Nuevo amor, nuevos dolores de cabeza priv-Kunsel

- Jajaja si - hace un ademán de darle un beso a la foca y como si esta entendiese pega su nariz al vidrio, después se despide de ella y va al lado de Ethan - bueno... al menos no eres celoso con mi nueva conquista - le dice besándole en los labios - pero afortunadamente a ti si puedo besarte directamente - susurra mientras siguen el recorrido, realmente todo ese lugar era espectacular a cada paso se sorprendía con todas las especies nuevas que encontraba pues en su antigua tierra no había tanta variedad.

- Después de aquí a donde dijiste que iríamos? al castillo? - pregunta tomandole de la mano entrelazando sus dedos, le mira, era muy atractivo, mientras le explica observa detenidamente sus facciones, recordando aquellos días en Shin Ra, si... definitivamente estaba feliz de haberle reencontrado, de tenerlo a su lado con vida.

Le miro con ternura cuando besa a la foca. - por qué habría de ponerme celoso? Me parece muy tierno. - me besa y sonrío respondiéndole. - eres un picaflor, primero la besas a ella y luego a mí. - digo divertido.


- sí, iremos al castillo. Buscaremos una parada de bus y así descansamos unos minutos. mmm... si queremos verlo todo tendremos poco tiempo para comer, creo que estará bien ir picando cosas de los puestos y ya cenaremos en abundancia. - terminamos de ver el acuario, mientras le cuento lo poco que sé del castillo, y tenemos la suerte de salir a una calle con parada de autobús. Compramos unos sandwiches para tomar dentro y busco en el itinerario colgado cual debemos de coger. - pasa algo? estás muy callado. - doy un mordisco a mi sandwich mixto mirándole. El traqueteo del vehículo es constante, y nos estábamos alejando de la fiesta y osaka solo parece una ciudad cosmopolita.

- No nada.. solo pensaba - dice sonriendo y come también mientras abraza con una mano a Ethan, de manera suave para no lastimarle el brazo

- Esto simplemente es genial... tu, el acuario... el sandwich - comenta contento dando otra mordida, sacando otro de los que habían comprado pues ambos eran de buen comer y uno más que calmarles el hambre se las iba a aumentar, además no por comer a media comida Kunsel dejarpia de comer en el momento debido, llegan al castillo, la construccion es maravillosa, más aun por todos los sucesos que le comentó Ethan que se habían desenvuelto ahí

- Espero que aun sea tiempo para entrar - comenta pues se habían llevado un tiempo en el acuario

Rio porque incluya a unos simples sandwiches en la palabra genial . - Estoy contento de que te lo pases bien. - llevo preocupado de aburrirle desde que le propuse venir a Osaka, así que si se lo está pasando bien no puedo estar más feliz.

- waw! Es magnífico, está armonizado con el paisaje. - al verlo desde lejos se ve como los árboles de verde intentos lo rodean dando aún más una sensación de altura insuperable para la época. - hay mercado, cojamos reserva para no perder tiempo y mientras nos llega el turno damos un vistazo al mercado. - nos acercamos al puesto donde se compran las entradas. Hay bastante gente dentro del castillo así que nos indican que debemos esperar unos 40 minutos.

- vamos al mercado, meintras- le miro contento. - Vaya, ya han florecido los cerezos. - digo mirándolos al pasar, los puestos están colocados debajo de estos para dar encanto a sus mercancías. Tras mirar muchos productos japoneses tradicionales, me compro un pequeño bonsai. - te quedaría bien uno de esos yukata. - digo señalando un puesto donde un hombre está en un banquito de pie mientras le sujetan las telas con fíbulas.

Spoiler:

Ladea la cabeza mirando aquella ropa.

- Está bien... pero - le atrae con cuidado - tu usaras uno también - dice sonriendo ante la cara de Ethan, compra dos Yukata y unas sandalias setta, le pregunta donde pueden cambiarse y les señala una posada no lejos de ahí, les daba tiempo - anda vamos.

