Habitacioón de Cael Tsurai

- Wow! - casi caigo de espaldas en el banco cuando se tira encima mía. Rio antes de rodearle con un brazo. Su pequeño cuerpo es tan cálido, como esa sonrisa. Es la primera vez que hago feliz a alguien, he dado a mucha gente placer, he hecho muchas cosas por dinero, pero... está es sin duda la mejor... pienso inconscientemente, tanto que ni preocupo de lo que estoy pensando. - Te dije que no agradecieras, con una sonrisa es suficiente agradecimiento. Ya pondré un sello en el bono cuando volvamos por el día de hoy, además, hoy el sábado, tienes un privilegio esta noche. - sonrío pícaro. - Que sepas que muchos pagarían por dormir conmigo. - digo bromeando, no tardo en arrepentirme, ya noté que el tema del sexo no le gusta tocarlo, con la broma de antes se quedó bastante serio. Tengo que dejar de soltar estos comentarios, me delatan, pero al haber tenido ese trabajo... me salen solos y estoy rompiendo mi imagen con Cael.

- Vamos a los columpios. - digo tomándole el brazo y sentándonos cada uno en una rueda, la cual me permite subir una pierna y dejar la otra pegada al suelo y balanceándome sobre mi talón y la punta de mi pie. Solo lo había dicho para que no pensara lo último que dije. Suspiro.

Rio ante el comentario de soy abrazable y no ronco, ya que tengo que echarme un suero en la nariz para no roncar, pero como normalmente duermo solo, ya que aunque me acueste con alguien no tengo la costumbre de quedarme a dormir, no me siento cómodo quedándome a desayunar con toda confianza.

Veo como coge velocidad columpiándose, mientras yo hago todo el rato el mismo corto balanceo guiado por mi pie. - Que va, no se me dan bien las relaciones serias. ¿Y tú? ¿qué tipo de chica te gusta?- sería malo decirle que me acuesto con hombres? Probablemente sí, por eso guardo silencio, quizás la mentira se está haciendo muy grande, ya. Debo esperar un poco más...

El pelo le tapa la cara mientras se ve mecido por el columpio, en verdad, qué es lo que estoy haciendo?

Los árboles ya cubren el sol, o al menos lo intentan, ya que algunos rayos de sol resbaladizos se cuelan entre sus hojas dandonos aspecto de dálmatas, el viento sopla y hace que dejemos de lado parte del sonido de los coches, las hojas secas se arrastran sobre la arena. Todo parece una sinfonía, no hermosa, pero sí natural. Un semestre más y estaré en la universidad, qué carrera cogeré? ¿seguiré con Cael entonces? ¿o Asami hará algo? ¿conseguiré la beca? Una decisión equivocada y todo puede acabar, lo sé muy bien, tú me lo enseñaste de la peor manera posible. Desearía volver atrás, solo sonriendo por ti, siempre fuiste cruel, pero nunca imaginé que tanto. Mis ojos están cerrados mientras me pierdo en el pasado.

- Bien hecho, con los años el físico se va a la mierda en todos. - es algo de lo que soy muy consciente, es raro que un Pet esté trabajando a partir de los 26 o 27, así que siempre supe que sí fuera a querer a alguien no sería por su aspecto.

Paro el columpio de golpe al oír su pregunta. Me levanto con la vista fija en el suelo, cierro los puños con fuerza, como si mi dolor se pudiera romper y desaparecer solo con eso. - Sí, la hubo, pero a veces... no se puede hacer nada, por mucho que duela. - le doy la espalda y echo a andar. - Volvamos al instituto. - digo sin esperarle.

