Un nuevo miembro en la familia

- no se caerá, haremos un castillo oriental, ya verás.

- Entonces... te lo susurraré al oído una y otra vez mientras te hago el amor, pero... tengo que ir al baño... - le beso profundamente intentando despertar lo suficiente el deseo de mi amante como para poder ir unos segundos al baño. - ... ya sabes, no tardaré nada. - le prometo. - espérame en la cama. - muerdo sus labios separándome y entro al baño.

Sé que si no lo hago ahora no lo haré nunca y quiero que ese problema con mi amante no lo vuelva a ser en el futuro...

Salgo sin camiseta y miro a mi amante con deseo, un deseo que es inherente en mí desde que le conocí. Cojo aire y de pie delante de él me desabrocho mis pantalones intentando que sea algo sensual, y aunque está lejos de serlo tanto como lo hace mi amante se nota que me esfuerzo en ello y dejo ver...

Spoiler:

Sin saber que más hacer y con las mejillas rojas me subo a la cama a cuatro patas abordando a mi amante y le beso con pasión. Parece bastante sorprendido. - No me importa hacer algunas cosas en la cama para ti, vale? pero no que lo hagas a mis espaldas y sin mi permiso, solo me harás pensar que te aburres conmigo en la cama, está bien? - digo por lo que pasó justo antes de venir.

Sé que también quiere un pase de modelos, pero esto es todo lo que puedo hacer, ponerme un tanga para hombre ya es todo un desafío para mí, por no hablar de lo incómodo que es eso entre las nalgas.

Sé que no era para nada su intención, pero me molestó que los comprara cuando di muestras de que no me los pondría, pero eso ya da igual, solo quiero evitar otro conflicto por algo así.


Rio cuando me halaga. - No puede, soldado, solo tiene permiso para besarme. - dicho y hecho sus labios se apoderan de los míos que se sienten complacidos con esa conquista. - mmm... - jadeo gustoso cuando besa mis pezones y como los muerde después, sujeto su cabeza mientras lo hace acariciando y apretando entre mis dedos los oscuros cabellos. - que bien se siente, ah! - por algún motivo estoy sobreexcitado. Cuando mi amante se separa un poco puedo quitarle la camiseta y ver que él también está excitado, prueba de ello, sus rosados pezones erectos y con la punta blanca. La visión me acalora y no puedo más que bajar y tomar esas dulces frutas en mi boca.

Me quejo contra su piel cuando agarra mis nalgas y se frota contra mi sexo atrapado en ese pequeño trozo de tela que lo aprieta según va creciendo, lo que hace que jadee un poco más fuerte y torture más su piel para desahogarme dejando chupetones en su abdomen y pecho. Al levantar su cadera, puedo meter una mano por debajo de su trasero y ayudarle a moverse contra mí y jadeamos sin pudor antes de que mis labios se apoderen de los suyos dejando claro que nunca tendrán otro dueño que no sea yo.

- tsk, travieso. - respondo cuando me dice que soy sexy pese a haberle dicho que no lo hiciera. mi SEXO está crecido dentro de la tela que lo marca a la perfección, aunque a mí me supone sufrimiento. - zack... - no le pido que me los quite, ya que quiero que lo disfrute está vez, pero cada vez jadeo más lastimeramente por ello, frotando mi cuerpo contra el suyo con ganas.

La cara de perversión de mi amante me hace lamerme los labios, humedeciéndolos ante el calor que siento. Me hace incorporarme y me pongo de rodillas, libera parcialmente mi sexo de la tira de goma y me siento aliviado, bajo a verle y la imagen de la cabeza de mi sexo desapareciendo tras esa cabellera negra que acaba de relamerse los labios me hace sentir una punzada de placer justo antes de que su lengua lo acaricie tan delicioso. - aaah... zack... aah... aii... ai shiteruuu aah... - me agarro a su cabellera con fuerza y cuando veo que se está tocando, excitado por complacerme me hace sonreír entre tanto placer. Los ruidos que hace son tan lúbricos que siento que me correré.

