Nuevo amor, nuevos dolores de cabeza priv-Kunsel

- cómo que no la sientes? - digo preocupado, no sentir un miembro nunca es buena señal. Me tranquiliza y sonrío por como besa mi frente, con la misma ternura y protección que lo hacía antes.

- está bien, haremos una fogata, luego iré a buscar leña. - le doy un beso en los labios. - y si te disculpas por no por ayudarme te morderé. - digo convencido de mi amenaza.


Nos sentamos en la orilla, con las piernas dentro del agua. - No me sé muchas historias de terror... - digo pensándolo. - Realmente no vi muchas bestias, recuerdo los dragones rojos, sobrevolaban mi orfanato al amanecer, soñaba que podía cabalgar uno cuando era un enano. También me acuerdo de los abbys y los arqueosaurios... no salía mucho fuera del campamento, era peligroso.

- Amo.. dije asentar, no sentir - dice divertido - mmm si... Zack adora los chocobos... era divertido viajar sobre ellos, hace poco me contaba que quería comprar una cría de chocobo para el bebé, en nuestro país no era algo tan descabellado pero aquí... y con Hatori-san... no sé como lo tomará cuando se lo diga - rie un poco acariciando el cabello del rubio

- Te imaginas que de aquí saliera un focarrol?... jajaja creo que me da un infarto... esos peces jamás me agradaron aunque a decir verdad ... me quede con ganas de montar un uniplaudio

Saco la lengua ante mi error al entenderle.

- Un chocobo no entra en la casa de Zack. - digo sonriendo y me apoyo en el hombro de mi amante, bastante relajado y agarro su brazo. - un focarrol! No, por favor, prefiero a Nessi, de verdad. Eran muy feos.- rio y pienso en los uniplaudios. - Yo vi una carrera de uniplaudios, eran muy elegantes y tenían un paso tan fuerte que imponían. Me gustan más que cualquier caballo pura sangre.

- Si... seguramente para muchas personas ver animales así sería como estar en una época antigua o algo parecido... - mira al cielo - pero era hermoso.... - asegura para mirar a Ethan - casi tan bello como tu - le da un besito en los labios de manera suave

- me has atrapado sabes... oye, he escuchado que todo inica que las guerras han ido acabándose en cada distrito.... cuando todo esté tranquilo vayamos a montar uniplaudios... te parece?

- La verdad es que la fauna de aquí resulta muy sosa después de la hemos visto en wutai, aunque no es que no sean lindos, adoro a mis gatitos normales sin cuernos, dos cabezas o que echen ácido por la boca. - digo mencionando características al azar de algunos animales de wutai.

Sonrío cuando me besa, aunque no por el piropo, mi imagen de mi mismo no ha cambiado.


Le escucho. - claro, hagámoslo. - le sonrío y suspiro. - pero prométeme que no irás a ninguna otra guerra... - el temor de que vuelva a hacer algo así cuando me vaya de forma definitiva me aterra.

No responde a lo de la guerra, no quería tocar ese tema.

. - Bueno... vamos a secarnos bien... y hay que preparar lo de la fogata nocturna... además hoy te quiero hacer el amor - le dice coqueto y camina con cuidado hacia la casa

- Jajajaja... al menos no hay nadie o seguro se asutarían en verme en pelotas no crees? - no quería tocar el tema de la guerra así que evitó por todos los medios hablar de eso, aunque Ethan se molestara, aun no estaba preparado para eso

Bajo la mirada sin entender porque no me responde, a caso piensa volver después de como ha acabado? No lo comprendo.

Le sigo y me seco en silencio. Luego me pongo una camisa. - bueno... voy a buscar leña, hay malvaviscos en la nevera, sácalos, sí? Y hay algo de carne también, saco lo que quieras y lo pondremos al fuego. - me levanto y me alejo. Me gustaría comportarme normal, pero me tiene preocupado.


Recojo ramas y cortezas de árboles escuchando piar a los pájaros. No me habla de ello, así que debe de haber sido horrible, pero no es capaz de prometerme que no volverá a los baños de sangre y no sé que pensar de ello, realmente. No podría soportarlo, aún después de lo que ha pasado, cuando ha dejado claro que sin mí no tiene un motivo para vivir, no me entra en la cabeza que quiera morir. Y eso me afecta de sobre manera. De verdad aprecio ser tan imprescindible para él, pero que no quiera buscar algo por lo que vivir me mata...