Me doy la vuelta viendo como camina detrás de mí y me rezago un poco aposta y le sostengo la mano. - Estoy bien. - le aseguro con mi característica sonrisa. El pasado es el pasado y mi presente ahora es este niño, para bien y para mal. - Siento preocuparte sin motivos. - le doy un fugaz beso en la frente y llegamos al instituto. Pasamos de cenar, ya que el helado era bien grande y entramos en su cuarto. Una vez allí le doy un abrazo. - No sabías nada, no podías saber, así que alegrate que tu oniisan va a dormir contigooo. - digo bromeando. - Voy a mi cuarto a lavarme los dientes y a ponerme algo cómodo. No me tardo. - salgo del cuarto dejando la puerta abierta, pero tan poco que parece cerrada. Voy a mi cuarto y me aseo un poco antes de ponerme unos pantalones de pijama azul marino lisos, espero que no le importe que vaya sin camisa, estoy acostumbrado a dormir en calzoncillos y llevar pantalones ya es un tormento. Salgo del cuarto con mi móvil en la man, el cual ya había tunneado con un dragón un un adorno del 8, que es mi número de la suerte. Al ir a pasar al cuarto unos chicos se me queda mirando, con algo de envidia e interrogándome con la mirada, preguntando que hacía en el cuarto de Cael. Alzo las cejas sucesivas veces dando a entender que iba a tener tema con él. Quizás así dejen de fastidiarlo. Entro sin avisar y me lo encuentro poniéndose la camiseta, le tapa toda la cara y corro para hacerle un derribo como en el rugby y caemos en la cama los dos riendo mientras él intenta sacar la cabeza por la camiseta.

Spoiler:

Después de que dejamos de riernos nos miramos en silencio en la escasa luz. Su sonrojo es evidente y por algún motivo hace que me sonroje yo también. Está bastante mono con el pelo despinado por lo de la camisa y su cara teñida de un lindo carmesí. Ver como me mira y me acaricia, en fin... es otra de sus excentricidades. Le dejo que lo haga y luego cojo su mano y beso sus dedos. Le guiño un ojo quitándole importancia a otra de sus rarezas.

Saco un papel de la goma de mi pantalón y se lo tiendo. - Toma tu bono de puntos. No lo pierdas. Mira, hasta llevo un sello como los reyes. - le muestro mi anillo.

Spoiler:

Me estiro en la cama. - Nos acostamos ya?

- No me molesta, eres de los pocos a los que le gusta, pero la ropa no me la hago yo. La chaqueta fue un regalo y el resto me lo compré yo por mi cuenta. - no doy más detalles a propósito y me levanto para que pueda abrir la cama y acomodarlo todo. Pongo el móvil en la mesilla con una alarma para despertarme a estudiar a las 7.

Me meto bajo las sábanas y la manta. Mirando hacia él. Me acerco un poco y rodeo su baja espalda con mi brazo atrayéndolo para pegarlo a mi pecho, con los dos tumbados de lado. - Que descanses, hermanito. Dulces sueñooooos. - digo alargando la última palabra por culpa de un bostezo repentino. Le doy un beso en la frente y con la brisa que entra por la ventana y arrastra nuestro olor consigo me duermo enseguida, sintiendo confort en ese pequeño cuerpo de mi amo.

Una canción de Sonata árctica me despierta y me apresuro a apagarlo para que no despierte a mi acompañante. Veo que está pegado a mi pecho hecho una bolita. Le aparto el flequillo y le acaricio la mejilla. - No sé que es lo que me pasa contigo. - digo en voz suave, un murmullo que no puede despertarle. Me levanto tapándole antes de irme a mi cuarto a estudiar... matemñaticas, creo. Cojo su llave para poder entrar luego. Tengo que ver mi horario. No hay nadie por los pasillos, claro es domingo, o la gente duerme o no ha vuelto del botellón.

Saco un café de una pequeña neverita para despertarme y aún frío y sin azúcar me lo tomo a palo seco. Saco una agenda y veo los examenes de la semana, solo tengo dos parciales. Me paso unamano por toda la cara y el pelo antes de sacar mis libros y ponerme a hacer problemas de matemáticas. Estoy así dos horas hasta que termino todo los ejercicios del tema correspondiente del libro de actividades. Abro la ventana para despejarme un poco y después sigo con algo de sintaxis, pero paro pronto porque veo que hago todas las frases bien y es mejor que invierta el tiempo en otra cosa. Miro por encima un aburrido tema de geografía que daríamos el Martes. Me levanto y veo un pape que pasaron por debajo de la puerta. Lo recojo, ya tienen mi chaqueta lavada puedo ir a buscarla a la lavandería del instituto. Me desnudo de camino a la ducha y me arrglo un poco. Me pongo mi camisa clanca con el pañuelo con volantes y unos pantalones negros algo estropeados en los bajos y unas botas elegantes. Salgo a por mi chaqueta y cuando me la entregan y me la pongo me siento yo, aunque no tenga mi olor, si no el del suavizante que usan aquí. Con mi llave y la de cael en el bolsillo voy a la cafetería y decido llevarle un desayuno, bueno, para los dos. Cojo dos bandejas y pongo rebanas de pan en la tostadora, sirvo zumos y leche y cojo un paquete entero de galletas de chocolate. Saco las tostadas y sirvo una en cada plato. Luego cojo unas manzanas y unos kiwis, además de unos cubertos, mermelada, miel y mantequilla para las tostadas.Y cojo un trozo de queso que me como por el camino.

