Mensaje inoportuno? - priv Hatori -

- gracias. - digo cuando alaban mi comida.

Me siento profesor pienso cogiendo primero los que me tiende Zack. Los leo con calma y luego los de Kunsel. - Bueno, las que ha escogido Zack tienen mucha experiencia, pero aunque no queráis tirar mucho por ahí, el cosplay consiste en cierto erotismo y creo que habría que buscar chicas guapas. Además, hay que tener en cuenta que ninguna trabajará a jornada completa, a penas tienen 20 y seguirán estudiando...

Ojeo de nuevo esos papeles y selecciono 5. - creo que estás son las más apropiadas... mm... como decirlo. Parecen maduras, pero su forma de escribir es de alguna forma... social no tan fría como la del resto de curriculum, y eso es bueno para ser camarero, aunque es juzgar algo que puede que no hayan escrito ellas. - les digo con sinceridad.

Le pido a Kunsel que no me agradezca más que no he hecho gran cosa, pero este es como Zack y escucha lo que quiere. Sonrío divertido por como Zack procura que me esté quieto. Me quito las gafas.

Me acerco a mi amante abrazándolo por detrás, se le veía feliz por algo que no entiendo, pero no es necesario que lo haga. Muerdo su oreja con algo de fuerza. - que es eso de tocarle el culo a otro hombre y encima delante de mí, desvergonzado! - digo riendo.

- te escuchas? eres un desvergonzado. - digo a penas mientras sus labios se apropian de los míos en un beso tierno y hondo.

Beso la comisura graciosamente. - Nos vamos? - digo tomando su mano para subir al coche.- ¿cómo te fue como el tutor? - le pregunto mientras salgo a la carretera. - Mmm... Zack, si en algún momento necesitas que te lleve un bento no dudes en llamarme, sí? - le digo, sé que porque coma mal un día o dos no pasa nada, pero si se puede evitar mejor.

- Sí necesitas que te ayude con el examen o algo... ya sabes, puedo preguntarte la lección, intentar resolverte alguna duda y esas cosas. - le digo mirándolo, tiene pinta de dormirse en cualquier momento. - Espera a llegar a casa para dormir, sí? A penas son 5 minutos más. - acaricio suavemente su brazo un par de segundos antes de agarrar el volante de nuevo.

- Oh! Sí, cenaré algo. Solo piqué un sandwich en la cafetería mientras os hacia la comida.

Sonrío de lado cuando su mano acaricia. - Claro, pero no me has dicho que día es.

Aparco y tomo la mano que está sobre la mía y la beso tiernamente dedicándole una sonrisa. - te amo, Zack. - digo con voz aterciopelada.

Se estremece y se sonroja por esa voz tan sensual del mayor

- Es en un mes amor, tuvimos que atrasarla debido a todos los papeleos extras que nos salieron, *sonrie* hice pasta y albondigas estilo europeo - salen del coche para subir a su departamento

- Por cierto cariño, la comida estuvo genial, viste la cara de Kunsel, seguramente vendrá a comer más seguido, conozco esa cara de perro regañado - dice divertido



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Vamos juntos al piso y entramos. Me pongo cómodo quitándome la chaqueta y desabrochándome el botón del cuello de la camisa y cambiando mis zapatos por unas pantuflas. - Suena delicioso. - respondo cuando me dice el menú.


Niego con la cabeza cuando insiste en que mi comida es deliciosa, es de lo más normal, a unos chicos con hambre les habrá sabido bien. - Voy a calentarme la cena. - le digo yendo a la cocina y cuando se sienta a hacerme compañía le sonrío. - No he probado casi nada europeo, salvo comida italiana. - le digo antes de probar la pasta, que está cocida del todo no como la italiana. - que rico! - le digo con una sonrisa. - Gracias por cocinar para mí, creo que nunca había comido tan bien desde que empecé a salir contigo.

- Mmm... y, zack, si necesitas cualquier cosa para la cafetería dímelo, sí? Sabes que no tengo mucho tiempo, pero si puedo ayudarte no tardaré en ello.

- arigatou. - digo cuando me sirve el vino y doy un trago antes de seguir comiendo.