Vuelvo a la casa y le sonrío, esperando que vea que estoy bien, aunque sigo dándole vueltas. - Encenderé el fuego. - digo sentándome para ponerme a ello.

- Carne asada en directo... creo que también se me antoja - mira a Ethan, se notaba pensativo y cuando regresó de ir a por leña le notó de la misma manera por más que este deseaba no dejarlo tan visible, claro que no podía ocultaro ante el soldado.

- Sacaré una colchoneta para que nos tumbemos en el piso, no puedo dejar tampoco que mi pierna quede sobre el frio por mucho tiempo - andar con muletas en ese sitio era más incómodo pero tampoco dejaría de usarlas lo había prometido a su amante

- Listo¡ - dice triunfante

- Harás fuego como aquella vez o traeremos las cerillas? - pregunta curioso, no le gustaba que Ethan hiciera todo pero no era como si fuese adrede y el rubio seguro le regañaría

- está bien, si necesitas ayuda para sacarla dame un grito. - le digo y coloco la leña con algunas piedras alrededor.

Sonrío cuando se ve contento de ser algo útil. - esta vez usaré cerillas, la otra vez no teníamos, pero he venido preparado.

Con dos cerillas consigo que la madera prenda y usamos unos pinchos que compré para clavar los malvaviscos y pincho la carne en trozos pequeños y así poder darle la vuelta poco a poco, le tiendo otro pincho a mi amante ya preparado y se lo tiendo para que se prepare su carne también.

Me siento a su lado y me apoyo en él, como si tenerle cerca fuera un consuelo.

Comerían primero y después hablarían, no le gustaba hablar de eso pero eran pareja y algo que aprendió del pasado es que aunque no le agradara hablar de alguna cosa tenía que hacerlo si Ethan estaba de por medio, comen bien, tranquilos y platican de cosas vanales de la escuela, del café, de lo que se les ocurriese.
Cuando terminan de comer ya estaba oscureciendose.

- Gochisosama¡ - dice estirándose y dejando lo de él y de Ethan a un lado, solo el fuego frente a ellos seguía vivo danzando de manera constante

- La guerra... aunque cruel... tiene porques, tiene buenas causas... liberamos muchas familias que estaban prisioneras... cuando fuimos a Midgar... eran muchos... más de los que nos habían mencionado, sabes de sobra que soy bueno en los ataques tácticos pero al parecer hubo una traición en las filas... - mira la fogata - literalmente nos emboscaron... mataron a la mayoría al instante pero... los altos rangos como lo eramos 5 de nosotros nos tomaron como prisioneros... no es secreto las tácticas que usan para que los prisioneros hablen... cierto? - mira a Ethan con una mirada de tristeza, se encoge de hombros como intentando restarle importancia al relato - ni se diga cuando... - carraspea un poco - cuando saben que algunos son... gays... - toma una hojita y la tira al fuego - me hubiese gustado decir... que has sido el unico Ethan... - esperaba que el rubio entendiera con eso lo que le habían hecho sin tener que decirlo - aunque luché... - mira su pierna, por eso le habían disparado - pero no lo logré...me dijeron que no me sintiera superior por ser "apuesto" ... porque eso se podía desvanecer en menos de dos segundos... eso fue lo que tardo en correr la sangre por mi rostro... tuve suerte de no perder el ojo.... y esa es la historia... aun así... ayudamos a cientos de personas, más de las que murieron en la guerra... - dice como intentando aliviar o compensar lo que sufrió

Pasamos una velada agradable y luego me cuenta todo lo que pasó, yo no quería presionarle, solo quería quedarme tranquilo sabiendo que no volvería a meterse en algo así.


Mis ojos se abren como platos a mitad del relato para ir humedeciéndose paulatinamente. - Fue porque fui a buscarte que supieron que eras gey, verdad? - su silencio es suficiente respuesta y cierro los ojos y con ello caen dos gruesas lágrimas por mi rostro. Siempre es mi culpa y es por eso que no puedo decir nada justo ahora. Solo llorar imaginándome lo que ha tenido que pasar. Le abrazo con fuerza por el cuello sin dejar de llorar. - kunsel... kunsel.... ku-kunsel... kunsel... - solo puedo decir su nombre entre sollozos.

Le abraza con cariño.

