Nuevo amor, nuevos dolores de cabeza priv-Kunsel

Meto la cabeza hasta dejar solo fuera los ojos y la nariz para respirar después de que alabe de nuevo mi aspecto me avergonzó y me escondo malamente por esto y salgo tímidamente cuando se acerca a darme un beso que sabe a agua pura, cargada de minerales que ha erosionado en su camino aquí.


- Mejor que no te emborraches, anda. - digo acariciando su mejilla y acabo rodeando su espalda con un brazo dándole un abrazo. - estás muy calentito. - digo besando su hombro antes de separarme y dejarle que nade si lo desea.

- Jajaja, si tu me calientas - dice divertido y después se sumerge para seguir nadando un rato más, sale del agua echandose el cabello hacia atrás, en esa pose parecía un modelo pero realmente Kunsel jamás experimentaria ese tipo de vida, después de platicar con Zack y además no le interesaba en lo absoluto, pero sus músculos se marcaban bastante bien y al estar su piel mojada le hacia ver bastante atrayente.
De pronto se escuchan unas risitas, eran unas chicas que entraban también a las termas, debido a que era un onsen mixto, se sonrojan al ver a los jóvenes pero realmente les habían visto de reojo al hacer la reservación y decidieron meterse también a ls termas, ambas eran extranjeras, se notaba no solo en la forma de hablar sino en su aspecto, y por el acento de su voz, eran Francesas, una morena se acerca a Ethan saludándole cortésmente mientras la otra se sumergia y mientras nadando se iba acercando a Kunsel que estaba a la orilla del ONsen recargardo sus brazos mirando el paisaje, sin prestarle mucha atención a las mujeres, extraño en él.

Le saco la lengua cuando menciona que soy la causa de su calor y no el agua a 28 Cº . Le observo nadar de nuevo y cuando sale me sorprendo de lo bien que se ve. - que bueno estás. - digo sin pensar y cuando me mira vuelvo a sumergirme un poco y hago burbujas avergonzado.

Cuando oigo unas risas cantarinas miro de donde vienen. Aparecen dos mujeres con toallas alrededor del cuerpo. No les presto mucha atención hasta que una se me acerca y veo que la otra va a por Kunsel. Me sonrojo suavemente cuando veo que no le presta la menor atención, feliz de que solo me mire a mí. La morena me saluda... me pregunto que querrá... es imposible que no haya visto la escayola, así que lo que es sexo difícil, no? Me encojo de hombros mentalmente - bon après-midi, désolé, mais j'ai été longtemps immergé. Avec la permisión. (buenas tardes, lo siento, pero llevo mucho sumergido. Con su permiso) - le digo sin pretender ser muy cortante, pero no quiero problemas con Kunsel. Me rodeo la cintura con la toalla y salgo con algo de dificultad sin parar a mirarme a la mujer. Cuando Kunsel me mira le indico que estoy en la habitación antes de dirigirme allí, confiando en que él mismo se quitará a esa lagarta.

Escucha a Ethan, le sorprende que hable tan fluidamente el francés, pero definitivamente ese chico era una caja de sorpresas, entonces la morena va a con su amiga, comenzando a conversar con el soldado, o eso pretenden al menos.

- Es tut mir leid, aber ich spreche kein Französisch (lo siento peor no hablo francés) - dice sonriendo y está pronto a irse cuando la que llegó primero le habla en alemán "diablos" piensa y suda una gotita, no puede evitar mirarle los pechos, era algo instintivo pero sacude la cabeza levemente, sonrie y se disculpa, sumergiéndose para ir a la habitación con Ethan, al salir la chica le dice que espera verle después dándole el número de su habitación.

- Dioses... así o más... amm... liberales? - dice entrando con la toalla en la cintura mirando a Ethan, se había tardado más de lo que debería y esperaba que el rubio no se enojara con él

El alemán es un idioma que se me da francamente mal, en los 6 meses que estuve en Alemania apenas aprendí, sobre todo vocabulario. Cuando Kunsel está por entrar oigo a la mujer hablar y solo entiendo dos cosas, habitación 88. Eso me enfada un poco, no solo ha tardado en "quitársela" de encima, confío en él, pero ahora me estoy preguntando si lo habrá hecho, cuando entra no me dice nada de que esa chica le ha invitado a su cuarto. No quiero hacerlo pero acabo dudando un poco de él.

