo en lo que quedaba de la noche. Apenas vi que el reloj marcaba las cinco deshice el agarre que Wata-chan tenía sobre mí con cuidado para no despertarlo. Me dirigí al baño y ¡Oh por Dios! Tenía las ojeras de aquí al infierno. Estaba tan acostumbrado a dormir las horas necesarias por mi entrenamiento que si no lo hacía me iba de malas. Lancé un leve gruñido y me lavé la cara. Salí del baño, despacio. Wata-chan seguía dormido. No supe si despertarlo o no....Se veía tan cansado....y con todo lo que había pasado prefería dejarle dormir. Pero quizás se enojara. Miré a mi al rededor un buen rato y al final me decidí por acercarme al nochero y tomar del cajón un pequeño pedazo de papel y un lápiz.

"Voy a visitar a mamá. Estaré allá si quieres acompañarme.

Eiji"

Al terminar cerré con cuidado la puerta, me arreglé en mi cuarto y tomé el primer taxi en dirección a un lugar que detestaba con todo mi corazón.

https://gakuen-darkness-oris.foroes.org/cementerio-f43/y-aqui-estamos-otra-vez-priv-wata-chan-t3483.htm#203215

(US: Javi, cierra tema. Y jaja, otra vez con las cosas deprimentes al ataque ¿que no resisto sin matar a alguien?//Doc: No ¬¬// Ya mi hermano me dice Kira TwT// Doc: xDDDDD// ¬o¬ ) (Total, suerte. Comienzo a odiar a Renato, que se casen de una vez y te devuelvan. Te me están robando y tú eres de yop >0< *Berrinche* ¡Te amosh!~~ *Se va tristonga*)

Me removí inquieto mientras poco a poco comenzaba a despertar. Awww, quería seguir durmiendooo... tenía tanto sueño... De pronto, recordé dónde estaba y con quién estaba. Sonreí y deslicé mi mano por las sábanas, buscándolo. Me sobresalté cuando no lo encontré y me senté con rapidez en la cama. No sé por qué me asusté. Miré para todos lados y no estaba. Fruncí el seño extrañado y me rasqué la cabeza.

-¿Eiji-chan? - Llamé con voz fuerte. Nada. Hice una mueca confundida y me levanté con pereza de la cama, aún medio adormilado. Bostecé. - ¿Eiji-chan? - Volví a llamar, pensando que podría estar en la cocina. Pero nadie respondió, y me asusté. Miré el reloj. - Las siete... - Murmuré extrañado. Qué rayos... ¿se habría ido a su habitación? - Pero... ¿tan temprano? - Murmuré ya comenzando a aterrarme. Di vueltas por la habitación como un loco, y hasta revisé debajo de la cama, pero nada. El corazón me latió más fuerte y ya de verdad me asusté. Tomé la primera chaqueta que encontré y, cuando estaba a punto de salir de mi habitación directo a la suya para encontrarlo, no sé por qué me fijé en el nochero. Parpadeé al ver una nota. ¿Una nota? Alcé una ceja y caminé rápidamente hacia el maldito mueble y tomé el bendito papel casi con rabia. Lo abrí, y lo leí con rapidez...

"Oh, rayos".

-Eiji-chan... - Susurré con los ojos ampliados. ¿A visitar a su madre? ¿Había ido al cementerio? ¿Había ido... sin mí? No sé por qué me sentí tan mal. Me senté en la cama y volví a leer como un estúpido la nota. Una, dos, tres veces... No entendía. ¿Por qué ir solo? ¿Por qué no me despertó? ¿Por qué? Suspiré y me pasé una mano por los cabellos. - Arg, Eiji-chan, no sigues tus propias palabras... - Murmuré tirstemente mientras me levantaba y comenzaba a buscar ropa. En tiempo récord me vestí, busqué dinero y me saqué los lentes de contacto, poniéndome los de cristal. Caminé hacia la puerta enfundado en mi chaqueta negra y antes de salir, volví a leer la nota. Suspiré y la guardé en el bolsillo de mis jeans.

