Una cita de trabajo (privado Arisada )

- No lo haré... - digo al empezar a correr.


Llegamos a una fuente hecha de granito con varios chorros de agua y allí bajo el ritmo hasta parar. Me inclino apoyándome en mis rodillas y recuperando el aliento. Mi respiración es sonora y por más que me quito el sudor con una mano este aparece al instante aunque he dejado de hacer ejercicio. Me siento en un borde de la fuente y meto la cabeza bajo el agua refrescándome. Al sacarla goteo la ropa antes de echarme el pelo largo hacia atrás y escurrirlo un poco.


Le escucho hablar y deduzco que está hablando de nuevo con los pájaros. Me fijo en como se deja abanicar por la brisa olvidándose un momento del mundo. Me pongo bajo la sombras de los árboles y estiro todos los músculos, empezando por las piernas y siguiendo por el tronco para acabar con los brazos y el cuello. Repito una vez más los estiramientos y luego me elevo sobre la punta de mis pies y alzo los brazos estirándome completamente y sintiendo un tirón agradable. tras eso el césped es demasiado irresistible y me tumbo en él aspirando profundamente y con el corazón latiendo rápido aún, pero no tan fuerte.

cUANDO se acerca mojado me percato de que se ve algo sexy. Me incorporo y me sacudo un poco la tierra de la ropa, suerte que es oscura y no se nota si me manche.


Escucho su pregunta y mis brazos hacia atrás sujetan mi peso. - Jean? Está bien, su esposa debe de estar cuidándolo justo ahora. Las ha pasado peores. - sonrío con un lado de la boca al pensar en que estará feliz por fin al poder estar con ella, sin sentir auténtica vergüenza de lo que pasó entre nosotros. A veces me pregunto si solo soy tragedia para los que me rodean.

El Sol ya no se ve entre los árboles, pero aún falta para que llegue el atardecer. Siento la hierba entre los dedos que son acariciados por ella cuando el aire la hace mecerse muy apenas. - el parque. está bien, cierto? Es un buen lugar.

- Sí, es un hombre formidable, muy recto en su trabajo, pero le caía bien a todo el mundo. Fue el guardaespaldas de mi padrastro durante 4 años, aunque en esos 4 años también le toco hacer de mi niñera de vez en cuando. Creo que si no me he vuelto del todo un niño caprichoso ha sido por él.


Miro el parque y asiento. - Sí, es un buen lugar para evadirse. - me levanto sacudiendo la tierra de mi trasero. - Necesito agua o me deshidrataré. - digo llevándome la mano a la garganta, de la fuente no me he atrevido a beber, después de todo los niños se bañan ahí y a la gente le da por meter los pies, aunque no sé si el agua que cae es la misma me niego a beber de ella. Buscamos una fuente pequeña y tras limpiarme las manos en ella la uso como cuenco para llevarme el agua a la boca.

Miro a Cloud que bebe también, aunque al principio era todo seriedad y parecía que nunca iba a cambiar ese comportamiento hacia mí, lo ha hecho y más pronto de lo que yo creía.


Andamos hasta el hotel y cada uno se dirige a sus habitaciones. Me dejo caer en un sillón amplio con elaborados diseños marroquíes, aunque no me quedo mucho para no dejarlo pringoso de sudor. Me doy un baño relajante, intentando compensar de alguna manera haber perdido mi cita con el masajista esta semana...

Las sales de baño me relajan bastante, disfruto soplando la espuma sobre mis dedos y explotando las minúsculas burbujitas de jabón con ello. La bañera es grande y cuadrada, con hidromasaje que enciendo después de lavarme y golpea varios puntos de mi espalda, suelto un sonido de placer con ello y dejo que me haga sentir algo mejor.


Después del baño me preparo para bajar a cenar al restaurante del hotel, hay un comedor donde suelen comer los empleados de la empresa, pero el restaurante vinculado al hotel es algo más caro, pero ser el hijo del propietario y fundador del hotel es bastante conveniente. Solo me pongo una camisa y unos vaqueros, ambos de marca, pero bastante más cómodo y menos lustroso que lo que suelo llevar. Nadie me molesta allí, después de todo solo se permite acceder a cualquier parte del hotel, excepto la recepción, a los huéspedes del mismo. Hay gente cenando allí, un metrê me acompaña a mi mesa, una individual en un lado de la estancia donde tengo vista a la ventana y a caso todo el restaurante. Pido una cena llena de proteínas para recuperar la energía invertida en el ejercicio de hoy y luego me retiro a mi habitación donde me pongo a estudiar. Cursé los dos últimos cursos del instituto en un año, lo que me dio algo de tiempo, tras eso comencé una carrera de empresariales on line, le suelo dedicar los fines de semana enteros, salvo parte de la tarde y noche del Sábado. hOY decido dedicarle un rato, con el propósito de empezar un trabajo, del cual hay que enviarle los progresos al profesor cada dos semanas, pero sin darme cuenta lo acabo terminando esa misma noche. No lo envío aún, decido esperar a revisarlo bien y comprobar si he cumplido todos los puntos que se exige. Apago el ordenador, esta mañana no he podido dedicarle nada de tiempo al programa que estoy desarrollando, pero si no descansaba adecuadamente no rendiría como es debido todo el día. me pongo un despertador para mañana, una hora antes que de costumbre para seguir avanzando en mi trabajo. Después de eso me duermo profundamente.


