Viaje a Hakone

Preparo los bentos y lleno unas cantimploras de agua. Cojo las llaves y doy a un botón de un mando para que sepan que no hay nadie en la casa y puedan venir a limpiar.


Su advertencia me da risa y niego con la cabeza. - Abusé de ti porque me lo pedías a gritos y ya te dije que no lo haremos hoy, pero no puedes evitar que mi pasión surja en besos o... quien sabe? - Cierro la mochila. - Si no te encuentras bien podemos salir otro día. - le miro con un deje de disgusto. ¿tanto me sobrepasé? Es la primera vez que lo hacemos tan rudo y lo hemos hecho bastantes veces, pensé que estaría acostumbrado. - No te hagas el fuerte conmigo, lo principal es que estés bien.

-suspira largamente, agarra las cantimploras llevándolas el- estoy bien... me duelen las caderas pero puedo andar, además quiero pasar el día contigo... mirando y conociendo cosas, -mira a un lado pese a la mala cara del otro decide darle un beso en la mejilla y se dirige a la puerta-

No me hago el fuerte... estoy bien, sólo adolorido... -camina fuera de la casa y el aire limpio de medio día refresca su rostro- ¿a donde vamos exactamente? -pregunta con curiosidad, viendo los alrededores a simple vista-

- OK, OK. - digo después de ese beso en la mejilla. Salgo de la casa con él y le cedo la cámara. - Vamos a un templo budista que hay por aquí cerca. Para ver si se te contagia un poco de esa paz y esa armonía... aunque lo dudo mucho...

Aunque se enfada le tomo de la mano mientras andamos, permitiéndole soltarse cuando tiene que enfocar una foto y necesita ambas manos, acabo cogiendo yo las cantimploras, aunque no pesan mucho y no me supone ningún esfuerzo. Voy mirando el GPS para guiarnos, la brújula señalando el Norte polar no me ayuda mucho, ya que no sé manejarla muy bien, pero nos indica nuestra posición, el destino, la ruta a seguir y el camino que queda por recorrer, así que hacemos la mitad del trayecto en una hora. Hacemos una parada para comer en la sombra de unos sauces. Ritsu se chupa los dedos con el bento, pero lo disimula. Antes de emprender la marcha lo agarro haciendo que su espalda se pegue a mi pecho sentados en una roca con forma de trapecio y le pido que me enseñe las fotos que hizo. con ese rubor suyo lo hace, me enseña especialmente orgulloso una foto de una zorra seguida de dos cachorros. A veces es tan tierno que se me asemeja a un peluche. Le doy un beso encima de la ceja y miramos el pasisaje, lleno de árboles y tierra húmeda.

Finalmente divisamos el templo. - lo ves? - digo señalándolo

-le pone mala cara cuando dice aquello de "si se le contagia la paz"- ¿serás baka?, el único que me roba la paz eres tu .... -sigue tomando fotos de los paisajes que mas le llamaban la atención- en todo caso -baja la cara- me gusta que me robes la paz...-diciendo aquello último en tono bajo, mientras se sentaban en aquella roca por un rato, le muestra las imágenes, mas tarde siguen su recorrido, vieron en el camino toda clase de fauna, sobre todo aquellos zorros que le habían dejado encantado-

-después de recorrer una larga hora de camino, llegan a un templo hermoso, lleno de detalles, y que se conecta con el lago que daba hasta la cabaña donde se estaban quedando, sorprendido sus ojos se abren de par en par mostrando felicidad y entusiasmo- !! Esto es espectacular...!! -camina jalándole la mano a Takano para llegar mas rápido al templo-
Sugoi!!! -dijo aun mas emocionado, toma algunas fotos- ven!! -lo pone cerca de la entrada del templo y le hace una foto, luego se acerca y le da la cámara, para después abrazarlo- toma una de los dos aquí, eres mas alto y saldrá mejor

-después de aquello le mira- arigato.... -su voz era calmada y dulce- me alegro de haber podido venir contigo

De verdad es adorable, pienso viendo su espalda al andar deprisa detrás suyo jalado por él. Una sonrisa se adivina en el lado que veo de su rostro.

