Cacería en la noche de halloween (TakanoxRitsu)

- ¿me tienes miedo? - le pregunto por lo incómodo que se ve al darse cuenta de los bajas que están sus defensas, además de no tener ningún arma.


- Está bien, no suelo tener invitados, la verdad. Es divertido discutir. - mi sonrisa es afilada, fiera, pero hace de mi rostro algo agradable con un fondo oscuro muy atractivo.

Hacía años que no... sentía este... apetito sexual? Será divertido ver si consigo hacer caer a mis pies a este cazador de pega-

No no tengo miedo... ¿que te hace pensar eso? - tratando de lucir normal, sabia que su guardia había estado baja mucho tiempo, y piensa de nuevo "no creo que haga nada" asiente a sus comentarios, pero su sonrisa era hipnotizante, era demasiado sexy debía admitir-

Vaya podría decirse que eres un masoquista, -se sonríe de manera un tanto incisiva, pero quizás coqueto, un estremecimiento recorrió su cuerpo volviendo a sentir la mirada del mayor, su cuerpo estaba sintiendose un poco raro, demasiado atraído por el otro-

-niega con la cabeza por un momento para recuperar su lucidez-

- La cara de susto que has puesto al ver lo indefenso que estás. - respondo a su pregunta de qué me hace pensar eso?

- Y tú un tonto valiente, no? - su sonrisa no es tan coqueta como la mía, pero se ve un brillo de esta intención. Le han enseñado a odiar y a matar vampiros, pero aún así confía mínimamente en mí. Es muy raro. - Te enseño tu cuarto ahora?

-se ponen rojo y frunce en ceño para tratar de disminuir su indefensión- no tengo cara susto, y si estoy desarmado... es por que quise...-mira en otra dirección sintiendo que esa sonrisa le intimidaba, pero en un sentido diferente, siente como se estremece su cuerpo, y vuelve a la realidad cuando le pregunta si quiere ver su cuarto ahora- Si.. si no es mucha molestia -le sigue, mientras llegan a la habitación veía los artes en las paredes, los pisos pese a estar un poco viejos se veían cuidados- Es una hermosa casa ... es una lastima que siempre este sellada
-Llegan finalmente a una habitación muy elegante, con una cama estilo victoriana de colores contrastantes pero armonizadores a la vez pese a la poca luz se podían ver algunos detalles importantes-
-abre sus ojos encantado con aquella habitación, era como las que leía en los libros- Esto... esto es hermoso de verdad, -una sonrisa amplia se dibujó en sus labios y por inercia solo caminó hacía la cama tocando lo bordes de esta con sus dedos-

Spoiler:

- No me agrada tener a gente husmeando en mis cosas, solo entran aquí los criados y es por el día. - abro una habitación bien acondicionada, no es tan lujosa y vistosa como la mía, pero al humano le encanta. - Puedes sacar los libros de la biblioteca para leer aquí si quieres, sé que los tratarás bien. - me acerco tomando sus hombros con suavidad. - me alegra que te guste. - los acaricio sutilmente con los pulgares deduciendo el efecto estremecedor que tendrán mis toques. Me aparto de su lado dando un pequeño paseo alrededor de la cama. - No tendrás problemas con tu familia por no cortarme la cabeza?

-asiente cuando comenta que le gusta su privacidad, cuestión que también le agradaba pues tener mucha gente a su alrededor no era precisamente su ambiente favorito, sonríe feliz cuando le dice que puede traerse los libros para leer mientras- Gracias... de verdad -el roce en sus hombros lo pone un poco alerta pero sin hacer movimientos bruscos, se alejo un poco, aunque no había realmente un toque especialmente sugerente, había algo que le estaba afectando-

-se sienta a la orilla de la cama- Lo más probable que sí... pero creo que... esta vez no me importará lo que puedan decirme, saben que no soy de fallar y mentir no sería mucha utilidad, así que sólo diré que llegue a un acuerdo tongo.