Cuando salí llamé al primer taxi que pasó y le pedí al tipo que parara en una florería. No había llevado mucho dinero pero me alcanzó para comprar rosas... dos. Volvía a subirme y le pedí al chofer que me llevara al cementerio. El hombre me hablaba, o trataba de hacerlo, pero yo sólo respondía con gestos o monosílabos. No tenía ganas de hablar justo ahora.

Quería llegar con mi novio ya.


+.+.+.+.+FIN DEL TEMA+.+.+.+.+

Entramos a la habitación y en seguida Eiji-chan se tiró de espaldas a la cama. Yo reí mientras él decía que estaba muerto de cansancio Sonreí y me acerqué a él, besándole la frente.

-Vengo en un momento, luego comenzamos a cocinar. – Le guiñé un ojo y luego me incorporé, caminando hacia el baño. Una vez adentro suspiré y cerré la puerta con delicadeza, caminando hacia el lavabo. Abrí la llave de agua fría y, quitándome primero los lentes, me mojé el rostro como un maniático, tratando de quitarme esa amarga sensación del cuerpo. Oh, diablos, aún no recuperaba toda mi energía y ese maldito monstruo me había dejado demasiado débil. Suspiré y tanteé con mis manos el aire, buscando la toalla, chorreando agua por todos lados. Me sequé el rostro y los ojos, suspirando de vez en cuando por la falta de aire. Después, me puse los anteojos y miré el espejo. - ¡¡AAAAH!! – Por poco me caigo de espaldas. ¡¿Qué demonios…?! ¡Había olvidado que ya no tenía el lente de contacto azul! Un escalofrío me recorrió la espina dorsal, y me apoyé pesadamente en el borde del lavabo, sin despegar los ojos del espejo.

Por Kami, ahí estaban mis dos ojos, de distinto color cada uno…

Me tiré en la cama apenas entré. Wata-chan después de darme un besito entró al baño. Me pregunté como estaría, entonces sentí su grito y salté de la cama y corrí al baño. La puerta estaba atrancada, por lo que comencé a golpear como un loco.

- ¡¿Wata-chan?! ¡¡¡¡Wata-chan!!!! Abre la puerta....¡Wata-chan! ¿qué sucede?- grité bastante preocupado. Hubo silencio y después de un tiempo seguí esperando.- Wata-chan abre la puerta, por favor...... ¡¿Wata-chan?! - aterrado ante la idea de que algo malo le hubiese sucedido me separé y traté de ubicar las malditas llaves que entregaban a principio de año con la habitaciones.
Opté por empezar en el nochero, y en el tercer cajón di con ellas, corrí al baño y abrí la puerta sin dudarlo.

Al entrar, Wata-chan estaba bien, gracias al cielo, y sostenía su rostro frente al espejo. Me acerqué a él ¿no me había escuchado si quiera?

- Wata-chan...- posé mi mano en su espalda- ¿Estás bien, te ha sucedido algo?- pregunté, llevando mis manos a su rostro y viéndole fijamente, para percatarme de que sus ojos eran de diferente color. Amplié los ojos, y apreté sus manos entre las mías.

Era extraño, sí, pero yo ya lo sabía de todas formas. Y sin importar como luciera, siempre iba a amar a Wata-chan.

Me quedé congelado frente al espejo. Oh, no... Oh, no, oh, no... lo había olvidado por completo... ¿qué iba a hacer? No tenía dinero como para gastarlo en unos lentes, y encima... encima cada vez que veía aquel ojo de color dorado no podía evitar acordarme de Shizuka y yo... Golpeé con fuerza el borde de cerámica. ¿Qué diablos? No, eso ya estaba completamente superado. "Cálmante Kimihiro, cálmate y respira, todo va a estar bien, sólo es un... problema menor." Me revolví el cabello con furia, dándo un bufido. Sí claro, problema menor, problema menor... ¡Arg! ¡¿Por qué demonios tenía que tener los ojos así?!... Suspiré y volví a ver mi reflejo. Me tomé el rostro con las manos y fruncí la boca. Era tan extraño verme así...

