Un nuevo miembro en la familia

rio cuando yEN se revuelca en la arena como si fuera una croqueta en el pan rallado. - sí, bueno, es difícil de controlar cuando se le da libertad, pero sabe comportarse.


Me siento al lado de mi amante y le veo coger la concha. - las vas a coleccionar? - le pregunto y acaricio su mejilla haciendo que me mire y le beso suave. - sabes a pescado! - digo bromeando, sabe a mar. - se me olvidó echarme crema, espero no quemarme, por suerte ahora no pega muy fuerte.


(hasta mañana)

- ok. - digo cuando se levanta para darse un chapuzón. lE veo bucear y no me asusta, yo también aguanto cerca de un minuto sumergido y, aunque no he cronometrado cuanto, creo que Zack me gana por algún segundo. Sonrío en fuerza física nunca tendré nada que hacer contra él. Está algo lejos, pero me fijo en su forma de nadar, su brazada no es mejor que la mía, pero salvo porque debería de subir más el codo y extender más el brazo antes de hundirlo lo hace perfecto y con mucha fuerza.

Juego un poco con Yen y cuando sale niego con la cabeza. - Yo ya me bañé, esta tarde cuando tengamos las toallas y lo demás nos bañaremos como Dios manda, quiero echarte una carrera. - me levanto y le doy un besito en los labios. Me pongo la camiseta y le tomo de la mano para ir al hotel. - Nos duchamos juntos? ahora miraré en el móbil algunos restaurantes con terraza y preguntaremos en el hotel por tu tabla de sur, además de por algún buen lugar para surfear. haré yo también algún intento, para comprobar si me acuerdo de como se hacía.

Llegamos al cuarto y asiento a lo de bañar a yen. Suspiro, o son cosas mías o se ha negado a ducharse conmigo. Seguro que después de dormir esta noche se le pasa, confío en ello.

- no te preocupes, sí, claro, duerme lo que quieras. - le sonrío a medias y me meto en el baño. La ducha me ayuda a relajarme y a quitarme la arena del cuerpo. Me visto de nuevo y le veo profundamente dormido en la cama. Me acerco y acaricio su mejilla con dulzura antes de sentarme en una silla y buscar un restaurante con terraza y llamo para reservar una mesa.

Yen ladra, debe de tener hambre, la mando callar y saco su bol y lo lleno de croquetas de carne y la dejo comiendo tranquilita, mientras miro a mi amante. ¿ qué le pasa? pensé que lo de anoche estaba solucionado...


Le dejo dormir una media hora más y luego me siento a su lado despertándolo con cuidado y cariño, besando sus hombros a la vez que los muevo para espabilarlo.

Rio por el comentario de mi amante. - Muy bien, entonces... puede que lo haga... - digo sensual apoyando cada brazo en un lado de la cama mirándole desde arriba. - eres tan condenadamente sexy. - sonrío, es la verdad, mi amante se ve muy guapo así y esa bata es muy apropiada. Meto una mano en su bata sin apartarla demasiado y aprieto uno de esos firmes pectorales sintiendo al pezón arrugarse y afilarse un poco. - cada día más hermoso, un día el mirarte me costará la vista, y sí que me importará porque no podré volver a verte.


Me inclino besándolo con dulzura, pero con urgencia a la vez. - te amo, zack, ai shiteru.

Que sonrojo, si no le hubiera hecho tantas cosas me atrevería a decir que es el de un virgen.

Rio, como le gusta jugar.La mirada que le dedico a ese cuerpo que tapa y que conozco como el mío propio, es intensa como el deseo puro. Acorto la distancia quedando a tan pocos milímetros de sus labios que no merece la pena contarlos; y ladeo la cabeza despacio echando mi aliento sobre el suyo. - creo que nos la guardarán por una hora... - el recepcionista dijo algo al respecto, pero la verdad es que no le presté mucha atención. - Será mejor que te devore rápido o solo tomaremos nuestra leche. - apoyo mis labios en los suyos haciendo que se tumbe y la bata vuelve a estar desaliñada, sujeto los brazos de mi amante sobre su cabeza sin dejar de besarle.


Cuando me separo mi respiración es bastante agitada. Me quito la camiseta delante suyo y vuelvo a inclianrme, esta vez besando sus axilas, siendo consciente de que hay unos nervios bastante sensibles ahí.

Le miro con cariño cuando se sonroja y beso sus mejillas. - no es mi culpa, estás para comerte. - le digo y me gusta ver que mis caricias le agradan.

- si no llegamos a comer, te compraré todos los helados que quieras para compensártelo. - le digo sonriendo antes de dejar que baje sus abrazos y así poder retirar el albornoz hasta la mitad de sus brazos. - te ves muy bien, apetecible. - me lamo los labios, sus gestos de placer son lo mejor. mI mirada es un tanto malévola, los juegos de mi amante me han encendido y mucho. Muerdo su pezón tirando de la punta hasta dejarlo totalmente erecto y le sigue su otro igual, los humedezco y mis dedos los frotan con saña, mientras me dedico a mirar sus rostro de placer, sobre todo cuando presiono mi sexo contre el suyo. Cada una de sus reacciones, ninguna me pasa desapercibida y, aunque intenta besarme para parar mi mirada, no le dejo.

rIO divertido cuando me reclama por no dejar besarle, pero ajdeo cuando se frota contra mi sexo. El albornoz cada vez le tapa menos y acaricio sus costados bajándolo a la vez beso la línea descendente de su abdomen y cuando llego al nudo de la bata lo desato tirando de un extremo con los dientes y dejándole desnudo ante mí.