Me molesta que ninguno de mis acercamientos a él funcione, pero no dejo que esto se me note.

Me pongo enfrente de él y le miro, le echo un poco para atrás subiéndome a la cama encima suya. - ¿por qué? ¿por qué te tomas tantas molestias por mí? - le miro desde bastante arriba, mis rodillas se clavan en el colchón y mi cuerpo se mantiene erguido en una pose sensual. - No logro entenderlo, es solo porque he sido amable?

-cuando se le pone encima trata de empujarlo pero a la primera no puede con el- oye! que haces? acaso... quieres matarme? -frunce el ceño, pero su posición era mas erótica que de violencia- quítate de encima, agarra la camisa del otro empuñándola- Acaso no es normal ser amable?!! el que sea un cazador no implica que yo deba ser un grosero sin educación! -el cuerpo ajeno era demasiado fuerte, sus músculos eran firmes y tener aquellos ojos mas cerca le ponía nervioso-

- No estoy diciendo eso. Dejarme con vida te traerá problemas, no apruebas mi forma de alimantarme, entonces por qué me dejas con vida? - sujeto sus muñecas contra el colchón haciendo que suelte mi ropa y acercándome a su rostro con esto. - Si te han criado en una familia de cazadores, me entra en la cabeza que tengas piedad con aquellos que no hacen daño, pero yo no soy así. Dime por qué? qué te mueve a causarte tantos problemas a ti mismo?

Nada!! ya sueltame!! -le alza la voz, su corazón latía desesperado, pensaba que se le iba a salir, era una combinación de miedo y expectativa, intenta forcejear con el- Acaso piensas morderme y luego hacerme perder en algún lugar?!! ah??!! -exige su respuesta con una mirada fiera, pero su respiración era muy agitada- Solo hago las cosas que considero que son correctas y aun puedo decidir por mi mismo!!

-su rostro sonrojado demuestra una sensualidad inocente y nata en el chico- hmm!! sueltameeeee!!

- Si piensas que voy a hacer eso no deberías de haberte vuelto tan vulnerable. - su forcejeo es fuerte, se nota su entrenamiento, pero nada tiene que hacer contra mi fuerza. Mis ojos se quedan prendados de esa sensualidad que muestra el rostro del chico. Doy minusculos besos en sus pómulos antes de besar sus labios, metiendo la lengua por delante y dándole un beso animal, olvidándome de lo mal que me hace sentir la plata que aún lleva encima. Mi rostro al estar cerca del suyo siente la presencia de ese material noble que me oprime la garganta sin siquiera tocarlo. Le miro después de que mi lengua ha dado un primer vistazo a su boca. - y qué decides respecto a esto?

¡¡AHH!! hmmm!! -so boca es silenciada por sus labios que entregan un beso salvaje pero tan ardiente y delicioso el cual jamás admitiría por nada del mundo,sin embargo se dejó llevar un poco por ese beso, pero al darse cuenta de que el mayor comenzaba a dominarlo trata de salir de estupor- ngh!!!!!!! ahh! como que pienso?! acaso eres un ... pervertido soy un hombre sabes?! -eso revelaba que jamás había estado íntimamente con alguien que no fuera una chica-

- ese beso había encendido una llama muy adentro de sí, el chico no se explicaba que era exactamente, pero su cuerpo y corazón latía bestialmente- Decido que me sueltes y te quites de encima!! -patalea, pero estaba cansado, de forcejar, no podía defenderse del todo sin sus amas-

Rio algo malévolo. - está bien, si de verdad te interesa acabarás viniendo a mí. Y ser hombres no tiene nada que ver, es algo natural que se lleva haciendo desde el principio de los tiempos. - miro su pecho incorporándome un poco encima suya. - Tu corazón.... está desbocado, la sangre está siendo bombeada sin ton ni son, si pudiera se saldría de tus venas y se dejaría ir de tu cuerpo de tan desesperada que está. - sonrío ante lo que mi lado vampiro siente, su sangre fluye caliente y apetitosa por sus venas, parece un manjar que trata de escapar de mí.