Sigue tirando de mí hasta la puerta donde se pone a hacer fotos. No sé si su sonrisa es tan bonita como me lo parece o es solo por el hecho de lo poco que la muestra. Vuelve a tirar de mí dejándome junto a la puerta de entrada, se aleja para sacar el pórtico techado que es la entrada y a mí en la foto. Luego viene medio corriendo y me abrazan diciendo que saque una foto de ambos. Veo la puerta y sé que no saldrá mucho de esta, así que le arrastro hasta una escultura de un hombre gordo, con las vestimentas de un monje xiaolin y vuelvo a pasar sus brazos a mi alrededor tal y como estaban antes, nos hago una foto con esa cara regordita entreviéndose entre nosotros.

Miramos la foto y luego miro de reojo su cara de satisfacción. - deja de agradecerme, ya lo estás haciendo con tu actitud. - tomo su mentón haciendo que me mire, parece entreabrir ligeramente los labios para mí. - Dentro no vamos a poder, son muy tradicionales... pero al verte tan feliz... - le beso calmadamente, sus labios ya tenían cierta hinchazón de lo de anoche, aunque solo se notaba de cerca y desde luego no iba a permitir que ninguno de esos señores calvitos se le acerque así. Me separo y su rostro muestra deseo, pero hoy iba a cumplir mi promesa, pero será por la cuenta que me trae. - ¿vamos dentro? Hay un jardín zen precioso en la parte de atrás y creo que ahora podemos deambular libremente, ya que no estarán meditando o haciendo algún ejercicio espiritual. - le empujo un poco para que entre.

Todo está hecho de madera barnizada y un par de monjes nos saludan al pasar. Miramos algunos pergaminos antiguos que adornan la pared, Ritsu parece analizarlos, después de todo es literatura. Mientras pregunto a un monje que tiene una vestimenta algo diferente a la del resto, no es el que dirige el templo, pero si alguien que parece adminsitrarlo. Me indica donde está el jardín zen y nos invita a apuntarnos a una práctica de taichi. Le doy las gracias antes de que se vaya.

-baja un poco la mirada por vergüenza al escuchar al mayor decirle que no le agradezca, entonces le responde en tono bajo- hai... -la verdad Rtisu no sabía como expresar que se sentía bien, aunque aveces su actitud dijese lo contrario, estaba realmente contento de saberlo suyo, y que esto no era solo un sueño, enseguida vieron la figura del monje, entonces fueron a tomarse la foto, sus besos siempre le dejaban un tanto ido, pero cuando recuperaba su estabilidad siempre ponía un poco de resistencia, aunque esta ya era mucho menor que antes- ahh!! kawaii!! -al adentrarse pudieron ver los pergaminos, rtisu queda anonadado, feliz por tener esa gran oportunidad de apreciar un arte milenario de la literatura-

-el mayor le guía hasta el jardín zen y en este corría una pequeña fuente de agua proveniente del lago, todo era tan calmado, puro y espiritual, pronto comenzaría una clase de tai-chi- ¿entraremos a la clase? -le pregunta al mayor dejando a un lado las cosas para sentarse en una banca de piedra mirando la fuente-

Spoiler:

-le hace espacio a takano para que tome asiento con el, mientras observan la vista que les brindaba aquel jardín- estoy fascinado con este lugar, es espectacular, -cierra los ojos dejándose llevar por los sonidos del lugar, estaba mucho mas relajado, menos predispuesto a la presencia del otro-
-busca su mirada pero cuando la encuentra su mejillas se ponen apenas coloradas dándole siempre ese aire inocente, aunque ya no tan inocente- Daisuki..

Asiento. - En media hora empieza, es aquí fuera así que cuando salgan nos uniremos a ellos. - aunque me invita a sentarme primero cojo la cámara y le hago una foto así sentado, sacando un árbol de tronco poco arrugado y lleno de capullos morados de detrás.


Después me siento y observo las rocas y árboles colocados calculadamente para transmitir una sensación de paz. Hay pequeños bonsais plantados y la arena está arreglada con un rastrillo imitando hondas de agua. Huele a hierba buena, a flores mojadas que atraen a los mosquitos. El arrullo del agua inunda los oídos, es un lugar que estimula los sentidos.