- Anda... que ya pasó, y estoy aquí... no? - le separa un poco y besa sus mejillas y con besitos cortos limpia las lágrimas que van bajando de ese bello rostro, le sonrie dulcemente sintiéndose un poco más liberado al no ocultarle aquello - estamos juntos ahora y eso es lo que cuenta... que importa lo anterior... que importa nada si te tengo a mi lado, si estamos frente a ese fuego que nos calienta y... - se estira - que nos dejara comer bombones asados - pone uno en una ramita

- Que si no es en rama no saben ricos eh?

"Pero podrías no estar aquí, podrían haberte matado." Dios, le han violado y es mi culpa, siento más ganas de llorar al escucharle, definitivamente, debería odiarme. Solo le he traído desgracias, ni siquiera tengo derecho a llorar por lo que le ha pasado, pero no lo puedo evitar.

Me aparto cuando intenta bromear para dejarle preparar la comida. Me enjugo las lágrimas intentando tranquilizarme. -debería consolarte yo a ti... - digo en voz baja aún con el cuerpo sacudido por espasmos del lloro.

- Y lo haces, tan solo dejandome estar contigo, es suficiente para mi - dice sincero - yep... listo - una hilera de 10 bombones en la rama que acerca al fuego

- Deja el pasado... ya pasó, no te atormentes...y mejor prueba los bombones que me quedan en su punto exacto mi amor - le besa en la frente

- Vale?

Le agarro de repente del cuello de la camisa y tiro haciendo que estampe sus labios contra los míos. Le beso con vehemencia y alargando el contacto de lenguas y labios todo lo posible, en lo que aflojo el agarre de su camisa para acariciar sus cabellos y mantenerle pegado a mí.

Quiero a este hombre, más de lo que puedo decir, y sé que es él quien tiene que vivir atormentado con lo que ha pasado y yo tengo que estar a su lado, para que no le sea tan pesado.


Me separo mirándole a los ojos y le sonrío con los ojos aún húmedos. Tomo la mano que sostiene los bombones y la acerco para soplar sobre uno y comérmelo. - mmm... está bueno.

- Te amo - besa su nariz y luego los labios - sé que te duele saber lo que pasó pero no te sigas atormentando de eso si?, mejor ayudame a olvidarlo... de acuerdo? - le vuelve a besar - sabes a bombón .... aunque el bombón más rico para mi eres tu... te puedo cocinar en mi fuego? - dice recostándole en la colchoneta

- Recuerdas aquella vez que casi hacemos el amor a la intemperie?... - deja los bombones a un lado - quiero repetir...

Asiento a lo de ayudarle a olvidarlo, aunque no sé si seré suficiente como para conseguirlo.


Me sonrojo por lo que dice. - eh, pero sí lo hicimos. - lo hicimos cuando nos escapamos al bosque un día pienso.


Acaricio los brazos de mi amante y le miro a los ojos. Tengo miedo, miedo de recordarle a esos hombres que lo tomaron por la fuerza, miedo a no ser suficiente, a tomar una decisión con tantas horribles e irreparables consecuencias hacia mi amante... pero sobre todo, un miedo atroz a volver a peder esta felicidad, este latir frenético, esta sensación dolorosa que me hace masoquista.

Acaricio su mejilla con calma mientras espera una respuesta por mi parte que se tarda en llegar. Paso un brazo por su cuello y le hago descender hasta que su frente se apoya en la mía. - "te puedo cocinar en mi fuego?" No me puedo creer que hayas dicho algo así, te das cuenta de como suena? - le sonrío. Mis piernas rodean sus caderas dándole permiso a que goce de mi cuerpo. - te amo.

- Mmmmm y como suena? - pregunta a su oido de manera tranquila, mientras su mano recorre ese cuerpo tan deseado - porque tal vez no sonó a lo que quería que sonara... - lame el contorno de su oreja de manera suave, tranquila, degustando cada milimetro de esta

- Quiero... hacerlo... otra vez Ethan... como hace tiempo... sentirte llenándome - le mira a los ojos directamente, deseaba que el rubio limpiase su cuerpo de esos recuerdos tan horribles, quería de nuevo que él fuese el único en tenerlo, solo él

Me agarro a sus hombros y suspiro por lo sosegado de sus caricias que me hacen tensionarme y apretar la piel d emi amante entre los dedos. - A sonado a lo que tenía que sonar, pero muy cursi...