Acaricio su rostro con ternura antes de quitarme de encima suyo y mirarle. Hago crujir mi cuello al doblarlo de forma despreocupada y abandono ese cuerpo rebosante de vida. - No voy a forzarte, solo pensé que podía parecerte bien. - digo tranquilamente, aunque la sed azota mi garganta.

-su risa le enervaba- no le veo la gracia a que te estés riendo -replica de forma firme, y le ofende con eso que de el ira corriendo hasta donde el vampiro, por dentro ritsu pensaba "¿que se cree este estúpido?"- No se que es lo que estas pensando de mi, pero no soy un tonto juguete tuyo -el podía sentir sus latidos, y la sangre que hervía por todo su cuerpo, ahora mismo, estaba un tanto preocupado además de enojado- Será mejor que no te atrevas a besarme de nuevo, y te lo dije ya!! no soy una mujer que puedes venir a intentar seducir idiota!
-aunque le dice que no lo forzará no le creía, esa noche realmente no dormiría preocupado pensando que hacer para mantenerlo a raya-

-algo raro ocurría con el, todo su ser estaba como acalorado solo con ese beso, y sacude su cabeza tratando de espantar esos pensamientos- acaso asi tratas a todas las personas que se quedan en tu casa? -con algo de sarcasmo-

Sus quejas entran por un oído y salen por el otro. - Pues ahora que lo pienso... Sí, pero eres el primero que se queja. - digo con una sonrisa enigmática.

Le miro ladeando la cabeza algo divertido de provocar la ira de Onodera. - ¿quieres que te deje solo? - noto lo confundido que está por mi beso y lo que esté ha hecho surgir en su interior.

-su cuerpo seguía acaolorado por el beso, sus mejillas estaban encendidas de rojo, y le mira de mala manera- Pues... si... -dijo dudoso- además es hora de descansar, bueno para mi no para ti, aunque... no no no nada olvida lo que dije -enredado completamente, mira su sonrisa demasiado divertida para su gusto-

No le veo gracia a tu risa -le señala con el pulgar- No te atrevas a burlarte de mi ¿entendido?!!! -un tanto alterado con una vena saltando en su sien, sus ojos se veían afilados por el enojo-

- es que eres la mar de divertido. Además tienes una expresión demasiado linda enojado. Kawai. - le guiño un ojo.

- Te dejo solo entonces. Hay un despacho, la primera puerta a la derecha al bajar las escaleras. Probablemente esté allí, por si necesitas algo. - hago una reverencia bromeando antes de retirarme.


Podría conquistarlo, pero en una sola noche complicado, tiene mucho carácter. Despierta mi sed más de lo necesario. Por muy lejos que me vaya su sangre huele, por alguna extraña razón no quiero morderle sin su consentimiento, después de todo bastantes problemas va a tener con el gremio de cazavampiros por mi causa....


Cierro la puerta del despacho detrás mía.

-un tic nervioso en su ceja se hace notorio- si... mejor ve hacer tus cosas, has como que no estoy aquí procuraré no molestar -le mira un poco serio y desvía la mirada a un lado, tratando de no verlo directamente, al hacerlo sentía que podía de algún modo ocultar sus nervios o pena-

-le deja irse, y habla para sí mismo- que se cree el muy abusador que puede besarme como quiere y cuando quiere? ja! no soy un juguete de una noche, -niega con la cabeza, dándose cuenta de que sus palabras tenían otro trasfondo, de algún modo había quedado flechado en esa noche oscura, por una bestia nocturna con ojos hipnotizantes, cuyos besos hacían que ardiera sus labios, los tocó con suavidad, sintiendo todo arder, se echa a la cama, sus ropas eran algo calurosas, y decide quitarse la camisa y la deja a un lado, se queda mirando el techo y pensando ¿que estará haciendo?-