Llamo bastante la atención con dos bandejas son las 10 y ya había algunas personas en la cafetería, pero me da igual cuan evidente sea que he dormido con alguien. Llego al cuarto de Cael y hago mil equilibrios para abrir la puerta. Lo dejo en el escritorio y me siento en la cama moviéndolo suavemente del hombro. - Cael... hermanito...

Se levanta atoda prisa sin que me dé tiempo a decirle que no es tarde. Sonrío cuando ve que no y suspira de alivio. - Tenía cosas que hacer y me levante pronto. Sí, me apetecía desayunar contigo y estás muy mono durmiendo. - digo y tiene que salir al balcón. Deja la puerta abierta, así que aunque escuche no es mi culpa. Me apoyo en el cristal tapando mi presencia por las cortinas, mientras como una galleta y me preparo una tostada con mantequilla y mermelada de albaricoque. Cuando termina salgo con la tostada en la mano y un zumo en la otra. Apoyo un codo en la barandilla y le doy un muerdo a la tostada mirándolo. - ¿está todo bien? - le escruto con la mirada por debajo del sombrero mientras mastico. Algo preocupado por lo que he oido.

Le sonrí por lo de las migas, se ve que le preocupa algo, pero debe de ser algún sunto familiar que no es de mi incumbencia, sí quiere contarme ya lo hará.

Entramos dentro y tomo asiento en la silla de ruedas cruzando una pierna por encima de la otra mientras termino la tostada y el zumo. Luego cojo una galleta de chocolate y la engullo. Llevo varias horas despierto sin nada en el estómago, por no contar que ayer solo cene el helado de por la tarde, así que estoy hambriento, además a estas horas suelo comer bastante. Así que como como un condenado.

Me vibra el móvil. No es él que me dio Cael si no él que usaba para trabajar antes, espero que no sea ningún cliente... Lo abro y veo un Sms de la dirección del instituto. Me apresuro a abrirlo, normalmente envían las calificaciones de los exámenes por Msn, pero como no tengo ordenador pose mi número de móvil en los papeles de la amtrícula y no tuvieron problemas en enviarme las notas por un SMS. La verdad, no uso mucho el ordenador, así que cuando tengo que utitlizar internet voy a los ordenadores de labiblioteca y listo. Leo el mensaje y una sonria triunfante se dibuja en mi rostro.

Se le ve pensativo, casi dolido. Ni siquiera me preguntó por el mensaje, supongo que realmente no le importa. Solo quiere creer que tiene un hermano y alguien que se preocupe por él, no quiere a una persona a su lado, si no algo físico en lo que peuda basar el recuerdo que tiene de su hermano. En cierta forma... me duele. No porque sea él y lo considere especial, solo echo de menos eso, que alguien sienta felicidad por mí. Aunque ya estoy acostumbrado, nadie se alegra o me felicita por nada, solo tú lo hacías de corazón, verdad, Katniss? El colgante que tengo con su foto quema en mi bolsillo, necesito verlo, pero no puedo ahcerlo delante de nadie. Soy egoísta y solo te quiero para mí, que tu recuerdo sea solo mío. Sacudo la cabeza cuando unas lágrimas acuden a mis ojos para despejarme. Ni se dio cuenta, por suerte, pienso mirando a Cael.

Corto un trazo de manzana y se lo hago comer de forma delicada. - ¿Qué te preocupa? Puedes contarme lo que quieras. Se ve como sí estuvieras recordando algo bastante malo. - le acaricio la cabeza

Subo una pierna a la silla y cruzo el brazo por encima mientras le miro. - seguro? - guardo mi móvil y de paso acaricio el colgante. - Que va, solo era que he aprobado un examen.