De nuevo estoy con un yukata para no coger frío y estoy tumbado en el cuarto con el brazo levantado estirando los dedos para que circule la sangre, son los ejercicios que me han mandado hacer, o más bien, los que ya sé que tengo que hacer, tensar y estirar los dedos. - hola. - me incorporo y cojo una caja de la mesa. - Paso una niña vendiendo donut, era tan mona que no pude evitar comprarle una cajita, debe de ser la hija de algún trabajador. - abro la caja y le ofrezco donuts de colores llamativos. - son artesanales, están buenos. ¿quieres? - evidentemente en la caja falta uno. No voy a ponerme celoso hasta que no me dé motivos concluyo mi lucha interna.

- Si gracias - dice sentándose frente a Ethan para comer una de las donas que le ofrece, se notaba algo pensativo, no es que estuviese pensando en ir a la habitación de la chica aquella, aunque sinceramente era bastante atractiva, se tira en el futón, ya se había puesto la yukata, miraba hacia el techo terminando de comerse la dona. - me agrada este lugar... es muy apacible... lamento que te hayas salido tan de pronto - dice mirándole, sabe bien que a Ethan le incomoda ese tipo de situaciones pero igual le habría gustado quedarse un poco más para nadar un rato

- Te parece si vamos en la noche cuando no haya nadie? - le acaricia la mejilla, no estaba pensando en tener sexo. Solo quería estar con él,

- de nada. - cierro la caja para que los donuts aguanten más tiempo y también me tumbo. - ah... da igual, se estaba bien, pero tampoco podía moverme mucho, así que era aburrido. - le contesto y me acerco tumbándome a su lado. No tengo motivos para estar celoso, aunque mi cabeza sí los tiene, para acallar eso un poco busco mimos de su parte y apoyo la cabeza en su brazo estirado esperando que me abrace. - mmm... cómo quieras. - me deja más tranquilo saber que estará en la noche conmigo. - mientras esté contigo, lo que sea está bien. - digo con sinceridad.

Le acaricia con suavidad aquella mata de cabello.

- Claro que estaré contigo... con quien más podría... - entonces se da cuenta que tal vez había escuchado lo que le dijo la alemana, además... bueno, con ese tono de voz era obvio que la escuchara - oh vaya... - sonrie de lado, gustoso de darse cuenta que Ethan estaba tranquilo, que confiaba en él y eso era simplemente genial - gracias, eres un amor sabes... y no importa cuantas chicas talla C me inviten a su habitación, siempre preferiré estar contigo - ese comentario no había sido muy apropiado pues eso de talla C le delataba en que si había estado juzgándole los pechos a la mujer aquella

- cómo que talla c?- le miro con una ceja enarcada y acabo riendo un poco. Sin tener en cuenta el que le haya mirado los senos, lo que ha dicho es bastante bonito. Es hetera y no puedo pedirle que cambie todo su mundo así de fácil, para mí ha sido suficiente que no le haya prestado atención, que no la haya mirado ni por asomo como me mira a mí, se cree que no me doy cuenta de como me mira la mayor parte del tiempo, que mi inseguridad no me deja ver lo pendiente que está de mí, no es así, pero si lo pienso me muero de vergüenza.


Beso su pecho, su barbilla y luego sus labios, acaricio uno de sus brazos. - Tienes un cuerpo que es pecado en estado puro. - perfilo sus labios con mis dedo recostado bocabajo medio subido encima suya. - Y antes de que digas nada no estoy provocando - ¬.¬ - es verdad, tienes unos músculos muy bien definidos y armoniosos.

- Oye... me describes como si fueses a hacer una novela de mis músculos - dice sonriendo - y creo que si provocas... a mi me provocas todo el tiempo, eres sexy y me gustas - le acaricia la espalda, llegando hasta antes de sus gluteos, vuelve a subir su mano, repite el proceso en caricias largas y suaves - me gustas mucho Ethan - asegura y se estira por otra dona - incluso más que estas donas - dice divertido dándole a comer un poco, tomándole de la cintura para que no se aleje ni un centímetro de su cuerpo.

- Que bien se siente estar aquí, contigo... en este lugar donde se puede escuchar el cantar de las aves y todo parece transportarnos a un mundo diferente... o mejor dicho, a una época diferente y grata - mira como se abre el kimono del rubio - sabes... creo que ... si me provocas aunque tu digas que no - afrima y su mano acaricia uno de los pezones de su amante.

