Nuevo amor, nuevos dolores de cabeza priv-Kunsel

- Literatura?... no, realmente me gusta disfrutar de los libros sin tener que seguir reglas y ver si concuerdan o no con la métrica de las escritura... soy bastante crítico, por eso antes de leer un libro del que se haya hecho una pelicula... veo la pelicula para disfrutarla - sonrie por eso de verse bien de civil - gracias cariño tu también te vez bastante bien... los recuerdos de Wutai... me gustaría olvidar el 90% de ellos...- tal vez Ethan veía muchas atrosidades en la enfermería pero nada comparado con lo que él vio en el campo de batalla

- sí, lo siento, no quería traerte malos recuerdos. - digo arrepentido de haberlo mencionado.

- bueno. ¿pedimos el postre? - cojo la carta de los postres y miro. - Dios, me apetece todo. Veamos, podemos pedir unas trufas con guarnición de fruta o láminas de queso con trufas o trufas a la naranja. Cuáles te apetecen? - digo mirando la carta y luego a mi amante, se ve especialmente sexy y no debería de verse así, porque parece que lee mis pensamientos siempre y me sale con alguna. - además, voy a pedir unas crêpes a la naranja, nunca las he probado así. - espero que no le importe que pida dos postres, pero sabe que como bien.

- Te dejo esocger los postres, y puedes escoger los que desees cariño, además tienes que acumular energía para esta noche - dice coqueto mirando a Ethan con atención, cada palabra, cada movimiento era bastante attrayente, a veces se preguntaba como es que seguía soltero, la gente era idiota o ciega, una de las dos.

- Eres tan sexy... y guapo, realmente me atraes mucho - toma un sorbo de su bebida sonriendo de lado debido a ese sonrojol

Estoy bebiendo agua cuando dice lo de la energía y me atraganto con el agua para no escupirla y tras tragarla empiezo a toser. - kunsel... - digo con cierto reproche, pero luego halaga mi aspecto y me sonrojo. - te lo pasas bien, verdad? - niego con la cabeza desaprobación y miro la carta de nuevo.


Llamo al camarero y le pido unas trufas con chocolate blanco y queso y unas crêpes a la naranja para que comamos los dos. Cuando lo traen sonrío. - que pinta tiene. - pienso cuando nos ponen los platos entre los dos para que comamos.

Le encantaba admirar su sornisa, era tan tierno pese a su edad, pese a ser más grande que Kunsel, parecía al reves.

- Si se ve delicioso, pero no creo que en la carta haya algo más dulce que tu piel - sabía que le sonrojaba pero hablaba en susurros y las mesas estaban separadas unas de otras lo suficiente para no ser escuchado, come un poco - y sabe más que bien, esto está genial,s abes la próxima te dejaré pedir a ti todo - dice bromeando

- Mmmm sabes... en varias culturas el chocolate es... - se lleva un chocolate a los labios y dice antes de morderlo - agrodisiaco - lo degusta de manera tal que se veía sensual

Lo sabía! Me lee la mente y empieza a decir estas cosas. Mantengo la mirada baja por la pena, me siento morir.

- Sí, los aztecas ya lo conocían. - digo bajito levantando la mirada y le veo llevarse una trufa a la boca. Mi cara arde y solo como una trufa para que no me diga que no como nada, porque ahora mismo ardo en deseos de estar con él y con tanta vergüenza se me ha cerrado el estómago. No sabía que a uno se le pudiera quitar el apetito porque su pareja le suelte comentarios subidos de tono.

Estaba totalmente divertido pero al mismo tiempo atraido por ese rostro sonrojado, su mirada era lúbrica pero al mismo tiempo llena de cariño.

- Ethan... casi no has comido.. - toma una trufa y se la da en los labios cuando el otro la come pasa a acariciar con la yema de sus dedos aquellas rojizas frutillas en que se había convertido la boca de su amante. - quieres que nos vayamos ya? - pregunta y cuando el otro asiente llama al camarero sin esperar, paga la cuenta y se va con el rubio - yo manejo... mi departamento queda más cerca que tu casa. - en el coche le miraba de reojo - todo bien? estás muy callado - sonrie travieso

Encima se lo pasa bien pienso después de estropearme el postre, con lo que me gusta el chocolate.