Me sorprende que me llame Gil-san, sí parecía que ya estaba acostumbrado al oniisan, bueno yo también me estoy acostumbrando, esto es malo. Parece que hay momentos en los que sale de su fantasía. - Pues... para vivir, básicamente. Comprar lo que necesito pagar los estudios... ese tipo de cosas. - quizás explicarle un poco de mi pasado le haga tener más confianza en mí, aunque no es una historia alegre. - A los 13 mi padre me repudió... la verdad, pensé que quizás te sonaría mi apellido, los Nightray llevamos generaciones siendo una familia de Mayordomos de alta clase. Y nuest.. la lealtad de los Nightray siempre fue para la familia Coleman, supongo que esa si te suena. - ya que tienen joyerías por todo el mundo. - Es algo de lo que están muy orgullosos, de servir a una familia rica, con prestigio y toques de sangre noble por diversos matrimonios. Fue mi padre quien me regaló esta chaqueta, forma parte del uniforme de los Mayordomos, me la dió cuando cumplí 12, entonces arrastraba los bajos por el suelo y tenía las mangas con 4 dobleces para pdoer asomar la punta de los dedos. - recuerdo con una pequeña sonrisa. - Yo también trabaja desde pequeño para la hija única de los Coleman. Pero traicioné a la familia, dejándolos y mi padre no me perdonó. Así que desde entonces he tenido que sobrevivir por mí mismo. Perdí varios cursos también hasta que pude pagarme un colegio público, luego las cosas fueron mejorando y pude entrar al instituto. - le miro a los ojos con una sonrisa, demostrándole que estoy bien con eso. Creo que he hablado demasiado, pero evité hablar de Katniss.

Escucho todo lo que dice y para variar le sonrío. - Entiendo que te sientas mal con esto. - suspiro. - En parte es mi culpa, pero déjame que te diga algo. Tengo que ser un pet, ya que es lo único que sé hacer, mi padre me mataría si viera lo que hago. - suspiro de nuevo. - Supongo que no puedo sustituir a tu hermano y como no hago bien mi cometido, en fin... acepto el despido sí es eso a lo que te refieres, pero no tu dinero, no me sentiría cómodo aceptándolo. El dinero me gusta ganármelo, aunque mi forma de hacerlo sea extraña y no muy noble.

- Cael, cuando se habla de un Pet... se habla de una mascota sexual. Y eso es lo que soy. Te mereces saber lo que has comprado, a quien has comprado. Yo estoy bien con esto, pero sí quieres que seamos solo amigos lo entiendo, es normal que no te fíes de alguien que cobra por su compañía y que te miente. Siento decirte esto, pero la decisión tienes que tomarla tú.

- Y... hazte un favor, no admires a alguien como yo, es lo peor que puedes hacer. - alargo el brazo para acariciar su mejilla.

Lamentaba todo eso, pero ya se le veia dudar con esto, se arrepiente de comprarme y no es para menos, supongo que volveré al burdel.

- Sí, volvería a alquilarme, sé que suena duro, pero llevo mucho tiempo haciéndolo Además, si en algo tenía razón mi padre es en que solo sirvo para servir. - digo con una sonrisa triste.

Me empieza a gritar y lo único que hago es sonreírle, porque es la primera vez que alguien se preocupa así por mí. Bueno, la segunda en realidad. - Cael... no llores. - me voy a acercar para abrazarlo, pero suelta que soy suyo. Niego con la cabeza y acabo riendo, un momento tan tenso y m pongo a reir, pongo una mano sobre mi cara mientras me calmo. Después de eso lo miro.

- Sí hago bien mi trabajo, no sé porque hacemos tanto drama. Soy mala persona porque elegí el dinero fácil, aunque me vi obligado por las circunstancias, que clase de degenerado vende su cuerpo? - ahueco su mejilla mojada con mi mano. - Seré tuyo y a la vez libre. Eso me hace feliz. Ven aquí. - digo abriendo los brazos para que me dé un abrazo y se relaje en él. Por alguna razón... de verdad estoy feliz, quiero estar con él, aunque no sé de que forma todavía.