¿por qué me mira así y me dice eso? Sabe el poco control que tengo de mi mismo en lo referente a él. - Suki. - digo mirándolo intensamente.


- ¿has hecho tai chi alguna vez?

-le sigue mirando y le responde- Iie no nunca he hecho, si he visto como lo hacen pero jamás me ha dado mucho tiempo de ponerme a practicar algún ejercicio, mi trabajo siempre ha sido mi prioridad -asevera mientras seguía con la mirada al mayor-

-dirige su mirada a la pequeña fuente- que paz se siente... podría vivir en este lugar tranquilamente... tu no? ... -le pregunta con los ojos cerrados percibiendo toda aquella tranquilidad, un rato después aparecen los monjes, preparándose para comenzar la clase, habían algunos turistas pero no muchos-

creo que ya va a comenzar vamos... -dejando las cosas a un lado de la banca, era un lugar seguro así que no se preocupaba por dejar las cosas solas, le vuelve a tomar de la mano llevándole con el-

-la clase comienza y primero hacen ejercicios de respiración y estiramiento-

Paso un brazo por sus hombros. - Sí, si fuera contigo. Pero tenemos un sitio ahora que también es muy tranquilo, no crees? - mi cabeza cae hacia atrás inerte al no encontrar un respaldo en el banco donde apoyarla.

Casi me quedo dormido, si no fuera porque Ritsu se levanta y me quedo mirando nuestras manos entrelazadas y su espalda ladeada mientras me jala con él y empiezo a sacar mis propias conclusiones.


Un grupo de hombres vestidos de rojo y negro se colocan perfectamente en filas. Ritsu, yo y otra pareja nos colocamos al final detrás de una fila de monjes para poderles imitar.Lo primero son respiraciones profundas, acompañadas de un estiramiento del cuerpo hacia arriba cuando el aire se cuela en nuestros pulmones y vuelta a la posición normal con los pies juntos al espirar. Las dos personas que dirigen dicen que harán los pasos de los movimientos uno a uno para que los vayamos cogiendo a nuestro Ritmo.

El primer movimiento se llama lA Garza blanca despliega las alas.

- no estamos intentando imitar la forma exterior de la garza, sino más bien obtener la sensación de volar. - explica un monje especialmente musculoso que nos pde que nos quitemos los zapatos. Levantamos el brazo derecho y el izquierdo lo dejamos abajo, pero separado del cuerpo y el pie izquierdo queda el el aire, pero la punta se apoya en el suelo ayudándonos a mantener el equilibrio. Los movimientos de los turistas son lentos y torpes, incluidos los míos.

-sonríe a medias- pues si.. eso es muy cierto. -respondiendo a su comentario del lugar que tenían ahora, realmente esa cabaña era ideal para descansar, el ambiente y la tranquilidad que se sentía no tenía precio, los monjes comienzan los ejercicios de tai chi, comenzó a imitar la forma de la garza, dejando que el viento acariciara su mejilla, escuchando a los arboles rozarse entre sí-

-observa al mayor también hacer la posición que indicaba el monje, aunque debía admitir que todo lo que Takano hacía le quedaba elegante, y perfectamente adaptado a el, el menor no estaba seguro si era sencillamente los ojos del amor los que veían por el, pero no importaba lo que fuese ese hombre de ojos fieros, representaba todo en su vida-

-aunque el menor no era experto en hacer ejercicios de ninguna clase, se dejaba llevar por el ambiente, no prestaba mas atención sino a los monjes indicando las posiciones y siempre a mirar a su pareja-

-ve como mueve takano sus manos, aunque estas no estaban en la posición correcta, se acerca a el tomándoselas y guiándolo- Masamune... así... -le sonríe cálidamente, sus manos estaban relativamente tibias y suaves-

De cuando en cuando observo a Ritsu que parece verse agusto haciendo los ejercicios, consiguiendo una paz basada en dejar la mente en blanco y apoyarse en los sentidos que se ven agraciados por las particularidades del templo. Sus movimientos no son tal graciosos como los monjes, pero sí están dotados de una mente relajada. Es algo totalmente ajeno a él.