Entran a la posada y la anciana les permite pasar a cambiarse, Kunsel no aceptaría un no por respuesta así que comienza a desvestirse y ayuda a Ethan, las Yukatas eran en blanco y negro, no muy vistosas pero si se veían bastante bien con ellas.

- Wow.... - es lo único que sale de los labios de Kunsel al ver al mayor vestido de esa manera - te ves muy guapo sabes - se iba a acercar a besarle cuando se corre la puerta corrediza, era el esposo de la anciana preguntando si no necesitaban nada, Kunsel niega y agradece por todo, compran una bolsa para guardar la ropa y se van al castillo, les quedaban quince minutos para llegar.

- Ethan... podemos hacernos una foto bajo las sakuras... con ese Yukata y rodeado de flores seguro que te ves hermoso - le acaricia la mejilla con tiento

-eh? solo era un comentario, no tenemos que... - me ignora completamente y me arrastra a la tienda. Me pregunta si me gusta uno blanco y negro y asiento y compra dos muy semejantes de iguales colores, el mío es blanco y un dragón chino sube en espiral por él. Estoy algo avergonzado cuando me lleva a la posada a cambiarnos. - No tenías que comprarlos si no querías, solo pensé que se vería bien en ti... - digo avergonzado por como se verá el yukata en mí. Cuando Kunsel se lo pone me sorprendo, no esperaba que se viera tan bien en él. - es imposible que me vea mejor que tú. - aseguro, entrecierro los ojos cuando me va a besar totalmente sonrojado por sus piropos. Un hombre nos interrumpe y acabamos saliendo de ahí sin darnos un beso.


- ya te dije que no soy fotogénico. - veo como me mira y asiento. - está bien... - cojo la cámara y le pido a un turista que nos haga una foto. Lo bueno del yujata es que no deja ver la escayola, aunque para ponérmelo he tenido que quitarme el cabestrillo. Me pongo al lado de Kunsely debajo de un árbol que apenas ha perdido flores y le abrazo por la cintura, el hombre nos dice que dispara y sonrío lo mejor que puedo intentando que sea una buena foto, pero a pesar de que el hombre hizo tres para asegurarse no salgo bien en ninguna. - esto es horrible. - digo deprimido.

- Arigatou - dice con ese acento tan particular y sonrie, mira las fotos. - para mi estás genial... Ethan... - le hace voltear para verle - dioses... en verdad que me gustaría que te vieras como yo a ti... eres encantador... me fascinas, para mi eres la persona mas hermosa del mundo, y creeme que para muchos lo eres, necesitas tener confianza en ti - le abraza con cuidado, como si quisiera en ese abrazo transmitirle todo lo que sentía por el - te amo ... Ich liebe dich von herzen ganzem. (Te amo con todo mi corazón.) - dice de pronto hacia mucho que no usaba la lengua de sus padres, tanto que incluso parecía haberla olvidado, se había habituado a la lengua de Wutai e incluso Ethan jamás la había escuchado.

- si te gusto es suficiente para mí, pero seamos realistas, salgo fatal. - me abraza de pronto. Si él dice que soy atractivo para él le creo, pero nadie se ha interesado por mí así que eso de que para muchos lo soy me es totalmente ajeno, pero no me importa, con gustarle a él es suficiente para mí.

Le miro. - no sabía que hablabas alemán, yo apenas conozco ese idioma. - me separo y tomo su mano para entrar el castillo. Le miro de nuevo, se ve maravilloso con esas ropas.

- Herencia de familia - dice besando su frente y tomando de la mano también a Ethan caminan hacia el castillo pues ya era su turno, se da cuenta como le mira el mayor y le sonrie de manera dulce - se ve imponente... te imaginas haber vivido en el palacio?... me hubiese gustado ser un samurai... tanto honor... lamentablemente muchos de los nuevos soldados que reclutó Shin ra eran más mercenarios que otra cosa, mientras les pagaran matarían... - comenta mientras atraviesan los jardines pásando por la entrada principal de la puerta, todo el ambiente parecía transportarlos al pasado, y sumado a que llevaban esas ropas era aun más realista.

