Un nuevo miembro en la familia

Mientras esa diestra lengua, que lo es a pesar de no poder hacer un nudo con el rabillo de una cereza, se pasea por mis labios y antes de que atraviese el umbral que estos suponen miro sus ojos, esas turquesas y digo con voz suave y varonil. - También te amo. - luego me dejo llevar por esa lengua, que además de ser maravillosa, pertenece a la persona que más quiero en el mundo. Cuando sus brazos se agarran con firmeza a mi cuello le abrazo por la cintura e intercambiamos lugares dejándole encima mía.


Acaricio sus cabellos mientras le miro a los ojos y sonrío. - Ya estoy de vuelta. - froto mi nariz con la suya y nos quedamos abrazados. - oye, déjame ir a apagar las velas no se nos vaya a quemar nada. - le doy un beso antes de levantarme acomodándome unos bóxers y voy apagando las velas de un soplido antes de volver a la cama. - Cuéntame, qué tal las clases? - le pregunto sintiendo como se me encarama encima.

Rio cuando exclama feliz de poder subirse encima. Nos tapo con una sábana y le abrazo, haciendo círculos con los dedos en su espalda.


- claro que todo irá bien y sé que darás lo mejor de ti, que no es poco. - beso la punta de su nariz antes de que bese mi cuello mientras le estrecho un poco más fuerte. - lo harás genial, lo sé. Al principio puede que te cueste un poco ponerte a estudiar, pero sé que saldrás adelante y yo te ayudaré en lo que pueda, siempre.

Respondo su beso azucarado y le sonrío. - oye, no me busques sustituto. échame de menos como dios manda. - digo bromeando. No quiero que lo pase mal cuando no estoy, sé que le ha afectado bastante, antes de irme ponía carita triste antes de coger fuerzas para sonreír.

- De momento no, puedo cogerme ya unos... 10 días de vacaciones. Supongo que entre la escuela y el trabajo está difícil que nos vayamos a la playa, no? - le pregunto sin pretender presionar, son ya varias veces las que hemos retrasado el viaje, ya hasta casi olvidarlo, pero desearía tener unos días con mi amante para mí solo, pero comprendo perfectamente las circunstancias de mi amante.

- te acabo de decir que puedo cogerme unos días. Entonces... mañana iré a la agencia de viajes y lo dejaré todo listo para que nos vayamos al día siguiente. Cogeré un hotel y así no tendremos que cocinar, probaremos los diferentes restaurantes de la zona, aunque será difícil encontrar un hotel en el que acepten mascotas... pero quiero que descansemos y no tener que ocuparnos de la casa. - me quedo pensativo. - bueno, seguro que me ofrecen alguna solución en la agencia.


Beso sus labios. - y ahora vamos a dormir. Buenas noches, mi amor.


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A la mañana siguiente me despierto y huelo a beicon por la mañana, todo estaría bien si... Zack no estuviera justo encima mío ahora mismo. Cuando tomo consciencia de esto me levanto preocupado dejando a mi amante en la cama. En el pasillo me encuentro a Yen dispuesta a echar al intruso. La cojo en brazos y le pido silencio. Quizás debería haber despertado a Zack, después de todo, él es el soldado con superpoderes, pero el instinto protector me puede. Con sigilo me asomo por la puerta de la cocina. - Naomi? - digo incrédulo al verla cocinando.
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Una mujer de mi altura y edad se gira sonriente. Deja lo que está haciendo para poder hablar sin el ruido de los fogones. - cuanto tiempo hato...

- cómo que cuanto tiempo? Se puede saber como has entrado en mi casa? - digo con un brazo cruzado sobre el pecho y Yen le enseña los dientes desde mi otro brazo.

- ok, no frunzas el ceño, no te favorecen las arrugas. Mira, volví de Neva York y ya sabes que me llevaba bien con tu madre, le fui a llevar un recuerdo de la ciudad y, bueno, acabamos hablando de ti. Ella me dio la llave de tu apartamento y me dijo que seguías enamorado de mí. Te echo de menos, Hatori. - intenta acercarse, pero mi mirada la mantiene a una distancia prudente y es que ahora mismo mi cabreo es monumental. - Sé que no tengo derecho a venir aquí y decirte esto, pero me fui buscando un hombre que tuviera tiempo para mí y lo encontré, pero ninguno era como tú, Hatori. Si sigues sintiendo algo por mí yo quiero...

