Nuevo amor, nuevos dolores de cabeza priv-Kunsel

Verle encima suyo es algo que jamás pensó, ver a un hombre sobre su cuerpo, un gemido varonil se escapa de sus labios cuando siente los dedos de Ethan, se sonroja levemente, su abdomen sube y baja con rapidez, era tan diferente... pero al mismo tiempo le comenzaba a gustar, trata de no moverse con mucha fuerza, si, aunque se estaba dejando llevar por el deseo no quería lastimar a su... amante.
Al sentirle bajar por su piel se estremece, una de sus manos le acaricia el cabello, aquellos cabellos rubios, sedosos,.
Se tumba en la cama gimiendo de placer al sentir aquella boca y la lengua recorrer su glande, ninguna mujer le había hecho eso antes, todas se hacian las recatadas, al final de cuentas lo que buscaban más que dar placer era obtenerlo de Kunsel, su sexo era un poco más grande que lo normal, y al parecer era lo que les llamaba la atención, nunca se daban tiempo de conocerlo a fondo, y jamás imaginó que su primera felación se la daría un chico... un hombre mayor que....

Está tan lindo sonrojado alcanzo a pensar. Me separo besando su abdomen con ternura, intentando relajarle mientras mis dedos trabajan dentro suya, abriendo la carne para llenarlo más tarde con mi propio trozo de carne erecto. Esos gemidos amatorios y sensuales que salen de su boca me hace ver que realmente le gusta lo que estoy haciendo. Su mano se desliza por mis cabellos y yo ladeo el rostro buscando que sea mi mejilla lo que acaricie. Su piel arde también en el fuego sagrado, en aquello que las religiones prohiben, una unión que no dará nuevos miembros a la especie, algo tan sumamente hermoso que no quieren admitir y que yo estoy descubriendo.

Lamo su sexo desde la base del falo hasta la misma base de la seta y presionando con ella allí como si fuera un taladro buscando sus jadeos y su placer. DeSPUÉS de todo esto no se me da mal y es lo único que he hecho alguna vez. Cuando mis dedos comienzan a abrirse como tijeras en su interior para que su dolor quede bajo una pesada manta trago su sexo poco a poco, cada vez que mis labios bajan por él tragan un centímetro más y empieza a apretarlo, mientras mi lengua no deja que sienta frío.

Su entrada lentamente se va dilatando, con ayuda de esos dedos, al parecer el profesor tenía mucha idea de lo que estaba haciendo, y eso le hizo sentir una nueva punzada en el pecho, con cuantos habría estado... sentía... celos? sin saber porque el pensar que no era el primero le incomodaba un poco, pero no por ello dejaría de experimentar ese placer.

- Aaah!!! - un gemido más elevado sale de sus labios, cuando empieza a devorar su sexo de esa manera el corazón empieza a latir más rápido, se aferra a la cama con algo de fuerza, sus músculos se tensan incluyendo su entrada, la cual se aprieta alrededor de esos dedos, su sexo palpita dentro de esa boca que le llena de ese descomunal placer, se relame los labios y separa un poco sus piernas como un impulso. - E...than... - su voz entrecortada era sumamente varonil, pero no podía evitar hablar así con toda esa excitación, los dedos se restregaban dentro suyo, tocaban puntos demasiado sensibles, sumados a la felación, la calidez de esa lengua que humedecia más que lo que lograba su propia esencia preseminal.

la verdad es... que no tengo idea de lo que estoy haciendo!! Solo me guío por instinto y por lo que recuerdo haber leído en Teleny. La piel de su trasero se tensa y esa reacción me hace querer tomarlo. Separo mi boca de su sexo y paso la lengua por mi labio inferior cortando un hilo de saliva que acababa en su verga antes de ser cortado. Me relamo los labios, no se ha corrido en mi boca, pero ese presemen ha sido delicioso.


Sigo frotando los dedos dentro suyo mientras me pongo a su altura. Beso su dulce cuello no atreviéndome a besarle en los labios porque le pueda dar algo de asco después de haber recorrido su sexo con la lengua varias veces. mi rostro es de turbación total, mi sangre se acumula en mi rostro y mi pecho también ha tomado cierto tono rosado, como si mi propio corazón intentara escapar atravesando las capas de dermis y los ligamentos de los músculos.