- En la noche la yukata será conveniente - dice sonriendo de lado al oido de Ethan para verlo sonrojar, le encantaba que se sonrojara

Pasamos por una puerta monumental al patio del castillo y vamos viendo las salas con tranquilidad, solo nos dejan subir tres pisos, en las salas más altas se están llevando a cabo ceremonias del té y horas de metidación y rezo.

- sería gracioso verte con la armadura, el o-yoroi. Eran muy valorados por su entrenamiento basado en la concentración mental, pero como todo tiene unas tradiciones un tanto... macabras. Les daba por coleccionar cabezas. - digo con un poquito de grima al recordar un grabado en lo que ilustraba esto de forma detallista.

Me quedo mirando maravillado unos relieves orientales de fauna que ascienden por una columna cuando Kunsel me suelta semejante bomba.- Kunsel! - exclamo con reproche mirándole sonrosado. Un par de visitantes se me quedan mirando unos segundo al haber levantado la voz y luego siguen a lo suyo. Mira que soltarme esas cosas...

Sonrie divertido al ver como dice su nombre de esa manera, le gustaban sus reacciones, era tan lindo que simplemente no podía evitarlo. Camina también mirando y fotografiando lo que puede, los pasos de todos resonaban en el lugar, era extraño, como pese a todos las décadas que tenía abandonado pudieran sentirse aún las presencias de algunas personas en el castillo, y no precisamente de los visitantes.
Como soldado había aprendido a desarrollar muchas habilidades y el sexto sentido era una de ellas, no es que viera fantasmas o algo parecido, era que podía sentir lo que muchos no.

Su mirada se torna un tanto triste cuando mira hacia el patio desde una de las ventanas, pensar en toda la gente que murió ahí, el cómo murieron, le recorre un escalofrio, soldados igual que él, gente inocente que había muerto por su honor, para proteger lo que creían. Suspira profundamente y continua con el recorrido, pero después de ese momento no dijo nada más, como si llevara el luto por dentro, demostrando un alto respeto a los que ahí habían perecido.

Terminamos de ver el castillo tranquilos, pero Kunsele está muy callado. - está todo bien? - pregunto mientras salimos. El templo Zen está cerca y aquí no hay que pagar entrada, nos paseamos por los jardines que desprenden armonía, la tierra recorrida de cabo a rabo por los surcos de los rastrillos, que rodean las rocas y los árboles, los cuales tienen copas de formas redondas por lo general, pero los que tienen flores de colores muestran un aspecto precioso y salvaje. Cuando paseamos por las maderas del templo vemos numerosos inciensos colocados aquí allá. - te gusta?

- Si todo está bien - dice con voz serena, cuando salen respira profundo, mirando hacia atrás, como si se despidiese del castillo; Ethan le guía hacia uno de los templos Zen, sus pasos sobre la madera, pueden sentir el frío de la misma contra su piel se siente muy bien, el ambiente es totalmente diferente al del castillo, más relajado, bastante armonioso, hay un lugar donde se les permite meditar unos momentos, Kunsel toma a Ethan de la mano, miraba hacia el frente, sentándose y poniéndose en pose de meditación, las ondas de la arena parecían como si fuesen pequeños oleajes en el mar, poco a poco se deja llevar por esa calma, tenía mucho que no se sentía así, tan en paz consigo mismo.
Después de un rato vuelve a abrir los ojos, mirando a Ethan con atención, realmente le gustaba, le encantaba estar con él, le deja regresar de ese mundo y cuando abre sus ojos le toma de la mano para seguir con el recorrido, caminando despacio para no importunar a quienes habían empezado a meditar.

Le veo un poco raro hasta que salimos del castillo, pero no le doy importancia pues dice que está bien.


En el templo nos sentamos a meditar o a intentarlo. kunsel me toma la mano y no la suelta a pesar de que cierra los ojos dispuesto a abstraerse en su mundo interior. Lo de tomarnos de la mano no me pone nervioso, pero que me bese en público o que diga abiertamente que soy su pareja, es algo bastante escandaloso en este país oriental y me da auténtica vergüenza, pero conseguirá que me acostumbre algún día.