Seguimos con otra postura y él me ayuda con un paso que mis brazos no terminaban de captar. - Con qué así es... gracias. - El tacto de sus manos gentiles y frías se queda en mí y no puedo hacer otra cosa que aprovecharme inocentemente de su facilidad para este ejercicio. Empiezan otro movimiento que Ritsu consigue, pero yo hago sin mucho esfuerzo e intencionadamente mal.- ¿me ayudas con este también? - quiero dar calor a esas manos y que esa sonrisa sea mía por unos segundos más. Va a ser verdad que el amor atonta.

-continuaba con el ejercicio, pero el mayor, parecía tener cierta dificultad en llevar el ritmo, cuestión que la precía insólita, normalmente Takano era de los que captaba rápidamente las instrucciones, aunque no era lo mismo hacer un ejercicio que editar un manga u otra cosa parecida, vuelve a indicarle- mira de éste modo, -le agarra las manos con suma tranquilidad y las va moviendo de forma suave, para que el cuerpo ajeno se dejara llevar por el ritmo- ¿si ves como?

-su sonrisa se hace amable mientras vuelve a tomar su lugar, el cabello del chico se movía suavemente a los lados con cada movimiento que realizaba, estaba totalmente en su ambiente por decirlo de algún modo, el ejercicio duraba alrededor de 45 minutos, y faltaba poco para terminar, los monjes piden a los presentes que se sienten en el suelo y que queden de frente a la persona que q tengan a lado, aquello hace ritsu quede mirando a Takano, así mismo piden que se tomen las manos con su compañero, asimismo, le dicen que se miren a los ojos y que le digan a esa persona lo que mas han deseado en su vida y que a partir de ese momento lucharan por tenerlo-

-eso le daba algo de pena al chico pues, tener a Takano san de frente liberándose con aquella actividad, hacía que las cosas fuesen mas allá de lo común, pues siempre terminaba diciendo todo sencillamente porque explotaba o porque practicamente el otro le obligaba-

Hai... -tomándolo de las manos y sentado en el suelo- ¿pues... quieres hacer esto?

- Sí, gracias. - digo echándole una mirada antes de acoplarme al siguiente movimiento. Se siente bien cuando sus manos no tiemblan al tocarme. En sí, que tenga el valor de tocarme, es muy grato, tener esas manos temblorosas en mi cuerpo me daban ganas de temblar a mí también para no dejarlo solo, pero tiene confianza al tocarme cuando estamos vestido y ese pequeño descubrimiento me hace la mar de feliz.


La clase sigue y Ritsu se ve feliz, tenía algo de meido de que este viaje resultara un martirio para él, pero estamos disfrutando mucho la copañía del otro.



El siguiente ejercicio pone a mi amante nervioso y le miro apretando sus manos. No le haré decir nada, sé que no se da cuenta de las cosas salvo en situaciones extremas o en sus arrebatos, pero me gustaría decirle algo. - Lo que siempre he deseado es pedir ayuda, la necesitaba, pero no podía hacerlo, sabía que... nadie me escucharía. Había perdido la esperanza... Pero... entonces apareciste tú, fuiste el único que se dio cuenta de... lo solo que estaba, viste mi grito reprimido. Fuiste el único que fue en mi auxilio. Me hiciste darme cuenta de lo bien que se sentía que alguien pensara en mí seriamente. - cierro los ojos con una sonrisa de paz, aunque ni yo tengo muy claro si es por el lugar, la compañía o mis recuerdos. Me levanto sin soltar sus manos y tiro ayudando a levantarse, . - y voy a luchar para conservarte. - le doy un beso en la frente.


- Anda, vamos a ver el resto del templo.