- La llave. - le exijo. me la da y cojo todo lo que preparó y lo pongo en un plato. Se lo hago coger y tiro de su brazo hacia la puerta de mi casa. - Estoy comprometido ahora, así que piensa antes de colarte en la vivienda de alguien que puede discutir con su pareja y causarle daño por tus actos. Naomi, lo nuestro se acabó, lo acabaste tú y no hay manera de que vuelva contigo. - cierro la puerta seguro de haber visto a Zack en la puerta de la cocina antes de echarla.

Yo también estoy dolido por esto, de que Zack tenga que pasar por esto, de que yo tenga que pasarlo también. cuánto daño más va a hacernos? No, no voy a permitir esto de nuevo, es lo último que va a hacer, si va a estropear mi vida, aunque sea mi madre tendré que echarla de ella.

Sé que Zack lo ha oído casi todo y sé como debe de encontrarse. Doy un beso a Yen antes de caminar al cuarto y nada más entrar mi amante me abraza y yo lo estrecho con fuerza necesitado de él. - lo siento, lo siento... yo... solo lo siento.

Esa sonrisa acompañada de esos ojos tristes es algo que me parte el corazón. eSToy tan enfadado, que por culpa de mi madre, alguien que debería querer mi bienestar y felicidad, tenga ganas de llorar.

Respondo a los besos de mi amante, pero cuanto más me fijo en su estado más ganas tengo de romper algo. Le tumbo en la cama y pego mi frente a la suya, mientras mis palmas cobijan sus mejillas. - lo siento, me gustaría poder haberte ahorrado todo esto.

Me separo mirándole. - soy tuyo, Zack, mi Zack Fair. El anillo, la boda, los chupetones... eso... son sandeces. Yo estoy unido a ti, no por papeles, no por bienes. Mi corazón está encadenado al tuyo y no existe ninguna llave, no la hay Zack. Nada me va a separar de ti. - le atraigo por la nuca y le beso con pasión. - No estoy renunciando a nada, porque nada es comparable a ti, si me desprendo de algo es igual porque tú llenas ese vacío a tu manera. Te amo.

- No llores, cariño, no. - apoyo mi frente en la suya de nuevo cerrando los ojos con fuerza y siento unos suaves espasmos por el llanto. Froto los brazos de mi amante intentando consolarle, pero cuando una lágrima ca de mis ojos en uno de sus caminos de lágrimas me doy cuenta de que él no es el único que necesita consuelo. No quiero que sufra y quiero que mi madre le acepte, pero eso no va a pasar y no sé que hacer.


La ansiedad de mi amante me hace centrarme en él, mi boca se apropia de la suya y aunque nos corra prisa me tomo el tiempo necesario para tomar el lubricante y meter dos dedos en su trasero, dilatándole con prisa, mientras no dejo de besarle y morderle por todas partes, mezcland dulzura y locura a partes iguales y cubriendo a mi amante de caricias lujuriosas que solo buscan que se yerga su falo y lo hace.


Cuando le dilato me detengo a mirarle y el dolor me sacude nuevo ante la visión de mi decaído amante. - Lo eres todo para mí. - Tomo sus caderas y con cuidado, en algunas embestidas consigo clavarme dentro de él, bien profundo, jadeamos ambos. Tomo su cuerpo como una necesidad, con amor, pero sin pasión y con el dolor y la tristeza entre ambos.

- Lo sé, pero no quiero que estés mal, yo... si pudiera tragarme tu tristeza, si pudiera extraértela y meterla en mí... ngh! entonces estaría bien. - sé que Zack me ama con toda la fuerza con la que puede amarme, me lo demuestra cada día, a diferencia de esa mujer espera, es paciente hasta que podemos tener tiempo juntos, claro que desea más, pero me comprende y me ama lo suficiente como para no exigirme algo que no puedo hacer. El problema es como hacer que mis dos familias, no, que mi madre no quiera a mi familia.

