Un nuevo miembro en la familia

- Me encanta oirte gemir por mi culpa - dice a su oido después de corresponder ese beso profundo y con toque lascivo

- Te amo.. Hatori Yoshiyuki - se acomoda apoyándose solo con una mano del colchón, para con la otra poder masturbarse, aunque por ahora esa mano comienza a descender por el varonil cuerpo de su amante, masajeando sus tetillas, le besaba con deseo, con un toque de lubricidad.

- Ngh... siempre tan duro... - sonrie de lado abriendo la boca para dejar escapar jadeos de placer, sus caderas empiezan una suave danza, arriba y abajo, aun no se aparta, quiere acostumbrarse para después darle a su amante un espectáculo como era debido


(me voy a clases, te veo en un rato n n)

- y yo te amo a ti, Zack Fair. - jadeo por esa mano en mi cuerpo que parece estar memorizándolo, no solo su forma si no los efectos que tiene cada parte que toca.


- Cómo quieres que no esté como una roca? eres demasiado provocativo, mi amor. - le beso mientras sube y baja, pero cuando se detiene con buena parte de mi sexo dentro de él gimo desesperado de que esa presión no disminuya al estarse quieto - aah... zack... ngh! - abrazo sus caderas y pego mi frente a su pecho, justo sobre el latido de su corazón.

Su piel, aunque está pegajosa por el sudor se siente bien al rozar la mía que está en semejante estado. Gimo constantemente por como se mueve mi amante, mi brazo que le rodea se mueve con él al unísono.

Separo la cabeza de su cuerpo, para unirme a sus labios, nuestras lenguas se besan en el aire unos segundos antes de internarse más en la boca contraria. las palabras de amor van y vienen como la saliva o las caderas de mi amante.

Esos oscuros e intensos zafiros hacen saltar a mi corazón y querer escaparse de mi pecho. mI Mano agarra su sexo como si fuera un remo de velero que se haya en una tempestad y es que me siento en una, aunque esta es de placer. - aah... hablando de rigidez. - le sonrío tocándolo deleitosamente.

Pensé que no podía ir más rápido, pero mi amante me monta con intensidad haciendo mi miembro, presa de su trasero, las más dulces torturas.

Cuando se echa hacia atrás me ofrece una de las mejores vistas no incluidas en el catálogo del hotel, ya que es genuino de mi amante. Sabe lo mucho que le gusta que le mire, pero prefiero mil veces poder tenerle abrazado y sentir cada nervio de su piel que poderle mirar desde esta perspectiva.


Mis gemidos cada vez son más sonoros y mi amante se tensa al sentir gotas de presemen ya fluyendo dentro suyo, aunque no soy el único, mi amante está cada vez más mojado por como retiro la piel del pene y toco la carne oscura de ese pene.


No tardo mucho más en correrme, llenándole con mi esencia y haciéndonos gemir a ambos además de sentir las uñas de mi amante clavándose en mis muslos, aunque yo también doy un apretón involuntario al falo que se viene también.

Le llena por completo, su semen salpica la mano de Tori, se inclina para besar a su amante, le sonrie de manera dulce recostándole, dejando que salga de él de manera natural, le gustaba sentir esa sensación, el como el pene de su amante sale poco a poco de su interior, llevando consigo un hilillo de semen, respira agitado entre esos brazos, le besa el mentón.

- Qué... bien se... siente - dice no solo referente al sexo, sino estar ahí, tumbados en la cama, besa su pecho, y acaricia su costado.

- Te amo Hatori-san - comenta tranquilo, disfrutando el aroma del otro, sintiéndose de lo mejor entre esos brazos que le protegen y le hacen sentir bastante a gusto.

Cada uno pringoso por la esencia del otro, pero muy satisfechos y mirando con cariño al otro antes de fundirnos en un beso. Voy a empujar sus caderas para que salga, pero mi amante me hace tumbarme dejándome claro que no quiere. Sonrío cuando besa mi mentón y acaricio su pelo, mientras mi pecho agitado también se mueve arriba y abajo a marchas forzadas.