Le miro a los ojos y los beso con dulzura. Mis dedos salen, un preservativo que ninguno nos acordaríamos más tarde de donde salió cubre mi verga erecta que gotea presemen. Me acomodo entre sus piernas bien abiertas, estoy totalmente emocionado de lo que estoy teniendo con kunsel, lo que trajera la mañana parece infinitamente lejano, como si no fueran unas horas y si varios años. Cojo sus manos y las llevo a mis costados, debajo de las costillas, donde no hay huesos que su fuerza pueda romper, quiero que me abrace, no admito que las sábanas se lleven ese dulce apretón cuando llegue al orgasmo.

Mientras con un brazo mantengo el equilibrio con él otro abrazo su cabeza acercándolo lo posible a mí. Mi cadera se empuja contra la suya, el glande se posiciona en ese agujero que promete un placer sin límites y por el que me esfuerzo en entrar.primero entra el glande, gime y lo estrecho lo más que puedo, otro empuje y la mitad está dentro, no me aventuro a intentar meterlo más por ser su primera vez. Aunque estoy preocupado por Kunsel, mi propia respiración es un sin sentido que viene y va cuando le place. - kunsel... puf.... kunse.... aah...- se aprieta demasiado, dios, esto es maravilloso, quiero más y más. Comienzo a empujar suave no metiendo mucho más de mi sexo apra no dañarle. Cuando parece que está bien suelto su cabeza y paso a masturbarle de nuevo.

Ve aquel hermoso sonrojo que no se queda solo en sus mejillas, baja, nadando por su cuerpo revistiéndolo de un atrayente tono rosado, observar directamente los ojos de su compañero le hace dar a su corazón un vuelco en el pecho, sencillamente esa mirada no puede resistirla, le atraviesa el alma, se nota no solo el deseo sino además un cariño que rayaba al amor, siente esos besos en sus párpados y besa su mentón, busca sus labios, el gusto de los mismos es extraño, pero no por ello desagradable.
De dónde había sacado el condon? no tenía idea, tal vez alguno sobre el buro, tal vez en su bolsillo... realmente no le importaba, siente sus manos recorrer nuevamente aquella piel tan tersa, tan atrayente, es suave y delicada, pero al mismo tiempo tiene una textura que no se puede comparar a la de una mujer, es diferente, es incluso más agradable, sus dedos viajan por esas caderas mientras sus piernas cobijan el cuerpo de su amante, al ser más pequeño Kunsel debe inclinarse un poco para besarle, era extraño, al ser el más alto tal vez debía ser el activo, pero esa era otra cosa de la que no se preocuparía en esos momentos.

- Ngh! - un pequeño mordisco al labio del profesor, se había tensado al sentir el pene del mayor contra su entrada, abriéndose camino por aquella rugosa y estrecha vereda que lentamente se deja penetrar, aprieta esas caderas un poco, sin mucha fuerza, no quiere romperle, no quiere lastimarle, solo desea que goce a la par que él. Su frente se apoya en el hombro del otro, jadeaba con cierta intensidad al sentirse profanado, su nombre salir de aquellos labios le hacen sonreir y le atrae un poco más, aun no podía cobijarle por completo, pero eso no significaba que dejara de gozar, su excitación aumenta con esas caricias, con esa pelvis que contra la suya comienza un vaivén delicado, frotándose dentro de su cuerpo, no pierde la oportunidad de besar a su amante, su lengua busca la ajena y la presa acorralándola dentro de esa boca de sabor dulzon, su respiración entrecortada se une a ajena al tiempo que esas caderas se mueven un poco más rápido, la dureza del falo es totalmente placentera.

Sus besos me hacen dichoso, ese mordisco me hace algo de daño, mañana se pondrá algo morado. No solo son mis huesos, también mi piel carece de muchos minerales que la hacen débil a las agresiones externas, pero no me importa realmente, solo poder besarle, sentir su lengua perseguir a la mía.


El cuidado que me procesa insufla vida y calor a mi cuerpo, pero también me desespera un poco, tampoco es plan de que se ponga a darme azotes, pero que se controle tanto... es la primera vez pienso conciliador... pero y sí es la última? Quiero sentir toda su pasión.