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Una canción de los bettleas me despierta a las 7 de la mañana, antes de decidirme a levantarme pienso en el nombre de la canción, pero no caigo después de 5 minutos y me levanto. mientras me elijo la ropa que ponerme mi padrastro me envía un mensaje para cenar esta noche en nuestro restaurante favorito. Sonrío ante la idea y solo retraso la hora de encuentro unos 20 minutos para que me dé tiempo a prepararme. al igual que ayer desayuno en la habitación y me pongo a trabajar con mis ordenadores antes de bajar a leer la prensa del día.

- No importa, de todas formas hay que esperar al chófer. - no levanto la vista del período y no le presto atención al revuelo que se forma en la entrada del hotel. - La rutina de hoy va a ser como la de antes de ayer, solo estaremos en la oficina, pero tu jornada se va a alargar un poco. Esta noche ceno con el fundador de la empresa, el chófer nos llevará al restaurante Les Créations de Narisawa a las 9 y medie, tendrás que ir cenado, ya que no te sentarás a la mesa con nosotros, es un lugar público y se van a juntar en un mismo punto el fundador y el director de la empresa, así que extrema las precauciones. No tengo quejas de tu trabajo por ahora, pero quería destacar eso. - le miro y veo que lleva puesto un traje. - Ve con ese u otro traje a la cena, hay servicio de lavandería para que se encarguen de ellos aquí.


El chófer llega y nos vamos a la oficina. Por la mañana me la paso organizando la agenda con Yukio y en la tarde visito varios apartamentos con Cloud, la mañana ha sido muy sedentaria y la tarde bastante activa, aunque más para mí que para él, ya que debía estar concentrado del todo y solo descansar mi mente unos segundos que me daba la bajada y subida del ascensor.

- acabamos por hoy. Son las ocho y 10 minutos, tienes una hora y cuarto para prepararte para la cena y comer, será mejor que nos vayamos ya. - me levanto cargando una una carpeta bastante importante con un contrato que vale oro y no pienso dejar a la vista de nadie, aunque tenga una copia en mi correo electrónico.


En el hotel nos separamos y yo voy a la habitación.

Después de una ducha placentera que me quita parte del cansancio del día, me seco el pelo concienzudamente antes de plantarme delante de mi armario y pasarme unos cuantos minutos eligiendo que ponerme, mientras mi cuerpo se seca sin necesidad de usar la toalla que se ciñe a mi cintura. Me pongo cada prenda despacio, como si se tratará de algún ritual iniciático. La ropa interior, los pantalones, la camisa, el chaleco y la chaqueta encima de todo. Abrocho un botón de la misma varias veces sin acabar de decidirme por dejarla abierta o no. Finalmente dejo un botón abrochado y me miro en el espejo con aprobación. Me echo un poco de colonia y elijo el mejor de mis tres relojes para cubrir mi muñeca izquierda.


Puede que mi forma de hablar respecto a mi padre, cuando solo le menciono sea algo fría, pero mi relación con él no lo es para nada. Al contrario, al no ser mi padre biológico, nuestra relación no es tan paterno-filial, si no como dos compañeros de faenas, además, solo nos llevamos 14 años, quieras o no es menos edad de la que se lleva todo el mundo con su padre. Además de eso se ve bastante joven, y tiene 5 años menos que mi madre.

Salgo de la habitación y veo a Cloud al final del pasillo. - Oh, ya estás aquí.

Spoiler:

Bajamos para ir al restaurante. El sitio es todo glamour, incluso tiene una estrella michelín. Al decir mi nombre al metrê asegura que mi padrastro ya me está esperando. Pasamos a una sala privada. - Cloud te presento a Hatori Ren, fundador de la empresa.

Spoiler:

El pelinegro se levanta y estrecha la mano de cLOUD con una amigable sonrisa y él a su vez le presenta a su propio guardaespaldas que montará guardia con él en la puerta de la habitación.

