Mensaje inoportuno? - priv Hatori -

Me hace gracia que a él le llame viejo por solo dos años y yo que le saco 6 siempre intenta que no me sienta como un carca.

Zack se encarga rápidamente de todo sin darme opción a ofrecer mi ayuda. Pongo los ojos en blanco y me siento en la mesa con Kunsel. - necesitas ayu... - me acorta a mitad de la frase con un no potente y cantarín. Vuelvo a elevar los ojos al cielo y esperamos a que nos sirva . - itadakimas. - digo cuando Zack deja al lado la olla y el cazo para servir y se sienta a mi lado.

- me ha dicho Zack que te has adaptado bien a Japón. - digo hablando al invitado.

Niego con la cabeza en respuesta a lo que dice kunsel de que zack nunca cambiará.

Como un poco mientras veo el buen rollo que hay entre los dos ex soldados. - Es duro, pero grato. - le respondo a Zack ganándome una mirada poco amistosa de mi amante, aunque sabe que es una broma. - Nos va bien, estábamos pensando en comprar un perro e irnos a algún lugar un fin de semana. - resumo, nos va bien, nos va estupendamente bien, no quepo en mí de felicidad pienso. Me pregunto si a Kunsel le sorprendió que Zack fuera gey...

Niego con la cabeza en respuesta a lo que dice kunsel de que zack nunca cambiará.

Como un poco mientras veo el buen rollo que hay entre los dos ex soldados. - Es duro, pero grato. - le respondo a Zack ganándome una mirada poco amistosa de mi amante, aunque sabe que es una broma. - Nos va bien, estábamos pensando en comprar un perro e irnos a algún lugar un fin de semana. - resumo, nos va bien, nos va estupendamente bien, no quepo en mí de felicidad pienso. Me pregunto si a Kunsel le sorprendió que Zack fuera gey...

cuando le dice a Zack que siempre consigue lo que quiere me doy cuenta de lo cierto que es.

Me sonrojo muy a penas cuando Kunsel dice lo bien que Zack le ha hablado de mí. No tiene remedio. - Ya sabemos que Zack exagera. - digo mirando a mi amante que está tan feliz por la compañía de su amigo.


Parecen dos niños, aunque kunsel parece algo más serio que Zack está lejos de serlo tanto como yo.

Como si pareciera que quiero demostrar lo responsable que soy recibo una llamada al móbil de una mangaka. - Gomenasai, tengo que contestar. - me disculpo y descuelgo el teléfono mientras me levanto. - moshi, moshi! ... Sí, ok, ok. dame un minuto. - voy a mi estudio y cojo una carpeta con el storyboard que necesito y voy a la habitación para que los dos no tengan que estar en silencio para no molestarme. - vamos a ver, porque te parece que está mal esa escena? - digo sentado en la cama. Pasamos a comentar nuestras opiniones, pero aunque el story está bien, la autora tiene una idea bastante mejor y la apruebo. Cuando cuelgo miro el reloj. Bueno, solo fueron 15 minutos...


Vuelvo a la mesa y parece que me están esperando para el psotre hablando animadamente. - gomene.

había oído algún ruido en mi ausencia, pero cuando vuelvo y veo la guisa en la que están siento una gotita de sudor caer por mi frente. que dos digo viendo las miradas que se dirigen disimuladamente. - sí, solo éra una mangaka que tenía una duda sobre la trama.

- Gracias. - le digo cuando me sirve el postre que tenía mejor pinta aún que todo lo anterior. Lo pruebo mientras los nenes juegan a ver quien consigue más postre. me quedo mirando el pastel que ha sobrado pensando e lo innecesario de su infantil y amistosa disputa cuando Kunsel me habla. - oh! Bueno, solo me aseguro de guiar al mangaka lo mejor posible. - digo pensando en lo que dirá mi amante para que mi trabajo parezca interesante. Es un trabajo normal como otro cualquiera creo yo. - aconsejar que tipo de guión y dibujo se ajusta a ellos, que deben publicar y donde, que deben cambiar, aunque eso es algo difícil ya que a veces sienten que su obra deja de ser suya....

- No siempre se sabe, pero es mi trabajo intentar adivinarlo. - cuando comienzo un manga con una historia concreta comienzo a leer otros similares y a buscar que capítulos fueron más exitosos y toda clase de datos para saber que fue lo que gustó a las féminas.


De un contexto serio conmigo pasa a uno jovial y gracioso con Zack. Veo a Zack bastante deprimido por ser superado por Kunsel y me rio bajito tapándome la boca, sabiendo que a mi amante le molestará que me ría de él.


- ya, ya. Zack, perdiste el asalto, más suerte en el próximo. - digo consolador arreglándole un poco el pelo despeinado por esa lucha que no había presenciado, olvidándome un momento del invitado.

