Mensaje inoportuno? - priv Hatori -

Las reacciones del menor son sensuales, eróticas.


Mantengo los ojos cerrados hasta que un gemido llama mi atención hacia el rostro de mi amante, aunque ese brazo agarrando mis cabellos me quita parte de la visión puedo ver su rostro contorsionado de placer. - mmm... - mi lengua atrapa el presemen de mi amante. Levanto la cabeza relamiéndome y mirándole a los ojos fijamente dispuesto a hacerle pagar todo lo que juega conmigo siempre. - delicioso. - me pongo de nuevo a su altura y cuando me intenta besar me aparto y desciendo besando su pómulo.


Aunque no lo había tocado mucho, el miembro del otro está erecto. - Zack... yo... un streeptis. - le confieso mi fantasía, quería ver esas caderas balanceándose sin control ante mis ojos y ver como sensualmente se va quitando prensa a prensa. Poseo sus labios con fuerza mientras sigo masturbando su sexo.

- jajaja, no te soltaría ahora por nada del mundo. - digo por su pregunta de si quiero ahora el streeotis.


jUNTO su sexo al mío y jadeo por el calor del otro, casi quema. - Zaack... aah... - ese beso me vuelve loco y muevo mi mano y mi cuerpo con más rapidez contra él.


Pego mis labios a su oreja. - te amo... maldita sea... te amo... lo hago más que a nada...

Su mano se une a la masturbación de ambos, juntos. Ese placer agregado nos hace buscar inmediatamente los labios del otro, es una necesidad acariciar los labios contra los labios y encontrar nuestras lenguas en un frenesí.

Su cabeza se echa hacia atrás por la intensidad del beso, pero no le dejo aún respirar. aCARicio el orificio uretral haciéndole gemir en mis labios y luego los separo dejándole tomar aire, tiene 3 segundos para recuperarse y mis labios vuelven a tomar los suyo con fuerza y ganas.

Su sexo crece en mis manos y en contacto con el suyo, mi mano más grande que la suya se superpone a alguno de sus dedos, que están desordenadamente enlazados con los míos. Todo es demasiado y el rogamos llega manchándole a él por estar debajo. - mmmm aaaahhhh!! - gimo fuerte sin intentar controlarme. - dios... -digo casi sin voz. Mi aliento caliente choca con el suyo y le beso suavemente.


Aunque mi respiración es algo forzada bajo lamiendo el semen de ambos de su cuerpo.

Cuando me releva de mi tarea alcanzo a ver su rostro ruborizado antes de que sus labios me impidan ver y nublen mis sentidos.

Su reacción es... en fin... - Zack, tranquilo. - digo con una ceja enarcada, pero solo dice que me ama una y otra vez cubriéndome de besos y haciéndome sentir más feliz que si lo hicieran de oro.


Arrugo la nariz cuando me la muerde y rio divertido por su entusiasmo. Le beso profundamente y parece que consigo dejarle algo atontado. - ya, ya, jajajaja. Sabía que hacer el amor ponía de buen humor a la gente, pero lo tuyo es explosivo. - pego mi nariz a la suya. - creo que nos tendremos que duchar de nuevo antes de ir a por nuestro hijo. - digo, ya asumiendo que lo hemos adoptado y todo.

ay Dios... este hombre en vez de acabársele la energía con el sexo se le multiplica por mil .Cuando me dice me fijo en que anda con mucho estilo. - jajaja un poco. - me encojo de hombros. - coqueto 100%, eh? - bromeo abrazándolo y le doy un besito en la mejilla. - entra tú primero. - le digo y me quito la camisa sudada antes de recoger las bandejas y cambiar las sábanas.


En ese momento recibo una llamada de una autora... mal momento, me empieza a decir que quiere hacer los besos desde otra perspectiva. - te dije que hoy le preguntaras a TAKANO-san... - me replica que él no la escucha. - vamos a ver... te lo dice tu editor y te lo repite uno de los mejores editores de manga de la revista y aún así insistes? - la respuesta es sí... veo a Zack salir de la ducha muy sexy con una toalla atada a la cintura, le dirijo una media sonrisa mientras escucho - mira, quiero el manuscrito el Lunes, sabes que debo entregarlo para entonces, quiero que lo hagas de la forma que te dije, puedes enviármelo también con ese otro punto de fuga, pero yo decidiré cual es el mejor. Entiendo que quieras probar cosas nuevas, pero traerás problemas a la revista y a tu ranking propio de ventas si te retrasas o haces un trabajo malo. Además, sabes que Takano no deja pasar cualquier cosa. Esfuérzate, sí? - cuelgo el celular.


Suspiro y miro a mi amante que se está secando. Me acerco a darle un beso. - paso a la ducha. - le digo y salgo listo un rato después. - ¿nos vamos?

- eres como un cachorro. - cogemos el kimono también para dejarlo en la lavandería.


Entrelazamos los dedos al salir. - eh, no, tranquilo. Solo era un autora con una duda. Te dije que hoy estaría para ti y así va a ser.

- Tengo que ir a comprar unos materiales a la papelería. ¿te importa si pasamos por allí antes? - le pregunto. No es el lugar más interesante del mundo, la verdad.

-cúando podré ir a verte al trabajo?

(me voy ya)

- Ahí gente que no sabe hacer nada, yo estoy contento de que tú te adaptes a todo y seas tan humilde. - admito.


- Perfecto, solo dime cuando es en el momento en que lo sepas. - él está distraído, pero yo no puedo evitar fijarme en las expresiones de sorpresa al cruzarse con Zack y vernos cogidos de la manos. Suspiro y sigo escuchando a mi amante.