-no pudo evitar las ganas de volver a hablar con el pero volvió a pensar "no lo haré, ese engreído creerá que solo quiero provocarlo"-

Sin la barrera que ponía la tela a su piel, su olor me llega aún más fuerte, su sangre y sudor huelen demasiado bien, es un aroma sublime. Me recuesto en la silla de mi estudio dejando caer una pluma estilográfica sobre los papeles los cuales mancha con tinta negra. Esa arteria carótida marcada en su cuello al hablar, junto a esa vena yugular llevando la sangre a ese rostro afeminado y la sangre concentrándose en esos pómulos finos y elegantes. Todos esos glóbulos y plaquetas siendo arrastrados por esa sangre caliente que no sufre falta de hierro y contiene el nivel exacto de agua para que su sabor sea auténtico. Es una delicia. Me humedezco los labios consiguiendo mitigar un poco la sensación de sed.


Otro olor que se acerca a gran velocidad. Otro vampiro. Debería de haberlo percibido antes, pero mis sentido estaban concentrado en otra cosa, en ese humano. Viene por el bosque, por el Oeste, en esa zona está...


Mi cuerpo pierde consistencia y con ello librándome del agarre de la gravedad, me convierto en una sombra que sale por la puerta sin ser vista de tanta velocidad, me desplazo por las esquinas y rincones de la casa luchando por llegar antes que ese vampiro al cuarto de Ritsu. Está subiendo por la pared directo a su ventana. Mierda. No subo por las escaleras si no por el interior de las paredes de la casa y me cuelo por las rendijas de su puerta a tanta velocidad que esta se abre de un portazo que le sobresalta junto con el ruido de cristales al romperse. Veo un cuerpo deformado por su velocidad y la mía que rompe los cristales, los cuales esquivo sin dificultad mientras vuelvo a recobrar mi cuerpo y lo agarro por la cabeza y salimos por la ventana cayendo al suelo en un nudo de piernas, brazos e intentos de mordiscos.


La caída desde el tercer piso es brutal, mi muñeca se rompe contra el suelo, pero no tengo tiempo ni de gritar por el dolor, ya que el vampiro que cayó de espaldas y debe de haberse roto algo más que una muñeca se me echa encima y solo me da tiempo a saltar con el brazo que tengo saludable a un metro de distancia antes de esquivar una de sus garras. Es muy rápido y es un neófito, por eso el dolor no le afecta, solo quiere sangre, la mía que es la única que le puede saciar. Si ha sido abandonado por su maestro le espera una vida miserable, ya que esa sangre es la única que puede devolverle algo de humanidad. Ahora solo es una bestia que no ve otra cosa que las venas, arterias y capilares que las unen. La adrenalina de la lucha hace crecer mi sed y mi lengua acaricia mis labios al imaginarme saboreando su yugular. Gruño antes de lanzarme a por él y mis manos agarran su hombro dislocándolo y este cae de forma que no puede cubrir su cuello. Si el cielo no estuviera nublado mis colmillos relucirían con el brillo de la Luna antes de clavarse en su cuello, sin buscar ninguna vena, solo el arrancarle la carne y que la sangre salga a borbotones de su cuello. Mientras se desangra, su mano se aferra al brazo que lo sujeta rasgando la camisa y arañando mi piel antes de que no le queden fuerzas para ello. Cuando la vida se le escapa me apresuro a beber de su cuello, ya que si muere y bebo la sangre de un cuerpo muerto mi sangre se contaminará con ella y tendré la peor de las muertes. La sangre de ese vampiro joven entra en mi organismo dotándolo de fuerza y vida. Aunque sea un acto bestial y solo lo haga por sobrevivir, mi interior se regocija de mi victoria y del premio obtenido.