- jajaja, creo que podría hacerlo. - digo divertido. Me remuevo un poquito acomodándome a la vez que me acaricia y sonrío por ello. - que alivio, me estab poniendo celoso de ellas. - digo hablando de las donas y doy un par de mordiscos al dulce esponjoso. - Tengo que admitir que también me gustas más que las donas, aunque no por mucho. - le saco la lengua.

Sonrío al escucharle. - Tu filosofía es claramente de Rousseau. - digo al volver escuchar hablar de tiempos pasados y mejores.

O.O mis ojos se abren cuando toca mis pezones, me estaba relajando tanto que no esperaba eso de su parte. - oye, que se abra el yukata no es algo que haga a propósito. Oportunista . - le doy una palmada en el hombro para que saque la mano de ahí y me cierro el yukata con algo de dificultad, ya que me tiene agarrado.

- Ouch!... oye ¬_¬ ... malo - dice enseñandole la lengua y el también se tapa el pecho. - Pues ahora solo le haré caso a las donas ya que ellas no me rechazan ni me dicen oportunista - dice tomando otra y se la zampa de una vez, se notaba gracioso su rostro con los mofletes inflados por las donas , traga y le quedan unas pocas boronitas en los labios, realmente muchas vaces parecía un niño pequeño, no tanto como Zack pero si bastante como para hacerle ver incluso un tanto adorable.

- encima... sí son mías. - digo divertido y casi grito un kyaaa! al verle con las mejillas infladas por el bollo, se las aprieto un poco travieso y cuando traga me fijo en las migas de sus labios, migas azúcar y virutas de colores. - Que aspecto más apetitoso. - digo atrapando una virutita de color con la lengua y luego le miro algo sensual al entrecerrar los ojos y me inclino a lamer sus labios. - Nadie aquí te está rechazando... ni esas donas traidoras que se dejan comer. - digo riendo.

¬¬""..... - le mira a los ojos sin corresponder las lamidas - ¬_¬ Ethan... si no vas a seguir enserio ... DX no me empieces a tentar - dice entre serio pero no se notaba enojado, solo que en verdad si el otro comenzaba con esos juegos... el no solo querría dejarlos en juegos, le recuesta en el futón

- Porque en verdad me pones al cien con hacer eso mi amor, y si me vas a parar en mitad del juego... me vas a volver loco - los ojos de Kunsel se notaban un poco más azules, ese aspecto seductor que tenía el ex-soldado. solo el rubio bajo suyo podría verlo tan excitado sin necesidad de hacer nada realmente, obvio que aun no se le endurecía nada pero si el mayor seguía asi no podría asegurar aguantar mucho,

Miro la puerta por la que se sale al onsen, eso no es un burdel desde luego y cualquiera que paseara por el pórtico de madera y pasar por nuestra puerta de papel nos oirá y eso me da algo de apuro, pienso cuando me tumba en el futón y me hace mirarle.

- Puede que quiera volverte loco... - digo bajito contemplando esas turquesas relucientes y eso me hace olvidar lo suficiente mi vergüenza. Rodeo su cuerpo con mis piernas al no poder hacerlo con ambos brazos y le beso con dulzura y vuelvo a mirarle a los ojos. - Siento dejarte siempre con las ganas. - digo antes de volverle a atraer tirando de los cuellos de su yukata y hacemos el amor más calmados.

- Kunsel... podrías... no darte prisa en bajar? es que desde que me pusieron la escayola apenas he podido disfrutar más que de tu parte baja. - le digo sincero. También quiero saborear sus pezones, lamer alrededor de su hombro, arañar su espalda, pero nunca tengo tiempo para ello. Aunque sé que es algo pesado al solo tener un mano quiero un poco más de su cuerpo que solo su pene.

Corresponde esos besos con suavidad.