Cuando los guardaespaldas salen del recinto privado sonrío a mi padrastro, nos sentamos y tomamos la carta de forma bastante similar a la del otro. Nos percatamos de ello y nos miramos divertidos.

Comentamos lo que vamos a elegir y mi padrastro elige un vino para los dos y bromea diciendo que no tiene que conducir así puede beber lo le plazca. Tocamos un timbre de la mesa para que el camarero venga a tomar nota. Mientras Ren pide sus platos yo observo los dibujos en blanco de los botones de la mesa para pedir bebida o comida, o también la cuenta, incluso para pedir un cubierto. Luego miro la carta leyendo los nombres de los platos, un entrante de queso, una ensalada asiática con muchos frutos secos y un plato de shusi. Veo a Cloud asomarse mientras nos atiende el camarero y nos llena las copas de agua antes de ir a por el vino.


-Cómo está mamá? - pregunto mientras inhalo el olor del vino sintiendo como me sube un estremecimiento fuerte hasta la cabeza.

- Ella está bien, hoy ha ido al club, parece que se encuentra en su ambiente allí. Ha ganado un trofeo de badminton y va a celebrar una fiesta en casa... es este fin de semana, deberías venir.

- Ya sabes que tengo que sacar la carrera y los fines de semana son los únicos momentos en que puedo estudiar, además...

- solo serán dos horas, sé que eres lo suficientemente inteligente como para poder permitirte salir de vez en cuando. Nunca vienes a casa, tu familia te extraña.

Trago saliva al pensar en que no toda mi familia me extraña.

- quiero a mi familia unida.


- Intentaré ir. - digo para cambiar de tema, en ese momento entra el camarero con los entrantes y se vuelve a ir, pero Ren deja de insistir en lo de la fiesta. - El vino es suave, pasa muy bien por la garganta, pero el olor te embriaga siendo muy fuerte. - digo tras probarlo. Ren sonríe. - Poco a poco vas apreciando mejor un buen vino, sabes que debes hacerlo si quieres ser el poder absoluto de la empresa.

- lo sé, solo tengo que refinar un pocomi paladar. - la pasamos hablando de trabajo y de algunas cosas banales antes de pedir un postre.

Cuando pruebo mi puy de limón y galleta él me mira con ternura casi haciendo que me sonroje. - qué?

- Nada, es solo que cuando tienes un postre delante pareces un niño, queriendo avalanzarte sobre él, a pesar de que sabes que no es educado. No te pega, pero se ve lindo.

- No sigas. - digo mirándole con los ojos entrecerrados.

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pODER pasar un rato con Ren es fantástico, una burlona sonrisa se asoma sin que me percate en mis labios, aunque solo es el fantasma de una sonrisa.miro a cLOud mientras nos dirigimos al coche esperando saber si se aburrió, no conozco al otro guardaespaldas

Dirijo una mirada agradable a Ren antes de subirme al coche al lado de Cloud, aunque mi rostro muestra seriedad como normalmente, el rubio hace un comentario respecto a eso. - Sí, fue una velada agradable. El servicio y la comida es excelente, por no contar que tener un poco de privacidad relaja mucho. Ha pasado algo mientras cenaba? - me desabrocho el cinturón para poder quitarme la chaqueta, aunque es de noche tengo calor y me desabrocho el primer botón de la camisa frotando con la punta de los dedos donde estaba pegado el cuello de la camisa a mi pescuezo.


Me vuelvo a poner el cinturón y pienso en si debería a lo de la fiesta, no conozco a muchos amigos de mis padres y tampoco habrá gente de mi edad, aunque la hubiera no creo que congeniará con nadie, además de eso... mi madre no me quiere ahí, hace mucho que no me quiere cerca. Suspiro, siento pesadez en los párpados, pero no me quedo dormido por temor a que me vuelvan a cargar como una princesa por delante de todo el hotel. Ni siquiera creo que tenga sueño realmente, es como un mecanismo de defensa, dormir para no pensar en nada.

Inclino ligeramente la cabeza agradeciendo sus servicios de hoy y entro a mi cuarto. Me desvisto y me pongo un pijama cómodo. Cuando me lavo los dientes me quedo un minuto mirándome en el espejo, intentando ver más allá de mi reflejo sin conseguirlo.


Finalmente me acuesto pensando en cosas que no deberían estar dispuestas así en mi cabeza.


Me despierto desperezándome en la cama. - sábado... - digo adormilado. Realmente no uso los Sábados para estudiar, si no para desfogarme. Me pregunto como se lo tomará Cloud. Me paso una mano por la cara despertándome y me preparo como siempre, luciendo las mejores ropas. Me reúno con Cloud y vamos a la oficina solo por la mañana, todo pasa sin contratiempos y quedo por la tarde con él para ir a correr, supongo que debo darle alguna satisfacción antes de que sea de noche.


