Viaje a Hakone

.-sin querer apartarse de su pecho le replica- pues te lo mereces por idiota, y por ... lindo... y por tonto y por ... -cuando eleva la mirada se encuentra con esos ojos,a los que temía ver pues si lo hacía caería rendido a su merced, mas su palabras diciéndole que no era un sueño que todo era real, provocó que su corazón se arrugara, pero de felicidad-
-Cuando se pone a pensar, no le cabía en la cabeza como podía seguir enamorado de ese egoísta que dulcemente lo enloquecía con sus acciones y palabras, le toma el rostro con ambas manos, y se va acercando para sellar ese compromiso con un beso, tal y como se lo pedía el mayor, lo cuál hizo sin replicar, ido totalmente por aquellos ojos color miel, entonces da ese suave beso con puro roce de labios, sintiéndose un beso inocente, y dulce-
-da otro beso corto en su comisura, para después volver al centro de sus labios-

- Ok, ok - digo cuando no sabe si insultarme o halagarme y mis ojos se cruzan con los suyos, esto basta para atraparlos en una prisión intangible. Toma mi rostro y se acerca despacio, cerrando los ojos a la vez que yo, de forma pausada y progresiva. El roce es dulce, no usamos la lengua. Abrazo ese cuerpo pegándolo al mío y acabo cogiéndolo por la cadera y elevándolo en el aire como si de una novia se tratase, pero da igual lo extraño que quede, nuestros labios están juntos, nuestros corazones laten a un mismo ritmo que nadie puede imitar y está dispuesto a estar siempre conmigo. En ese lugar apartado del mundo, puedo expresarme con él libremente y amarle como quiero hacerlo todos los días.


Lo bajo al suelo y me resisto un poco más a despegarme de sus labios. - Te quiero, Onodera Ritsu. Mi esposo. - digo con cierto regodeo por poder usar esas palabras.- Amo has que me pegues. Me vuelves masoca y provocas en mí tantas cosas que no entiendo...

-no replica cuando le alza como si se tratase de una mujer, pero la ternura de sus labios correspondiendo aceleraba al unísono su corazón con el de Takano, al separarse un poco le dice- eres un gran masoca...pero mas lo soy yo -entrecierra los ojos, y con las palabras que le dedica "ser su esposo", era una felicidad inexplicable, jamás pensó que se podía ser tan feliz-

-pero vuelve a reaccionar y le pega en el brazo, gritándole de nuevo- !!Y aprende a no decir cosas irresponsables cuando te estés durmiendo, Baka omae, ya casi que te ahorco cuando no te diste cuenta... ¡¡-se acomoda la chaqueta- Vamos a la cabaña tengo hambre... -mira a un lado y le agarra la mano pero tenía el rostro colorado y el ceño fruncido-

Rio apesar de que me pegue. Ver como le cambia la cara de la felicidad a la mala leche en dos segundos es algo que me molesta, pero a la vez adoro. Además, siempre me deja claro que actúa así por la vergüenza que le da. Prueba de ello es como sus dedos se entrelazan entre los míos. - Ok, a partir de ahora no me guardaré nada de nada y te soltaré las cosas según me vienen a la cabeza. - digo dándole el gusto, aunque también asustándole porque es difícil que sea más directo aún, pero me esforzaré sí es lo que quiere. Siempre voy a cambiar las cosas a mi conveniencia.


Su rostros no puede mirarme de la vergüenza y sonrío dulce, pero es algo que no ve. Solo siente un fugaz beso en la cima de su cabeza antes de acomodar mis dedos entre los suyos y echar a andar. No dejando que el silencio sea incómodo en el camino por varios te quiero que salen de mis labios sin pensar.


Llegamos a la cabaña que han limpiado a fondo desde que nos fuimos. Pasamos dentro y voy directo a la cocina. - quieres algo especial de comer? Hoy cocino yo, luego, esta tarde podemos hacer el postre que querías.

-vuelve a mirarle mal, pues siempre movía las cosas a su total gana, pero la verdad esa parte ligeramente caprichosa del mayor le hacía un tanto de gracia, sus te quieros, y palabras dulces no dejaban que sus mejillas volvieran a su color natural. Continúan caminando por todo el sendero para llegar a la cabaña, finalmente llegan, y deja las cosas en la cocina- Pues... quiero comer omelet de arroz, y no se quizás tamagoyaki o algo así , ¿quieres ayuda en algo?...

