Nuevo amor, nuevos dolores de cabeza priv-Kunsel

Siento alivio cuando veo aparecer a Kunsel por la puerta, esperaba que le diera un puñetazo al chico, pero no se limita a eso si no que lo estampa contra la pared. Parece que va a pegarle más aún. - Kunsel, es suficiente! - le digo y este se detiene. - sácame de aquí, por favor. - le digo, ya que el brazo me duele a horrores y toda la gente del piso se estaba congregando y viéndome semidesnudo. Me pongo mi ropa como puedo con una mano llorando aún, en ese momento veo a Kunsel lanzarse de nuevo a por el chico, intento detenerle, pero no hay manera y un crac se oye por todo el pasillo y mi despacho.


Dejo que me saque de allí y me meta en el coche... - Toda la universidad va a saber esto... - digo con apariencia de estar ido. La fractura me duele, pero estoy acostumbrado a este dolor. Me preocupa más lo que casi ocurre, de no ser por Kunsel... cuando recuerdo las mano del chico en mí las lágrimas brotan de mis ojos sin que pueda hacer nada, cuando mis ojos necesitan un descanso parece que adquiere más importancia que esto puede significar el fin de mi carrera o que seré el blanco de todas las miradas. Si no fuera por el cinturón mi frente caería hacia delante. Me sujeto el brazo herido contra mi regazo y si no estuviera tan ido tantearía mi piel encntrando el punto de la fractura, pero ahora solo... quiero dejar de sentir nada, se puede decir que estoy dispuesto a morir, me siento totalmente perdido y sin fuerzas.


(hasta mañana)

Lo mira de reojo, preocupado por su aspecto, se estaciona un momento en un sitio lejos de la escuela y sin gente alrededor que pudiese molestarles.

- Ethan - le atrae suavemente, se notaba bastante contrariado - si... es lo más probable... pero no es tu culpa cariño... lamento no haberme podido contener pero... el verte así... el oirte gritar fue como si de pronto estuviese en medio de una batalla... sentía mi sangre hervir y actue sin pensarlo - se separa para miarle a los ojos - todo saldrá bien... - no sabía que decirle para reanimarle - por ahora... lo primero es que te curen el brazo... pero de lo que estoy seguro es que no te voy a dejar solo, pase lo que pase... bueno o.. malo - tenía que ser realista y aunque esperaba que todo se arreglara sin tanto barullo no podía asegurarlo. Besa la frente de su pareja y vuelve a ponerse en marcha para llevarlo al hospital, lo sube cargando para que lo atiendan, despues de cierta le porhiben el paso, las enfermeras se lo llevan en una silla de ruedas y Kunsel se queda en la sala de espera.

Despues de un tiempo que se le hace una eternidad, le dicen que ya puede pasar a verle, le habían enyesado.

- Ethan? - entra a la habitación, se notaba que el rubio seguía bastante contrariado. - como... como te sientes?

Ethan no reacciona a nada, es como si quisiera marginarse del mundo. Escucha a Kunsel, sabe lo que dice, pero sus palabras, que tanto significaban para él, ahora carecen de sentido alguno.


Se lo llevan y le tratan el brazo, no precisa de cirugía, pero lo tendrá inutilizado por 4 semanas y llevar cabestrillo . La enfermera deja pasar a Kunsel, pero Ethan sigue totalmente ido con la mirada distante. La enfermera se lleva a Kunsel para hablar con él.