LE Miro cuando me ofrece una trufa y abro los labios con inercia y mastico mirándole a los ojos, su leve toque me estremece. Después de tragar ese delicioso dulce que no disfruto asiento a su pregunta y me levanto en silencio después de que pague la cuenta. Asiento a lo del coche y me subo. - solo conduce. - digo como un niño pequeño. Y es que me siento realmente tonto, solo con lo que ha dicho... pensé que si seguía me pondría duro allí sin que me tocara siquiera. Creo que se ha pasado con sus comentarios, pero no estoy enfadado, al contrario, he visto que le excito también.


Llegamos a su casa y tras quitarme los zapatos le beso con pasión. - si te beso te callarás, verdad? - le digo y es que necesito algo de tiempo para coger algo de seguridad.

-- Mmmm... si... supongo que esa es la mejor manera de hacerme callar - dice sonriendo y correspondiendo esos besos, su mano acaricia con suavidad aquella entrepierna - vaya estas... un tanto caliente, tu cuerpo responde a mi - mira la mala cara que le pone y comienza a besarle

- Si no me quieres escuchar no dejes de besarme... hazme callar - le toma de la cintura besándole con total deseo, comienza a quitarle la ropa dejándola por varios lados del pasillo, llegan a la habitación solo con pantalones y eso medio desabrochados, le recuesta en la cama jalandole esos pantalones con cuidado, sus actos podían ser medio bestías pero no hasta el punto de lastimarle

- Dime... quieres entrar esta vez? - sus orbes azules se posan en las de su amante - yo te deseo

Intento no dejar de besarle, pero aún así no consigo del todo que deje de hablar. Esa camiseta de color escarlata se ajusta a su cuerpo, al librarle de la tela el efecto de ver sus músculos es abrumador y mientras me lleva al cuarto no paro de acariciar sus músculos, es todo nervios y fibra pienso encantado de poder disfrutar ese cuerpo, de que sea mi feudo. Mis labios luchan con los suyos subiendo la pasión de Kunsel, sus manos abrazando mi cadera haciendo que mi muslo se apriete contra su sexo al andar es por demás voluptuoso.


Me dejo tumbar y le ayudo a quitarme el pantalón, este entusiasmo suyo me embriaga. Le miro a los ojos cuando me hablar. - seguro? Mañana empiezas las clases y no quiero que vayas andando como un vaquero. - sé que las otras veces ha estado bien, pero no quiero causarle problemas. - Podemos usar los vibradores hoy también. - le digo intentando controlar mi respiración pero es una ruina, y mientras hablo de deshago de sus pantalones

- Oye, es necesario que descanses, no voy a penetrarte todos los días con los dildos - dice sin dejar de besarle - además...también quiero disfrutar de tu cuerpo... sino quisiera no te lo propondría no crees? - su mano baja para comencar a masajear su sexo de forma tranquila pero no por ello sin deseo.

- Ethan... si no quieres entrar...también puedes decírlo - su lengua repasa ese cuello, sus besos bajan por su piel pasando del cuello al pecho, a los pezones, a medio abdomen y después bajo el ombligo, el pubis rubio se acariciado por las yemas de sus dedos y sus labios jalan la piel del pene, bajandola para dejar libre el glande.

Sus besos me hacen cosquillas al principio de los suaves que son, pero poco a poco se vuelven más calientes y lúbricos y hacen de mi voz gemidos incontrolables - claro que quiero, ngh! pero - me detengo a respirar, baja la piel de mi pene y me hace jadear como si estuviera a mitad de una felación y no acabando de comenzar. Me aferro a las sábanas y mis piernas suben y se encogen contra mi abdomen. - en verdad, te gusta? - le interrogo, creo que no acaba de hacerse a la idea de que un hombre le penetre, aunque que se deje hacer eso ya es algo en verdad increíble. Es tan fuerte, tan varonil, sin duda debería de ser el activo y, aunque lo es, no ha podido hacer nada conmigo aún. - lo deseo. - mi cara demuestra que es verdad. - te deseo a ti. - mis ojos entrecerrados le miran con sensualidad para nada intencionada.