Se retira y puedo quitarle el resto de la ropa y el tanga cae por mis piernas también. Le beso tumbándole con algo de rudeza sobre la cama y es que mi amante me ha vuelto loco con sus atenciones, abrazo sus caderas frotándonos con ganas, mi cabeza choca con la de su glande, quedándose atorada a veces en el desnivel, lo que nos hace jadear con fuerza. - Mi amor.... aah.... no me falta mucho...

Nos abrazamos con desesperación al otro, frotándonos sin compasión, buscando el tan deseado rogamos y encontrado casi tanta satisfacción en que llegue el otro como tenerlo nosotros mismos. Nuestros músculos pegados parecen una sola carne pese al moreno de mi amante muy lejos de mi piel blanca japonesa. Los labios se buscan y cuando se encuentran es todo fuego pecaminoso.

Mi amante se viene y yo me froto con insistencia contra esa columna que se derrumba acelerando mi rogamos y corriéndome no muy abundante, pero el orgasmo es especialmente sentido y eso lo denota mi voz que ni siquiera puede sentir el dolor del chupetón de mi amante, ya que el placer recorre cada célula de mi cuerpo sin excepción.


Con la respiración agitada y solo sosteniéndome sobre mis codos me dejo caer a su lado y con el pecho loco de fatiga, le atraigo en un tierno abrazo que transmite posesión, amor, lujuria, miedo ante una muerte lejana que nos separe y a los pequeños conflictos que l vida nos depara, pero también una seguridad increbantable de que nada podrá con nosotros.

- No hay nada que perdonar, pero sí ya me cuesta hacerlo, él que lo compres así me hace sentirme obligado y solo me haces las cosas más difíciles. - beso su frente e inhalo el aroma de su cabello.


- Dime que más quieres probar. - le estrecho entre mis brazos. - en verdad, me parece factible eso de recuperar todas las noches sin sexo. - sonrío y me inclino besando su cuello travieso.

Rio cuando se hace el inocente y me sorprende lo de comer sobre mí, después de que hayamos estado bromeando durante la cena con ello. Mientras escucho lo siguiente junto mis pupilas hacia el centro mirando su dedo en mi nariz y me sorprende haciéndonos girar y rio divertido y le beso su naricilla. - Intentaré complacerte lo mejor que sé. - le aseguro acariciando su brazo con ternura. - Aunque me hubiera gustado hacértelo en el agua de noche. - pero sabiendo que le da miedo no es posible. - así que... te da morbo que nos puedan ver... menudo hen-ta-i - digo riéndome de él

- jajajaja Tori¡ - sonrie

- Tienes que limpiarte las orejas - le jala las orejas de manera traviesa sonriendo al ver como el otro rie divertido

- Dije que, podemos hacer el amor frente al mar y BAJO las estrellas.... no hay estrellas de día ... - da besitos en su cuello

- Si estoy contigo no sentiré miedo mi amor... además para ser valiente no se debe no temer,,, sino enfrentarse a lo que nos da miedo... - sonrie


(me corren, te veo mañana n n y te repongo el día con Ethan xD)

- Zack... suelta mis orejas o me como las tuyas. - digo yendo a por ellas y mordiendo el lóbulo. Me rio abrazándolo. - Dijsite frente al mar no dentro, es a lo que me refería, niño travieso. - le sonrío acariciando su mejilla, admirando el bello rostro de mi amante. - y sí estabas pensando en hacer eso... por qué preguntas que si nos llevamos a Yen?

- vamos a descansar, me agotaste. - le sonrío.

Rio al ver como solo sobresalen de las sábanas sus cabellos puntiagudos de forma graciosa, los acaricio y aspiro su aroma, definitivamente no me gustaría que se lo dejara corto.

Veo como se queda dormido y sonrío en la oscuridad, en verdad no necesito nada más que a él, solo a mi hermoso e hiperactivo prometido.


**************

Me quedé dormido sin darme cuenta, veo a mi amante durmiendo plácidamente y le tumbo con suavidad en la cama sin despertarle. Acaricio su abdomen y su costado con cariño. lE VEO abrir los ojitos con esfuerzo y sonrío. - eres el hombre más hermoso de la tierra, tengo auténtica suerte de tenerte en mi cama todas las mañanas.

