Nuevo amor, nuevos dolores de cabeza priv-Kunsel

- Es bello... lo dicho, aprenderé mucho de ti - se inclina para besarle en los labios y sigue con su lectura, si Zack hubiese visto a Kunsel en ese momento seguro se preguntaría el por qué era tan serio con el muchacho, con las chicas era algo más tierno, buscaba hacerlas sonreir más constantemente, pero seguramente tenía que ver con que la persona que estaba ahora era hombre y le habían enseñado a que los hombres no necesitan de ciertas atenciones, tenía que olvidarlo y verlo más que como hombre como una pareja, y era algo que Ethan debía entender y sumado a ello debía enseñarle poco a poco.

- Siempre me ha gustado como recitas

Respondo a su beso, pero luego sigue a lo suyo, me suelto de él para no ser una lapa y le dejo con los libros que me roban completamente la atención del hombre. Yo le presenté mi biblioteca así que... ajo y agua. Vuelvo a mi asiento y sigo con mi lectura. - arigato, también me gustaría oírte recitar o leer algo alguna vez. Oír tu voz con las palabras de Romeo sería muy interesante. - digo, aunque sé que ese personaje de Shakespeare solo dice cursilerías, verle sujetando un libro y moviendo la voz al ritmo de los signos de puntuación... en verdad sería interesante.

Él sigue mirando libros y yo doy vueltas en el sillón, hasta que acabo con los pies colgando donde debería de estar la cabeza y balanceando las pantuflas con las puntas de los dedos y con la cabeza casi en el suelo mientras sigo leyendo como si estuviera en una postura normal.

Le observa

- Sabes que nunca fui muy bueno en eso... los nervios me comían vivo y me trababa a cada rato, mas cuando me mirabas de esa forma tan... extra.. - de pronto cae en cuenta, ¿acaso le gustaba desde ese entonces?, frunce un poco el ceño y se acerca dándole un ligero zape en la cabeza - oye... acaso te gustaba desde que estábamos en Wutai? - pregunta sin dejo de verguenza, mirándole directamente, no enfadado pero algo serio, es que realmente nunca se lo imaginó - por eso te fuiste?-.. huyendo de mi? - a veces pensaba las cosas equivocadas pero no podía no preguntar.

- Y no te sientes así porque te vas a lastimar la cadera - se cruza de brazos


(con Zack es medio brusco así que Ethan se la tendrá dificil xD)

Ese zape me duele como si fuera un zape normal a otra persona. - sí, ya me gustabas. - digo frotándome el golpe y sentándome normal. - eh? Estaba enamorado de ti, pero no me fui por eso, en verdad no soportaba tanta muerte. Y no huía de ti... te perseguía, pero no te dabas cuenta y a veces me daba miedo que lo hicieras, que te dieras cuenta y fueras tú quien huyeras después. A mí solo me mirabas cuando tenía un libro en la mano, mientras que a las chicas las mirabas de arriba a bajo. Y no quería... escondértelo ahora, pensaba decírtelo más adelante, cuando estuvieras seguro de ... lo nuestro. Además, no es como si hubiera estado enamorado de ti 7 años, pensaba que estabas muerto y enterré lo que sentía por ti, sin llegar a olvidarte. - le digo seguido y sin titubear.

(hasta mañana)

- Pero si enterraste lo que sentías por mí... como es que ... estamos aquí ahora? - ladea la cabeza un poco, sentándose después al lado de Ethan, tomando su mano - no crees que es algo... equivocado decir que lo enterraste cuando me vez de esa manera... de la misma forma que me mirabas hace años? - acaricia su mejilla de forma suave - y puedo sentir como tiemblas levemente... entonces realmente no enterraste tus sentimientos... solo los había guardado... - se acerca dándole un beso en los labios, su cálida y húmeda extensión se abre paso hacia aquella cueva donde le espera su contra parte, la lengua de Ethan se acerca al extraño visitante al cual abraza y acaricia lentamente, como si degustara cada centímetro, cada milímetro de él.