- Por qué preguntas eso?... mi amor claro que me gusta sino ni siquiera te preguntaría si quieres entrar - sonrie por los gestos y gmeidos del mayor - y yo te deseo, en todos sentidos Ethan, nunca lo dudes - se excita más al ver ese rostro de deseo que le observa intensamente.
Su lengua comienza a recorrer los caminos de su sexo, masajeando los gemelos antes de llegar a la punta de ese falo, descubierto totalmente, la calidez y humedad de su lengua masajean el frenillo, le escucha sonriendo de lado para después besar el glande y empezar a succionarlo.

- Te gusta? - dice con algo de dificultad por el intruso en su boca pero aun de manera entendible

- aaah! - me hace perder la cordura. Empiezo a respirar con esfuerzo cuando deja de tocar mi sexo y para cuando vuelve a cubrirlo de atenciones mis gemidos suben de intensidad. Un gemido sordo se queda en mi boca cuando lo traga y mis ojos ven esa mata de pelos rubios, finos y sedosos balancearse arriba y abajo.

Cuando habla con mi miembro en la boca me recorre un escalofrío, he sentido su lengua golpearlo suavemente al hablar y las vibraciones que produce su garganta al hablar. - ngh!! - vuelve a atender mi miembro y me arqueo como un arpa deseando venirme ya. - sí, sí... - digo gimiendo y una de mis manos se suelta de la sábana para engancharse de sus cabellos.- no aguantaré mucho más, ah!. - cada caricia suya hace salir mi voz, no hay manera de que lo controle, de que me contenga con este hombre.

- Ethan tienes que aguantar - dice sonriendo pero al mismo tiempo ansioso, sabía que no podría hacer demasiado si se corría tan rápido, deja de atender su sexo y se levanta para ir a por el lubricante y un preservativo - me prepararás? - pregunta sonriente, totalmente desnudo se tiende en la cama, quería gozar de Ethan al menos un poco, sabía que el mayor no aguantaba demasiado así que debía bajar el ritmo un poco, le atrae para besarlo en los labios

- Tócame - dice con voz ronca y sensual

- eh? - deja de acariciarme y se levanta de la cama. Duele y tengo frío, me siento abrazándome los brazos y mordiéndome el labio. Le miro y asiento, le permito que me pegue a él y me bese, acaricio sus brazos con cariños, apretando los músculos. Bajo besando su cuello y su pecho, palpo cada centímetro de su cuerpo que queda a mi alcance, pese al dolor de ahí abajo. -Dios, Kunsel, estoy muy duro. - muerdo su labio antes de retirarme un poco para abrir el bote de lubricante y mojar mis dedos con él. Comienzo con un dedo que muevo en círculos, como si arrebañase un yogur, tocando aquellos puntos que he aprendido que le gustan. Meto un segundo y los muevo acariciando sus paredes y dilatándole. - Creo que... - le beso con pasión. - podría correrme dos veces seguidas. - al final estaré bastante cansado, pero si estamos en la cama podré dormir y estará bien.


- te amo, kunsel-kun...- apoyo la frente en su hombro, mientras noto como su carne apresa mis dedos y solo de imaginarme a mi sexo ahí dentro, hace que me falo gotee.

Sonrie de lado escuchando esas palabras.

- Me harás sonroj.. aah..ngh...jar... - siente esos dedos y relame sus labios - no tienes que prepararme tanto... resisto - dice mirándole a los ojos, separa sus piernas para darle más espacio - sé que estás muy duro y por eso deseo que entres - le acaricia la mejilla, aprieta su esfinter para aprisionar los dedos como seduciéndole más y más - anda... entra ya - dice apretándole el trasero, siente como saca sus dedos y como la cabeza del pene se presiona contra la entrada - aah...mmm.. si.. así...