- Es su amigo, verdad? Un psicólogo ha estado con su amigo... parece que ha entrado en un estado de shock emocional. Puede tener varios síntomas, negación, rechazo, tristeza y el de su amigo, depresión. No quiero asustarle, pero llegado al extremo... puede querer dejar de vivir. Eso en general, pero también hay una serie de síntomas generales y frecuentes : que se asuste con facilidad, desconfianza, rememorar el momento que le ha causado esto, ataques de histeria. Lo importante es no dejarlo solo, mostrarle comprensión aunque no le escuche e intentar hacerle reaccionar con paciencia, la parálisis también es frecuente. Es probable que se ponga violento y eso es algo muy peligroso con su constitución, hay que hacerle reaccionar y aunque tenga que cargarse de paciencia tendrá que intentar hacerlo lo antes posible, en este estado... la circulación de su sangre no es buena y eso daña sus huesos.la fractura se ha solucionado sin problemas, es lo único bueno que puedo decirle. - le enfermera es muy empática e intenta explicarle bien al rubio y mostrarse comprensiva, y no para de comprobar que Ethan esté bien a través del cristal de la puerta.- Esta noche la pasará aquí, por seguridad, y le sujetaremos los brazos... - le tiende un paquete de caramelos pequeños a kunsel- intente que coma alguno, el sabor puede hacerle reaccionar. Hemos contactado con la persona cuyo nombre rellenó en su ficha Ethan para que la avisáramos, está de viaje así que vendrá mañana. - le informa y le acaricia el brazo al rubio antes de abrirle la puerta y dejarle pasar de nuevo con Ethan. Cuando abre la puerta Ethan se asusta un poco pegándose al cabecero de la cama, después de ver a dos personas se tranquiliza y vuelve a permanecer inmóvil.

Escucha todo con atención sin saber que pasará pero de algo está seguro y es que no lo dejará solo, cuando entra y ve al rubio de esa manera siente una punzada en el pecho, llevaba en la mano el dulce que le dio la enfermera y se acerca al mayor, aunque se preguntaba el cómo reaccionaría y quien era aquella persona que la chica había mencionado, la mujer sale, Kunsel espera que Nieve no se asustara nuevamente, acaso no le recordaba?

- Hola... Ethan - le habla suave manteniéndose cerca pero a distancia prudente para no espantar al rubio - toma... te traje...esto - le da un dulce poniéndolo con cuidado en los labios del profesor como si fuese un niño - dice la enfermera que estarás bien... sabes, es solo cuestion de tiempo... algunos días

El rubio rechaza el caramelo. ¿no le recordaba? Claro que sí, pero su mente no asimila las cosas como siempre. Su cuerpo está inmóvil y frío, su respiración algo irregular, su cuerpo se esconde debajo de una mantas gruesas apra preservar el calor y su espalda permanece recta y pegada al cabecero de la camilla. Escucha las palabras del hombre, él no siente que estará bien, siente que todo se ha acabado, quiere que todo acabe. Es de día, pero le da igual, desea dormir, pero le da miedo cerrar los ojos y volver a sentir las manos de ese hombre tocándole, acariciándole, de forma tan diferente de la que lo hacía Kunsel. No reconoce del todo al rubio, pero su voz le reconforta y le es familiar. Aún así permanece inerte sin mostrar señas de reconocimiento.

No se desanima cuando le rechaza aunque si es doloroso. Se sienta al borde de la cama mirándo como se cubre.

- Tienes frio? eso debe ser algo molesto, espera - se asoma a la puerta pidiendo una manta extra, cuando se la lleva la enfermera cobija al mayor con sumo cuidado intentando no asustarle, no deja de hablarle con suavidad. - cuando estés mejor iremos a un lugar solo para nosotros... tal vez un onsen, o quiza nos quedemos en casa mirando peliculas .... como dice Zack?... a si, vegetar... - se come el caramelo - mmm está bueno... deberías probarlo - dice intentado animar al profesor - también podrí traerte algun pastel de la cafetería... dicen que la comida del hospital no es muy buena pero puedo meterlo de contrabando - intenta acariciar la mejilla de Ethan esperando que no se aparte

La segunda manta le hace sentirse algo aprisionado, pero más calentito. La voz dice cosas agradables, su tono es también agradable, eTHAN Se deja acunar por esa voz, pero cuando el mayor entra en contacto con su cuerpo enfermo este no reacciona nada bien.

- sasuke, basta! basta! no!- dice apartando esa mano que según sus recuerdos acariciaba su mejilla antes de intentar acallar sus labios, presionando con la mano. Se aparta todo lo que puede y cuando se va a caer de la cama, kunsel lo agarra por la cadera y el profesor entra el pánico. - SUÉLTAME, SUÉLTAME, KUNSEL, AYÚDAME! - grita entre lágrimas y pronto hay una enfermera allí con dos médicos detrás para atarle el brazo y darle un sedante ligero que lo tranquiliza sin dejarlo dormido.

Una enfermera diferente de la de antes le dice al rubio que es normal que pase esto y que intente no hacer nada que pueda hacer rememorar lo que quiera que le haya pasado.