Cierro los ojos y respiro tranquilo y con profundidad y relajo mis músculos, no es que deje de pensar en nada, la verdad, todo el rato me están circulando ideas sobre un montón de cosas por la cabeza y cortar ese loco flujo creativo me cuesta mucho.


Al poco rato nos cansamos y salimos en silencio. - Con tanto silencio casi me duermo. - reconozco. nos ponemos los zapatos para pasear un poco más lejos de los jardines, los farolillos están encendidos por el recorrido y llegamos a un puente, en el agua clara se ven peces negros y blancos, en recuerdo del ying y el yan. - ya se hizo de noche, bueno, nos queda solo una parada antes de ir a cenar. Será rápido. - prometo sin decir a donde iremos luego. Todos los visitantes están abandonando el templo ya, cierran en apenas 20 minutos. - sIENTO haberte llevado al acuario, de no haber ido podríamos haber estado un poco más de tiempo en el templo, que es lo que tú querías ver. - me giro y aprovechando la oscuridad le doy un corto beso, que si nos ve un monje nos echa una maldición o algo.


Salimos y cogemos otro bus para ir a por el coche y le indico a Kunsel donde debe de ir.

Spoiler:

Veo que flipa con el tamaño del edificio. - es el umeda sky. - le digo escuetamente. entramos y pagamos por subir al mirador, la subida en ascensor de 40 pisos se hace algo larga y cuando salimos vemos toda la ciudad iluminada. - te gusta? - digo acercándonos a la barandilla. - es precioso, si no se ve desde un punto ecologista.

Spoiler:

- Oye, no digas eso, me ha gustado estar en el acuario, acuerdate que hice una nueva novia - dice divertido besando esa mata de cabellos rubios, caminan hacia el coche, la Yukata era bastante cómoda, aunque era extraño verles andar así por la ciudad, pero no le incomodaba, esperaba que a Ethan tampoco. - wow - es lo único que exclama al ver el inmenso edificio frente a ellos. Suben y mira desde el barandal - jajaja si, es hermoso, aunque las estrellas no pueden verse bien debido a toda la luz que emana de la ciudad... recuerdas las noches en gongaga? - ladea la cabeza - alguna vez estuviste ahí? - pregunta curioso pero antes de dejarle contestar prosigue - las estrellas se podían notar sin problemas... a veces, cuando tuve las pocas misiones con Zack y Angeal-san... nos quedábamos ratos despiertos mirando las estrellas... fueron dos o tres veces solamente, cuando se dieron cuenta que Zack tenía futuro como soldado... supongo que yo no entraba en el paquete pero... no me arrepiento ... algún día iremos a Gongaga... cuando allá paz... - se gira y atrae a Ethan para besarle profundamente, no había nadie afortunadamente para el mayor.

- Dai suki... - dice en japonés y sonrie - sigo pronunciando mal...verdad?

- El orfanato en el que me crié era de gongaga. Sí, las noches eran hermosas. - le escucho y asiento. - seguro. - confirmo que iremos.

- mmm... - me agarra de buenas a primeras y me besa deliciosamente. Le respondo con ganas y cuando corta el beso me sonrojo levemente. - Un poco, pero a mí me ha sonado muy bien. - me acerco a darme otro gustazo besando sus besos, pero mis tripas reclaman comida. - ups! - me separo un poco. - Tenemos una reserva en un restaurante unos plantas más abajo... será mejor que vayamos antes de que se piensen que hay un godzila suelto o algo. - bromeo. - Creo que he escogido un restaurante de acuerdo con la ropa. - le digo y cogemos el ascensor bajamos 8 plantas y salimos a un área de restaurantes. Buscamos el nuestro y tras hablar con el metre nos lleva a una mesa. El restaurante se ve muy tradicional, los menús aprecen estar hechos con pergamino y todo. Las puertas son como las de las casas sakura y todo es madera de pino. Nos sentamos y nos deja mirar el menú tras pedir una jarra de agua.