-Con aquellas palabras que no dejaron ninguna clase de duda, sus ojos se aguaron apenas, eso le había llegado a lo mas profundo de su ser, y ver que su sinceridad era real, que no cabía una gota de duda, lo hizo sentir feliz, aunque realmente estaba nervioso por revelar algo que siempre ha tenido guardado, ver que el otro no se reprimía era reconfortante-

-cuando le ayuda a levantarse, sostiene firme su mano y asiente para seguir viendo el templo, camina a su lado pero se resiste a soltar su mano, por primera vez estaba tan apegado al mayor, que no importaba si lo veían o no, sencillamente no soltaría esa mano cálida que le reconfortaba-

-llegan hasta la estatua de buda, para encender incienso, pero el menor parecía no querer soltar la mano de Takano, y aun no decía palabra, estando frente al altar le dijo apenas- Yo... quiero a Masamune, siempre... soñe con poder tener a senpai a mi lado, y siempre deseé hablar con senpai, compartir con el todo, ahora quiero luchar por hacerle sentir que yo también quiero conservarlo a mi lado...

-su rostro se encendió de rojo y soltó aquella mano para encender el incienso, y hacer un reverencia a buda-

Hago una pequeña reverencia al buda sin perder de vista al pequeño. Mi mano vuelvo a atrapar la suya no dispuesto a dejarle marchar. - No me sueltes.


Vamos recorriendo el templo piso a piso, haciendo pequeños comentarios y contando anécdotas temerosos de que no hicieran la gracia que creíamos. También buscamos lugares donde darnos besos secretos, haciendo que nos importa esquivar a los monjes, pero realmente no teniéndoles en cuenta. Sujetando siempre su mano, aunque de cuando en cuando cambiábamos nuestro apretón por los de las otras manos. Su mano acaba absorbiendo el calor de la mía. Los te amo susurrados como el agua corriendo por el río, el sonido del agua se escuchaba por todo el templo.


Se nos ahce de noche y los monjes nos ofrecen que pasemos la noche allí, ya que no hay muchos turistas ya que no es época de vacaciones. Se ha hecho de noche así que consideramos que lo mejor es quedarnos.

¿Nos quedaremos? -pregunta un tanto sorprendido, no había traído nada como para quedarse- ¿estás seguro?, además la cabaña no está tan lejos -afirmó el menor mientras veía caer la noche, y los monjes le guían a ambos a una habitación que daba justo vista a otro lado del jardín-
Dormitorio

Spoiler:

-la habitación era sencilla pero acogedora, aparte de todo aquello los monjes amablemente les prestaron un par de Yukatas a ambos dejándolos sobre los futones, deja los morrales a un lado y abre la ventana shoji dejando ver el jardín- sugee!! podemos ver el jardín

-amablemente el monje le dice-
Monje: En unos minutos les traeremos la cena, ahí les dejamos el Yukata y un par de toallas el baño termal esta al final del pasillo -reverencia retirándose-

-Ritsu reverencia- Arigato gozaimashita -con una sonrisa amable, volviendo a ver el jardín que le robaba la atención-
Jardín

Spoiler:

-mas tarde dejan la cena en la puerta amablemente, y ritsu inmediatamente se encarga de recibirla- Masamune san... por favor ven... sientate yo te sirvo -muy atento, con el mayor-

Spoiler:

- Lo mejor es aceptar su oferta. Hemos tardado más de hora y media en llegar y no hemos traído linternas o algo parecido para andar por la noche, nos acabaríamos perdiendo. - entramos a un cuarto que nos enseñan. Se ve acogedor y a Ritsu le entusiasma. Hago una pequeña reverencia a la vez que él. - Arigato gozaimase. Sentimos las molestias. - niegan con la cabeza como diciendo que no es nada y podemos llamarles para lo que sea.


Me acerco a la ventana para ver lo que tanto le ilusiona y le doy un pequeño beso en la nuca que le estremece y apoyo una mano sobre la suya. - Se están portando muy bien, haré una donación al templo antes de irnos. - Un monje en el jardín empieza a encender unos faroles con fuego, para ello se ayuda de una antorcha bastante tosca.


La cena llega mientras estamos tumbados en los futones hablando y Ritsu se apresura a encargarse de todo. Coloca los platos y los boles en una besa baja mientras yo me siento y acomodo mis largas piernas debajo de la mesa. - iTAdakimasu. - digo cuando termina de servir y doy buena cuenta de la comida, aunque no es mucha es muy nutritiva. - Voy ni bien acabe de comer a los baños termales, vienes conmigo?