De pronto, la puerta se abrió de golpe y Eiji-chan entró como activado porun resorte. Me parelicé en mi lugar y lo único que podía pensar era en que no quería, NO QUERÍA que me viera así... Se acercó a mí y tomó mi rostro cno sus manos, obligándome a verlo. Amplié los ojos y una punzada de dolor me recorrió entero cuando noté que él se sorprendía. Apreté los puños. Diablos, lo sabía...

Aparté sus manos con delicadeza y le di la espalda, buscando algo para decirle.

-No es nada... no te preocupes. - Esas palabras salieron prácticamente como si de un libreto se tratase. Es decir, ¿cuántas veces la habría dicho ya? Suspiré y me cubrí el rostro con las manos. - Lo siento... - Susurré sin saber qué más decir.

Apartó mis manos y me dio la espalda, para decir que no era nada, y esa cháchara de siempre que tanto odiaba. Negué y suspiré. ME paré enfrente de él.

- Wata-chan- llamé. ME ignoró.- Mírame....-pedí. Después de un rato, volví a hacerlo....nada, no resultaba. Respiré hondo y alcé la voz- ¡Mírame de una maldita vez! - cuando obtuve su atención, suavicé la voz y la mirada y me acerqué a él.- Es obvio que sí es algo, porque te molesta....y no entiendo por qué- sonreí y besé sus párpados- me gustan tus ojos, son especiales así como todo tú, así que deja de preocuparte por pequeñeces ¿vale? Ya te dije que no voy a dejar de querete, y menos por que tu apariencia cambie o me den miedo los fantasmas, Nya- agregué. - Así que deja la mala cara y haz pereza conmigo. - solté infanitlmente.

Me llamó, pero es que no quería voltearme. Me pidió que lo mirara. ¡No, ni loco! Arrg... es que él no entendía, estos estúpidos ojos me molestaban tanto...

Finalmente me gritó, y luego de dar un respingo y hacer un infantil puchero, me giré hacia él.

-¿Qué? - Exclamé infantilmente. Él suavizó la mirada y se acercó a mí, acariciando mi rostro con dulzura. Comenzó a consolarme, como siempre lo hacía, y se alzó sobre sus pies para poder besar mis párpados. Una pequeña sonisa surcó mi rostro por ese gesto suyo, y una mirada melancólica me invadió al escuchar lo siguiente. Iba a decir algo, cuando me dijo que dejara la mala cara y que nos fuéramos a hacer pereza. Una pequeña risa se me escapó, y luego de observarlo fijamente a los ojos por un momento, suspiré, atrayéndolo hacia mí por la cintura con una mano y apartando unos mechones de su rostro con la otra. - ¿Dónde estuviste toda mi vida...? - Susurré mirándole intensamente mientras acariciaba su mejilla. Me incliné y lentamente lo besé, dejando marcado en ese beso a penas una ínfima parte de todo el amor que tenía para darle. Pero hice mi mayor esfuerzo, para que sintiera que era el mejor beso de la historia, para que se sintiera satisfecho... egoístamente queriendo que se quedase a mi lado por siempre.

Se apoderó de mi cintura y retiró mechones de mi rostro. Me había quedado viendo sus ojos embobado, realmente me gustaban. Sus palabras me hicieron sonrojar, y quedar estático por varios segundos, mientras acariciaba mi mejilla sonreí tiernamente. ¡Como lo amaba!

Entonces me besó, sorprendido correspondí lentamente, para luego cerrar los ojos y abrazarme a su cuello. No me di cuenta cuando el beso se tornó más pasional, solo sé que ahora me encontraba respirando agitadamente sobre los labios de mi Wata-chan, con los ojos entrecerrados y el rostro rojo, el mismo cuadro que tenía de él.