Muere en mis brazos y dejo caer su cuerpo. Ni siquiera me había fijado en como era mi victima. Mis ojos podrían haberlo captado durante la batalla aunque nuestros movimientos y rostros no fueran visibles para ningún ojo humano en ese momento, yo podría haberme fijado en cada detalle de su cuerpo y rostro, pero no me interesaba, el salvar a ese humano y matar eran mis dos únicos objetivos. No tenía ojos para nada más.


Veo aparecer a Onodera. Mi aspecto debe de ser aterrados, mi mano retorcida esperando a que la sangre que he tomado se haga cargo de esos huesos rotos, mis ropas desgarradoas y manchadas de sangre, con todo mi rostro salpicado del mismo fluido en especial toda mi mandíbula que dejaba claro que acababa de alimentarme.

-su corazón seguía inquieto, aun pensaba en ese beso que lo quemó de excitación, pese a que no lo quisiera admitir, era necesario admitir que no entendía como no le había atacado de verdad, pudo hacerlo y no lo hizo, una media sonrisa fue el adorno de sus labios por unos momentos, pero al darse cuenta que estaba feliz muy en el fondo, negó repetidas veces suspirando finalmente y se pregunta a sí mismo- "¿que se supone que hago aquí?"
-Su instinto de cazador estaba relativamente dormido, a decir verdad había bajado mucho la guardia desde que estaba con el Vampiro cerca de el, pero de algún modo tenerlo cerca le daba confianza, de un momento a otro escucha un estruendo horrible y casi un chillido, se levanta inmediatamente dirigiéndose a ver por la ventana lo que se había roto, no lograba ver en la espesa oscuridad y la lluvia, coge su camisa y baja inmediatamente, por su mente paso cualquier cantidad de cosas, solo logro ver sombras luchando al momento que se había asomado, comenzó a llamar al dueño de casa pero este no respondía- Masa.. Masamune!!!!!!!!!!!! -corriendo hasta la salida y logra conseguir sus armas, toma las dos pistolas y las preparaba con sus balas de plata adentrándose en un terreno peligroso, por su experiencia sabía que eran dos bestias luchando, pero jamás en la vida pensó que terminaría por ver una escena como la que presenciaría en ese instante-

-logró ver aquella bestia .... no sabía como interpretar la escena, era realmente grotesca, sangre, miembros despedazados volviéndose polvo, y siendo lavados por la lluvia que aun caía borrando cualquier indicio de batalla- ¿que?...¿qué es ... esto? -dijo apuntando a lo que sea que fuese ese animal que estaba ante sus ojos, el terror estaba apoderándose de su ser, aunque se había enfrentando a neófitos y vampiros maduros, esto no podría compararse con nada, por un momento apretó los ojos después de ver aquella mano torcida y las ropas llenas de barro y sangre-

¿porque... porque lo hiciste?! porque estas aquí haciendo esto?! -sin entender bien que ocurría, sin percatarse de que había sido salvado- ¿acaso no era uno como tu?!!!!!!!! aH!!?? -sonando a reproche-
-sin dejar de apuntarle carga el arma- Habla!!!!!!!!!!! explícame ¿porque mierdas lo mataste?

La lluvia mantiene la sangre fresca en mi rostro, pero no la retira. - Eres idiota o te lo haces? Estaba fuera de control, primero te hubiera matado a ti y luego a mí y aún así no estaría calmado. Si su creador ha muerto o lo ha abandonado solo es una bestia insaciable. Yo he sido como él y sé lo mucho que se ansia la sangre de tu propio creador, se tarda años en independizarse de ella. Cuando un vampiro quiere transformar a otro humano en alguien como él, no solo este debe vaciar su cuerpo de sangre, si no que debe darle vida con su propia sangre, y pasa a ser una creación y una propiedad de dicho vampiro. No tenía salvación. Aunque supongo que para los cazadores ninguno la tenemos. - rio con desgana. - Nunca pensé que un cazador me reprocharía matar a un vampiro. Ni siquiera te has dado cuenta de que casi se te lanza a la yugular... en verdad eres un pésimo cazador.