-Luego que sirve la comida ambos se sientan y dan las gracias casi al unísono- Itadakimasu! -comenzando a comer, la comida estaba decente, pero bastante austera, típico de un templo tan tradicional como lo era ese, después de terminar de comer, lo cual no fue mucho lo que comió el menor, mira al mayor, el cual le invita hasta el baño- Hai...

-se levanta a buscar su yukata, y caminan hasta al final del pasillo donde estaba el agua termal, la cual bajaba directamente de la montaña, el lugar era paradisíaco, pese a la sobriedad de lugar, y el respeto que se imponía era tan relajante, antes de llegar a la piscina termal, hay un cambiador con pequeños casilleros para colocar las ropas y zapatos-

Spoiler:

Que hermoso, estoy anonadado de ver como todo el balance es tan perfecto, sería lindo escribir un libro sobre esto -comentó el menor al ver aquella escena ante el -colocó el Yukata en el casillero mientras se comenzaba a cambiar su ropa, se quita la camisa y el pantalón, quedando en boxers, agarra una toalla para cubrirse las caderas y sacar el boxer, dejándolo todo en su resguardo-

Me cambio de la misma forma que él. El lugar es muy bonito al ser casi todo natural. Bajo unas escaleras de piedra antes de quitarme la toalla y sumergirme completamente en el agua, saliendo un par de mtros más lejos chorreando agua por el pelo. Un monje sale de ella y se despide de nosotros dejándonos solos en el lugar. - ash... que bien se está... - cuadro los hombros y me sujeto al borde subiendo los codos.

El vapor hace que no pueda verlo bien hasta que está cerca. Se acomoda a mi lado y yo paseo mis dedos por su cabeza. - ¿por qué no lo haces? Escribir una historia? Si tanto te gusta la literatura seguro que alguna vez has intentado escribir algo.

Que calor... pero es agradable. Me quito el sudor del labio superior con un poco de agua y observo los hombros del pequeño que salen del agua haciendo una sensual curva. Tomo sus caderas entre mis manos y las acaricio con ternura. Se ve tan apetecible... pero no haré nada si él no quiere. - Tus caderas... no te han dolido con el tai chi?

-Entra al agua con cuidado dejando de lado la toalla, quedan completamente solos en la piscina termal, aunque ya no sentía esos nervios que le atacaban cada vez que ambos se quedaban solos, le mira con una sonrisa para responder su pregunta sobre escribir- Pues... no se sí tenga la confianza suficiente como para escribir un libro, me gusta leer mucho, pero escribir debe ser algo innato, que salga de tu alma, no cualquiera atrapa la atención de otro si no hay ese ingrediente especial que te enamore, y yo no se si tengo eso.
-Su pregunta sobre su dolor le sorprende, pues la verdad el chico hasta había olvidado ya que le dolían las caderas, sus mejillas vuelven a colorearse, pero el vapor ayudó a camuflajear doblemente su color- Pues... realmente no, creo que me estoy acostumbrando, me siento mas cómodo con esas cosas ahora

-desvió la mirada inmediatamente, pero sintió como el otro le tomaba de las caderas , por alguna razón tenerlo así tan cerca lo encendía, pero mantendría su palabra de nada de nada esa noche, sino el único que quedaría como hentai sería Ritsu, inevitablemente esos dedos paseándose por su piel provocaban mariposas en su estomago, haciéndolo suspirar-
No.. no ¿no te duelen los brazos? - tartamudeó, por dentro el chico estaba loco por voltear estamparle un beso y salir huyendo, pero hacer eso sería mas que contraproducente, no sólo por el lugar donde se encontraban, sino que sería una provocación directa para Takano-

- Ya veo... esos escritores que cautivan suelen necesitar escribirlo todo, así que si no te sale hacerlo no hay más que hacer. pero... yo leería aquello que escribieses, ya que mi atención la tienes completamente atrapada. - paso de sujetar sus caderas con las manos a rodearlas suavemente con los brazos. Miro su perfil ladeado desde atrás antes de apoyar la cabeza en su hombro. - Que bueno. - digo a su comentario de que se está acostumbrando a mí. - Espero ir haciéndote menos daño con el tiempo...