- pedimos una bandeja de sushi para los dos? - le pregunto y elijo carne de segundo.

- Que bonito¡ - dice Kunsel con sus ojos azules muy abiertos, realmente si iban vestidos para la ocasión y el lugar, - si, me parece bien, me gusta el sushi y algo de ... tepanyaki... - mira a Ethan con total profundidad, mira sus ojos, esos labios, el cuello, la abertura normal de la Yukata que dejaba entre ver esa piel blanca tan hermosa y suave que le gustaba tocar.

- Ethan... tengo mucha hambre... en todos sentidos - comenta a sabiendas que su comentario le iba a provocar un sonrojo a su amante, pero era verdad, no se podía cansar del mayor en lo absoluto, no solo era bastante atractivo, aunque él se empeñara en negarlo, sino además tierno, sexy, bastante inteligente, era como una biblioteca andando y tenía una voz muy suave que hacia que cada vez que le leía un libro lo llevase por ese mundo casi de la mano, para disfrutar hasta los más pequeños detalles de la historia. - gracias por haberme pedido acompañarte en esta aventura, en verdad me he divertido mucho

Cuando nos sentamos exhalo. - estoy agotado. - después de todo no hemos parado en todo el día.

Cuando pasa el camarero a tomar nota de nuestra comida, le pedimos el sushi, el tenpayaki y una fritura de pollo con algas para mí. me quedo mirando la carta para ver que platos conozco y cuales podrían estar buenos. Cuando suelta ese comentario me sonrojo y me pongo nervioso. La verdad es que tengo ganas de meterme en la cama más que otra cosa y no precisamente para lo que insinúa. Estoy realmente agotado, pero ¿cómo podría ignorar sus deseos? Quiero complacerle a toda costa, además... seguro que si como bien estaré repuesto. Después de todo... seguro que me enciende y acabo teniendo yo más ganas que él de hacerlo.

- eh? - salgo de mi ensimismamiento. - oh, no me las des, yo también me lo he pasado en grande. - le sonrío gratamente.

Nos traen unas bolitas de arroz mojadas en aceite para tomar mientras esperamos lo que pedimos. Tengo hambre así que no tardo en despegar los palillos y probarlas.

- Domo - dice cuando traen las bolitas y las prueba, el también tenía mucha hambre, realmente esos dos parecían barriles sin fondo cuando de comida se trataba. Afortunadamente no tardan en traer su orden, comienzan a comer el sushi - deberíamos hacer esto más seguido... en tanto que la cafetería suba un poco más seguro nos podremos tomar unas vacaciones más largar - asegura, aunque se le estaba pasando que en corto, si todo salía bien, también tendría el colegio y eso cortaría muchos de sus planes.

- Abre - dice cuando le da de comer en la boca, le gustaba cuando el rubio hacia lo mismo con él, le gustaba experimentar junto a su amante - y dime, queda muy lejos la posada o el hotel donde nos quedaremos? - pregunta curioso comiendo otro poco de sushi.

Agradezco cuando traen el sushi. Hay bastante gente por el festival, en el restaurante. - eso suena agradable. Yo estoy disponible hasta dentro de 4 meses. - después de todo tengo unas vacaciones pagadas bastante suculentas.

Me da algo de vergüenza cuando me da de comer con tanta gente alrededor, pero le dejo una sola vez. - arigato. - mastico un poco apuradamente apra responderle. - que va, es en este mismo edificio, 3 plantas más arriba. Tendremos que dormir en futones, pero con el festival no había muchos sitios donde elegir para hospedarse, estaba todo repleto. Pruebo un poco de sushi con marisco y luego otro con huevas, tras probar los más suntuosos tomo otros más modestos.- adoro el sushi. - digo contento del sabor que tengo en mi boca. - miro por la ventana osaka iluminado, la energía fluye sin freno. - Una noche podríamos salir a ver las estrellas al campo.