Nuestros alientos se entremezclan, a la vez que nuestras lenguas intentan alcanzar a la contraria. Mi trote se va volviendo cada vez más y más un galope. A la vez, mis caricias en su falo son más rápidas y más dedicadas al objetivo de hacer que se corra y llevarle a un clímax que no olvide. Cada gesto del menor me cautiva, como apoya su frente en mi hombro o su boca en la mía, sus mejillas coloradas, pero lejos de alcanzar mi sonrojo; su agarre suave y celestial.


Sus testículos pasan a ser víctimas en mis dedos, no sé si es posible eso de corrernos a la vez, pero mi orgasmo está muy cerca y quiero tenerlo con él.


(muy buen post)

Los dedos de Kunsel recorren la espalda, esa hermosa curvatura que viaja por ese cuerpo tan bello, las yemas de sus dedos sienten cada espasmo que esa superficie despliega, los besos cada vez son más profundos, la mano que tenía libre se afianza de la cadera del profesor, sintiendo como el ritmo va en aumento, sin descanso, constante.

- Aaah! - sus gemelos se sienten invadidos por aquellos dedos traviesos, sonrie de lado, es demasiado, su cuerpo no resistirá más aquellas embestidas, la masturbación y ahora, como si no estuviese contento Ethan con eso empieza esa tortura donde la sensibilidad se despliega hacia todo el cuerpo. - más - una palabra, tres letras que parecen insignifcantes pero que en esos momentos, dichas de esa manera al oido de su amante hacen del ambiente algo más sensual, sus ojos se entreabren dedicándole una mirada tal al mayor que nadie en su sano juicio hubiese podido conservar la cordura, siente como las penetraciones comienzan a ser más constantes, se recuesta dejándo a su profesor una posición más conveniente para que puede moverse dentro suyo con más facilidad.

Un gemido ahogado y placentero, su semen se escabulle de aquella cálida morada para recorrer un camino nuevo sobre el abdomen del mayor, no lo siente como tal, pero sabe por ese gemido y esa pequeña contracción en su cuerpó, que ahora el condon guarda el semen debido a la catarsis en que han caido los dos.

- ah... eso es... - digo cuando acaricia mi espalda, su tacto me vuelve loco. Esa sonrisa suya cuando toco sus gemelos que ha venido después de un gemido, me parece fantástica, pero me apena lo suficiente como para retirar la mirada de sus ojos. - ngh! - esa a palabra en mi oído provoca un espasmo bastante fuerte que me estremece de arriba a abajo. Esa mirada suya me duele, a pesar de la forma en que se está comportando conmigo no estoy para nada seguro de que mañana no se arrepienta y le asquee.


Su orgasmo llega y el mío. Sonrío feliz por ello y dejo que mi voz salga en una sucesión de jadeos que hacen eco en la habitación. Mi respiración es una ruina, mis brazos no aguantan mi peso y me dejo descansar en el pecho del soldado. A penas consigo salir de él y deshacerme del condón, estoy completamente agotado. Los ojos se me cierran y pierdo la oportunidad de saber si ... qué ha sido esto para él? Pero... simplemente no puedo...
- kunsel... - logro murmurar.



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Me llamo, Ethan, Ethan Nieve. Tengo la enfermedad de los huesos de cristal, tipo I, Leve, estoy siendo tratado gracias a una ayuda del gobierno y al dinero que gano como profesor de Universidad, un golpe fuerte de cintura para arriba y el hospital me reclama o yo le reclamo a él, ya no lo sé. Nieve.Mi apellido no me agrada en absoluto, pero no me importaría que cierta persona me llamase por él. Esa persona está a mi lado ahora, tumbada boca abajo y sin ropa, solo la noche arropa su cuerpo, als sábanas están liadas a sus pies. Esta persona es un hombre, al que le saco 7 años.

