Un nuevo miembro en la familia

- cómo que pesado? - digo mordiéndole la oreja con fuerza. - además... quien te dice que no la acabe a lo largo de la noche?


Sonrío cuando dice que siente que no puede correrse. - ngh! - sin dejar de masturbar su sexo ahora más rápido, abrazo su cadera siguiendo su movimiento, cuando se para a ir un poco más lento yo le empujo apra que engulla mi pene y en un determinado momento es tal nuestra desesperación, que le tumbo sin salir de él y le empiezo a embestir con fuerza y no tardamos en venirnos entonces. - aah... zack.. zac... - le beso mientras el semen abundante llena su trasero hasta que no entra más y sale de este, el suyo mancha mi abdomen. Nos miramos jadeantes unos segundos aliviados de haber conseguido ese placer al fin y nos besamos con vehemencia mientras rodamos en la cama intentando tocar lo más posible al otro.

- y yo a ti mi amor. - sigo de acuerdo en que me llame tori, suena menos informal que yoshiyuki, aunque este sea mi primer nombre, pero cuando me llama así me hace desear besarlo.Y eso hago, sonrío cuando me dice de su calor con ese gesto tan elegante y erótico de acariciarse el abdomen. Mi cara es de satisfacción también, pero una satisfacción que parece requerir una cabezada antes de continuar, pero no me dejo caer en el sueño. Me abrazo a mi amante y beso su hombro. - mmm... sabes a fresa.... estoy por a por la nata y darme un festín. - digo bromeando, sin pensar en hacerlo realmente.

Frunzo el ceño cuando me da en el culo y se inclina dándome un beso seguido de un mordisco que me hace saltar sobre el colchón. - oye!!! - me besa, pero eso significa que me calme. - serás... - contraataco con cosquillas y acabamos despatarrados los dos en la cama riendo. Acaricio el cabello de mi amante y le miro intensamente. - te quiero... mucho.- se sube encima mía pidiendo mimos sin intención sexual, creo. Acaricio su espalda y su cuello y doy un besito a su mejilla.

Recorro lentamente con los dedos los contornos de las cicatrices de su espalda. Sonrío por su te amo que parece un disco rallado y su beso en la nariz. - a mí también me gusta mucho estar contigo, mucho. Se ha vuelto una necesidad, realmente. Necesito que nos vayamos de vacaciones, aunque solo sea un fin de semana de tres días. Solo pasamos juntos el desayuno y la cena y necesito más, un poco más. - digo abrazando a mi amante, en verdad lamento tener tan poco tiempo con él, aunque le vea todos los días es tan poco. Cierro los ojos disfrutando de su piel, de su peso, de su respiración, de su latido de corazón pegado al mío

- bueno, ya que no sacamos tiempo para mirarlas juntos, te parece si elijo yo el sitio? -


Escucho de nuevo su problema con Kunsel que cada vez está más claro, aunque a mi amante no se le ocurra. Me rio por su gesto y beso su naricilla. - es mejor que no le des vueltas, estoy convencido de que te contará cuando él crea adecuado.- le empujo con sutileza para poder levantarme y voy a mi armario de donde cojo una corbata, le guiño un ojo a mi amante por com mira mi cuerpo desnudo y me subo a cuatro patas a la cama andando hacia mi amante con la corbata en la boca y luego la paso por su cuello acercándole a mí dejándole a nada de mi rostro y de mis labios. - Y ahora deja de jugar a los detectives, que tú y yo vamos a jugar a otra cosa más divertida.

(hasta mañana)

- qué pasa? - le pregunto a mi amante que se puso repentinamente nervioso. acaricio su mejilla, aunque parece que quiere hay algo que... - está todo bien? - digo besándole amorosamente antes de atarle. Me dice que quiere y le ato, dejando algo sueltas sus muñecas, pero un nudo fuerte impide que se deslicen.


Acaricio el cuerpo de mi amante observándole.- eres tan atractivo... y tan sugestivo. - le miro divertido. - y a qué quieres que juguemos? - le miro y desato sus manos. le pongo boca bajo de rodillas y le vuelvo a atar. - creo que así puede ser divertido también, aunque adoro verte el rostro. - me inclino sobre su espalda y acaricio su pecho sugerente.

- Sí que lo eres, muy sugestivo. - le digo y sonrío cuando me dice pervertido sonrojado y sonriendo.



El trasero en pompa de mi amante enseguida llama mi atención y mis dedos lo exploran y lo bordean como si estuvieran rebañando un yogur y luego me inclino para lamerlo y dejar que mi lengua profane ese lugar también y lo beso dejándolo más húmedo aún con mi saliva. - nada? Mira que se aceptan sugerencias antes de que me ponga a ello.

- así? - mi lengua toma forma de punta entrando en su trasero y lamiendo apenas su interior. Le doy un azote, como venganza al de antes. - cómo se piden las cosas? - le digo como si el pelinegro fuera un crío al que se corrige su forma de decir las cosas. Aún sabiendo lo duro que le resulta decirlas, le hago pasar por la misma vergüenza de nuevo.


Lamo su perineo, mientras mis dedos abren y cierran el anillo de carne como jugando con él, este desprende humedad cada vez que lo hago como si fuera una fuente erótica.