- Si, montamos un campamento y nos quedamos ahí toda la noche... sería interesante - asegura y come un poco más, él comía de todo realmente, mientras fuese nutritivo estaba bien - si es rico - comenta comiendo algo de tepanyaki - vaya... vista, comida y dormir en el mismo lugar, eso se llama ser prevenido - dice divertido y toma un poco de sake que les habían llevado, aunque realmente era otoso pues estaba un poco caliente, se lo bebe de un trago, bastante agradable

- Salud... por este día tan maravilloso... - dice sincero y come un poco más, al terminar todo estaba muy lleno y sus mejillas sonrojadas por el sake, se estira - creo que es hora de ir a la cama... - su voz se notaba tranquila de hecho, un tanto adormilada también

- salud. - digo tomando el sakí también, como es poco no creo que le siente mal. Me como todo lo que pedimos y llega el postre. - Mmmm... un ichigo daifuku, un trozo de tarta de manzana y un granizado de limón, por favor, ah y un capuchino. - Kunsel se queda algo sorprendido de todo lo que pido. Me encojo de hombros. Necesito calorías para la noche. Como con calma y me fijo en que el sake se le atravesó un poco por sus mejillas sonrojadas. Sonrío cuando dice que nos vayamos. - creo que me tendrás que hacer rodar hasta la habitación, estoy lleno. - me encuentro algo más descansado después de la comida. Me levanto y voy a pagar la cuenta.


Según vamos al ascensor veo una tienda de comestibles y le pido a Kunsel que pasemos un momento y busco mis zumos, pero no los tienen, cojo un par de batidos de chocolate y una bolsa de kikos y salgo rápido con él. Subimos y tras recoger la llave entramos al cuarto. A pesar de sr modesto es bastante bonito, sigue la estructura de una casa sakura. - nos damos un baño? - estoy algo sudado, y en ese momento no caigo en que le quito erotismo al no dejarle quitarme el yukata en la cama.

- Si démonos un baño - asiente después de dejar todo lo que compró Ethan en una pequeña mesita de centro, tenían una tina al estilo tradicional, ese lugar era bastante agradable de hecho, se desnuda y ayuda a Ethan a desnudarse también, comienza a bañarle despues de decirle que se siente en un pequeño banquito, lavarían primero sus cuerpos para después meterse en la tina - un baño tradicional japonés - comenta sonriendo el menor, después se lava también y entra a la tina, invitando a Ethan, solo con sumergirse se siente totalmente relajado - dioses... hoy fue una maratón... recordé esos días en que saliamos a caminar en el ejército... solo faltaba ponernos a cantar - le acaricia el cabello al mayor, se echa hacia adelante para mojarse la cabeza, habían puesto una bolsa de plástico en el yeso de Ethan, así que con una pequeña jicara japonesa le mora el cabello, el agua estaba sumamente deliciosa y se había dado cuenta que el rubio puso algunas sales también eso aumentaba la relajación

Me da algo de apuro estar desnudo ante él, el el baño estoy algo cubierto por el agua, pero aquí estoy totalmente expuesto. Cuando finalmente nos metemos en la tina. Me siento a su aldo y me pongo cómodo. Echamos sales y eso relaja aún más. Siento como kunsel besa mi cabeza y como acaricia mi brazo. - kimochi! - digo apoyando la mejilla en su hombro y acaricio su pecho.


Todo es tan relajante y tranquilo que acaba entrándome sueño. Mis párpados acaban cerrándose llevándome a un sosegado sueño...

Observa como se duerme y sonrie, realmente estaba cansado al igual que él. Le carga en brazos con cuidado, no era como si lo fuese a despertar para que se levantara.
Aunque le despierta un poco para poder ponerle la yukata que les dieron en el hotel, algo más sencilla que las que traían puestas pero les serviría para dormir, Ethan todo adormilado se viste y se acuesta en uno de los futon, Kunsel junta ambos pues los habían puesto separados.

- Oyasumi - susurra y se mete al futon para dormir también. Con lo cansado que estaba no se despertaría hasta el otro, y seguramente hasta que Ethan le despertara, le abraza con cuidado antes de caer en un profundo sueño.