¿Tendríamos serios problemas de ninfomanía o qué? No lo sé, pero la verdad es que los besos tiernos no duraban más de diez segundos y ya parecía que la temperatura había aumentado en millones de grados. Suspiré divertido sobre sus labios mientras acariciaba su rostro, enredando mis manos en su pelo y mordiendo sus labios con picardía de vez en cuando. Me encantaban esos pequeños gemidos que soltaba cuanod hacía eso, era simplemente encantador.

Estuvimos así largo rato, hasta que la falta de oxígeno nos obligó a separarnos. Me alejé de él lentamente, sin querer terminar aquel exquisito beso, lamiendo juguetonamente sus labios. Lo miré a los ojos y deslicé mis manos desde su cintura hacia abajo lentamente, riendo a mis adentros al sentirlo estremecer.

-¿Sabes?... creo que la comida tendrá que esperar... - Susurré divertido, pegando mi frente a la suya. Él se sonrojó como tomate y se tensó, a lo que yo reí tiernamente. Besé su mejilla y lo atraje hacia mí mientras colaba mis manos bajo su camisa. - Me encantas... - Murmuré bajando por su cuello con pequeños mordisquitos, divertido.

Bajó su mano de mi cintura, y siguió y siguió, me tensé y me estremecí levemente, más aún con su comentario. La verdad perdí el apetito desde que oí su grito, pero no sé que importancia tenía eso ahora. Solo quería que me besara.

Dijo que le encantaba y metió sus manos bajo mi camisa, mientras mordía mi cuello. Si segguía así terminaríamos....
Interrumpí mi pensamiento lanzando un gemido cuando mordió mi clavícula. Apenado desvié el rostro, y el rió para seguir tocándome, cerré los ojos, sintiendo todo mi cuerpo arder.

- E..espera...- susurré, pero no me oyó, terminé por recostar mi rostro en su hombro mientras el proseguía, no era como si tuviese muchas ganas de detenerlo tampoco. Mis suspiros comenzaron a salir más seguido, y al final se detuvo. Lo miré sin entender y trastabillando, en medio de besos comenzó a salir del baño conmigo.

Decidí seguir avanzando ya que no me detenía, así que llevé mi mano al cuello de su camisa y la aparté, aprovechando para moderderle la clavícula. Sonreí divertido cuando gimió, pero a la vez hizo que me... pues... ya saben. Desvió su rostro rojo como tomate y yo sólo seguí, ignorandosus ruegos. Ja, sí claro. Cómo si quisiera que me detuviera xDD

Al poco rayo ya estábamos los dos suspirando y gimiendo, así que decidí bueno... pasar a mayores :3 Me detuve y él me miró interrogante, pero yo sólo le guiñé un ojo y, volviendo a besarlo, lo saqué a punta de tropiezos del baño. Mientras caminábamos reíamos y ni si quiera sabía por qué. Pero bueno, cuando estás con tu pareja haciendo estas cosas como que lo que menos importa es saber por qué diablos te ríes como un imbécil.

Chocamos con el borde de la cama y al instante caímos sobre ella, riendo aún como niños. Me incorporé apoyando un brazo al lado de su cabeza y le miré con una sonrisa coqueta.

-¿Sabes?... - Susurré comenzando a desabotonar su camisa lentamente. - Me encanta cuando ríes, te hace ver... - Me acerqué a su cuello y suspiré sobre él. -...deseable. - Terminé mi frase, divertido. Él se estremeció y suspiró mi nombre, haciendo que todo mi cuerpo se encendiera. Comencé nuevamente a besar su cuello mientras terminaba de desabotonar su camisa, deslizando mis manos por toda la piel de su torso, sonriendo al sentirlo temblar ligeramente.