Mi nombre es Ethan, tengo 30 años y... hasta hace unas horas era virgen. De alguna manera los dos hemos perdido la virginidad y eso es lo que más preocupa. He sodomizado a un soldado de segunda clase de Shin-ra, que tenía una espada bien grande si no recuerdo mal. A esta persona la quise cuando la conocí, creía que estaba muerta hasta hace un mes. Anhelaba besarla, aunque pensé que era más un deseo residual de cuando dejé de verle, pero... ahora estoy enamorado de él de nuevo. Y he sometido su cuerpo, pero creo que me falta mucho para que su corazón me pertenezca. Ayer una mujer le hizo daño ¿despecho? él no es así, creo que únicamente no quería estar solo, yo era el único que radicaba débilmente esa soledad. ¿No me importa que no me quiera? Claro que sí, pero me interesa más estar para él. No estoy arrepentido de haber perdido mi virginidad, no significaba nada para mí, era un pequeño lastre con el que tenía que cargar y que no me causaba muchos problemas. ¿qué me preocupa entonces? Que me aleje, que no quiera volver a verme.

Tengo 30 años y huir es algo que a mi edad no me puedo permitir, pero tengo que ir a mis clases y pasar por casa a recoger el material. Desearía quedarme y hablarlo, desearía despertarle con un beso, pero son las 5 de la mañana y creo que nos dormimos a las dos. He leído decenas de libros he escrito más de una tesis de 100 páginas, también artículos, hablo todos los días desde un podio a mis alumnos, tengo un vocabulario rico y una buena labia, sin embargo... la hoja en blanco ahora me abruma. cómo decirle todo lo que quiero decirle, que poner por papel y que dejar para hablar personalmente con él? Cojo aire y sin soltarlo deslizo el boli por el papel dejando que impregne su blancura de azul :

Espero que te encuentres bien en la mañana. te he dejado una pastilla para el dolor muscular, son las que uso yo cuando me doy un golpe. Siento irme sin decir nada, pero tengo clases y quiero dejarte dormir. Espero poder hablar contigo más tarde, que no me odies tanto como para negarme eso. Nos vemos en clase y hablaremos después. Si no vas te haré una visita a tu casa.
Siento haberme quedado hasta tan tarde.

un abrazo.

Firmo y la dejo en un lugar visible de la mesilla junto a una pequeña pastilla. Me levanto despacio, el cuerpo me duele un poco, pero no estoy lesionado ni nada, solo agotado, anoche no comí más que helado y pockyes y eso no aporta nada de lo que mis huesos necesitan. Me visto y voy a la cocina buscando un zumo o algo para no desfallecer al volante y que aporte vitamina C para que esta ayude a que el colágeno se multiplique con normalidad. Encuentro un zumo tropical, no es natural, pero servirá, espero que no le importe, aunque después de lo de anoche que tenga el descaro de coger algo de su nevera no le debe de importar mucho.
Salgo del edificio con el alma intranquila....

Una vez en casa, veo que tengo algún que otro moretón pequeños, los acaricio son las huellas de los dedos de kunsel, me lamo el labio herido con cierto gusto también...

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Llega la tarde y salgo de la universidad para ir a casa de Zack. Llamo a la puerta y espero a Que zack me abra y así comprobar si Kunsel está ahí y su estado

Abre la puerta y se topa con el profesor, su mirada se vuelve algo seria. No era cosa que le importara en su totalidad, pero Kunsel era su amigo; hace pasar a Ethan al departamento, el rubio no estaba ahí.

- Lo siento profesor... pero creo que ahora no es momento de asesorias - dice con voz amable pero un tanto cortante, se rasca la nuca, no era quien para reclamar pero le afectaba. - Kunsel no vino hoy... me habló en la mañana pero no me quiso contar... esa niña tonta no sé que le habrá dicho... - suspira, aun no sabía nada sobre lo pasado entre su amigo y el asesor - por favor, disculpeme pero no podría poner atención a su clase, iba a ir a verle pero me lo prohibio... se notaba extraño... le molesta si lo dejamos para mañana? - sus ojitos se notaban realmente preocupados, ni siquiera Yen estaba de traviesa como siempre, era como si el humor de Zack afectara a la pequeña.

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Mientras en casa de Kunsel el ambiente era casi parecido, una nube de desconcierto se paseaba sobre el rubio de un lado a otro, había leído la nota... se tomó el medicamento... pero aun estaba sin podérselo creer, en verdad había pasado lo de ayer? sabía de sobra que el profesor iría a su casa, pero no estaba completamente convencido de querer verlo, realmente su mente estaba enmarado en esos momentos.