-dijo sacando algunos ingredientes que estaban en el refrigerador para ayudarle a ordenar y así cocinara mas a gusto-

-le observa y se veía tan masculino cuando cocinaba, niega con la cabeza rápidamente para dejar de fantasear-

- un tamagoyaki entonces y unas tortillas de arroz. Gracias. Si quieres yo hago las tortillas y hacemos juntos el tamagoyaki. Veamos... vete batiendo un par de huevos y les pones un poco de azúcar, mirin y un poco de salsa de soja. - cojo un par de sartenes y las pongo a calentar con un chorro de aceite de girasol.

Antes de ponerme a hacer las tortillas me lavo las manos. De camino a la nevera para sacar un par de ingredientes más le doy un beso por encima de la nuca de manera cariñosa, recordar ese si quiero me hace ponerme mimoso, es algo que va a tardar un tiempo en pasárseme.

-Ayudaba sacando algunas cosas, aunque sentía un poco de nervios en su estomago cada vez que se le acercaba a darle besitos cariñosos, su corazón se llenaba de felicidad, sentía impulsos de agarrarlo y pegarlo contra la pared y besarlo aun mas, a su vez recordaba aquellas palabras "deseo casarme contigo" provocando que su corazón también quisiera derretirse-

Masamune... -se acerca a el con cuidado porque cocinaba le da un beso en la mejilla- etto... te quiero... -se pone rojo y se le queda mirando. a su vez su respiración estaba agitada por los nervios-
Voy.. voy a poner la mesa... -quitándole la mirada de encima-

Sonrío por ese pequeño beso y echándole una mirada antes de que se dé la vuelta y me toco con los dedos la zona donde me beso. Es demasiado mono para ser cierto. - hai. - digo con un tono contento y jovial que suena un tanto extraño en una voz tan grave y fuerte como la mía. Termino de hacerlo yo todo sin darme cuenta. Lo llevo a la mesa, además de una jarra de agua.


Paso a su lado dándole una caricia en ese pequeño y respingón trasero de camino a mi asiento.

-cuando acaricia su trasero brinca un poco- ahh! -no estaba acostumbrado del todo a esas cosas, aun se ponía nervioso cuando tenían ese tipo de contacto- Masamune ... que ¿que haremos después? aun nos quedan un par de días de vacaciones aquí, me gustaría conocer el pueblo por donde pasamos se ve muy pintoresco -tratando de hacer ameno el desayuno, toma asiento dejando que el otro termine de servir la comida -
Se que hay unos restaurants de ramen deliciosos, y que por esta época durante las noches hay fuegos artificiales podríamos ir y mirar no te parece?

Sonrío pícaro ante su brinco mientras sirvo las tortillas de arroz y dejo partido el tamagoyaki en cuadrados para poder comerlo luego. Me siento y escucho su tono animado. - Veremos todo lo que tú quieras, pero tienes que dormir un poco, te están saliendo ojeras. - digo estirando el brazo y acariciando con mi pulgar el surco oscuro que rodea la parte inferior de su ojo. No ha debido de dormir nada, me pregunto porque. - estamos de vacaciones, lo que tienes que hacer es descansar. Te quiero con energía para mí. - digo con un toque sarcástico y con doble sentido, eso por descontado.

-Comienza a comer y da la gracias- itadakimasu!! , ah? tengo ojeras? - no había notado eso , aunque los dos últimos días realmente no habían dormido, sus noches había sido bastante movidas e intensas, así que rápidamente notó el porque las tenía- etto hai.. ésta noche descansaré quizás antes de irnos podamos ver los fuegos artificiales, tu también necesitas descansar, es lo último que has hecho estos días, además es mas culpa tuya que no durmamos ... -dijo un tanto quejoso-
-come un par de tamagoyaki y se saborea- Hmmm! están deliciosos, -prueba el omelet de arroz, el mayor si que sabía cocinar-

Le miro algo feo ante su insinuación. - No te mantengo toda la noche despierto... además no es mi culpa que no duermas, creo que te dejo suficientes horas de sueño. - suspiro. Se tiene que quejar si no no es él. - Bueno, échate una siesta antes de que nos vayamos al pueblo, los fuegos artificiales son a partir de medianoche, así que nos dará tiempo a ver el pueblo antes de eso. - digo terminando mi omelette y tomando un rozo de tamagoyaki informalmente, con las manos.

