Un nuevo miembro en la familia

- lo sé... -


Sonrío cuando baja mi bata y siento sus dedos delinean las líneas de mis omoplatos. Me separo contemplándole.


Me sonrojo al ver ese cuerpo de deseo sujeto por la cinta de la bata, con esta apartada, uno de sus hombros asoma dejando ver una pose erótica. - Zack... mi amor... - me inclino y le beso profundamente. Abrazo su cuerpo .

Le suelto mirándole y beso su frente, luego uno de sus ojos, su labios superior y sigo bajando despacio, muy despacio, disfrutando ese sabor que he conseguido identificar, aunque siempre será el sabor de mi amante antes que el de un fruto seco. - quiero hacerte sentir muy bien...

En verdad, su cuerpo es fascinante. El como se contrae y extiende, como se eleva o baja, las expresiones de su rostro, la tensión de sus dedos agarrándose a las sábanas, el que sus piernas quieran estar abiertas, pero sientas impulsos de cerrarse, los sonidos que produce su cuerpo. Me enamora, me pierde, me aniquila, me resucita...


Tomo ese trozo de carne entre mis manos y lo abrigo, mi lengua lame ese glande con gusto, no solo porque sea erótico hacerlo, si no por las reacciones de mi amante. Cuando lo dejo húmedo y lubricado me separo para pegar mi cadera a la suya, mi mano mantiene unidos nuestros sexo, el mío algo menos duro que el suyo, pero lo suficiente, como para frotarme con él. Mis caderas se balancean mientras acaricio el glande de mi amante. Mis ojos se clavan en los suyos, hermosos, salvajes e impredecibles como el mar.

Se frota con fuerza contra mí aferrándose a mi cuerpo. Mi nariz se adapta a su hombro e inhala su aroma, como la esencia de flores que es.


Sonrío cuando muerde mi labio después de un largo beso. mi sexo se pone tan duro como el suyo y al cabo de un rato disfrutando de ese dulce balanceo, con la constante caricia de su falo contra el mío, nuestro orgasmo llega, más recatado que las dos veces anteriores, por el hecho de haber llegado al clímax dos veces en tan poco tiempo. nuestros cuerpos se arquean pegandose al otro, su ombligo toca la piel de mi abdomen , los huesos de nuestras caderas chocan haciendo un ruido sordo, nuestros labios detienen su danza con los otros y así jadeamos los dos intensamente mezclando nuestros alientos condensados.

Me coloco a su lado para no aplastarlo, mi respiración no se calma pese a la poca intensidad de nuestro orgasmo. - No duramos mucho, eh? - bromeo besando la cima de su pómulo.

Sonrío por la respuesta de mi amante. Veo como lame mi abdomen y me incorporo cerrándole la bata para que no coja frío, por muy sexy que se ve con ella a medio quitar, no quiero que se coja un resfriado como el de la otra vez. - no tienes por qué lamerlo. - le aseguro, aunque parece gsutarle. Beso y me pruebo en sus labios.


Le abrazo y siento que me ahoga un poco cuando me aprieta fuerte, pero por suerte afloja un poco antes de que tenga que decirle que me suelte. - eres tan cálido... por no hablar de tu efusividad. - bromeo y froto mi nariz con la suya en un beso de gnomo. - Tienes mucha energía. - digo algo resignado, la verdad es que yo me encuentro agotado ahora mismo. No sé si aguantaré otra vez, bueno, sí Zack quiere lo haré, sin duda.


- Zack... probablemente tenga que irme un mes. La mangaka que les gustaba a las del staff de cuando eras modelo. Se ha vuelto realmente popular. Todos los capítulos de su manga han quedado entre los 3 primeros puestos. Y sí se acepta la gira por Japón, tengo que acompañarla como representante. Aún no es seguro, pero es probable. - le miro abrazándole. - Me gustaría no tener que irme, pero no hay otra persona que pueda hacerlo. - mi mirada muestra algo de resignación. Los meses separado cuando se fue a Milan o de gira por Japón fueron duros.