- ngh! - suspiro cuando mi pene sale flácido y es mojado por mi propia esencia que sale de él. Le rodeo con mis brazos protegiéndolo, aunque bien sé que el superhéroe es él, pero aún así quiero protegerlo con toda mi alma. - Yo también le amo, señor Fair. - le hago sonrojar y rio un poco. - te quiero, esposo mío. - le miro con intensidad.

jajaja. Mi monito. - acaricio sus cabellos mientras besa mi pecho. Me estiro mirando la hora en mi móbil. - perdimos la reserva, así que pediremos comida al servicio de habitación.


Rio cuando frota su nariz con la mía y le achucho besando su entrecejo. - te voy a amar toda la vida, Zack Fair. - besos sus labios dulcemente.


- qué quieres cenar. Puedes pedir todo lo que quieras. A mí se me ha antojado algo de pescado, merluza quizás y unas berenjenas rellenas.

Rio por lo que me pide para cenar. - está hecho, cielo. - le veo acostar a yen, son una ternura los dos juntos. Le abrazo por la espalda aún desnudo y le doy un beso en la mejilla. - Prepara el baño, quiero verte metido en esa enorme bañera con mucha espuma. - le murmuro antes de morder su oreja y separarme pícaro a por el teléfono del hotel.


Me meto en la bañera con él al terminar el pedido. - En 40 minutos nos lo suben todo. - el agua casi se sale de la tina cuando me introduzco en ella, con mi amante sentado al lado le atraigo hacia mi pecho para que se apoye en él. - No tardarán mucho en traer tu tonelada de afrodisíaco. - comento divertido. - Casanova lo usaba para sus conquistas.

Rio de buena gana cuando se medio hunde avergonzado. Ya sé que no lo ha pedido por eso, pero sabe que adoro meterme con él. Le observo salir del agua con el pelo hacia atrás y mojado, se ve muy largo así.

- Mañana... Desayunaremos en la cafetería del hotel y luego iremos a correr y ya nos quedamos en la playa. Podemos comprar una pelota y echar un partido de voleyball si quieres. Después iremos a comer a un mercado y veremos la ciudad. - me meto también bajo el agua, cuando salgo vuelvo a colocar a mi amante sobre mi pecho y lavo su cuerpo con una esponja sin apartarle de mí. Parece que ya se le pasó lo que quiera que tuviese.

Sonrío cuando comienza a lavarme. - no es suave, es normal. - veo como empieza a llegar lo poco de mi cuerpo que está fuera del agua con chupetones. Me quejo apenas y le miro divertido mirando después el chupetón en mi hombro, hace 20 minutos que le he dicho que le amaré siempre y me marca. - No tienes remedio. - se lava el pelo mientras yo me relajo y luego me lo lava él.

- Podemos cenar en la bañera como hacen los ricachones en las pelis... - digo poco convencido de que sea buena idea y lo dejo en una broma. Le doy un besito en la nariz. - vamos fuera, quiero secarte.

Sale antes de que pueda secarle y enarco una ceja. Me pongo un albornoz también cuando tocan la puerta y es Zack quien abre. Me peino mientras oigo el ruido de platos y las ruedas del carrito salir de la habitación.


Salgo justo para ver la expresión feliz de mi amante ante el marisco y rio un poco. - Sé que el alcohol no te sienta muy bien, pero una copa de champán no te hará daño, no? - digo cogiendo con el paño junto al cubo la fría botella. - es un buen champán te gustará y es buen acompañamiento para eso. - sirvo dos copas y nos sentamos. - De pequeño fue mi padre quien me enseñó a usar estos cubiertos para abrir las pinzas y las conchas del marisco. La primera ve que intenté abrir un cangrejo me saltó todo el jugo a la cara y a la camisa. - digo recordando con cariño a mi padre. - Brindemos... - me pienso unos segundo porque. - nuestra familia.

- chínchín. - digo chocando nuestras copas y damos un trago. - mmm es bueno. - rio cuando me pide que le enseñe. - claro, con mucho gusto.