ja?! -señala con sus palitos (cuestión que es algo de rudeza en Japón)- Baka, pero bien que te gusta provocarme... -sus mejillas se ponen coloradas pero no precisamente por la vergüenza-

-termina de comer igualmente y levanta los trastes, aunque pone mala cara, pese a que el otro tenía razón ... en parte... todo se resumía a que cada vez que Takano insinuaba que Ritsu no era capaz de hacer algo, el menor ardía de rabia y orgullo, aunque ya la últimamente lo hacía porque de verdad lo sentía y no solamente por probarse a si mismo o al mayor-

-después de lavar las cosas sube hasta la habitación y ve aquella cama que parecía llamarlo a caer en ella, y de hecho, lo hace, el chico como siempre desordenado va quitándose la playera, la cual lanza a un lado parecía que el cansancio de su cuerpo hizo sus efectos, cae sobre la cama boca abajo, sus cabellos caen desordenados sobre la almohada y se queda dormido casi de inmediato-

- Eso es verdad. - digo con una sonrisa. Al igual que ´l recojo mis platos y toqueteo varias veces mis bolsillos buscando un cigarrillo que no encuentro. Bufo suave, al estar con él no lo he echado tanto de menos, pero si no fumo pronto tendremos otra bronca de nuevo, no tengo buen carácter sin un cigarro, bueno, tampoco es que lo tenga con él, pero el cambio se nota.


Subo arriba y le veo acostado. Sonrío con cariño y acaricio su cabeza castaña antes de subirme suavemente a la cama y acariciar su muñeca ligeramente y dar un beso en un lado de su frente.


Mientras el duerme yo también me dejo adormecer en una hamaca del patio trasero. No quiero volver a casa, donde no puedo tratarle como mi amante tal y como me gustaría... por qué? Sé que es infantil pensar esto, pero... no lo puedo evitar. Me mata tenerle tan cerca día a día y comportarme como si no pasará nada, oprimir todo lo que mi corazón desea gritar. Se ha comprometido conmigo, ya no quiere escapar de mí y eso me alivia más de lo que puedo expresar...

-Comenzó a soñar, era ver de nuevo a Takano san en su época adolescente, estaban en la habitación del mayor como aquella vez que lo hicieron por primera vez, su sueño era placentero, recordaba como el mayor hacía que le tocara, pese a que sus manos temblaban, entredormido se removió- hmmm -continuó soñando como lo hacía suyo de nuevo- hmm se... senpai... -dijo entre sueños, aquello había sonado como un gemido-

-pero de un momento a otro el sueño se volvió pesadilla, volvía a ver a Takano irse lejos darle la espalda, aun temía que se aleja de el, sus sueños eran recurrentes, comenzó a llamarlo cada vez mas- saga.. no no te vayas.. no no -se despierta y abre los ojos desorbitadamente- NOOOOOOOOOOOOOO! -estaba sudando respirando muy agitado-

Mi duermevela se ve interrumpida por un grito de Ritsu. No ha habido ruido de cosas al caerse, así que supongo que estará bien. - Ritsu, estás bien? - digo mientras subo arriba. - Ritsu... - le veo sudoroso y asfixiado. - eh... - digo con voz relajante. - Solo fue una pesadilla, mi amor. - digo sentándome a su lado y acariciando su hombro para calmarle. Sujeto su rostro entre mis manos haciendo que me mire. - Tienes muchas pesadillas... hay algo que va mal?

-estaba tembloroso, al verlo y sentirlo cerca se aferró a el, acariciándolo en la nuca con su mano izquierda, mientras su diestra estaba aferrada a uno de los hombros ajenos, respiraba aun agitado- lo.. lo siento... yo yo yo! ... -no articulaba bien, habían pasado alrededor de unas 4 horas desde que se había dormido- No no... es que... desde hace un tiempo las tengo, pero... -se calla, pues desde que había estado durmiendo con takano cerca casi no las había tenido, eso le daba pena decirlo y se quedó callado-

-lo va soltando de a poco- siento haberte asustado... todo está bien tranquilo si? -buscando que el otro no se preocupara mas por lo sucedido-

Froto su espalda cuando me abraza, mi aliento va a su oreja y mi ritmo tranquilo de respirar acaba volviéndose el suyo. - No te disculpes. ¿quieres contarme?