- A mí también me entristece cielo, pero... tampoco me voy muy lejos, estaré un par de días en cada ciudad grande... si la cafetería te lo permite... no me importaría que vinieras a verme... - le digo dudoso, no quiero forzarle a viajar por mí.

El pelinegro se muestra feliz para que no me sienta mal por tenerme que ir, y lo más importante, me saca algunas sonrisas con sus palabras.

Le abrazo cuando se sube a mí de nuevo. Me ha llamado esposo pienso divertido. - sabes... lo he pensado alguna vez... sí, se pudiera aquí, te pediría matrimonio. Es solo un trámite, pero... me gustaría hacerlo. sería lindo, verdad? - digo tocando la curva de su mejilla.

- sonrojado de nuevo. - comento divertido.


Veo que la idea le hace mucha ilusión y le beso apasionadamente apretando la mano que me tiene agarrada. - Bueno... - deslizo un dedo por su pecho. - Seguro que hay algún lugar de América donde se puede... en un futuro... sí todo va bien, irías a América conmigo? - le miro a los ojos con intensidad. Quizás es algo precipitado, pero hablo completamente enserio. Dentro de unos años me gustaría llevar esa ceremonia con él, no es lo mismo que hacerla aquí, donde pueden ir todos nuestros amigos y mi familia, pero creo que estará bien. Además, casarse en otro país, no tiene ninguna obligación respecto a los papeles aquí, pero si eso le hace feliz.

- tus ojos titilan. - comento mientras espero su respuesta, aunque ya la sé, solo hay que verle, la felicidad no le cabe en el pecho.


Respondo su beso después de oír su sí. Le rodeo con los brazos cuando se recarga en mí y miro nuestro reflejo en el cristal. me siento totalmente en calma. - ahora estás exagerando.


- vamos a dormir, mañana tienes que preparar la inauguración y yo tengo que ir a trabajar a mediodía. - - beso su amtita de pelo. - Gracias por este día. - acaricio su hombro adormilándole, ya que la emoción que tenemos encima necesita de un relajante. Me concentro en la respiración de mi amante y acabo durmiéndome también.

Me cuesta bastante despertarme, no es solo haber dormido tan poco, si no todo lo que hicimos antes de eso. - ok... dame un minuto. - me froto los ojos quitándome las legañas de ellos y así poder abrirlos, es de noche aún. Tengo que pasar por casa y cambiarme antes de ir a trabajar... con suerte puedo echarme media hora en casa. Me consigo sentar en la cama y agradezco a Zack que me traiga mi ropa de ayer. Me visto y salgo con él.


Le espero en la entrada del hotel mientras paga y aún dormido le cojo de la mano acompañándole a la cafetería. Encontramos a Kunsel entrando con Yen. - hola preciosa. - la cojo en brazos para llevármela a casa. Saludo a Kunsel y este nos deja despedirnos. - Vendré en cuanto entregue los manuscritos, sí? Va a salir todo bien, desayuna algo, eh? - le doy un besito, total, no hay ando en la calle a estas horas. - gambatte. - le doy otro beso y me despido de mi amante.


LLEGo a casa y doy de comer a Yen, pero esta solo quiere dormir. No entro hasta las diez por lo que duermo cerca de una hora en el piso y luego me alisto apra salir.


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Llamo a Zack a media tarde. - Hola, cariño... cómo está la cafetería? ... No... lo siento, no sé si podré ir... los asistentes de un amngaka se han puesto enfermos y no han podido acabar el manuscrito y está todo muy liado por aquí. Ni yo ni ninguno de mis compañeros vamos a poder ir... - "TORI, DEJA DE HABLAR CON TU NOVIA, NO ESTÁN ESPERANDO!!!" me grita mi jefe. - Lo siento, Zack, te quiero. - cuelgo el auricular abatido y salgo con mi jefe y uno de mis compañeros.

