Un nuevo miembro en la familia

Veo que mi amante no está está para ternuras y le atraigo por la nuca besándole con pasión y levanto mi cadera chocando nuestros sexo con fragor.

- Me ha encantado, te mueves demasiado bien. ¿ no has ensayado? - le pregunto acariciando su espalda y teniendo una magnífica panorámica por el espejo, pero creo que mi amante capta la mayoría de mía tensión como para prestarle atención a un espejo aunque se refleje en él en el cristal. - Te parece si reproduces ese movimiento de caderas conmigo? Yo también quiero un baile. - le digo sugerente. - cada vez eres más sexy...

- guau! - exclamo cuando dice que se moverá toda la noche para mí y veo que a penas está atardeciendo. - eh? Zack, gracias a ti. - le miro con dulzura, que esté dispuesto a hacer este tipo de cosas para mí me hace feliz. Rio suavemente cuando me reclama y me quejo un poco cuando me muerde. - sí quieres voy a ponerme la bata. - le sugiero, pero la mirada de Zack aprece decir que yo no me muevo de ahí por nada del mundo.


Mi mano se deleita con el dulce descender de su espalda antes de agarrarle el culo en un apretón antes de que solo quede al alcance de mis manos sus cabellos. Acabo mirando el espejo y sonrío mientras quita mis pantalones. - vaya, que culito te hacen esos bóxers.

- que modesto, cielo. - digo bromeando y me recuesto difrutando de las caricias de mi amante, pero de buenas a primeras se levanta y yo me siento. - se puede saber que haces ah?... - veo que viene con un bote de lubricante con sabor cereza. - Oh, así que te gusta ese sabor... - digo y cuando se arrodilla frunzo el ceño levemente. - oye, tenemos una cama XL aquí que sospecho que tiene sábanas de seda o algo así, no te arrodilles en el piso. - digo mientras sus labios están tomando mi pene. - mm.... - comienzo a suspirar por sus caricias.

(hasta mañana)

Hace que mi sexo se ponga duro en tiempo récord. Verle es un gran estimulante, pero lo que consigue excitarme de veras es que nuestros cuerpos entren en contacto. Y supongo que ayuda que mi amante esté tocando ese lugar tan sensible. Echo la cabeza para atrás mientras acaricio sus sedosos cabellos azabache con dulzura, pese a lo sucio que se escucha la felación.

Me sonrojo cuando dice de hacerlo en todos los lugares, si lo sé no abuso tanto de él ayer. Miro la cabellera negra engullir mi sexo. Me pregunto si conseguiré seguirle el ritmo.


Cuando bajo de nuevo la mirada me esperan sus deslumbrantes ojos azules. que hentai es... - ah mmm.... zack...

Cuando echo mi cabeza hacia atrás exhalando un suspiro veo su cabellera negra destacando en los tonos rojos, cálidos, amorosos de la habitación, en el espejo, el resto de su cuerpo queda fuera del marco, salvo sus hombros y eso es una imagen muy erótica. Y cuando bajo la mirada la imagen no es menos lúbrica, los labios de mi amante se ven como cerezas de rojos, irónicamente.


- Será el lubricante. - digo asumiendo mi humedad a ello, sin que me deje dominar la vergüenza como a él.


Tira de mí para besarme y yo sujeto su rostro mientras le beso con vehemencia y me niego a dejar sus labios a pesar de que mi sexo está a nada de erupcionar por como me ha puesto a tono mi amante.

Blasfemo cuando sus labios se escapan de los míos, aunque es más por como llega mi orgasmo, sin toque alguno de mi amante, aunque este vuelve a metérselo en la boca, mi semen ya estaba subiendo lentamente para entrar en erupción. Me arqueo suavemente, notando como mi semen se libera en su boca, no es mucho, ya que anoche nos lo pasamos bastante bien.


Me lamo los labios cuando mi amante se sube sobre mí. - oh, sí. He amado verte bailar y... como te desnudas. - digo sonriendo antes de besarle y apretar su sexo en mi mano sin piedad por encima de la prenda que deja adivinar muy bien su erección. Jadea y acaricio su mejilla. - eres tan hermoso y... coqueto y provocativo hasta límites insospechados. - hundo la cara en su cuello lamiéndolo con gusto, sin aflojar mi mano en su paquete, pero sin darle caricias que le alivien.


(hasta mañana)

Acaricio su mejilla en un gesto tierno. - Ya lo eres, a veces creo que te comeré a bocados sin dejar nada de ti. Eres sumamente sexy, amor. - le miro con amor y lujuria en mi mirar.