- Claro que si cariño... perdoname... a veces soy muy... bestia... estoy acostumbrado a que no me pidan más que esa parte de mi - dice sincero, besándole de manera tranquila, degustando sus labios, mordiendolos un poco, aunque realmente no sabía en que posición poder darle gusto, sin embargo - ven - le ayuda para sentarle, y el se sienta frente a Ethan - separa tus piernas, asi como me abrasaste hace un rato - le sienta encima suyo, así el rubio podría besarle, tocarle, sin necesidad de apoyarse en ningún lugar, con un brazo le agarra de la espalda para que no caiga y se sienta más seguro

.- Soy todo tuyo - le dice mirándole a los ojos

- No eres bestia, eres dulce, pero apasionado. - digo con una sonrisa besando sus labios algo enojado por lo que ha dicho. Vale, Kunsel está bien armado ahí abajo, pero también tiene un cuerpo magnífico y es una bellísima persona. - Yo lo quiero todo de ti. Lo bueno y lo malo también. - digo seguro deteniéndome a mirarle a los ojos.



Cuando me dice que vaya, suelto su cuerpo que tenía firmemente abrazado con mis piernas y ahora me sienta encima suyo en semejante posición. - si te empiezo a pesar puedes bajarme. - le sonrío cuando me dice que es mío. - todo mío. - le aseguro antes de dar un piquito a sus labios y lamer su cuello desde la base hasta la punta de su mentón, con mi mano hago círculos en su hombro que se tensa a menudo hasta qu mi mano baja por su brazo y mis labios siguen el mismo camino que ella. Jadeo dulcemente cada vez que me toca y miro su cuerpo desnudo ante mí. - Creo que si que me das para una novela corta. Aunque solo tu cuerpo. - digo sonriéndole. - te amo, Kunsel.

- Jajaja pues a ver cuando la escribes - le atrae para besarle despues de su confesión - y yo te amo a ti... - de pronto cuando estaba a punto de besarle tocan a su puerta, estaba por no hacer caso a eso pero volvieron a toca, posa su frente en la de Ethan - permíteme - dice caminando hacia la puerta, al abrir se encuentran con las dos chicas de antes, llevaban algunas cervezas.

- Hola... nos gustaría invitarl... - antes de que dijera más Kunsel interrumpe a la rubio

- Sorry, aber ich will Liebe mit meinem Freund machen (Lo siento, pero quiero hacer el amor con mi novio) - al escuchar eso ambas se sorprenden, el rostro del rubio se notaba serio - bitte nicht wieder unterbrechen (por favor, no vuelvan a interrumpirnos) - la morena toma a la otra del brazo alejándose de ahí, disculpandose por ambas, Ethan se vuelve hacia su amante - dioses... creo que es necesario a veces ponerlas en su lugar no crees?

Cuando tocan a la puerta sé que solo pueden ser las chicas de antes. Entendí mal? Le dijo a Kunsel que fuera a su cuarto, no? No se ha dado cuenta la chica de que no quiere nada con ella? Que pesadas. La alemana llama a kunsel por su nombre para que le abra, él mío no lo saben así que no hay manera de que me llamen. A través del papel se ven sus siluetas. Suspiro frustrado de que Kunsel tenga que ir. Me coloco el yukata, ya que al estar con las piernas abiertas este no está para nada cerrado.


Les habla en alemán y lo único que consigo recomponer de la frase es "lo siento... quiero... mi... por favor no.... " las palabras básicas. Las chicas salen corriendo disculpándose. - Les ha costado entender, desde luego. ?qué les dijiste? - le pregunto y cuando se sienta me vuelvo a sentar encima suya y le miro, la verdad, es que nos han cortado el rollo. - No me puedo creer que esa lagarta haya vuelto a por ti. - digo abrazándole

- Si, les ha costado entender - le abraza sintiendo a su amante y como le abraza también - bueno... - sus labios van a la oreja de Ethan y da suaves besos - les dije... - otro besito - que. quería hacer el amor con mi novio... - besa su cuello lamiéndolo de manera tranquila, paseando su lengua por la manzana de adan - que no nos volvieran a interrumpir... - muerde su mentón - tu crees que eso allá sido claro oh... necesitaremos decirles algo más por si vuelven a venir? - pregunta sonriéndole y sus manos acarician esos muslos debajo de la yukata, llegando hasta las nalgas, las aprieta y vuelve a bajar las manos subiéndolas hasta la espalda de Ethan, por más que lo interrumpieran no se quedaría con las ganas

Suspiro complacido por sus besos, aunque me sorprende que les haya dicho que somos pareja, a pesar de haber salido hace poco del armario a Kunsel no le da vergüenza decir que está saliendo conmigo, al contrario que a mí.