- es que me encanta que te despiertes sonrojado, esa carita adormilada con un ligero tinte rojo. ¡No me puedo resistir! - me rio y me agacho besándole con dulzura. Lamo su lengua antes de que la meta en su boca después de lamerme. - ay. No mucho, dos o tres minutos. me metiste el dedo entre las costillas. - le saco la lengua y le agarro haciéndonos dar una vuelta completa y le miro desde arriba pasando los dedos por su frente y moviendo los saltarines mechones de su pelo. - te amo, zack fair.

- "i love you". - digo divertido.

- No me las des, yo obtengo lo mismo de ti, mi amor. - acaricio su cuello manteniéndole cerca mientras besa mi cuello. suspiro de puro gusto. - bueno, hablando de Yen... es tarde, donde se habrá metido... - me incorporo y no se la ve por la habitación me asomo por debajo de la cama. - yen? - me levanto mirando a mi alrededor extrañado. Miro en el baño que es la única sala que hay además de la habitación y nada. Veo la puerta de fuera abierta y mis ojos se abren como platos. - zack, yen se ha escapado. - digo temeroso por la perrita. Me empiezo a poner la ropa interior a toda velocidad y veo la carita de preocupado de mi amante. - la vamos a encontrar, sí? - digo tranquilizándole mientras me pongo los pantalones y una camisa sin abrochar. - No... no puede subir escaleras, así que voy abajo a mirar. Dios... me adelanto - salgo desarreglado corriendo escaleras abajo y llego al jardín, primero pregunto en recepción si la vieron y nada. El camarero que trajo la pizza no debió de cerrarla bien y seguro que Yen necesitaba salir a fuera. Salgo al jardín y me pongo a buscarla preguntando a algunos de los huéspedes.

- eh? - miro el segundo piso y a mi amante en el suelo... un día me dará un infarto... Meneo la cabeza despejándome y la llamo. Zack la encuentra y voy detrás de él.


Veo la situación y me fijo en el collar en la papelera, lo recojo y me acerco a mi amante. - Este hotel permite mascotas, cobra por permitirlas, y esa perrita está registrada en él y tenemos los papeles de adopción de la perrera, así que esto lo podemos solucionar rápidamente llamando a un encargado, aunque solo quedarán ambos como unos caprichosos cara duras. se ahorrará mucho entregándonosla ahora. - al oír mi todo serio y seguro, el padre hace que su hijo suelte a la perrita que corre a los brazos de mi amante que la coge y la llena de besos y se disculpa mil veces.

- ¡malditos maricones, hicisteis llorar a mi hijo! - digo yéndose con el niño mimado.

- y a mucha honra. - niego con la cabeza y le pongo el collar a Yen y la cojo en brazos. - Perdona, princesa, debíamos sacarte pasear antes, pero nos gusta demasiado la cama, no volverá a pasar. - me lame la cara, parece realmente contenta de no cambiar de dueño.

La perrita corre con Zack y la abraza con cariño, debido a su tamaño se veía muy pequeña en los brazos del soldado, que le hacia cariñitos continuos

- Tipo tonto... - susrra al escuchar aquella frase y mirar al niño que se voltea y le enseña la lengua, Zack le mira con ganas de enseñarle la lengua también pero no se pondría al nivel del chiquillo aquel, da media vuelta y le da la perrita a Hatori

- Hay que tener más cuidado amor... bien hubiesen podido encerrarla en una habitación o algo así... - dice con angustía aun en el rostro


(voy a comer ^^)

- Bueno, no ha pasado a mayores. - beso la frente de mi amante. - El que nos subió la pizza no debió de cerrar bien la puerta porque iba cargado con cosas y no nos aseguramos, y Yen necesitaba salir.- rodeo los hombros de mi amante con un brazo. - Bueno, vamos a desayunar, ya que hemos bajado y luego subimos a ducharnos. ¿tienes hambre, princesa? - la perrita ladra moviendo la cola entre mis manos. - te pediré salchichas medio crudas, ya verás que ricas. - sentaos, voy a pedir lo mío y luego vas tú, zack. - le doy un piquito en los labios y le paso a Yen aliviado de que no haya sido nada.