Comenzamos a reír y no supe ni por qué, quizás porque sabíamos lo que seguía ahora y nos invadió un instante de picardía....no lo sabía, solo sabía que algo era en verdad gracioso.
Cuando dimos con el borde de la cama- en realidad fui yo el único que chocó con ella.- me dejé caer con Wata-chan sobre mí.
Seguíamos riendo, y Wata-chan se incorporó levemente con su brazo, mientras me miraba con esa sonrisita que me gustaba tanto de él. Esa sonrisita que me hacía temblar.

Entonces preguntó algo, y yo negué. Sus dedos comenzaron a safar mis botones con lentitud. Dijo entonces que mi risa le gustaba y yo sonreí, más luego se acercó a mi cuello para susurrar que me veía deseable. - Wata-chan...- suspiré su nombre en un repentino estremecimiento.
De nuevo comenzó a besar mi cuello y retiró por completo mi camisa, para acariciar mi torso... No hay necesidad de aclarar que temblé como gelatina ante sus manos ¿verdad?

- Entonces creo....que no debería reír más...- murmuré solo por molestar, eso era tan imposible para mí como no amar a Wata-chan. Llevé mis manos y las dejé en su nuca, acercando su rostro más a mi cuello. No podía evitarlo, realmente.....me gustaba mucho cuando me besaba ahí.

Murmuró algo que me hizo alzar una ceja, mirándole incrédulo mientras no detenía mis caricias. Casi no pude contener la risa al ver su cara tan roja. Se veía tan lindo que me provocaba peñiscarle las mejillas, pero bueno... tenía mis manos ocupadas, jeje.

-¿Con que no volverás a reír, eh? - Susurré divertido. - No creo que eso sea posible, amorcito... - Solté con una sonrisita socarrona, acercándmoe de nuevo a su cuello y sintiendo cómo él me aproximaba más a su cuerpo. Sonreí de medio lado por ello y tomé sus manos cuidadosamente, apartándolas de mi cuello y sujetándolas sobre el colchón a cada lado de su cabeza, sonriendo por su rostro contrariado. - Tranquilo, amor, no seas impaciente... - Reclamé con un tono coqueto. Reí por su sonrojo y me incliné para besarlo nuevamente, con dulzura y a la vez picardía, mientras bajaba el cierre de sus pantalones. Sentí claramente cómo se estremecía, y en un acto algo... ejem, cruel, ejem, sadomaso, presioné un poco con mi mano sobre su erección. Soltó un gemido ahogado dentro del beso, y no pude evitar regocijarme. Ah, cómo amaba tener el control de la situación...

Comentó algo sobre lo que yo dije, para decir que no era posible. Sonrió socarronamente y él tomó mis manos para apartarlas de su cuerpo y ponerlas al lado de mi cabeza. Yo lo miré sin entender.
Me sonrojé al oír lo que decía y solté una al final

- Es cierto, no puedo dejar de reír, Nya- entonces me besó, para luego bajar el cierre de mis pantalones, apenado cerré los ojos para no verlo y entonces presionó ese lugar con su mano. ¡Era un jodido pervertido! Gemí entre el beso y seguro él lo disfruto. Claro, claro. Bueno, no negaba que yo también pero.....eso no venía al caso ahora ¬//¬

Sonreí al notar que se tensaba y le di un suave beso en la mejilla.

-No tienes idea de lo lindo que te ves cuando estás nervioso, amor... - Susurré, divertido. No puedo negar que lo dije en parte para molestarlo, pero tampoco era mentira. Y es que en serio parecía un ángel con ese sonrojo en sus mejillas. Mi comentarió sólo hizo que el color aumentara y no pude reprimir una pequeña risa, que me fue reprochada por una acusadora mirada suya. Me contuve al fin y lo miré con ojitos de cachorro. -Okay, lo siento. - Dije, pero antes de que pudiera responderme cualquier cosa, empecé nuevamente con mis caricias.