Me estiro cuando lame mi cuello, queriendo alargar el recorrido de su lengua. - No creo que vuelva a ofrecernos sexo por parejas o algo así. - acariciando su hombro y apartando la prenda para ello.

- ahn! - sus manos suben por el yukata, desde luego, al rubio no le han conseguido cortar el rollo, parece que le han entrado más ganas. - kunsel... - murmuro su nombre cuando aprieta mis nalgas.


- te adoro. - digo besándole con cariño, mientras aparto su yukata dejando su sexo descubierto y lo acaricio con la palma de mi mano, mientras sigo besando sus labios un poco más, pero no quiero desesperarle esperando y beso su hombro suavemente antes de dar un beso a uno de sus pezones succionando levemente, el otro lo froto entre mis dedos esperando que kunsel pueda sostener todo mi peso sin que necesite agarrarme a él. Lamo su pezón dejándolo húmeda y soplo sobre él.

- Y si acaso vuelve no creo que escuchemos como toca la puerta con nuestro gemidos - le deja hacer sintiendo como lame sus pezones, suspira mientras le sostiene, no desea que caiga hacia atrás y se lastima, no era pesado en lo absoluto.
Entre abre sus labios dejando escapar leves y eróticos jadeos, una de sus manos comienza a quitar la ropa de Ethan de manera tranquila, no había prisa, tenían toda la tarde, al igual que su propia ropa la del rubio queda relegada por ahí, los gemidos se hacen algo más grave cuando siente las manos y los besos de Ethan en varias partes de su cuerpo

- Te amo Ethan... mi Ethan

Dejo su yukata puesto, se ve muy bien con él a medio quitar. Su mano se siente segura en mi espalda y sé que no me dejará caer por nada. Es bueno que el yukata tenga las mangas tan anchas, así no hay problema de sacarlo con mi escayola y pronto estoy desnudo encima de él. Muerdo ese pezón maltratado y amado por mis labios y tiro suavemente de él y me quedo fascinado y prendado del gemido de mi amante.

Beso todo lo que puedo de su cuerpo y disfruto de su voz y de sus sutiles caricias que hacen que no tenga frío. - así es, soy tuyo... tuyo... - digo besando sus labios. Aparto mi brazo lesionado y le abrazo un poco con él para poder sentir su pecho contra el mío, piel contra piel. Paso de estar sentado a estar de rodillas levantado a unos centímetros de su cuerpo sentado y mi mano araña cerca del ombligo bajando y salto el cordón el yukata para tocar su sexo directamente. - yo tampoco me puse interiores. - digo algo pícaro antes de besar sus labios mientras acuno ese sexo semi erecto en mi mano.

Se muerde el labio inferior ante esa confesión, pero antes de que haga nada echa su cabeza hacia atrás debido a esa caricia en su sexo.

- Ethan... estás de travieso hoy - dice sonriendo y su mano también baja hacia ese lugar bajo las telas de la Yukata, su mano acaricia de forma constante pero no salvaje, sino despacio, le besa en los labios profundamente llegando al erotismo pero sin rayar la vulgaridad, succiona su lengua un poco para jugar con su amante - me alegra que no te los pusieras - dice a su oido lamiendo el pabellón de la oreja - cuando..estes bien... regresaremos y te haré el amor en el onsen... lo apartaré para nosotros solos - dice previendo que no se les fuesen a aparecer otras tipas pesadas como las anteriores

- No estoy travieso... solo te deseo. - digo frunciendo levemente el ceño, hasta que su mano llega a ese punto sensible entre mis piernas. - mmm... - jadeo de gusto.

Y cuando me besa profundamente siento el calor de su cuerpo en su boca y en la mía. - te amo. - entre besos suelto esa recurrente frase que nunca pasa de moda. - ngh! - me quejo un poco cuando succiona mi lengua. Me estremezco por sus palabras y su lengua en mi oreja. Le miro cuando dice que volveremos y asiento encantadamente antes de alzarme y besar su frente.

Antes de que me dé cuenta su sexo está duro en mi mano y el mío no tiene nada que envidiarle salvo el tamaño. Acerco todo lo posible mi cadera a la suya haciendo que nuestros sexos estén pegados. Le miro con amor y deseo antes de empezar a moverme frotándome con su sexo, queriendo sentir su erección en la mía, sentir sus venas hincharse, las humedades mezclarse.