Me sonrojo al máximo, pero como sigo apoyado en su hombro no me ve. - cómo te haré callar ahora? - rio un tanto nervioso por lo que dice mi amante y por mi falo erecto y enfadado; ahora no podré besarle y hacerle callar, una vez le penetre estaré indefenso contra sus comentarios


Me ahce mirarle acariciando mi mejilla y le beso con ganas, y aunque insiste y ese trasero apretándose es por demás atrayente me tomo unos segundos más dilatándole, no quiero hacerle daño, pero me siento morir.

- mmm! - me quejo cuando apretuja mi trasero, sus piernas se abren totalmente para mí y eso me hace feliz. Cojo el preservativo, pensé que ya no querría usarlo, la última vez pude venirme dentro suyo, solo el pensar en correrme dentro... es como una señal de posesión, pero me lo pondré esta vez, si lo ha sacado es para eso. Le beso profundamente, intentando trasmitirle mi ansia en ese beso, mientras mi beso le seduje aparto los dedos y posiciono mi sexo sobre su agujero. - te quiero, ai shiteru. Entrelazo una mano con la suya y las apoyo en el colchón.


Cojo aire antes de empujarme dentro despacio, nada más entrar el glande en forma de seta, su carne se estrecha, pero no tanto como las dos veces anteriores. Jadeo constantemente y embisto de nuevo entrando un poco más. Intento seguir un ritmo al que pueda hacerse, dos embestidas hasta el mismo punto y luego me interno un poco más. - ah... ah! Kunsel, eres maravilloso. - digo mirándole directamente a los ojos con la boca abierta y los labios como cerezas de mordérmelos.

Su sexo roza mi estómago irguiéndose. LO tomo en mi mano y le doy las caricias que necesita.

- Eres un pervertido - dice sonriendo de lado mientras le observa a los ojos, se yergue un poco para morder su labio inferior y jalarlo - te vez...aanhg tan...sexy - su cuerpo se mueve elntamente contra aquel falo, siente como se roza dentro suyo, acaricia su mejilla.

- Espera... - le empuja suavemente haciéndolo salir - la costumbre... - dice sonriendo divertido y quita el preservativo del falo de Ethan, toma el lubricánte dejándolo caer directamente en ese cuerpo venoso y el frio hace que se mueva en un espasmo

- Vaya, está ansioso- sonrie divertido por la cara de Ethan tan roja y su gesto de ya callate, se recuesta nuevamente - anda... entra otra vez y deja esos morros para despues

Yo intentando no llamarle hentai para que no le siente mal y es él quien me lo llama a mí ahora.


Me ahce jadear cuando se mueve un poco, esos dientes apresando mi labio, ese gesto me hace jadear más y sentir un escalofrío de placer. Mi rostro se restriega contra esa mano como si fuera un gatito en busca de caricias.

- eh? aah! - gimo fuerte cuando me hace salir, si sigue así y no deja que me corra voy a llorar.- aah!!! - el lubricante está muy frío, con el látex apenas si lo notaba, por no contar que al estar dentro de Kunsel no estaba frío si no templado.

Me sonrojo por lo que dice y me entran ganas de golpearlo. - baka... - digo bajito sin mirarle a la cara. Cojo aire de nuevo y me afinco entre sus piernas. Entro de nuevo, con más facilidad, aunque no sé si es porque está dilatado, o porque no tengo tiempo de penetrarle poco a poco, le necesito.


Me balanceo cada vez más rápido dentro y fuera, la palma de mi mano no deja descansar a su glande y no deja de acariciarlo.

- Ngh...aah...E-ethan¡¡ - se sorprende por la intensidad con que se mueve dentro suyo, comienza a gemir de manera sonora y sensual mientras le masturba y le penetra, busca sus labios y le besa con pasión pero intenta no apartarse demasiado

- E-espera.. ngh!! - susurra y parece que no le escucha pues ese vaivén es rápido y constante, siente como le frota por dentro, sus paredes son friccionadas de manera consecutiva, se aferra a la sábana mirándose incluso algo uke, sus ojos entrecerrados contrastan con esos labios rojizos entreabiertos de los cuales emanaban gemidos constantes

Sus labios saben deliciosos, soy adicto a ellos y solo cuando mis embestidas hacen que no se pueda inclinara a besarme me resigno a perder sus labios.