- Voy... - cuando el timbre suena camina con lentitud, no porque le doliese algo.sino porque no sabía si abrir o no, mira por el pequeño orificio y se da cuenta que es el rubio. Un "que hago" sale de sus labios como un susurro y se escucha nuevamente el timbre. La puerta se abre - hola... pasa - su voz es neutral, le deja entrar - Ethan... tu y yo... anoche?... - no es que no se acordara, es que sencillamente aun no le caía el veinte, era como si necesitara que alguien se lo confirmara para poder asimilar todo aquello.

- oh, no te preocupes, lo dejamos para mañana, sin problemas. Nos vemos mañana y no te preocupes, que sea lo que sea se arreglará. - d¡le digo y marcho al apartamento del chico.

Me abre la puerta y su voz se diferencia mucho de lo amigable de ayer y de lo íntimo de la noche, qué esperaba? qué me recibiera con un beso? No lo esperaba, pero lo deseaba. - Konnichiwa. vamos a sentarnos, sí? - digo pasando al salón.

Me siento y le miro a los ojos, los míos destilan tristeza, su confusión es justificable, aunque he intentado no tener esperanzas llevo todo el día imaginando que me dirá algo como que intentará querer o algo así. La realidad es muy cruda, por eso me refugio a menudo en los libros. - sí, nosotros hicimos el amor. ¿me odias?

Se sienta a un lado del mayor, tampoco se iba a sentar un metro lejos o algo así. Escucha lo de que hicieron el amor y se sonroja bastante.

- Que? - se sorprende cuando le pregunta si lo odia - porque habría de,... - sonrie de pronto y niega - como podría odiarte... - le acaricia la mejilla - es solo que estoy.... no sé... confundido? ...Ethan... lo de ayer fue... yo... - estaba totalmente enredado en como expresarse.

Se detiene y toma aire, pone un dedo en los labios del mayor cuando le iba a decir algo y niega

- Hablaré yo... Ethan... te quiero mucho... pero aun no sé si pueda llegar a quererte como tu deseas, lo de ayer fue... me gustó, y eso es lo que más me tiene confundido, yo... tecnicamente no soy Gay... pero... - se levanta rascando su nuca y camina como en círculos. - diablos¡ Zack.. no sé si Zack era gay... y ahora está con Yoshiyuki-san y es feliz¡... pero no sé si yo pueda hacerte feliz¡ - se deja caer en el sofá individual tapándose la cara con las manos

Cuando se tapa la cara me muerdo el labio a pesar de dolerme. Aparto las manos de su rostro y le abrazo. - Quieres hacerme feliz... eso es... tan increíble! - exclamo. Le aprieto antes de separarme. - Yo te daré el tiempo que quieras, vale? Además, yo también tengo dudas de si podré hacerte feliz. Realmente, no creo que podamos ahcerlo más de una vez seguida. - anoche estaba a punto de colapso, aunque también es verdad que no cene más que chocolate. - No es muy divertido jugar a una guerra de almohadas conmigo tampoco. - digo bromeando. - también te saco unos 7 años y soy tan celoso que te darán ganas de darme alguna cachetada y... no podrás.


Aunque intento que mi tono sea algo serio no puedo, estoy exultan de dicha y satisfacción - Entiendo perfectamente que estés confundido. - me levanto dispuesto a irme. - supongo que necesitas pensar...

Le toma de la mano evitando que se vaya.

- En Wutai... Zack conoció a una chica llamada Aerith... la adoraba... no creo que de la misma manera que como quiere a su actual pareja pero... la quería proteger a costa de todo, no deseaba que nada malo le pasara... y cuando les veía juntos desee algún día tener a una persona a quien proteger... no porque le considerara debil, sino porque sería una persona importante para mi - se levanta mirandole a los ojos - no es porque estes enfermo... pero el destino me ha dejado volver a encontrarte, y algo dentro mío me hace querer protegerte - le abraza con sumo cuidado, siente lo sedoso de su cabello al tiempo que sus manos lo acariciaban, esta totalmente atrapado por ese hombre.

- Si te vas ahora... harás que quede más confundido... quédate.. sólo así podré darme cuenta más rápido de lo que siento

Cuando me abraza su aroma me envuelve y cubre casi todo mi cuerpo con esos brazos musculosos, no dudo en abrazarle y hundir el rostro en su pecho. - Baka... me harás llorar... - digo sin apartar el rostro de la tela de su camisa que desprende un agradable aroma a su detergente. No estoy llorando, pero mis ojos se han humedecido.