Al poco rato ya estábamos ambos desnudos sobre las sábanas revueltas de mi cama, y entre besos, risitas y mordiscos, prometía ser una noche realmente maravillosa...

(Us: Oh, quedó cortito TwT)

Dio otro de esos cumplidos, me sonrojé y él rió, entonces le miré haciendo un puchero, reprochándole. Pero realmente me dio gracia. Se disculpó, y yo iba a decirle que no se preocupase cuando siguió acariciándome.
Después- no tengo idea de cuánto tiempo pasó, largo quizás corto...tal vez- ya no quedaba prenda alguno en su cuerpo o el mío, y las sábanas estaban completamente desordenadas.

Cada vez que me daba de esos besos húmedos, suspiraba y cuando me mordía soltaba una risita.

- Vas a dejarme muchas marcas amor...- susurré meloso y a la vez con ese tono pícaro que sacaba solo a veces con Wata-chan.- Entonces, supongo que debe ser equitativo...- dije sentándome sobre sus piernas- ¿no?- le lancé una mirada fija, muriéndome de risa por dentro al ver esa expresión....seguro eso sentían los semes....podría acostumbrarme a eso....bien, no, pero debía aprovechar el momento.

Ante su atenta mirada llevé mis labios a su cuello y di un mordisco.

Me regocijaba y a la vez mi interior se colmaba de placer al oír sus constantes suspiros y jadeos, combinados con aquellas preciosas risas que en aquel momento no podían excitarme más. Él dijo que iba a dejarle muchas marcas, y yo sonreí divertido sobre su boca.

-De eso se trata... - Susurré. Pero luego él hizo algo que no me esperaba. Dijo que debía ser equitativo. ¿Eh? ¿Y desde cuándo? Pero no me dejó decir nada y simplemente se sentó sobre mis piernas, dirigiéndome una mirada que por primera vez me hizo sentir... eh... uke.

"¡¡¡PUAAAAJ!!! Nooooo TOT"

Pero todos mis reclamos mentales fueron acallados cuando mordió mi cuello. Fue tierno, suave e inocente, casi como si temiera hacerme daño, pero lo suficientemente certero com para hacerme jadear. Me mordí los labios y traté de mantener el control. "Resira, respira..." Pensaba, pero Eiji-chan parecía tener algo personal con mi cuello y seguía dando besos y mordiscos allí. El placer me ganó y dejé escapar un ronco gemido, sintiendo cómo mis mejillas ardían de excitación.

Estaba perdido...

(Us: JAJAJA Morí con tu post xD "así se deben sentir los semes". Oh, sí, Eijicito, así nos sentimos XD)

Al oírle jadear tan fuerte me excité demasiado. Solté un leve suspiro y me decidí por volver a morder y llenar de besitos. Wata-chan suspiarab y en seco me detuve, tomando su rostro y besándole desesperadamente. En situaciones así, realmente me volvía loco.

- Creo que...-hablé, jadeando- alguien tiene un punto débil.- Reí divertido y di un tierno besito en el cuello, para recostar mi frente en su hombro. Aspiré y reuní todo mi valor, mientras cerraba apenado los ojos para decir:- Ya no...puedo aguantar más, Nya....- No me atreví a levantar la mirada. ¡Que me tragara la jodida tierra! Y Wata-chan estaba estático. Seguro tan impactado cómo yo.

En qué estaría pensando y por qué rayos no me tocaba, maldita sea. Bien, bien....fingamos que no pensé esto último.


(Uss: Perdona mi Naya besha, quedó corto xD)

Suspiré como un imbécil cuando atrapó mis labios en los suyos. Y por un breve instante pensé: "¿No debo ser yo el que esté haciendo esto?" Pero al segundo siguiente simplemente me perdí en él. Cuando nos separamos, dijo algo que me hizo sonrojar y desviar la mirada.

-U-Um... - Fue lo único que pude responderle. Luego sentí nuevamente sus labios en mi cuello, y me estremecí ligeramente. Cómo me encantaban sus besos...