Entramos. - Pues, tengo que comprar una reglas, de usarlas se han borrado los números y todo. -Me fijo en la revista y la cojo para hojearla y me llevo una. - No te pega nada el estilo serio, aunque te ves muy elegante.


Oculto mi rostro a tiempo de que una cámara de móbil capte mi cara. Gruño y no suelto la mano de Zack acercándome a las chicas que quería sus segundos de gloria al colgar la foto en una red social. - que patético. - digo al pasar al lado de ambas hacia la librería. No es que me importe realmente que me hagan fotos, después de todo, gracias a la empresa, tengo derechos de imagen y puedo pedir una indemnización si alguna foto mía sale en alguna red o medio de comunicación, pero me fastidia que la gente tenga tan poco en cuenta a los que les rodean.

Miro a Zack relajándome un poco. - gomen, solo exploté.

- No es tu culpa. Solo me molesta no ser el único con los ojos fijos en ti. - le aseguro con una media sonrisa.

Rio por lo de la gorra y las gafas.

- Y, cielo, sales estupendo en las fotos.


Busco mis reglas mientras le escucho y me detengo de hacerlo cuando deja la frase sin terminar. Le miro mordiéndome el labio. - Sé que tendrás que hacer cosas que no me gustarán con otras personas, no puedo ahogar todos los celos, pero no voy a estar mal. Sé que es solo teatro, que aunque tengas que abrazar a alguien o cualquier otra cosa lo haces sin sentimientos hacia ella. Y me gusta creer que estás pensando en mí y esa maravillosa sonrisa es para mí. - le sonrío amable y reanudo la búsqueda entre las estanterías.- además, solo eres adorable conmigo, aunque no puedas evitar se amable, sé que solo eres dócil para mí. Y aunque me entren ganas de gritar cosas como "solo eres mío" o "que nadie se te acerque dos metros" me consuela que cuando nos veamos después de eso te lances a mis brazos.

Sonrío por sus palabras mientras cojo mis cosas.

Vamos a pagar y esta vez se me adelanta, mis materiales no son muy caros así que no digo nada. Cogemos las bolsas. - bUEno, vamos a por nuestro vástago, no? - bromeo cogiendo el kimono y lo materiales en una misma mano para poder echar un vistazo más concienzudo a la revista donde sale mi amante. mE había hecho con la costumbre de comprar las revistas en las que saliera. - Estoy deseando poder verte modelar. - le digo mientras observo sus poses.

Entramos en la lavandería y recogemos al peluche que ha quedado como nuevo y dejamos el kimono a lavar.

- vaya... deben de estar encantados los fotógrafos contigo. - digo por lo fácil que lo ve todo. Sonrío a sus bromas y asiento a lo del helado, en ese momento se nos acerca un hombre que roza la anorexia.

Pensé que sería un amigo suyo, pero resulta ser uno de esos compañeros odiosos de los que me ha hablado, que encima se atreve a coquetear conmigo. - oh! cómo podría cansarme, toda esa grasa la quemamos luego, verdad, cielo? y de la mejor manera que existe - le dirijo una sonrisa de suficiencia a ese niñato. - Y ahora está de vacaciones, así que no tiene porque verte esa cara del montón de la que estás tan orgulloso, por lo que... si nos disculpas. - rodeamos al tipo dejándolo ahí. - que asco. - murmuro por la atención que me ha dedicado ese hombre.

- No es tu culpa. - le sonrío afablemente por lo del helado y se para apretando mi mano. Me giro mirándole y me percato de sus celos. Le dejo que me bese, esa desesperación que trasmiten sus labios, solo puedo pensar en calmarla con mi boca. Acaricio su barbilla con la mano y me separo suavemente. - Te dije que podías hacerlo sí te calmaba. - me refiero a besarme por tener celos. - Aunque, te crees que le dedicaría siquiera una mirada a un niñito así? - le beso de nuevo. me da algo de pudor en plena calle y más con su fama creciente.

Lo estrecho suavemente entre mis brazos intentando influirle fuerzas. - solo te quiero a ti, mis ojos solo te siguen a ti.

- pero a mí el único que me interesa que me desee eres tú. - sonríe, pero cuando abre los ojos veo sus lágrimas acumuladas. - zack... - echa a andar para que no me preocupe.


Me pongo a su altura deteniéndolo por los hombros. - Zack, qué es? Compártelo conmigo. Vamos, entiendo que seas celoso, pero lo que los demás sientan o deseen es algo que no podemos controlar, pero...de alguna manera... tú me controlas a mí, claro que tengo libertad, pero últimamente me sorprendo pensando en que te gustaría a ti que hiciera en una u otra situación. Es como si llenaras mi cabeza. Vayas a dónde vayas, te esperaré. Ya te lo he dicho, lo único que disipan mis celos es que vengas corriendo a abrazarme, por eso, desde el mismo momento en que te marches, ya sea a Milán, a tu piso, incluso al baño... estaré esperando por tus brazos. ¿me crees? - digo acariciando su mejilla y haciendo que mire hacia mí.

Beso sus párpados cuando me abraza. Escucho sus palabras. - Y con eso me harás el hombre más feliz del mundo. - respondo a lo de que me abrazará cada vez que regrese. - Cuando te vas a modelar tan lejos no paro de pesar cosas malas, pero cuando te veo después es como si me formatearan el disco duro y perdiese esos miedos. No eres el único, yo me creo morir a veces, pero esa esperanza es la que me mantiene derecho. - le doy un piquito.


- Bueeeno... vamos a por ese helado con sirope de chocolate y con por lo menos dos bolas de helado, eh? Lo que le dije a ese mocoso no iba en broma, si coges peso, será algo bueno, podré tomarte más veces. - digo sonriéndole y apartándome para andar con el a una heladería cercana.