Suspiro relajándome y me separo mirando hacia arriba a sus ojos. - me quedaré... - digo suavemente.


Abro los ojos recordando algo y me separo cogiendo su teléfono. - Tienes que llamar a Zack, tendrías que haberlo visto al pobre. - busco su nº en la agenda y lo marco y se lo paso yéndome a la cocina a por un vaso de agua mientras él habla con su amigo. Le espero sentado sobre la encimera meneando las piernas

(perdona el retraso)

- Zack? - se sorprende cuando se separa, pero más aun por el motivo de la separación, toma el teléfono y habla con su amigo, le dice que todo está mejor, que no tiene que preocuparse. El otro le da un sermón y amenaza con ir a su casa, pero Kunsel le comenta que no estara pues irá a dar la vuelta al parque, después de aproximadamente diez minutos cuelga. - es... siempre así de exagerado - sonrie el rubio y pone el teléfono en su lugar, sentándose al lado del profesor, mira hacia el frente.

- Y... entonces?...qué haremos... que hay entre nosotros? - pregunta aun un tanto confuso pero más centrado que antes, aunque aún hay preguntas sin resolver - y además... es decir... siempre... yo...yo siempre estaré...abajo?

Me echo a reír cuando dice lo de estar debajo. - lo siento jajaja. - tomo su mano. - A mí me gustaría que fuéramos... amantes, pareja. - le sonrío. - y tranquilo, no tiene que ser siempre así... - aparto la mirada un momento algo avergonzado. - no me importa estar debajo, pero.. puede ser algo difícil... creo que necesitaré mucha preparación.

- Oye... no te rías - le dice un tanto serio, pero sonrie, le gustaba ver sonreir a ese hombre, se notaba sumamente tierno riendo de esa manera, pasa sus dedos por la mejilla tersa de aquel rubio, siente como toma su mano y escucha esas palabras - fue realmente extraño... agradable pero extraño - dice, no como reclamo sino aclaración - entiendo, pero. como te dije antes - camina detrás del mayor rodeándole por la cintura, era muy delgado, su cuerpo era pequeño a comparación del de Kunsel - quiero cuidarte, mi interior pide a gritos que te proteja - susurra a su oido - solo espero que seas paciente conmigo... Zack es una persona que puede expresar lo que siente, pero yo no... aunque siempre estemos juntos como buenos amigos, no se me ha pegado nada de su forma de ser... solo eso - señala los videojuegos

Su tacto me fascina y cuando me rodea la cintura echo la cabeza atrás mirándole con una sonrisa y pongo los brazos sobre los suyos.- Me parece que él que me tendrá paciente serás tú. - sonrío mirando a los videojuegos. - Sabes? yo también quiero consentirte, pero no cocino muy bien... - digo recordando lo que me dijo de la chica.


Me doy la vuelta abrazándole por el cuello mirándole. - entonces... te gustó? - digo algo inseguro, ya que era mi primera vez, pero no quiero que sepa que era virgen hasta ayer.

- Jamás estoy con alguien que no me atraiga - dice sincero, se inclina, iba a besarle pero se detiene un momento, observa esos ojos tan atrayentes con un gesto de cierta decepción, pero baja probando sus labios, no es que se sintiera obligado, es simplemente que besarle de esa manera a la luz de la habitación, mirando completamente su rostro le daba algo de verguenza, un beso suave, tranquilo, degustando sus labios, bastante suaves, profundiza el beso haciéndolo un tanto más apasionado, se separa lentamente - wow... sensei... tienes mucha experiencia verdad? - comenta pues los besos del mayor le agradaban sobremanera

- No me refería a mí, decía lo de ano... - esa decepción en sus ojos me duele, por qué me mira así? Luego me besa y le devuelvo el beso acariciando su rostro, sus labios son los mejores... Lamo suavemente mis propios labios después de eso y le doy un corto beso.Me sonrojo cuando me dice lo de la experiencia. - pues... seguro que no tanta como tú... - digo titubeante y sin saber si debería decírselo o no.