Niego con la cabeza antes de mirarlo. - Onodera... era un enemigo. - sonrío sacástico. - Veo que por fin me tienes miedo. Haces bien. Pero aunque solo sea porque te he salvado la vida... baja el arma. - en ese momento los huesos de mi muñeca se están colocando lo que me hace quejarme de forma entre animal y humana. No pierdo de vista al hombre ni a su arma, confiando en que la baje, pero no lo suficiente como para no estar alerta por la pequeña posibilidad que tengo de esquivar esa bala.

-Verlo de ese modo realmente le daba terror, pero no sabía como interpretar sus acciones, la verdad ni se había percatado de la amenaza que estaba representando ese ser, y mas aun que estuvo a punto de perder su vida, lleva una de sus manos a cuello, sintiendo que colapsaría, de verdad había bajado su guardia de la forma mas drástica jamás pensada, suspira largamente y le mira quejarse, de verdad era horroroso ver como su cuerpo se regeneraba, tenía miedo, pero también esta preocupado- Sea lo que sea... no me gusta matar ... no por que sea cazador, quiere decir que disfruto matando -frunció el ceño...

-baja el arma en total silencio, y vuelve a asegurarla para que ningún disparo vaya a salirse por accidente, escuchando aquellas palabras "Onodera era un enemigo", pensó "¿acaso somos amigos el y yo?, ¿es posible que seamos amigos?" en el fondo quería creer en ellos, pero de un momento a otro sintió que su cuerpo estaba por colapsar, desde pequeño Ritsu siempre había padecido de un mal extraño, que le hacía perder su consciencia al no oxigenarse su cerebro, pero siempre ocurría por cuestiones emocionales, y parte de su entrenamiento como cazador fue aprender a controlar esas emociones, pero después de tantos años volvió a sucumbir ese mal que pensó tener controlado, cae al suelo dejando el arma tirada su cadena también se había roto-

Se desmaya... - Manda huevos.... - supiro y miro el deshecho que era el vampiro y el cazavampiros... - Y yo que pensaba que me iba a dar un baño y a frotarme la espalda de recompensa o algo así. La vida es un asco. - sonrío yendo hacia el menor y lo cojo en brazos, la plata cae de su cuello sobre la tierra húmeda. También recojo sus armas ayudándome con un poce de tela, ya que la empuñadura de las pistolas también es de plata.


- En verdad eres una princesa. - me impulso en el tronco de un árbol y salto dentro de la habitación suya. Dejo caer las armas de mala manera, ya que la plata estaba impidiendo que mi curación siguiese el ritmo regular. Lo dejo en la cama y le quito la ropa manchada con mi sangre y mojada de la lluvia y le pongo una bata larga, ya que es de mi tamaño. Le miro y le tomo el pulso, solo ha colapsado, se le pasará con descanso y comer algo. Voy a mi propio cuarto y me pego una ducha, el agua del baño se tiñe de rojo y negro. Le debo de dar miedo y asco... aunque no debería de importarme. Mi mano ya se mueve con normalidad y solo queda un hematoma que desaparecerá antes de que acabe la noche, los arañazos en mis brazos son solo una marca rosa pálido. La sangre en el pelo tarda en salir y cuando me pongo de nuevo mis ropas oscuras me siento mejor. Vuelvo al cuarto de Onodera y sigue durmiendo. Me pongo encima suya observando su tranquila respiración y su pelo mojado por la lluvia. Mis dedos se mueven por su rostro y acaban acariciando su arteria corátida. La lamo y mis colmillos la tocan, pero me dentengo. Ya he bebido esta noche... probablemente solo sea un capricho, pero... no quiero forzarlo, no así. Me levanto y lo vuelvo a coger como un princesa y lo bajo a un salón con chimenea, la cual enciendo para que no se enfríe y lo tumbo en un sofá tapado con una manta. - de alguna forma... te odio. - le digo al bello durmiente. Cojo mi móbil llamo a varios sirvientes, pero solo me lo coge una mujer. Le pido que venga y traiga algo de comida caliente y que tendrá un extra por ello.