Asiento cuando me pide que le seque y decido hacerlo con el secador del hotel. Se sienta delante del espejo y le seco el pelito arreglándoselo un poco. Se me da bien, es algo que a una de mis exnovias le encantaba que le hiciera, realmente era el único capricho que tenía, aunque esto no se lo digo a Zack. - Listo, vamos que se nos enfría y si tengo que enseñarte a comer marisco vamos a tardar un poco. - le beso la mejilla cuando se levanta y vamos a sentarnos. Me siento junto a él y cojo las herramientas, le muestro como debe de romper los caparazones y como sacar la carne, no es muy difícil y a mi amante le sobra fuerza para romper los caparazones, así que pronto puedo hincarle el diente a mi merluza mientras Zack parece fascinado de lo bien que saben los crustáceos. - Este marisco es bueno, pero seguro que hay algún restaurante junto a la playa que lo tiene aún más fresco, querrías que fuéramos un día? Aunque a lo mejor se nos sale un poco de precio... - digo pensándolo mientras mastico la merluza. - está rica, con esta salsa pica un poco al principio, pero acab teniendo muy buen sabor. - tomo un trozo con el tenedor y se la doy a probar. Le cojo una almeja y la pruebo. - Esto está de muerte debería de haberme pedido algo de esto también. - me limpio con la servilleta y me levanto a abrir las puertas de cristal de la terraza. - así hace más fresco al ser de noche. - menciono con los brazos extendidos sujetando las dos puertas y con la bata meciéndose suavemente por la brisa con olor a sal.

- Descuida, tenemos lo suficiente para darnos unos cuantos lujos de vez en cuando - sonrie degustando su comida, probando encantado la que le ofrece Tori, le fascinaba que le diese de comer en la boca, era algo que jamás le molestaría.

- Si... fresco - se sonroja levemente al ver a su amante así, tan ... feliz, se acerca por detrás abrazándole, era raro mirar a Zack a espaldas de Hatori, por lo regular era al reves pero quería sentirle así, le olfatea un poco la nuca, de manera tranquila, sintiéndo con cada sentido aquella presencia entre sus brazos.

- Te amo Hatori, más de lo que jamás creí llegar a amar a alguien - dice sincero, cerrando los ojos, la brisa mecía el cabello de ambos, recarga su mejilla en el hombro de su esposo, sonrie, esposo, que bien se sentía decirlo y pensarlo, acaricia las manos que han tomado las suyas, suspira de tal manera que nadie en su sano juicio podría dudar que estaba feliz, más que feliz.

Sonrío cuando siento como me abraza y giro la cabeza un poco hacia atrás viendo su matita de pelo, siento su nariz olisqueando y le sonrío. Acaricio sus brazos y tomo sus manos. Me doy la vuelta con sus manos en las mías y puedo ver su pelo moviéndose por la brisa suavemente, sujeto su rostro con las manos mirándole a los ojos directamente con amor antes de descender y besarle con dulzura. - También te amo mucho, mi vida. - apoyo mi frente en la suya. - eres tan hermoso, no me cansaría de mirarte nunca.

- Soy sincero, que es distinto. - dejo que me bese y le rodeo con mis brazos levantándole un palmo del suelo apretándole contra mí y luego le dejo de nuevo en tierra.

- No te creas que está mal ser empalagoso con un editor de manga shojo. - beso esa sonrisa. - ay! - me quejo cuando muerde mi nariz, aunque me muerde jugando como hace Yen.

- ok. - me inclino besando su cuello con cariño y le miro de nuevo amorosamente antes de meternos en la cama. - Zack... - le llamo mientras él comienza su... proceso de subirse sobre mí. - estos días quiero que hagamos todo lo que quieras. - digo mirándole. Sé que tenedríamos que hacer cosas que nos gusten a los dos, pero yo con hacer submarinismo estaré satisfecho, pero sigo queriendo que viva como quiere y hagamos todo lo que le plazca.