- Oye me llevas 7 años... seguro cuando estabas en Wutai ya eras un maestro del placer - le besa nuevamente, su lengua acaricia la del profesor, le atrae un poco más - me gusta el sabor de tus labios... son suaves además ... y sobre quien hablas? - pregunta nuevamente retomando el tema anterior, pero sin prestarle mucha atención realmente pues se estaba acostumbrando a besarle más constantemente, sus manos acarician esas caderas.

- Sabes, ayer tu cara al verme desnudo fue graciosa... te gustó lo que viste? - muerde el lóbulo de su oreja, cuando Kunsel agarraba confianza la timidez o reserva se quedaban a un lado


(ire a comer)

- ¿qué? Te llevaré 7 años, pero estás mil veces más bueno que yo y las cosas son así y la primera impresión es siempre visual. mmm... - su lengua entra en acción y la mía no se hace de rogar. No sí... no parece sospechar nada. - y a mí el de los tuyos y tu aroma y... tus cicatrices son muy sexys. - bromeo.

- oh, decía que... si hubo algo que te desagradara anoche. - mis manos moldean esos músculos de dios griego fascinadas. - ngh! - muerde mi oreja. - bueno, cuando te vi hace 5 años tu cuerpo... está mucho más armonizado ahora, simplemente es perfecto. - digo sin querer que piense que solo me fijo en su cuerpo. Ahora soy yo quien tira de sus hombros para abajo y así poder besarle con tranquilidad.

- No es perfecto... - comenta y responde esos besos - anoche.. jajaja, no... y eso es lo que más me preocupa, que me gustara tanto - sonrie divertido y comienza a acariciar las caderas del profesor, llegando hasta el trasero, masajea un poco - ciertamente... no creí que tu cuerpo me atrajera de esta manera... - se separa mirándole a los ojos, delineando esa mejilla y besa su frente.

- Me enseñarás todo lo que sabes? quiero complacerte, y cuidarte y hacerte feliz, quiero aprovechar esta oportunidad que el destino me dio para estar contigo, además será genial poder hablar contigo nuevamente sobre los libros que leemos, compartir experiencias... recuerdos - le vuelve a abrazar - y haremos lo posible para que tu enfermedad disminuya más rápido, te lo prometo

- de verdad? - digo feliz de escuchar que no hice nada mal o... raro. Me sorprendo cuando se amarra a mi trasero. - oye, oye, no desgastes la mercancía. - digo bromeando. Ese besito en la frente me roba una sonrisa.

Le cojo de los hombros y le sacudo. - pero sí ya lo haces! - digo divertido. - me haces muy, muy feliz. - apoyo la mejilla en su pecho cuando me abraza. - arigato. Y yo, te ayudaré con esa pronunciaón del japonés, eh? y te consentiré todo lo que pueda.


-eres tan cálido. sabes? Desde que llegué a Japón me estoy sometiendo a tratamiento, mi cuerpo está aceptando las células madre para regenerar las mías y con ello conseguir una mejor sangre. Además tengo una dieta de minerales y colágeno. prácticamente bebo solo zumo de naranaja en vez de agua para no perder los minerales y el colágeno que consumo. Mis alumnos ya están acostumbrados a que, en vez de tener una botella de medio litro de agua sobre la mesa, aparezca con dos litros de zumo natural o granini.


- pero, esto rige mi vida, me alegra que me apoyes, pero no quiero que rija también la tuya. - le digo sincero.

- Si más adelante... nos volvemos una pareja estable... tu vida será la mía - dice serio, sincero, su voz varonil era tan penetrante que cuando hablaba de ese modo podía erizar la piel - y sobre la mercancia... me gusta manosearla cuando es buena - se agacha para besarle profundamente y sus manos viajan al trasero del rubio volviendolo a pellizcar y manosear - en verdad espero que esto se logre, porque ahora que te volví a encontrar no quiero perderte... sin darme cuenta creo que el no tenerte a mi lado... desde el día que te perdí hace cinco años creo que estuve merodeando chicas para encontrar a alguien con quien sentirme completo... - pega su frente a la de Ethan - tu te llevaste esa parte de mi... y ahora encontre la pieza del rompecabezas - baja a besar su cuello, lamiendo lentamente - comiste bien?... es decir... has comido bien desde ayer?, no te lastimé?