Kunsel se separa un poco para sonreirle nuevamente, mirarle como antaño.

- Nunca fuiste bueno para mentir

A pesar de mi poca experiencia mi lengua nunca duda en ir al encuentro de la suya, nada la aterroriza de entrar en esa confrontación. Suspiro cuando se separa, me sonríe y me mira. - Supongo que tienes un punto, pero realmente creí que ese capítulo estaba cerrado. No sabría decir si he seguido enamorado de ti por años como tú dices o me he vuelto a enamorar de ti al volverte a ver y al conocer el hombre en el que te has convertido. - aprieto su mano y le miro a los ojos. - creéme cuando te digo, que mi intención no es mentirte. - me ha sorprendido cuando ha dicho que estoy temblando, en realidad no siento que lo esté, no parece molesto ni nada, así que todo está bien.

- Bueno... vamos a dormir que es tarde- no es pregunta, le hala un poco apagando la luz de la habitación, le sonrie de manera tranquila, deja que le guíe hasta el cuarto, era un sitio bastante tranquilo, le comenta que su habitación es enorme y después comienza a desvestirse, su espalda queda descubierta a la vista de Ethan que estaba detrás de él, cambiándose también. - ayer... creo que ni siquiera tuvimos tiempo de preguntar.. pero que lado de la cama te agrada más - se voltea, llevaba unos boxers ajustados que dejaban casi nada a la imaginación, pues delineaban demasiado bien su miembro

Me arrastra al cuarto como si el niño fuera yo, aunque no es algo que me importe. La habitación es grande y es aquí donde están mis libros para las clases de asesoría y un par de muebles para la ropa.

Veo como se desnuda, no me sonrojo, pero tengo que decir que es espectáculo es por demás espléndido. - que bueno estás. - digo mientras yo también me desnudo y me pongo un pijama que me hace ver como un niño. Unos pantalones anchos que se ajustan mínimamente a mi cintura y arrastran bastante tela por el suelo, además de un jersey blanco que baja más por debajo de mi trasero y con una mangas largas también que me gusta llevar así y esta vez remango para que no parezca infantil. - Pues duermo siempre a la izquierda, pero me da igual. Trajiste pijama o te dejo uno. Voy a lavarme los dientes. - Le miro una vez más, no puede llevar calzoncillos como todo el mundo, tiene que llevar unos calzoncillos como los modelos y le sientan de muerte. Pienso mientras cepillo con energía mis dientes y encías.

Rie bajito cuando le dice que está muy bueno.

- Si, la traje... espero no te moleste que duerma sin camisa, en Wutai hacia mucho calor, recuerdas? - pregunta y saca su cepillo de dientes para ir a lavarse los dientes también, observa el cuerpo del mayor cubierto por esa ropa holgada y le abraza por la cintura mientras este se lava los dientes - tienes un bonito cuerpo aunque con esta ropa no se te ve mucha forma - le da besitos en el cuello, recarga su mentón en el hombro del rubio y mira al espejo, como tenía algo de espuma de la pasta - te vez lindo - susurra y le deja terminar de lo que hace, haciendo lo propio - entonces me iré a la derecha - se recuesta en la cama - wow es muy suave, me agrada - se pone las manos detrás de la cabeza mientras observa como su amante se acerca

- Molestarme? ni por asomo. - digo escupiendo algo de pasta de dientes para no hablar raro. - Bueno, es que no hay mucha ropa que me quede ajustada y... para dormir es mejor así, la ropa holgada. - comienza a besar mi cuello y me muerdo el labio encantado, cuando me presta atención me hace en verdad feliz. Luego él también se asea, pero yo me demoro un poco a posta y cuando está fuera. Cojo un algodón y lo impregno de alcohol limpiando la yema de mi dedo y así puedo pincharla con una aguja también limpia, una gota de sangre sale y la coloco entre dos vidrios haciendo que se expanda por estos y lo dejo guardado con cuidado. Dejo mi dedo bajo el agua y deja de sangrar
Voy con él a la cama y me meto bajo las sábanas. - puedo... ?- me tumbo y paso un brazo por su cintura abrazándome a él y apoyando la cabeza en su hombro. - oyasuminasai.