Mi amante me abraza. - te amo, quiero estar contigo siempre, pero... - no termino la frase, no sé como terminarla, no sé que sentir respecto a mi madre.


Mis caderas se balancean hacia dentro de mi amante buscando solo el clímax que llega pronto.

Nos liberamos al fin y le miro cuando pregunta. - ... pero, aunque seas mi mundo, es mi madre; y la quiero también a pesar de todo lo que hace yo... - apoyo la cabeza en su hombro mientras acaricia mis cabellos y suspiro profundamente para no volver a llorar, es Zack quien debería de estar dolido y celoso y no preocupado por mí.

Le abrazo apoyado en él. - sabes? Nos vamos a ir de vacaciones y nos vamos a olvidar de esto. Cuando llegaste de wutai, en el hospital te prometí un montón de cosas que pienso cumplir, quizás lo que dije era un tanto idílico, pero pienso hacerlo en la medida de lo posible contigo.


(hasta mañana)

- No te disculpes, no podría pedir que no te afectara algo así, si no lo hiciera no sentiría que me amas. - le miro a los ojoc cuando me abraza.


Sonrío cuando queda encima y alarga la última vocal de esa tan conocida frase entre nosotros. Le beso acariciando los cabellos de su nuca. - sé que todo saldrá bien porque estás conmigo. - le aseguro. Al igual que él no puede evitar ponerse celoso, yo no puedo ignorar lo que hace mi madre y no sentirme mal por ello. - te amo, zack fair.

Le estrecho en mis brazos. - unos minutos y traigo el desayuno a la cama, sí?

Beso su frente con mimo. - lo que tu quieras. - le aseguro. - te puedo preparar esas tostadas que tanto te gustan y... si hay masa para crepes, nos podemos dar un homenaje, eh? -


- jajaja, oye, no muerdas ahí. - le hago cosquillas apra contraatacar y sonrío. - pero si hay mañana, un mañana en el que estaremos en la playa lejos de todo, pero eso requiere que vayamos a la agencia de viajes y trabaje por la tarde en casa. - acaricio su mejilla. - sabes que si no lo dejo todo en su sitio no estoy tranquilo. - le gusta mi responsabilidad, así que no creo que le cause problemas esto.


Estar con él me hace olvidar en buena medida todo lo malo. - arigato, mi amor. - le beso suavemente los labios.

- No tienes que hacer nada salvo la maleta. Solo tengo que revisar mi correo y algunos trabajos de los mangakas, además de hablar por teléfono con los de la oficina para poder irme tranquilo.


Rio cuando va besando cada lugar que nombra como de su gusto. Le abrazo y giramos en la cama para ponerlo debajo. - A mí también me gustas todo tú y si sigues por ahí no hay garantías de que te deje ir y como he dicho tenemos mucho que hacer. - le beso una última vez. - prepara el baño, mientras hago el desayuno. Luego sacamos a Yen y de paso entramos en una agencia de viajes.


Nos levantamos dándonos un beso más antes de ir cada uno a lo suyo. Le doy de comer a Yen y preparo el desayuno, poniendo cuidado en las tostadas con forma de corazón, además de exprimir las naranjas para un zumo. Las crepes me hacen demorarme un poco y luego me siento en la mesa mirando comer a Yen. Suspiro, qué tengo que hacer con mi madre...?

Le observo con la bata, yo me había puesto lo primero que encontré en el armario. - sí, desayunamos y al agua. - le sonrío. - Lo siento. - digo cuando veo que le preocupe. - estoy bien. - le doy un beso.

- Bueno, veremos que nos dicen en la agencia, crees que Kunsel se podrá quedar con ella si eso nos falla? - no he freído anda, menos las crêpes para no recordarle lo de esta mañana. - además... creo que en las noches tendremos que dejarla sola si vamos a cenar a algún restaurante, me gustaría llevarla, pero realmente es un problema. - miro a la perrita que termina su plato y se pone a dos patas apoyándose en mi pierna. - tranquila, princesa, nadie te va a abandonar. - le aseguro y no la acaricio por estar comiendo con las manos.