- Mmm... tendré que hacer mi mejor esfuerzo para acostumbrarme a eso... - digo en broma. Ya he asumido que va a cocinar siempre le diga lo que le diga, así que... cuando no peudes con tu enemigo únete a él.

Pincho una albóndiga pequeñita y se la doy de comer, ya que el plato que les hice era bastante poca cosa aunque ahora él coma menos.

- estoy muy contento por ti. - digo compartiendo su alegría aunque de forma menos efusiva.

- La verdad, había pensado en recomendarles el sitio, pero les diré que vayan en la inauguración. Termino de comer y levanto las cosas de la mesa y luego le indico que me siga al sofá. Nos sentamos y entre lazo mis dedos con los suyos. Le dedico una sonrisa.

Adoro estar así con él, una ventaja devivir juntos es que tenemos unos minutos así todos los días, aunque sea pocos y parezcan menos aún, solo con verle es suficiente de alguna manera. Apoyo mi cabeza en su hombro. - que cómodo!

Sonrío relajado por como me acaricia. - sí? - digo dando un beso inocente en su cuello cuando intenta decirme algo y luego le miro sin mover la cabeza de su hombro y escucho su propuesta.


Suspiro, no porque a mi madre le vaya a resultar algo raro estar en un café de cosplay, si no por lo mucho que piensa en mi Zack como para acordarse de mi madre, persona que no le ha traído más que nervios y problemas. - Realmente, no sé que tan prudente será. - le digo sincero, nunca he visto a mi madre en un lugar así. Aunque siempre ha intentado vestir muy elegante le gustan los cafés y restaurantes sencillos, casi rústicos... no sí, es más rara, así he salido yo pienso divertido. - pero quedarías bien al acordarte de ella, así que le haré llegar tu invitación o te puedo dar su número y se lo dices tú mismo. lo que prefieras.

A pesar de lo que le he dicho, está resuelto a complacer a mi madre en lo que pueda y yo tengo que hacer lo que pueda también para ayudarle. - Creo que si le haces una tarta de queso con fresas te mirará con otros ojos.

- Puedo llamarla yo. - le digo, no me supone ningún problema.


- no tienes que forzarte. - le digo mirándole. - Entiendo que quieras caerle en gracia, pero no que te cause problemas.


Cuando me dice lo de mi olor me recuerda lo mucho que se parece a un cachorro. Beso su mano. - Gracias por pensar tanto en mí...

Arrugo la nariz como siempre queso lengua se pasea juguetonamente por ella. - se lo diré.


Miro mi casa, está igual que antes de que viniera Zack a ella, hay una balda más en el armario, el cuarto de baño está algo más lleno, trajo un mueble para poner sus videojuegos, la tv y.... poco más. Recuerdo como me preguntó que si era este nuestro hogar, me di cuenta de que eso es algo importante para él. - Zack, no hay algo más que quieras para la casa? Es decir, quiero que en verdad, sientas que este es tu hogar y he pensado que podrías querer, no sé, algo de tu estilo. No sé si me explico.

Alzo los ojos al cielo cuando dice que yo soy de su estilo. - sé bien que tienes tus espacios y tus cosas, me refería a que sí querías algún añadido más o algo no dudases en consultármelo, eso es todo.


Acaricio su mejilla. - y sí, esas pantuflas son muy raras. - rio, la primera vez que se las vi mis ojos casi explotan.


- Solo quiero que te sientas lo más cómodo posible.

Rio cuando dice que su peinado es similar al del calzado. - No fastidies! Tú eres mucho más guapo que ese pato. jajajaja. anda que... - sonrío por las ocurrencias de mi amante. Es algo que me encanta de él, lo original y divertido que es. Además, el problema no es que sean de niño pequeño... es que esas pantuflas deben de asustarlos si no las ven puestas en los grandes pies de un payaso pienso sin decírselo a mi amante, porque seguro que me cae un zape por meterme con su calzado cómodo.


Para variar cuando me abrazó acabó sentado sobre mis piernas, con una de las suyas a cada lado mirándome de frente. Le beso tiernamente las comisuras y le miro apartando con la mano algunos cabellos de su frente.


- Mañana podíamos ir a una tienda de animales a ver cachorros.