- Mis brazos están bien, pero no se quejarían por otro masaje tuyo. - poco a poco se va poniendo nerviosos y aunque lo esconde bien por la nula visibilidad que tengo de su rostro, su tartamudeo y leves temblores de su cuerpo me dicen la verdad. - Todo está bien, - afirmo. - por qué esos nervios?

-traga grueso, y vuelve a intentar hablar aunque medio tartamudo- po.. porque me da pena... nos pueden ver... -sus palabras anteriores dándole aliento para escribir, le hacen voltear el rostro para verlo, aunque se encuentra con la mirada de ese hombre que lo enloquece- es.... pues... gracias por decir eso, aunque no si escriba tan bien -cuando le rodea con los brazos coloca sus manos sobre los antebrazos del mayor dándole una pequeña caricia a estos-
Aun me pones nervioso... -dijo en tono bajo pero en un arranque sincero de su parte- Y no lo tomes a mal, no es porque ... no me sienta cómodo... es solo que... aun me da pena, no se controlar esto que siento
-baja la cabeza- siempre te ves tan fresco como si nada te afectara, que me enerva pensar que sigo siendo el único que exterioriza sus nervios...

- Está bien. Lo entiendo. - digo comprensivo por una vez. Mis pupilas van de un extremo a otro de mis ojos buscando posibles espías antes de que me levante de su hombro y le dé un beso en un lateral de la frente. - Yo también me pongo nervioso en tu presencia y hay muchas cosas que desearía que fueran más fáciles hacer contigo, a pesar de esto, estás a mi lado. Y por eso haré lo mejor que pueda para hacerte feliz. - me separo de él. Me ha aceptado, pero aún nos queda mucho camino que recorrer, pero esto no me entristece, me hace feliz.

Estamos en remojo un poco más y luego me entran ganas de hacer algo que le cabreará. Le rodeo el cuello con un brazo y hundo su cabeza en el agua, cuando el aire se le escapa por la impresión empeiza a patalear y yo rio y cuando lo suelto salgo tranquilamente del agua rodeandome de una toalla y mirándolo desde arriba con mi superioridad a flor de piel.

ja!? -obviamente no le cree ni una sola palabra de que se pone nervioso, suspira totalmente descuidado- baka las cosas tampoco son tan fáciles contigo, acaso argh!!!!!!!! -justo antes de replicar sus palabras el mayor hace de las suyas y lo hunde en el agua pensó "AHORA SI LO VOY A CASTRAR"-

-cuando finalmente se logra safar del agarre ajeno, lo mira con cara de querer matarlo de verdad, y lo peor de todo era ese aire de grandeza que brotaba por sus poros que a su vez parecían grandes espinas clavarse en su piel, el vapor parecía doblemente espeso por el enojo de Ritsu, sale inmediatamente del agua y toma su toalla a toda velcidad, con totales intenciones de darle un madrazo al mayor, pero por errores de calculo, piso mal y cae sentando en el suelo, y en un intento de querer levantarse vuelve a caer- MALDITO TAKANO SAN!!!!!!! -Le grita olvidando el lugar donde se encontraban-

Rio a carcajadas cuando viene con intenciones asesinas hacia mi juguetona persona y acaba cayéndose dos veces seguidas. - Tu torpeza es tan mona. - digo quitándome una lagrimilla del ojo antes de ayudarle a levantarse, aún arriesgo de morir en el intento. - Vas a despertar a todo el templo. No te pongas así, solo fue una aguadilla pequeñita.- la toalla atada a su cintura había caído en el suelo al caerse él y la niebla no dejaba mucho a la imaginación. Su cuerpo tenía un todo rojo por el calor del agua, aunque también puede ser por el enfado. ¿quién sabe?

- Y dime... me prometiste que me darías sexo loco, sé que no hoy, pero creo que te mueres por dejarme agotado a polvos. - esas venitas de su frente se asemejan a unas plantas fáciles de cuidar, basta regar con algo que lo ponga de los nervios y luego abonarlas con mis comentarios destinados a enervarle. Además, una mirada seductora y de superioridad las ahce crecer en todo su esplendor. Y hoy me siento con ganas de sacarle de sus casillas, he amado este día tranquilo que hemos tenido, pero también encesito mi dosis de mala leche.