- Claro que puedes - le dice sintiendo como se recuesta a su lado, se voltea para mirarle mejor, le abraza de la cintura deslizando su mano por la misma - estas muy delgadito... realmente nunca conocí a un chico con un cuerpo como el tuyo... podrías pasar por una chica incluso - comenta mientras sus dedos recorrían la suavidad de aquella piel escabulléndose por entre la camisa, acariciándo el costado, entrando después bajo su pantalón y degustando con su mano las caderas del otro.

Observa como se sonroja pero no le aparta, sonrie entonces y baja a besarle, lentamente, probandole, como si no reconociera aun el sabor de su amante, lamiendo el labio inferior de manera sensual y cuando Ethan le mira, le sonrie de manera dulce

- Oye... no es mi culpa, ya has visto como trago y que me digas que parezco mujer no me agrada nada, como no agradaría a ningún hombre. - digo algo molesto.


Sus manos apartan la abundante tela para poder acariciarme el costado y... luego la cadera. Me sonrojo, no de vergüenza, si no de excitación y de contención, nos hemos acostado tarde y no puedo pedirle que me deje ir al baño para prepararme si es él quien quiere ser el activo y... En ese momento le beso con ternura su beso se hace la mar de sexy y luego me sonríe. - Kunsel-kun... eres terrible. - digo escondiendo el rostro en la almohada.

- Ni digo que parezcas mujer... supongo que me exprese mal - sonrie de lado cuando ve como esconde el rostro en la almohada, se acerca y lame su cuello soplando sobre aquella humedecida zona, su mano acaricia el trasero bajo los boxers, le agradaba sentirle, su cuerpo era muy firme y su mano se deslizaba como si estuviese sobre la más fina seda - tu eres el que me provoca y luego te escondes... usted es el terrible, sensei - le dice al oido y lo pone boca arriba, besándolo profundamente, comienza a deshacerse de esa estorbosa prenda dejando su abdomen liberado, mirando esos rosados pezones que aun sin tocarlos se nota que han comenzado a endurecer - lindo... - su dedo índice comienza a frotarlos de manera constante, jugueteando con ellos uan y otra vez, se ha colocado sobre Ethan pero no encima suyo, no deja caer su peso ni un solo momento, sigue golpeando las tetillas con sus dedos de manera rápida

Gimo contra la almohada cuando se lengua está en mi cuello. Me tenso cuando su mano hace algo que nunca ha hecho, acaricia mi trasero de forma que ya queda claro como va a acabar esto. Me da la vuelta y le miro con la respiración agitada. - Solo te abrazaba, eres tú él que provoca. - sus labios sellan los míos acallando mis quejas.

Mis ojos se abren cuando deja mi pecho descubierto, en ese momento me doy cuenta de que mis pezones toman forma dándole al mayor una vista de mi cuerpo excitado. y Más se abren mis ojos cuando empieza a experimentar con mis tetillas, cada vez más rico. - Kun... sel-kun... mañana tengo - me detengo a respirar. - clase... para... - pero ni mi voz, ni mi rostro, ni mucho menos mi cuerpo le decía que parré. Cierro los ojos apoyando un lado del rostro en la almohada, mientras me aferro a las sábanas. - kunsel... - digo su nombre dulcemente disfrutando las sílabas en mi lengua y paladar.

- En verdad quieres que me detenga? - sonrie y baja a lamer cerca de los pezones, haciendo húmedos círculos alrededor de ellos, su lengua llega a los pezones y comienza a lamerlos, se movía ávidamente, de arriba a abajo golpeándolos con sumo erotismo, depués aprisiona uno de ellos y lo succiona mientras el otro es pellizcado con algo de fuerza pero no demasiada - creo que tus pezones no quieren que pare - le mira a los ojos unos segundos y baja de nuevo para atacar el otro pezón, haciéndole lo mismo que a su compañero. dejándolos aun más erguidos y duros. - tu cuerpo me pide a gritos - se atreve a decir, al pensar que Ethan ya tenía experiencia en eso no esta siendo muy cuidadoso realmente, al menos no como lo sería si supiera que él había sido el primero.