Me pongo la misma ropa de correr que el otro día, salvo una camiseta de corte similar, pero un color más claro. Con un vago saludo al cruzar la calle comenzamos a correr a buen ritmo hasta el parque, y seguimos un recorrido diferente, se le notan algo de ojeras, pero esas manchas negras y marrones no mancillan su cara de gusto.

Correr me relaja bastante, el paisaje siempre es hermoso aquí y el aire no es tan horrible como el de la ciudad. Realmente es un parque grande, casi como un bosque artificial.


Al pararnos me pregunta por trepar, frunzo el ceño extrañado, ya que no hay aparatos para escalar por aquí, pero antes de decir nada comprendo que se refiere a los árboles. Enarco una ceja mirándole desconcertado de su proposición. Estoy apunto de decirle que mañana es su día libre y puede hacer lo que se le antoje, pero me mira de esa manera y comprendo que me lo está proponiendo con buena intención y parece un niño esperando un permiso de su madre para hacer algo increíblemente divertido. Suspiro y miro hacia arriba, hace años que no trepo a un árbol, la última vez que lo hice fue cuando mi padre murió, como un refugio a todo lo que estaba pasando en ese momento, estuve 2 días ahí sin querer bajar, mi madre no salió a buscarme siquiera, si no llega a encontrarme aquel señor con bigote habría muerto de hambre o frío allí arriba y no me habría importado.

Miro a Cloud de nuevo, tengo que ser menos blando con mis empleados. - tú primero - digo secando el sudor de mi frente con el borde de mi camiseta.

Cuando sube miro a los lados para comprobar que nadie me ve haciendo el mono. Miro el tronco del árbol y apoyo un pie en él antes de impulsarme y agarrar la mano de Cloud que me ayuda a encaramarme arriba. Una vez estoy apoyado en una rama fuerte y cerca de donde parte del tronco para no partirla le escucho. - Seguro hay una vista interesante. e- digo mirando un momento hacia arriba poniendo mi mano de visera, ya que el sol se cuela con fuerza entre las hojas. Luego miro a Cloud, su sonrisa en su rostro se ve muy masculina, limpia y sincera. Cloud comienza a subir y me fijo en las ramas que usa. Voy despacio, pero seguro, tengo una cara de concentración que ni siquiera tengo en el trabajo. Subo algunas ramas por mí mismo, pero algunas quedan bastante lejos de mi alcance y Cloud me tiende la mano para que pueda saltar hasta ellas de forma segura. Cuando estoy comenzando a disfrutar de la escala llegamos a la cima de la copa del árbol. Cloud me ayuda bastante en esta parte donde las ramas son muchas, pero no tan firmes.


Aparta las ramas con cuidado para que veamos por encima de ellas. Cuando siento que no me caeré por como me abraza, aunque agarro ese brazo que ciñe mi talle para mayor seguridad, contemplo el paisaje. - parece algo surrealista, cierto? La naturaleza rodeada por la urbe. - le miro cuando me habla y sé que me he ganado su confianza. - Bueno, al final no ha estado tan mal, ha sido diferente. Y la vista es buena. Debería darte yo las gracias. Además, creo que he sido un estorbo. - me reclino un poco en él mirando alrededor y suspiro tranquilo antes de sonreír sutilmente.

- oye! - digo algo molesto con su broma, pero más que nada me quejo bromeando. - Y sí me caía y me abría la crisma? Podía pasar. No trepaba a un árbol desde que era bien pequeño.


Al igual que él hace rato cierro los ojos cuando el aire azota nuestros cabellos, aunque no es el aire más puro que hay es agradable aspirarlo. Me giro al escucharle preguntar. - mis gustos? cómo mi comida preferida o mis hobbys? No, no es atrevido, pero no hay mucho que contar. Realmente el trabajo ocupa casi todo mi tiempo, además de sacar una carrera adelante. Yukio ya te habrá mencionado que a también dirijo una empresa de modelaje con unos amigos de mi padre y me gusta hacer de modelo de vez en cuando. Lo disfruto bastante, pero solo es eso un hobby, realmente no seré una estrella ni nada de eso, y tampoco quiero dedicarme a ello. Disfruto mucho modelando, pero también viendo el trabajo de los diseñadores y el resultado final. Me gusta correr y me gusta la informática, es algo que se me da bien, me llaman genio, como se lo llamarán a otro dentro de 5 o 6 años y lo compararán conmigo. - le miro un segundo suponiendo que le aburro. - No hay mucho más, sería mejor si preguntarás algo directamente.