No, no quiero parar, si lo hago soltará algún comentario y ya he tenido suficiente por hoy. No lo hago más fuerte, pero no bajo el ritmo, no parece hacerle daño después de todo. Cuando le miro me sonrojo de lo sexy que se ve, es puro sex appel.

La sensación de su carne restregándose contra mi sexo pro todos lados es un deleite, me invita a moverme más deprisa, pero no quiero hacerle daño ni hacérmelo yo.

Acaricio el glande, presiono el orificio y mi pulgar cosquillea el frenillo, quiero que su orgasmo no tarde mucho más que el mío. - kunsel... - musito su nombre, sus músculos se tensan y parecen los de una estatua griega, su rostro anticipa el éxtasis. Lo quiero,, quiero a este hombre. Abrazo su cabeza contra mi hombro, siento su frente perlada de sudor, mi cuerpo también se cansa y suda, todo huele a sexo, o quizás solo es el olor de mi amante.

Se abraza a él sintiendose morir de placer, no puede parar de gemir, en esos momentos era cuando se podía notar la diferencia entre ambos, el rostro de Kunsel reflejaba a la perfección su edad mientras jadeaba y gemía de esa manera en brazos del mayor, su cuerpo se tensa por completo sintiendo como llega su orgasmo, el semen mancha el abdomen de Ethan, su gemido es largo y su voz es suave, siente a la vez el como el semen de su amante le llena completamente, suspira ante eso.

- Ngh... - se había aferrado con algo de fuerza marcando sus dedos en esa blanca piel, jadeaba de forma cosntante, se deja caer en la cama mirandose aun sexy, o más debido al semen que también había caido en su abdomen, cuando Ethan sale siente como la esencia del mayor baja por su entrada y esa visión podría provocar un derrame a cualquiera.

Cuando me abraza sonrío mientras continúo moviéndome algo más rudo, pero con cuidado de no hacerle daño, pero cuando mi orgasmo se acumula en mi vientre, mis caderas se mueven solas, y mi mano prieta el sexo de mi amante y luego sus gemelos haciendo que se venga y yo con él.


También gimo cuando me corro, pero la voz de mi amante es superior en volumen. Por fin me suelta, me ha gustado que se aferrara a mí, pero ha acabado haciéndome daño al final. Suspiro y le beso con ganas.


Salgo de él despacio intentando no hacerle más daño. Al hacerlo la vista es estupenda, su abdomen y pecho suben y bajan respirando con dificultad, sus labios siguen abiertos, su abdomen manchado y su traseo burbujeando semen que no puede contenerle. Mis mejillas se cubren de rojo y, aún a riesgo de que me vuelva a llamar hentai o cualquier otra cosa, me echo para atrás y beso su entrada, lamiendo mi propia esencia y bordeando el esfínter con mi lengua como si quisiera consolarlo y disculparme de haberlo profanado. Luego beso su bajo abdomen y doy una inocente lamida al semen que cubre su abdomen. Le miro a los ojos y la vergüenza es demasiada. Me tumbo a su lado y escondo el rostro en su cuello. - te hice daño?

Estaba a punto de decirle que no le mirara así, un comentario que tal vez no se esperaría de él pero de pronto Ethan baja a lamer su entrada, se sonroja más que nunca

- N...no tienes que... - susurra acariciando su cabello rubio y después observa como lame su abdomen, era tan sensual que se muerde el labio inferior. - No, no me hiciste daño - dice abrazándole con cariño al ponerse de lado - Ethan... te veías tan... deseoso - dice con esas mejillas sonrojadas, pero realmente nunca le había visto de esa manera - muy... varonil .- tal vez no le creería si se lo dijera pero era la primera vez que se había sentido vulnerable entre sus brazos, había visto un rostro tan varonil, que hasta ahora caía totalmente en cuanta que estaba con un hombre en toda la extensión de la palabra, no es que lo viera como chica pero por su aspecto siempre le había visto como alguien menor de edad, como un adolescente

- Me dejaste... sin palabras...