La mujer deja una sopa y un chocolate caliente y le agradezco antes de que se vaya. Lo dejo en una mesa del salón y trato de despertar al humano. - Onodera... vamos... no me seas nena... que eres un puto cazavampiros, debes de estar acostumbrado a estas cosas... Onodera.

-Su cuerpo estaba entumecido, respiraba tranquilo ahora, pero esas crisis hacía mucho que no le ocurrían, la verdad el chico, era uno de los mejores haciendo su trabajo pero esta vez las cosas pintaban diferente en muchos sentidos, no sólo se había detenido para no disparar, sino que de verdad temía por la seguridad ajena, no entendía bien porque lo estaba haciendo. No se dio cuenta de cuando fue alzado y puesto sobre la cama, lo único que sintió fueron aquellos brazos fuertes alzarlo-

-aun seguía dormido, cuando le llevó el salón de la chimenea, pero comenzó a tener una especie de pesadilla, con la escena antes vista en medio de la lluvia, se removía un poco por sobre todo la cabeza, como negando algo, suaves murmuro salieron de sus labios, aun un poco morados por el frío pero que ahora tomaban color rosa muy tenue- no no... no hmm no masamune -en medio de la oscuridad, por un momento pensó que quien estaba en el suelo era el mayor y no otro- ngh! no dejes que te maten no no NOOOOOOO! ... -abre los ojos impactado, sintiendo el llamado del otro, agarra su muñeca de forma bastante fuerte- ¿ESTÁS BIEN!? -Dijo alzando su voz y pestañeando repetidas veces y respiración estaba descontrolada, el corazón le latía desesperado, de repente se ve en aquel salón, mira a los lados desesperadamente como tratando de creerse que estaba todo bien-

-se enoja por supuesto, y le pega un brazo- IDIOTA!!!!!!!! que se supone!! que hacías?!! -alterado de la nada, aun estaba aturdido y no recordaba bien lo que pasó, era un caso especial el Onodera, recuerda la muerte del vampiro, y las cosas comienzan a tomar sentido. Aun así no se calmó sino que lo regañó como si fuese un niño- ¿porque carajos no me dijiste que estaban atacando?! no soy una niña indefensa!!! gran idiota - era difícil determinar como considerar al menor... si un gran estúpido o un chico amable y preocupado, pero con ese genio de los mil demonios era mejor considerarlo estúpido-

Empieza a hablar en sueños y parece que esté rememorando lo ocurrido, pero con un final desagradable para mí. Se despierta y muestras preocupación por mí. ¿qué le pasa? y leugo me zurra. - Se puede saber que te pasa? Debería haberte dejado ahí fuera. - me echa la bronca y le hago callar dándole un golpe con los dedos en la frente, la cual se sujeta automáticamente por el dolor. - Eres más estúpido de lo que pareces. - suspiro abatido. - Cuando lo percibí ya se te estaba echando encima, a penas llegué. Fue un ataque sorpresa. Además... menuda ayuda, lo único que has hecho a sido apuntarme con una pistola y desmayarte. No sé en que diablos estás pensando. Ni siquiera tenías armas, como podrías haberte defendido? Y como ya dije, me tomo de sorpresa, ni bien percibí que tú eras el primero que se iba a encontrar en su camino me lancé a por él.


Mis dedos rodean su garganta y lo clavan en el sofá. - No te pases de listo. Tsk! - le suelto y me aparto de su lado. - Come algo, estás blanco. - me apoyo en los ladrillos de la chimenea.