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La madre de Hatori llega con una amiga a la cafetería, pero cuando recibe una llamada de su hijo diciendo que no podrá ir, esta se marcha sin probar la tarta de queso que Zack le preparó y de no haber estado en la cocina, Zack habría visto una pérfida sonrisa en su rostro.

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Me subo en el coche y acelero. Son casi las 8 y cierran a y media. Aunque sea un cuarto de hora...


Llego al café corriendo, ya que no encontré aparcamiento cerca y antes de entrar recupero mi respiración normal. A pesar de estar a punto de cerrar, el local sigue lleno. Se ve muy bien. Me siento en la barra y una chica vestida de militar me pregunta que quiero y le indico que lo estoy pensando y espero a ver a mi amante asomarse.

Saludo a Kunsel y me dice que avisará a Zack. Le agradezco. Veo a mi amante salir. - wow, que guapo. - le digo y me abraza con la barra de por medio sorprendiéndome. Este hombre... tenía que dar el cante, verdad? - Siento no haber podido llegar antes. - la verdad, pensé que no iba a llegar, pero la autor se dio prisa y pudimos terminarlo a tiempo y no vivía a más de 15 minutos de aquí, he llegado de milagro.

- esto esta lleno. ¿qué tal con mi madre? - la verdad es que me da algo de miedo preguntar. No creo que haya liado ninguna, pero...


- estoy sediento. Me pones un café y... - no hay mucho en las vitrinas al ser tan tarde ya. - Ese pastel de chocolate se ve muy bien. - me lo sirve y miro el reloj, tendré que darme algo de prisa. Observo a mi amante mientras llena la taza. Ese traje le sienta muy bien, le cuadra los hombros, se ajusta a sus antebrazos y a su cintura, los pantalones tienen la raya bien planchada y los zapatos están impolutos. - arigato. ¿ha ido todo bien?

Observo como posa para la foto, zack no me había hablado de ese servicio. Doy un sorbo a mi café. la carrera me ha hecho sudar y me ha dejado la garganta seca. Aunque caliente, el café la mitiga. - Sabía que iría estupendamente. - le sonrío y doy una probada al pastel. - muy bueno, aunque es un poco empalagoso. - es el tipo de pastel que le encanta a los niños, ya que lleva varias clases de chocolate, pero a mí solo me agrada.


Rio cuando veo que sigue con lo del asesor. - No fue una junta... ha sido algo parecido a cuando te pedí ayuda con la mangaka. No pudo terminarlo a tiempo y hemos tendido que solucionarlo. Si mi jefe no hubiera podido llevar el manuscrito a la imprenta cuando conseguimos terminarlo no habría llegado. Si viene, habrá que invitarle a un café, eh? - le guiño un ojo. - Y sí, estoy algo cansado, pero... la cena la hago yo hoy. - le prometo y le advierto. Estará agotado como para ponerse a cocinar nada más llegar a casa.


- está bien que dejes la cocina ahora? - le pregunto, mientras me termino el café y como un poco más del pastel, aunque no quiero llenarme antes de la cena.

- Si, como te digo solo están tecnicamente cuidando el horno, no falta mucho para cerrar, aunque claro no podemos correrlos, pero espero que unos diez o quince minutos. - estaba terminando de decir eso cuando llegó un grupo grande de estudiantes, y no solo iban a la cafetería sino además también iban de cosplay, como si acabasen de llegar de una convención, en cuanto entraron comenzaron a pedir como si fuese un regimiento.

- Esto... Tori... gomen¡¡ pero si tengo que ir¡¡ - dice al instante de que Kunsel iba a por el y las chicas y chicos comenzaron a tomar órdenes, posar y todo lo que se les ocurriera, afortunadamente tenían todavía provisiones pero ya no demasiadas.


Terminaron cerrando media hora después de la hora anunciada en los panfletos, Kunsel se despidió de ellos y se fue con el profesor, Zack sale ya cambiado pues estaba algo muerto por haber llevado ese uniforme todo el día, era incómodo por lo ajustado. Se notaba que más que uniforme de combate era para ocasiones especiales. Cierran el café y sale con Hatori.