Se va soltando, pero sé que no está lo suficientemente tranquilo aún. Sé que necesita de mi cercanía, como también yo sé que necesito abrazarle para reconfortarle, porque mi tranquilidad es la suya de alguna manera. Aunque yo esté calmado mientras él grita por algo... sus miedos pasan a ser míos sin que lo pueda explicar. Lo vuelvo a abrazar tumbándolo bajo mi peso, pero cuidando de no hacerle daño. - estás ardiendo. -

-agarra entre sus puños la playera del mayor cuando lo abraza acostándolo, las lágrimas querían salir de sus ojos, pero hacía un esfuerzo sobrehumano para no llorar, aunque la inquietud que sentía disminuyó considerablemente al solo tenerlo así de cerca- quédate... así no te vayas -la temperatura le había subido un poco por la ansiedad del momento,su respiración se calmó completamente como por arte de magia, cerró los ojos, y su mano subió hasta la nuca ajena acariciándola apenas-
Fue ... un sueño... tonto mejor que no lo sepas.... -sus orejas se pusieron rojas, si se lo decía era muy probable que algún momento takano san... se aprovecharía de esa debilidad-

- No pensaba hacerlo. - respondo a lo de que no me vaya. Sostengo su cabeza suavemente en mi pecho acunándola levemente. Odiándome por sentir felicidad de que se aferre a mí en vez de apartarme, cuando debería de no prestar atención a este hecho y centrarme solo en calmar su angustia. - como quieras. - beso suavemente su hombro que es lo que me pilla más cerca y no tengo que moverme mucho de la posición en la que me tiene. - Cada vez estás más caliente... me gusta. -digo hundiendo la cabeza en su cuello.

-lo aprieta mas contra su cuerpo, y suspira- hmm... -cuando le escucha decir que está mas caliente frunce el ceño- ¿que.. que quieres decir con eso? -aparta la mirada a otro lado pero sin dejarlo de abrazar- ¿acaso tengo fiebre?... -pregunta escéptico de lo que pueda responder el mayor, agarra valor y le toma del rostro para que se miren- que clase de cosas te pasan por la cabeza? eh?

Le miro con los ojos entrecerrados y cara de no creerme sus preguntas. - Estoy preocupado por ti, no estoy pensando en eso ahora. Menuda idea tienes de mí. - digo mirando a otro lado, por una parte entiendo que piense así de mí, pero... así me ve la persona que ha aceptado casarse conmigo. Dejo caer la frente sobre su hombro. - solo decía que me agrada el calor que desprende tu cuerpo. Tranquilizate, no tienes que estar con alarma encendida siempre que estoy contigo...

-se echa a reír, le había hecho gracia lo de la alarma encendida, continua riendo por lo bajo, sin dejarlo de abrazar, de la nada le sale un par de palabras muy sinceras- te amo... -se aferra mas a el, sintiendo miedo de perderlo, ese sueño le había asustado mucho- cuando.. cuando ... cuando yo me vaya a dormir... por favor... -titubea un poco antes de terminar su frase- por favor... quedate conmigo hasta que me duerma si?...

-estaba revelando una parte de sí que era insegura pero que quería al mismo tiempo confiar, sus mejillas se pusieron rojas y puso esa expresión que hablaba por sí sola-

El que se ría me da la seguridad de que se ha calmado lo suficiente. Escucho sus palabras, además de ver su expresión. Ladeo el rostro mirándolo antes de darle un beso corto. Mis labios acarician sutilmente los suyos, dando pequeños besos en sus comisuras y su barbilla. - Eso haré, incluso aunque niegues tus palabras luego, te lo prometo. - después de todo el menor es experto en eso, contradecirse así mismo, después de haber sido absolutamente sincero.


Acaricio tiernamente sus brazos. - ¿más calmado?

-asiente- si.. ya sólo fue un sueño raro, no hay de que preocuparse ... mejor me doy una ducha estoy todo sudado -dice medio sonrojado pero muy apenas, por los besos y atenciones que le brinda el mayor- además... siento que me acoplo cada vez mas a ti... a tu cuerpo... a tus palabras, me... me, me siento bien así
-Aunque el mismo sabía que luego estaría cambiando sus propias palabras, no importaba en ese momento sólo quería que takano se quedara cerca, de verdad quería sentir que no lo perdería, suspira con sus besos, los cuales el mismo intensifica sólo un poco mas-

-le acaricia el rostro y le mira sin titubeos a los ojos- No quiero separarme de ti, ya lo he dicho no pienso repetirlo... -típico del menor-