Acaricio su rostro tras escuchar su petición. - Lo sé, Kunsel, lo sé. - me gustaría preguntarle si estará bien sin lubricante, pero temo su respuesta, al igual que temo ser rudo con él traerle esos malos recuerdos que debo borrar. - Yo también lo deseo y sigo deseando también que sea a la inversa. - le sonrío con ternura y docilidad. Acaricio sus labios con los dedos antes de acercarme a ellos y besarlos de forma apacible.

- Oye¡ te quejas que soy frio y ahora cursi - dice con fingida molestía pero sonrie correspondiendo esos besos tan sublimes que le da el otro, acaricia su cabello - y llegará el día... lo sé, tampoco creerás que dejaré de intentarlo, aunque por ahora no puedo apoyarme en mi pierna... me recuperaré, lo prometo, te lo prometo mi amor

De nuevo le besa con esa necesidad de saberle ahí, con él, de saber que están juntos nuevamente

- Te amo ... te amo Ethan - le abraza de pronto por el cuello y sin más comienza a llorar, llora de forma tan desgarradora que se notaba a leguas que estaba sacando de su interior todo aquello que en el pasado no había podido, cada abuso, cada golpe, se aferra a Ethan como un niño pequeño que necesita amor.

- es que soy muy exigente. - digo bromeando. Esa promesa me hace sonreír como hacía tiempo que no sonreía. - Bien, me gustan los hombres perseverantes. - digo acariciando su cabello, con ello, el olor de este se intensifica y me embriaga.

Me abraza y se echa a llorar de repente, me sorprende su reacción, aunque la comprendo perfectamente. Le abrazo sin fuerza y lloro yo también de nuevo. De saber que es un despojo de lo que fue, o así se siente. Acaricio su espalda intentando confortarle y alentarle. Siseo en su oído de forma arrulladora intentando calmarle, como a un niño al que se le acuna, aunque mis lágrimas también caen sobre su camisa goteando por el filo de mi barbilla. Me aclaro la garganta y comienzo a cantarle, sé que no se me da muy bien, pero creo le da igual que desafine, además, si lo hago a su oído en voz baja no puede sonar muy mal.

Poco a poco se calma, escuchando esa voz, sintiéndo como aquel amor que Ethan le tenía no ha cambiado en nada, a pesar de saber que ya no había sido el único, ahora le sentía tan real como antes, no es que dudase de Ethan, dudaba de si mismo.

- Te amo... - susurra cuando termina la canción y se separa para besarle de manear profunda... - te molesta... si... solo nos abrazamos esta noche? - pregunta cabizbajo

Recibo ese beso con alegría de conseguir consolarle aunque sea un poco. Seco mis propias lágrimas

Le miro con cariño cuando me pregunta que si podemos dejar el sexo por hoy. - en que quedamos? - digo en broma y le beso con dulzura. - Claro que sí podemos, no me molesta nada, nada de nada. - le aseguro y me hago a un lado en al colchoneta para que se pueda tumbar a mi lado y le abrazo de la cintura cuando lo hace y le sonrío. - Te amo, kunsel. - le miro, el fuego le da la espalda y eso hace que esté sumido en sombras, la mitad de su rostro deformado por la cicatriz no se ve, solo uno de sus ojos refleja un vago color rojizo por el fuego. Paso mis dedos por las dos mitades de su rostro quitando esas lágrimas amargas y liberadoras suyas.

- Gracias - susurra para acurrucarse entre los brazos de Ethan, le agradaba estar ahí, le agradaba saberse protegido, si bien le encnataba proteger a los demás, proteger a su amante de todo, también pedía esa seguridad, y esos brazos se la daban, después de tanto tiempo se volvía a sentir seguro

- Mañana... levantémonos tarde... - acaricia el costado de su pareja, con suavidad atrayéndole un poco más deseando por todos los medios que le cubriese por completo la calidez que emanaba Ethan

Siento la necesidad de mi cercanía que siente mi amante y me remuevo un poco pegándome a él y paso una pierna por encima de las suyas abrazándole todo lo posible, aprieto su cabeza contra mi cuello y agarr la tela de su camisa de su baja espalda. - Lo que quieras. Desayunemos en la cama, un desayuno frutal. Con fresas, mandarinas, uvas, kiwis.... vaya, ahora me entró hambre. - me rio y me incorporo un poco cogiendo lo que mi amante cocino y vuelvo a tumbarme muy pegadito a él. Me como un bombón y sonrío. - a ver, fuego tórrido y ferviente, di aah... - digo dándole un bombón de comer.