- Aaaaah mi amor¡¡ esoty rendido pero... se acabó todo en la cocina - dice orgulloso pues además se notaba que a mucha gente le había gustado y seguro regresarían, en especial el último grupo que llegó.

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Ya en el departamento se quita los zapatos poniendose las pantunflas, caminando directo al baño para echarse algo de agua a la cara, no insiste en hacer la cena pues sabe que Hatori le regañaría, toma a Yen en brazos y le da de comer

- Preciosa como estas? - dice sonriendole y va a la cocina sentándose y mirando a Hatori cocinar

- Amor... gracias

- corre, corre. - le apuro cuando me dice que tiene que ir. El café tarda en cerrar. Anda que... menudas horas de venir a armar jaleo pienso mirando a los cosplayers. Espero pacientemente a que mi amante acabe y salimos para ir en coche a casa.


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Una vez llego le digo que se ponga cómodo y que se bañe si quiere. Preparo pollo al limón, cuezo el arroz y no hago mucho más, pero sí que hago bastante d e eso para saciarnos. - no te preocupes cielo. - me retiro del fuego y le doy un beso. Pongo la mesa. - No será un banquete, pero el pollo de esta manera me sale bastante rico. - le digo. Termino de hacerlo y nos lo sirvo.

- itadakimasu. - como un poco de arroz. - oye... ahora tienes que levantarte más pronto. Podremos seguir saliendo a pasear a Yen en las mañanas? - le pregunto.

)
(hasta mañana

- arigato. - le digo viéndole comer encantado. - No tienes que seguir haciéndome bentos. No quiero crearte más trabajo. - acaricio su mejilla atrapando ese grano de arroz que dejo en mi servilleta. Acabamos de comer rápido, ambos tenemos mucho apetito. Saco de la nevera dos boles de fresa. Zack asiente y yo les echo nata para comerlas.


Terminamos con eso rápido también. me levanto y me coloco detrás de su silla. Le doy un masaje en los hombros. - Bueno, date una duchita, sí? - le doy un beso en la mejilla y le apremio a que se meta en remojo. Recojo la mesa y limpio los platos.


Doy un par de cariñitos a Yen y esta bosteza así que la dejo irse a la cama.


Busco en mi móbil el teléfono de mi madre. - Hola madre... sí... te gustó la cafetería de Zack? - su respuesta es no, dice que todo eso de los cosplays incita al erotismo y que estoy saliendo con un salido. - Mira madre... dejemos eso. ¿Te gustó la tarta? Zack estuvo tiempo practi... ¿cómo?! - salgo al balcón. - Cómo que no la probastes? sabes el tiempo que ha estado Zack practicando para intentar ganarse tu afecto? - mi madre se calla, no creo que se hubiera imaginado eso. - eres lo peor. - sentencio. - por qué mamá?... Papá me apoyaría!!! - digo enfadado. - Desde que murió estás amargada. Realmente, me da igual que le aceptes, pero para él es importante, no tiene familia y no quiere que yo me pelee con la mía... A mí no me hace feliz ser padre, me hace feliz Zack Fair. - digo orgulloso. - Es todo. - digo y cuelgo, desconectando el teléfono.


Suspiro calmándome y veo a Zack desde dentro mirando. Le sonrío y entro abrazándole. - Lo siento, mi amor. - digo estrechándole.

Le miro a los ojos, los míos se ven algo tristes. Sé que ha estado muy preocupado por esta inauguración y lo emocionado que estaba porque mi madre hubiera aceptado ir. - por nada. - suspiro. - vamos a la cama, sí? te ves muy cansado. - no quería hablar de eso con él. Me gustaría que mi madre aceptase a la persona con la que he elegido compartir mi vida. Aunque sea un hombre sin carrera.


Agarro su mano y le doy un beso en las montañas que son sus nudillos y vamos a la cama. Nos ponemos el pijama en silencio y me tumbo abrazado a él. - yo... siento el comportamiento de mi madre...