El cuerpo del profesor tiembla y llora, tira constantemente del brazo que tiene atado y se remueve por como han inmovilizado el yeso contra su cuerpo.

Aprieta los puños al verle así, le daban ganas de ir a matar a ese imbécil, estudiante o no... él era soldado estaba a costumbrado a matar y no le importaría matar a alguien más, al final de cuentas se lo merecía, pero ahora era más importante estar con Kunsel, le mira más tranquilo por el sedante y llama a Zack, era momento de decir todo y aunque no era por teléfono la menor manera le cuenta todo, Zack se preocupa por el estado del sensei, y si bien el exámen estaba cerca podrían hacerlo el siguiente año, le dice que todo estará bien y que puede tomar los días que desee, las vacaciones con Tori tendrían que esperar nuevamente, pero tenía que apoyar a su amigo como sabía que Kunsel le apoyaba a él.

- Gracias... - dice con ojos llorosos pero se limpia para ir al lado de Ethan - no tires del brazo o te lastimarás el otro, y no quieres tener dos yesos verdad? - le mira de forma totalmente tierna esperando hacerle sentir mejor - nadie te lastimará Yuki... yo estaré aquí, todo irá bien - se sienta frente a él observándolo un rato y después le llega una idea - espera aquí¡ - sale corriendo, había librerías cerca así que le pide a una enfermera que vigile a Ethan mientras regresa, al poco rato entra en la habitación - recuerdas una vez.. nos conocimos cuando regresé de una misión en gongaga... eras uno de los médicos nuevos... yo estaba mal porque... había hecho algo malo - en esa misión había matado por primera vez a alguien, y aunque no estaba tan aectado como Ethan ahora si se notaba bastante mal - dejaste un libro a los pies de mi cama cuando me estabas curando... y después sin decirme nada comenzaste a leer... - abre el libro y comienza a leerle, era la primera vez que el soldado lo hacia...

En el jardín del Paraíso, bajo el árbol de la sabiduría, crecía un rosal. En su primera rosa nació un pájaro; su vuelo era como un rayo de luz, magníficos sus colores, arrobador su canto.

Pero cuando Eva cogió el fruto de la ciencia del bien y del mal, y cuando ella y Adán fueron arrojados del Paraíso, de la flamígera espada del ángel cayó una chispa en el nido del pájaro y le prendió fuego [....] ¡El Ave del Paraíso! Rejuvenecida cada siglo, nacida entre las llamas, entre las llamas muertas; tu imagen, enmarcada en oro, cuelga en las salas de los ricos; tú misma vuelas con frecuencia a la ventura, solitaria, hecha sólo leyenda: el Ave Fénix de Arabia.

En el jardín del Paraíso, cuando naciste en el seno de la primera rosa bajo el árbol de la sabiduría, Dios te besó y te dio tu nombre verdadero: ¡poesía!.

Esa voz... miro al hombre que sujeta el libro entre sus manos. Es bastante grande, rubio, sus ojos verdiazules están algo rojos por el llanto. Ethan sigue en shock, pero parece reconocer al hombre que tiene al lado. - Kunsel... - dice en voz baja y estira la mano intentando coger la del otro, pero la cadena no da mucho de sí y tiene que esperar a que el otro cierre el libro y pose una mano sobre la suya.

Ignoré sus ojos escépticos y burlones cuando empecé a leerle ese cuento de Andersen, realmente no recuerdo si era precisamente ese cuento el que le leí. Sus ojos me miraban como el bicho raro que soy, para ir cambiando poco a poco desde el comienzo al fin del relato. Cuando acabé le miré a los ojos y esos orbes verdiazules, como turquesas se llevaron mi corazón para siempre.

- kunsel... - pronuncio su nombre llorando en silencio.

Escucha la segunda vez que le llama pues su nombre a primera instancia había parecido un susurro, le toma de la mano conteniendo las lágrimas, era un soldado, pero más allá de eso, era la persona que debía dar fortaleza a Ethan en esos momentos.