Termino de colocar más o menos los mechones de pelo como los suele llevar cuando Kunsel dice mi nombre sacándome de mi ensueño de hilos azabaches. - eh... - me sorprende su sincero agradecimiento. Zack sonríe contento por ello, yo no sé que decir, ya que me siento muy afortunado de tener a Zack y creo que soy quien tiene que dar gracias al cielo por poder compartir mi vida con él. Pero tampoco quiero mostrar indiferencia a su "bendición", es como un hermano mayor para Zack y supongo que es la familia que le queda después de que Angeal muriera.


- Gracias a ti por cuidarlo hasta ahora. - digo sonriendo al pelirrojo. Me entran unas ganas irrefrenables de tomar la mano de Zack y lo hago por debajo de la mesa. - pero no hace falta que seas tan serio. -

- No había caído en lo del ejército...

Asiento a las palabras del pelirrojo con sinceridad. - Eres amigo de Zack, así que no le veo problema. No comenzamos con buen pie, pero si eres amigo suyo tienes que ser un buen chico a la fuerza. Si me cayeras mal no habrías entrado por esa puerta. - digo sincero, aunque se la casa de ambos, si no quiero que entre alguien no entra, aunque Zack diga misa.


Sonrío a Kunsel, no es que el chico me cayese mal, pero principalmente voy a ser simpático con él por Zack. - Bueno, porque no... jugáis un rato?

Nos despedimos del hombre y Zack se queda algo... disgustado o desilusionado de que se vaya tan pronto. - Le invitaremos otra vez, sí? - beso su mejilla y le abrazo un segundo para ir a recoger la mesa y luego me siento en el sofá. Veo a Zack algo pensativo y doy unas pelmaditas en el sofá a mi lado para que se siente conmigo.


- Le hiciste un gran favor sacándole de wutai, solo quiere recompensarte, además... te recuerdo mi sugerencia de esta mañana... si él se encarga podremos dormir un par de horas en la mañana. - beso su cuello y luego apoyo mi mejilla en su hombro. - que bien hueles...


(ciao)

Pasa de estar a mi lado a sentarse en mis piernas, lo cual me resulta en verdad agradable en demasia.

No entiendo mucho de lo que me dice del ejército, pero es que esos labios hablando me hipnotizan y espero con ansias el momento en que caen sobre los míos y puedo responderlos amorosamente y ese tirón en mi labio inferior me fascina.


- NO me las des. Es un buen hombre y se ve que sois grandes camaradas. - froto sus muslos con las palmas de la mano y elevo los ojos mirándole. - PUEDes decirle que venga aunque yo no esté en casa, sí? no creo que rompáis nada, no? - digo bromeando con sus peleas infantiles.

Sonrío cuando dice que le agrada que le toque y me besa de esa forma tan suya, similar a cuando está celoso, pero con menos intensidad con la lengua. Me declara su amor y vuelve a apropiarse de mis labios, rodeo su espalda con las manos por la profundidad del beso que hace necesario que le agarre.



- Iremos, de momento, mañana pasaré por una agencia de viajes y traeré una revista para que miremos juntos a donde ir el fin de semana. Me muero por ir contigo, hay algo que quieras en especial? - algún capricho del lugar o algo pienso.

- Mi universitario... - digo divertido acariciando su mejilla con ternura.

Me estremezco de pies a cabeza cuando su lengua está en mi oído y luego sigue mi nariz. Sonrío por las cosquillas que me producen sus labios en las yemas de mis dedos.

- haremos todo eso, eso y más. Solo con poder verte todos los días soy feliz, pero, al igual que tú, solo quiero más y más de ti.

- y... ya estoy orgulloso de ti, mucho. Y te amo, te amo. - digo atrayéndolo hacia mí y besándolo con la boca bien abierta.


Le miro luego con una sonrisa y ya no lo soporto más. Le echo a un lado tumbándolo y cojo su mano besándola y subiendo por su brazo por un camino no muy lento ni regular de besos sin ser baboso, hasta que llego a su hombro y desabrocho un par de botones de su camisa para poder besarlo. - y si te como a besos?

Termino de desabotonar la camisa verde pistacho de mi amante dejando su pecho expuesto y sin defensas ante mis caricias. Me incorporo sacando mi camiseta por mi cabeza antes de volver a inclinarme sobre él.

- No creas... estás más flaco que yo. - digo. - Mira como lo hago.


Acto seguido devoro sus labios con una pasión repentina. paso su brazo por debajo de su cuerpo, en esa curva de su espalda haciendo que esté arqueado. Esa postura me gusta para poder subir por su pecho besar sus pezones con delicia de haber alcanzado la cima más alta y luego disfrutar de un lento y dulce descender. Y eso hago, beso su cuerpo, como si le rindiese un culto pagano y lascivo.