Entonces dijo algo que, luego de dejjarme en shock por unos momentos, me hizo sonreír complacido. ¡Yeah, baby! El seme sigo siendo yo, jujuju~~

Sin decir nada, lo recosté suavemente en la cama y comencé a besarlo, lentamente, con pasión y deseo mezclados, acariciando su cuerpo con delicadeza. Eiji-chan nunca me dijo dónde quería ser tocado ni mucho menos, pero al parecer, siempre hacía un buen trabao. Yo creo que él ni se imaginaba los nervios que me daban cada vez que me dedicaba a complacerle, pero mejor que no lo supiera.

Lentamente bajé mi mano hasta su entrepierna, y sin dejar de besarlo acaricié con lujuria su excitado miembro sonriendo al oírlo gemir dentro del beso. Entreabrí los ojos para ver su rostro y la vista de su rostro sonrojado a niveles extremos, me excitó aún más...

Cuando quise darme cuenta ya me había recostado y tocaba con esa desesperación que me gustaba todo mi cuerpo. Me besó y gemí cuando llevó su mano a mi miembro. Me abracé a su cuello, quizás no había tono para describir mi cara en este momento. ME separé agitado, apenas y podía respirar. Sentí sus caricias más lentas cada vez y los gemidos siguieron saliendo de mis labios.

Con mis ojos entrecerrados le miré fijamente.
Mordí mi labio inferior y desvíe la mirada, él siguió tocándome, removí mis pies, algo inquieto y abrí los labios para decir algo. Sin embargo, gemidos fueron lo único que logré articular.

- T..Te amo....- jadeé, en un repentino momento, apegándome a Wata-chan.

Se aferró a mi cuello y sonreí por eso, ejerciendo presión en su entrepierna, lentamente. Se separó con un jadeo que me hizo excitar aún más, mientras batallaba por respirar. Fue entonces cuando entreabrió sus ojos, mirándome. Mirándome fijo. Me estremecí por ello y le devolví la mirada, una llena de pasión y de amor, sin detener mis caricias. Sonreí tiernamente cuando desvió su vista, mordiéndose el labio.

Escondí mi rostro en su cuello y lo besé, jadeando, mientras notaba cómo se removía. Y entonces murmuró ese "te amo". Dios, sentí como se me hinchaba el corazón; esas palabras me llegaron al alma. Muerto de amor, detuve un momento mis caricias sólo para poder besarlo. Sí, sé que en ese momento quizá lo único que él quería era que siguiera, pero sus palabras me mataron de ternura... Al separarnos, lo miré y le sonreí, sinceramente.

-También te amo.. - Susurré. Él me sonrió de vuelta, y alzó una de sus pequeñas manos para acariciar mi rostro con algo de temor. Me enternecí aún más por ello, es que Eiji-can era tan inexperto y... agh, tan lindo. Suspiré y volví a mirarlo, esta vez seductoramente. - Por favor, no... me provoques tanto... - Murmuré rozando mis labios con los suyos.

Justo en ese momento, considerando la situación-beso- mi cerebro pareció desconectarse de la realidad. Desperté tiempo después cuando la mano de Wata-chan tocaba ese lugar. Lancé la cabeza hacia atrás y di un gemido quizás demasiado fuerte. Mordí mi labio inferior y tapé mi boca, desviando el rostro. Tonto pervertido de Wata-chan.....

Detuvo sus caricias y se puso todo meloso. Wata-chan era un rollo, pero era mi rollo....lo amaba tanto.
Creo que se rió, no sé, estaba más ocupado en pedirle a la tierra que me tragara sin dejar rastro alguno de mi existencia. Que vergüenza.....
Sentí que rozaba sus labios con los míos, pero yo aún no me atrevia a mirarle...no, no, no, no, no...¿por qué eso me tenía que pasar a mí?

- pero no sé que hago...para provocarte...-ladeé la cabeza, viéndole fijo