- Hola - dice con rostro sereno depositando un beso en la frente del rubio, por él le hubiese besado pero no era el momento, no quería revivir denuevo los recuerdos amargos del profesor - espera - le quita los amarres, de alguna manera sabía que Ethan no volvería a intentar lastimarse y además él le cuidaría - listo - le quita un mechoncito de cabello que caía sobre su frente - te sigo leyendo? o leo tan mal que por eso me llamaste? - sonrie intentando bromear con el rubio

Escurro mi mano de la suya y la levanto temblorosa hacia su rostro quitando con dificultad unas gomitas de salado rocío de sus pestañas. Vuelvo a dejar que coja mi mano y cierro los dedos alrededor de su piel sin fuerza. - lee, onegai- digo bajito. Su sonrisa es hermosa y me recuesto ya no tan asustado de todo lo que me rodea.


- kunsel, agua. - digo después de que me lee un rato más y el propio soldado ha seguido leyendo por una hora sin parar, ya que no me doy cuenta del paso del tiempo. Solo me percato de ello cuando lee sin entonar y haciendo numerosas pausas. mi boca está seca y la suya igual. Me ayuda a incorporarme y me da el agua en pequeños sorbos con paciencia. Después me tumbo y antes de que retome la lectura me duermo, pero es un sueño lleno de pesadillas que me hacen hablar en sueños

- Hai - cierra el libro para ir a darle agua, con cuidado, feliz de que ya no se asuste con él, era un gran paso, y para como le dijo la enfermera, bastante rápido, regresa a su lectura pero el rubio se duerme, él bebe un poco de agua después y observa a Ethan, al igual que Zack el sueño no le vence, mientras el mayor duerme dices cosas inteligibles para el soldado, en la noche, desde el cristal se ve a Zack y Hatori, Kunsel para recibirlos y agradecerles su presencia, el pelinegro llevaba unos dulces para el profesor esperando que pudiese probarlos, y pese a que le dijo a Kunsel que el podría ayudarle en las noches para que su amigo descansara el rubio no quizo.

Entra un rato después con los postres y un bento que Zack hiciera para él. Mirando de nuevo a Nieve, atento al más mínimo cambio o detalle, desvelándose toda la noche casi sin parpadear.

Durante la noche me despierto varias veces con la respiración agitada por malos sueños, mi mirada encontraba a Kunsel velando por mí y enseguida volví a dormirme. Duermo 14 horas del tirón. Y cuando me despierto el soldado sigue ahí plantado. Me consuela ver el bento terminado a su lado. Me da los buenos días y me pregunta como em encuentro, no respondo, no sé como me encuentro. Confundido, dolorido por todas partes, de nuevo con una sed terrible. Él llama a la enfermera y esta sabe enseguida que necesito agua y me la da. Saca a Kunsel para hacerme unas pruebas. No quiero que se vaya, pero tampoco tengo voz para imperdírselo. la enfermera me habla en tono amable todo el rato, mientras calcula mi pulso, mi tensión, mi temperatura... y un montón de pruebas más.

Esta acaba y sale, le cuenta a Kunsel que está mejor y mañana puede darle el Alta y que preparará todo el papeleo de la Baja necesario apra la universidad de Ethan, además de que intente darle de comer.


Cuando Kunsel vuelve a entrar, estoy sentado y tapado de nuevo. Extiendo una mano, la que me queda sana, hacia él para que se acerque y me la coja. Sigo sin ser capaz de decir mucho.

- Buenos días - mientras la enfermera le hacia los estudios había dormido unos diez o quince minutos a lo mucho, pero era lo suficiente para que un soldado de Shinra se recuperara en un 80 por ciento - dormiste mejor he? - acaricia esa mano con total cuidado y amor, deposita un tierno beso en las puntas de los dedos que se notaban bastante frios - por cierto... vino Zack... lo recuerdas?... bueno, el te trajo unos dulces, saben bien y los puedes comer ahora, tienes que comer, y también te trajo un bento con onigiri - pediré permiso para meterlo al micro...ondas - cuando abre el bento suda una gotita - seguro que te gustará, no tardo ok? - después de un rato regresa con Ethan - listo... la comida está servida

Spoiler:

Cuando te lo termines entonces te daré los postres que te trajo si? - le da un poco de arroz, esperaba que Ethan no se sintiera mal al darle de comer en la boca, lo que menos deseaba era hacerle sentir inutil o algo así

Su beso en la mano me hace sonreír, pero, pese a lo lindo del bento, niego con la cabeza cuando me da de comer. No quiero comer, siento que mi boca no acepta nada salvo oxígeno y agua. En otra situación estaría la mar de feliz si me ofreciera él de comer, pero no quiero pienso con infantilismo, pese a que sé que llevo sin comer nada 24 horas.