Se abraza a mí no pudiendo soportar mi mano que provoca y no da nada de lo que promete a su entrepierna. Echo la cabeza hacia atrás sus gemidos me hacen compadecerme de él, pero los deseo tanto a la vez... Acaricio despacio su sexo, apretándolo, perfilándolo con mis dedos... - Zack... cada día te amo más, aunque solo nos veamos una hora al día. Te querré siempre. - le tumbo en la cama y mis pupilas se clavan en las suyas, mi gesto contraído es de decisión. - Por eso... sí alguna vez pretendes irte... no lo lograrás. - beso su frente y luego su cuello, no puedo evitar marcarlo con unas suaves succiones. - sabes? El sabor de tu piel es a almendras... me ha costado identificarlo. - le sonrío y beso su pecho atacando esos pezones rosados tan sensibles y que tanto me divierte hacer que se pongan erguidos.

- claro que lo eres! - le miro con dulzura. - Yo tampoco... no puedo vivir sin verte. - cuando veo que apenas si puede hablar me centro en que su cuerpo hable para mí. Sus tetillas quedan erectas, casi tanto como su pene atrapado en sus calzoncillos, su cuerpo sube y baja suavemente mostrando su agitación. Sus ojos parecen tener dificultades para permanecer abiertos. Todo ello me muestra lo mucho que disfruta estando conmigo.


Bajo la mirada a sus bóxers cuando me dice que le duele, al igual que anoche, hoy me apetece ser un poco cruel. Apoyo un dedo en la punta del falo que parece intentar romper los bóxers y presiono disfrutando de sus jadeos más fuertes y me lamo el labio como si estuviera a punto de comerme un gran manjar. Agarro el pene haciendo la tela lo oprima un poco y finalmente retiro la ropa interior. - qué podría hacer para que dejara de doler? - mi mirada es lúbrica.

Sonrío por sus reacciones. - si no me lo dices no lo sabré... - le aseguro y cuando lo dice, estampo mis labios en los suyos en un beso húmedo y apasionado. Mi lengua va a por la suya sin compasión y cuando lo termino con un mordisco en sus labios de color cereza, acaricio su mejilla. - tus deseos son órdenes para mí. - beso su mentón y dejo de torturar ya a mi amante con mi remoloneo y acaricio sus muslos mientras me cuelo entre sus piernas.


- No me pierdas de vista. - le digo pensando en el espejo y en lo excitante que resultó para mí verle desde ahí. Observo ese falo erecto y siento el mío palpitar. Mi lengua abre los labios del orificio uretral, a la vez mis manos acarician dulcemente sus gemelos. Pero mi lengua no es nada dulce y presiona constantemente ese lugar que de vez en cuando dejaba salir una gotita de presemen

- oye... no hemos venido aquí a que te controles. quiero oírte claramente. - digo con una voz demandante.


Empiezo a lubricar esa verga con mi lengua, mi pulgar acaricia su glande. Toqueteo su perineo antes de engullir su sexo y mamarlo. Mi cabeza sube y baja y siento como sus manos se aferran a mis cabellos, unos momentos antes de eso se conformaban con acariciarlos. Con esto sus caderas se mueven levemente buscando más. Me abrazo a sus piernas y las abro todo lo posible, dejándome así espacio para que su glande toque mis dientes y el interior de mi mejilla antes de dejar que pase por mi garganta...

Rio bajito cuando se expresa tranquilamente. La agitación de mi amante me excita, hasta el punto de que estoy algo duro también. Se vine rápido en mi boca y después de tragarlo me incorporo viendo su cuerpo surcado por el placer. Me lamo sutilmente el labio superior y me inclino besando su abdomen, sus músculos se tensan y destensan en esa respiración forzada.

LUEGO me tumbo junto a él de lado atrayendo su rostro y besando sus labios con ternura. Si ve que estoy duro querrá montarme, pero quiero tomarme unos minutos con él. - adoro cuando tienes un orgasmo, tu cuerpo parece más atrayente aún. - beso sus párpados y acaricio su costado con mimo. Le atraigo un poco más y huelo su pelo. - así que te gustan las almendras? - digo metiéndome un poco con él.

Me abrazo a él. - Bueno... es que tú formas parte de ella, cómo no iba a gustarme? - arrugo la nariz como de costumbre cuando me la besa y le acojo mejor en mis brazos cuando se esconde en mi cuello. - te adoro, te amo, te deseo, te necesito, te... todo. - lo achucho un poco y le miro a los ojos. - Zack... qué te parecería si pusiera uno de esos en nuestro cuarto? - señalo el espejo refiriéndome a él y rio con la idea.

- oye... cuánto tiempo tendremos de vacaciones? Las playas de aquí no son nada especial, había pensado en que cogiéramos un barco y fuéramos a la exila Hateruma, debe de tener bellos paisajes, pero si solo podemos irnos un fin de semana, no lo disfrutaremos casi. aDEMÁS, tengo que pedir los días en el trabajo. - apoyo la barbilla en su mata de pelo. - Ya quiero irme a la playa contigo y con Yen.