Cuando subo a dar un beso en su cuello es él quien me besa en ese lugar y suspiro de placer acariciando sus negros cabellos. - y cómo quieres que te mire? No puedo hacerlo con indiferencia, eres demasiado importante para mí y me haces sentir demasiadas cosas. ¿está mal eso? - le sonrío tomándole de la nuca y besándole con urgencia y pasión, comiéndome sus labios, atacando a su lengua.


(hasta mañana)

La respiración de ambos es entrecortada y fatigosa al acabar el beso. - es lo que provocas en mí, deseo, lujuria, hambre y... amor. Te quiero mucho, Zack. - le confieso deseando que lo que quiera que le ocurra se le pase y nos deje pasar las maravillosas vacaciones que le he prometido.

Le ayudo a quitarme los pantalones, esa mirada de deseo sobre mi cuerpo, sobre mi sexo, es lo que más quiero, seguir despertando por siempre la pasión de mi amante.

- ngh! - me quejo cuando aprieta mi sexo, solo lo aprieta y retira la mano, cuando sabe lo mucho que mi falo adora esas caricias, la tienda de campaña aún no es completa, pero mi bañador ajustado ya deja ver cierto aumento de volumen.

Sujeto su nuca mientras lame mi cuello, me sorprende cuando comienza a masturbar mi sexo con la mano. - aah! zack.... - le miro lamiéndome los labios de gusto de ver como sin tocarle apenas su sexo también está duro solo de verme y tenerme cerca. - Por no contar con lo estrecho que eres. - murmuro acariciando su tierno muslo en descenso para agarrar su trasero con fuerza. - mm... así qué quieres que entre? Yo pensé que teníamos que llegar al restaurante.

Rio un poco, lo poco que me permite mi sexo que termina de ponerse erecto en los dedos de mi amante,yo mismo estoy por comenzar a tocarle cuando está lamiendo mi cuello, pero mi amante me hace tumbarme y le miro coqueto. - siento que hace siglos que no me montas. - menciono y sugiero a la vez cuando se coloca el cabello.


Le observo con profundo deseo mientras me toca y cuando mi miembro desaparece en su boca después de haberlo lamido me arqueo por la deliciosa succión que me regala y que hace que mi sexo se vaya cargando.

Enarco una ceja ante ese comentario respecto a la monta.


Empiezo a respirar sofocado por el calor que me causa los actos de mi amante que solo buscan, cuando mis gemelos son abordados gimo sin remedio, acaricio los cabellos de mi amante y le miro cuando me da un respiro. - justo cuando puedo disfrutar de mi amante todas las noches... crees que se me ocurriría no traer lubricante? ah! - le devuelvo la mirada. - menuda mirada. Ven aquí. - me incorporo y mi amante que está de rodillas también y le beso con ganas y miro por el rabillo del ojo su tienda de campaña bien montada. - que vista...

Le miro con la boca abierta, mi amante es demasiado sexy como para ser verdad.

Tengo que pensármelo para desde la cama abrir la maleta y apartar la vista de mi amante para coger el lubricante. Vuelvo con él una vez que lo tengo y le sonrío.

Froto su entrepierna, a mí también me duele así que me parece justo hacerle sufrir un poco también. - eres tan hermoso, mi amor. Sumamente bello. - beso sus labios solo rozándolos y aprieto uno de mis muslos contra su entrepierna, esos pezones me llaman y no dudo en degustar su sabor


Cuando mi amante se sonroja retiro la prenda ymientras le beso con cariño mi mano se llena de lubricante y profano su cuerpo con los dedos

Le preparo a conciencia, ya que planeo que me monte con ganas. - supongo que bello se queda algo corto. - le sonrío soplando en sus pezones por presumido.


- aaanda que con lo del potro salvaje te referías a mí. - digo riendo, ya que ahora él que no puede parar de jadear es él. Uso mis piernas como palanca y pasando un brazo por su espalda le siento sobre mí, nos estremecemos al unísono cuando nuestros sexos se tocan y saco lentamente los dedos de dentro suyo. - espero que el jinete pueda psar rápido al galope, porque las bridas están sueltas y mi sexo no puede esperar más. - le sonrío y le beso con amor, acariciando su espalda.

Que diga lo de que puede saltar 6 metros me deja algo desconcertado, aunque suena a broma con este hombre a saber, no es un poco por encima de lo humano es más aún y ahora me doy cuenta.

- bueno, bueno, no te emociones tanto. - le sonrío dándole un besito. Le miro de rodillas ante mí, sus pezones quedan junto a mi boca y mis dientes tiran de ellos, ese cuerpo hace que mi control sea nulo independientemente de lo que sea capaz de ayer por ese mako. Distancio sus nalgas cuando mi glande ya está presionando contra ese estrecho agujero. Jadeo cuando está bajando y lamo su cuello antes de tomarle de la nuca y besarle. - Dios.... Zack... ah...