Con algo de complicación cojo el barato libro de bolsillo y busco un relato de Andersen llamado LA Mariposa e intento leerlo, pero seguir las líneas con los ojos me marea. Le tiendo el libro por la página y le miro suplicante, rezando que no me diga que tengo que comer a cambio de que me lea.

- Ethan... tienes que... - de pronto mira como le tiende el libro, podría intercambiar lectura por bocado, pero sabía lo testarudo que era el rubio - esta bien... te leeré pero no comeré tampoco hasta que tu comas - dice seguro guardando el bento, parecía un niño pequeño pero no podía alterarle tampoco, tenía que tener mucho tacto con el rubio y pese a que para el mayor no comer era más dañino que para Kunsel, pero esperaba que con ello comiera aunque sea un poco - veamos... - toma un sorbo de agua para aclarar su garganta y comienza a leer ..

La mariposa iba en busca de novia, y, naturalmente, pensaba en una linda florecilla. Las estuvo examinando. Todas permanecían calladas y discretas en su tallo, como es propio de las doncellas no prometidas. Pero había tantas, que la elección resultaba difícil, y no sabiendo la mariposa qué partido tomar, voló hacia la margarita. Los franceses han descubierto que esta flor posee el don de profecía; [...]Y con esto se consoló.

-¡Pobre consuelo! -observaron las flores de la maceta del cuarto.

-No hay que fiarse mucho de las flores de tiesto -dijo la mariposa-; alternan demasiado con las personas.

Termina el cuento, dándome cuenta la mariposa había sabido ver que las personas, por lo general, no son de fiar... yo también lo sabía y aún así...

Miro el bento y suspiro cogiéndolo sobre mi regazo y agarro los palillos sin problemas. Destrozo el oso panda moviendo los palillos en círculo sobre el bento, acabando con su existencia. Es todo un tramposo, pienso. Ya que sabe que comeré para no perjudicarle, tiene ojeras, así que si encima no come puede colapsar. Después de no tejar ni una mancha negra del panda intacta. Cojo un poco de arroz con los palillo y me lo llevo a la boca, pero cuando lo acerco el olor del arroz espaciado me repugna y me hace dejar el bocado de nuevo en el bento. Lo intento varias veces hasta que consigo trgar un bocado y después comer es algo más fácil y siento que mi estómago pide más, pero el que no está por la labor soy yo y solo como un poco de arroz y verduras, sin tocar nada más del bento.


- eres un tramposo, sabes?- digo dejando el bento a un lado sin poder tragar más o sin querer y Esperando que no me ofrezca un postre, porque será la primera vez en mi vida que rechace un dulce.

- No... solo te amo - dice con voz totalmente sincera, su rostro se ve más tranquilo al verle comer, así que toma el mismo bento y come la misma cantidad que el rubio, solo comería lo mismo que el otro cuando este coma - quieres que te lea algún otro cuento? o quieres ver la tele?... según esto pasarían buenas peliculas... has visto el gabinete del doctor caligari? .... me agradan las películas mudas...- le sonrie de forma dulce, suspirando con cierto alivio al haberle visto comer

Le miro con el ceño fruncido cuando come la misma cantidad que yo, eso ya es pasarse. Mientras que él parece aliviado, yo le doy la espalda tumbándome sobre le brazo sano sin responder a nada de lo que me propone y cierro los ojos ignorándole.


Mientras Kunsel ve una película observándome de reojo, alguien llama a la puerta. - Ethan? - pregunta asomándose. - por fin, estás aquí. - pasa una mujer de mi misma edad con ropa de ir en moto, botas con tacón, chaqueta de cuero, muñequeras más allá de las muñecas. Me incorporo al oírla, aunque mi expresión no cambia estoy contento de verla. - Laura...

- oh, cariño. - dice acercándose y abrazándome con cuidado. - Mataré a ese desalmado. - La mujer se da cuenta enseguida de que sigo afectado y no estoy para hablar mucho.