Todo lo que hace el menor hace que mi rostro se tiña de rojo, pero para nada de vergüenza sino por el calor que mi cuerpo desprende por su causa.

apoyo mi abdomen en su espalda suavemente , mientras mis dedos juegan en su trasero, pero esta vez dentro suyo. - Zack... - lamo el contorno de su oreja. Cuando llevo mi mano a su sexo esté ya está exclamando enfadado por la falta de atenciones ante tanta excitación. - te mojaste. - digo con maldad en su oído, antes de descender y lamer su yugular.


Mis dedos frotan las paredes de su trasero y de vez en cuando salen acariciando la línea que hay entre las nalgas y el perineo, para luego volver a meterlos sin compasión haciendo que se tense.

- por qué? es la verdad después de todo y no es algo malo, realmente es bueno para mi ego y para mi visión. - le digo maliciosamente. Siento como abre las piernas, está casi tan excitado como cuando he usado el afrodisíaco. Meto mis dedos totalmente. la voz del menor hace que el mismo sienta como mi sexo resucita y se clava en su muslo. - y dime... es suficiente con mis dedos?- digo moviéndolos adentro y a fuera acariciando con insistencia las paredes de su ano a la vez que torturo el glande.

Normalmente soy dulce con él, pero es que cuando me ha pedido que le ate mi lujuria se ha desbordado. Doy un azote algo fuerte a su trasero y mi mano lo acaricia posesivamente. - Que culo tan firme, aunque antes que firme es muy estrecho. - le digo lascivamente.

Me incorporo poniéndome de rodillas y mis manos en sus caderas. Mi pulgar se hunde en esa piel tersa y hermosa. Con sus manos atadas veo su anillo relucir sobre su piel en la suave oscuridad de la habitación y a la vez recuerdo su gemelo que está en contacto con mi piel y la suya y eso me hace sonreír. - Tus deseos son ordenes.


Me empujo dentro suya, y en vez de hacerlo en dos o tres estocadas para alcanzar su fondo, lo hago en un solo empuje lento que hace a mi amante gemir y a mi gruñir. Me abro paso a base de fuerza y cuando estoy dentro siento mi fatiga y mi cadera se echa un poco para atrás cuando me agacho abrazando el cuerpo de mi amante. las palmas de mis manos sienten sus pezones erguidos y siento el calor de su cuerpo a través de mío.

beso sus hombros por detrás cuando le veo llorar. Me he extralimitado, pensando que su cuerpo puede aguantar todo lo que le eche. - mi amor... - digo algo arrepentido de haber querido probar esto con él, acaricio sus costados despacio intentando calmarle, quizás debería salir un poco de él, pero soy egoísta y me siento tan sumamente bien habiéndole penetrado de esta manera, desearía estar así para siempre, pero nuestros penes no lo soportarían.


- Yo también te amo, más que a nada. Sin ti ya no puedo vivir. - murmuro en tono enamorado.


- Siénteme más. - digo y mis caderas se mueven hacia fuera antes de volver a perforar el trasero de mi amante. cuando después de que mis manos naveguen por su piel, una de ellas se aferra a su pene enorme como si fuera el timón y nos encontrásemos en una gran tempestad. - Mmmm... zack... zack... zack... - su nombre brota de mis labios una y otra vez. Me siento tan completo con él, unirnos es un acto del que no puedo prescindir ya, no puedo prescindir de él, si le pasará algo no sé que sería de mí. - te amo, mi amor, ai shiteru.

Respondo a sus dulces labios encantado, pero una de mis manos en su pecho siente algo raro, por un segundo, su latido de corazón se detuvo. es eso un vuelco de corazón? Me pregunto. - tu corazón... se paró un momento. - le digo contento. Es curioso que cuando lo sufre uno mismo, el corazón haga daño y dé un latido profundo, pero lo que yo he percibido ha sido eso, que su corazón se ha detenido un segundo, como si necesitase un respiro y no diera a basto. Es algo muy pequeño, pero me hace tan feliz. Mis labios no quieren soltar los suyos, pero mi amante gime por mi causa y no puede aguantar esa postura y deja caer la frente sobre la almohada.


Con algo de resignación por haber elegido esta postura me muevo contra él, las carnes hacen un sonido lúbrico al chocar, al igual que mi sexo al salir y entrar en su trasero. Su sexo gotea y si mirara el punto donde su cuerpo se une al mío me daría cuenta de que yo también estoy goteando o más bien lo está el trasero de mi amante por albergar mi falo.


Aunque el cariño que siento por mi amante es infinito, mis ganas de seguir dominándole un poco más son demasiado fuertes. - Señor Fair - menciono eso sabiendo lo mucho que le pone y avergüenza. - está usted terriblemente mojado, es ngh! , por como le toco o porque estoy perforando su culo? - le pregunto deteniendo mis embestidas antes de retomarlas de nuevo más fuerte y rápidamente, realmente no sé si llegará a contestarme, ya que mi mano toca su sexo deliciosamente y como se arquea su cuerpo deja adivinar lo próximo que está su clímax, no mucho más que el mío.