Su mano baja acariciando aquella entrepierna, por encima de la ropa, masajeando, delineando el pene sin pudor alguno

Poco a poco dejo de sufrir este placer que me provoca el menor para pasar a gozarlo. Cada cosa nueva que me hace obtiene una reacción excesiva de mi parte, pero enseguida la sorpresa queda atrás y paso a jadear sin pudor. Acabo relamiendo mis labios cuando mis pezones están duros totalmente y mi pecho se mantiene alzado chocando con la boca de kUNSEL al respirar.

- ngh! - mi sexo reacciona a su toque, me avergüenza sentir como me humedezco sin correrme. Le miro a los ojos y le atraigo agarrando el rostro curtido con las manos y le beso con fervor y fogosidad intentando obtener más de su lengua. Su voz y sus palabras lujuriosas retumban en mis oídos como si fueran tambores de carnaval que no dejan de hacer ruido una y otra vez, una y otra vez. -- aah... kunsel! - me abrazo a él después de besarle

- Si? - pregunta, sabía que el que el otro dijese su nombre no implicaba un comentario más que eso, pero le gsutaba verle sonrojar, mete su mano para tocar sobre el boxer el sexo del sensei, quería lentamente hacerle enloquecer, correspondiendo sus besos de manera húmeda, bastante lasciva, en un momento dado desprende del cuerpo del mayor la ropa que quedaba, y al igual que las sábanas, queda relegada en el suelo de la habitación. Su mano masturbaba al mayor de forma constante, sus labios bajan de esa boca al cuello, lamiendolo, mordiendo el lóbulo de la oreja, martirizando neuvamente los pezones y mordiendo bajo la axila, en una zona poco atendida normalmente, donde se producían sensaciones bastante excitantes.

Baja besando el abdomen, relamiendo al rededor del ombligo y dejando una que otra marquita oscura al rededor del mismo, siente el pubis del mayor muy cercano, sin embargo aun no se siente seguro de probar con sus labios aquel falo, sin embargo es bastante excitante mirar como se agita lentamente por los propios espasmos y el presemen brotar de aquella pequeña entrada en la cabeza del mismo. Le observa con lúbrica curiosidad, y relame sus labios inconscientemente sin dejar de masturbarle

- eres idiota... - murmuro cuando me pregunta si tengo algo que decir. Mientras sigue torturando mi sexo me quedo desnudo, él se ve tan bien con esos pantalones de pijama oscuros, pero, la visión de ese gran sexo rígido vuelve a mi memoria y no puedo evitar mirar el bulto de sus pantalones que deja adivinar su tamaño.

Toca partes de mi cuerpo que no hubiera imaginado que fueran tan sensibles. El rubor baja por mi cuerpo sin que pueda evitarlo tiñendo mi blanca piel de rosa suave. Aunque no veo mi abdomen por estar arqueado siento que me deja marcas. Cuando veo como me mira mis ojos lagrimean. - No me mires así! - digo avergonzado y me cubro el rostro con la almohada negándome a soltarla.

- Mirarte como? - desatiende un poco su pene para quitarle la almohada, aunque le cuesta un poco realmente porque el otro se aferra con fuerza a ella. - Anda, actuas como si fueses primerizo - dice, no en tono de burla pero fue un simple comentario, su mano comienza a acariciar la el glande, sus dedos se mueven sobre el mismo de manera diestra, no porque hubiese experimentado con otros hombres, pero sabía masturbarse bien, así que deseaba que sintiera el mismo placer que él, cuando se complacía así mismo, el pulgar se frota contra aquella parte sensible, plegando la piel hacia abajo totalmente, dejándolo al descubierto. Buscando los labios del mayor

- como si fueras un hentai! - exclamo cuando me quita la almohada y la deja lejos de mi alcance. Dejo de pelear cuando mi pene es tocado de forma deleitosa por las rudas manos del rubio. Cuando acerca los labios los muerdo, el primer mordisco es algo fuerte y poco atinado, pero después me como muy despacio sus labios a pequeños mordiscos y mi lengua consuela el dolor que pueda hacerles. Abrazo su cuello y mis dedos se enredan esos rubios cabellos ensortijados por el sudor.