Me suelta y se presenta ella misma ante el rubio. -Debes de ser Kunsel, cierto? Ethan me ha hablado de ti, soy Laura y bueno, soy amiga de Ethan.- le tiende la mano al rubio. Me mira a mí y le pregunta.- cómo está?

Escucha la voz de una mujer, wow, era muy bonita, le sonrie.

- Hola... si, soy Kunsel mucho gusto - se inclina de manera amable y observa a Ethan - él... creo que no soy muy buena compañía... pero fisicamente va mejorando - comenta pues al parecer avanzaba un paso y retrocedía dos - por favor tome asiento¡ - se levanta pues estaba sentado y le da el asiento a la señorita portándose muy caballeroso y atento - hace unos momentos comió un poco de bento pero no le agradó bastante

Bajo la mirada cuando veo como Kunsel mira a mi amiga, esta se da cuenta también y se siente algo mal por mí, se da cuenta de que estoy celoso, aunque sabe que yo tengo claro que él no tiene nada que hacer con ella y sé que Kunsel me quiere, pero nunca me ha mirado así sin estar desnudo.


- Siento no haber podido estar aquí antes, pero cogí el primer vuelo que pude desde Nigeria. - acaricia la mejilla de Ethan y mira la escayola. - Eres consciente que acabas de estropear la foto de la boda, verdad? Menudo padrino estás hecho. - dice como regañándome, pero me saca una sonrisa. - gomen.


Mira el bento sin acabar preocupada, sabe lo mucho que come Ethan. - tienes que comer, cariño. - mira a Kunsel. - se te ve cansado, te parece si me quedo yo con él y tú descansas? - se acerca a Kunsel. - te aseguro que consigo que se termine ese bento antes de que vuelvas. - le susurra para que no la escuche ya que sabe lo cabezota que soy.

Mira a Ethan

- Saldré pero... estaré en la sala de espera - dice pues no podría separarse del mayor, hace una reverencia agradeciendo a la muchacha y sale de ahí, se queda sentado en la sala, no quería irse de ahí de ninguna manera, además Ethan había sonreido con la chica, y el que ella consiguiera que comiera estaba bien pero al mismo tiempo le daba envidio, como podría ella hacerle comer y él no, se recarga del asiento mirando pasar los segundos, le llama Zack y habla un rato con él por teléfono esperando a que la joven terminara de darle de comer a Ethan

Dejo que Laura me convenza para comer, aunque lo hago más por molestar a Kunsel, ya que aunque es su propósito, sé que hubiera querido hacerlo él. Incluso me como un pastel con sabor a hierbabuena y chocolate. Y Laura se come dos o tres, alegando que es un antojo del embarazo. Asegura también que su bebé le da ya patatas, aunque solo esté de un mes de embarazo. Habla más que Kunsel y consigue sacarme alguna frase corta intentando no recordarme lo de ayer, aunque ella no tenía todos los detalles, sabe que emocionalmente estoy algo inestable y me dice que no me preocupe por Kunsel, si es heterosexual, es normal que admire a una chica tan guapa como ella dice echándose piropos ella sola. Me despide con un beso y sale a decirle a Kunsel que se va a casa que su novio no sabe en que hospital estoy ni mi estado.


Cuando Kunsel pasa ve que he comido y se sienta donde antes. - Nos criamos juntos en el orfanato, ella y su prometido, los tres. - digo contándole el porque la conozco.

- Comiste bien... me alegro - dice mirando a Ethan pero no dice nada cuando este le cuenta sobre su pasado, estaba serio, comienza a leer, no es que no le importara pero también estaba algo desilucionado de si mismo, dándose cuenta que no era lo suficientemnete importante como para hacer comer a su amigo.

- Le diré a Zack que mañana mande más bentos para ti y tu amiga... intentaré que le de un poco más de sabor al arroz y que no lo haga tan japonés, se notó que no te gustaba demasiado... o tal vez ella quiera traerte de comer...

Su tono es de celos. - No tenía hambre, pero como sois ambos unos coaccionadores, solo que tú eres peor. - digo recordando como miraba su comida para comer solo lo mismo que yo. - Y además, eres un idiota. - le suelto, ponerse celoso cuando ha oído que Laura se va a casar me parece un sinsentido. Aunque esto me pasa por intentar molestarlo. Me recuesto dispuesto a volver a mi silencio, no quiero lidiar con una escena de celos justo ahora.