Cojo aire para no alterarme por sus caricias y mi mano acaricia su pecho y baja hasta agarrar el paquete del mayor. Con mis gráciles dedos los desabrocho dándole toques sobre la tela que son muy sensuales y finalmente bajos sus pantalones, su sexo está algo duro, pero no se ve ni remotamente tan excitado como yo. Le masturbo yo también.

Sonidos sensuales y guturales escapan de su boca, sintiendo esas manos masturbarle de esa manera, se separa, solo para quitarse los ajustados interiores, dejando a la vista su pene erecto, sus venas palpitaban endureciéndo el miembro cada vez más, se recuesta de manera que sus sexos quedaban uno contra el otro, comienza a mover las caderas haciendo que sus glandes se froten de manera totalmente excitante, gime de placer, el tener relaciones con otro hombre en verdad era bastante atrayente, sensual, sus labios devoraban los ajenos y su mano frota ambos falos cuyo líquido comenzaba a brotar por aquellos orificios haciendo de la masturbación algo más fácil y placentera

él acaricia los sexos ardientes e hinchados, una de mis manos agarra su muñeca y la otra también contribuye en caricias, insistiendo en el glande del sexo mayor. Su voz es sensual a más no poder, completamente masculina y lúbrica. Pronto no es solo mi humedad la que hace que la masturbación sea desenvuelta. - ah.. ah... kunsel, te quiero. - digo alzando mi cadera y abriendo mis piernas intentando alcanzar con él el ácimo contacto. No quería decirle de nuevo que le quiero hasta que él me lo dijera a mí, pero esto es tan increíble que no decirlo que siento es algo inviable.

Sonrie al escuchar esas palabras y le jala con cuidado dejandole encima suyo, así no le lastimaría si se apoyara de más en el, los gemelos de ambos chocan en esa posición, su pubis cosquilleaba contra la piel del otro de manera aun más placentera, le observa.

- Mueve tus caderas - le dice con ojos entrecerrados por el placer, comenzando a masturbarle un poco más rápido, con esos movimientos de la pelvis ajena sus testículos se frotan un tanto más fuerte, relame sus labios - eres hermoso - le dice al verle encima suyo, asi de esa manera tan sensual

La otra vez era y quien llevaba la riendas, quizás por eso no me daba tanta vergüenza, ahora, aunque esté encima suyo me siento muy expuesto. Mis piernas se abren tocando sus caderas, abrazándolas, con una mano apoyada en su abdomen mantengo el equilibrio y me muevo arriba y abajo, mi pene se desliza a lo largo de ese enfadado miembro que desea venirse ya. ¿qué soy hermoso? No me hagas reír... nunca he interesado a nadie, pero no me importa, porque de alguna manera eso me ha hecho tenerte, ojalá no vuelvas a dejarme solo pienso para mí mientras muevo más y más rápido mis caderas y mi mano recoge sus testículos amasándolos con sumo cuidado.

Se tensa cuando sus gemelos son tocados de esa manera, comienza a gemir un poco más fuerte a masturbarle más rápido, tal vez esa noche no pasaría de ese toque, de esa masturbación pero se estaba sintiendo la mar de bien.

- Tramposo - susurra con voz grave y le da una nalgada, dejándo su trasero un tanto rojizo, se yergue para besarle, atrayéndole con su mano libre, besándole con fuerza, con profundidad, intentando hacerle sentir todo el placer que el sentía al estar así. Un gemido gutural mientras su semen se esparce por sus dedos, seguido del de su amante, su boca no deja en paz la ajena mientras siente esas suaves convulsiones en su ser.