Viaje a Hakone

-obviamente no podría olvidar sus palabras aunque lo deseara sin embargo, al quedar solo el chico pareció derretirse con su vergüenza, se quita la ropa y entra a la bañera, donde se queda largo rato, ahí se queda pensando que hacer durante esas dos semanas, tenerlo así tan cerca durmiendo con el día y noche, daba la sensación de que vivían juntos, niega con la cabeza, pero en el fondo esa idea le gustaba-

-sale de la bañera y se pone una bata de baño, se dirige a la habitación tanteando a ver cual era y da con la principal, se veía hermosa muy elegante, al mismo tiempo acogedora, nota que las cosas del mayor ya están en su lugar, saca las suyas colocándolas en el gavetero, se quita la bata de baño para vestirse, se pone algo cómodo un pantalón deportivo una playera que dice "si te acercas te muerdo"-

Takano san... -comenzó a llamarlo-

Oigo que me llama y entro en la casa. - Ritsu? - subo las escaleras hasta encontrármelo y veo su playera... si es que el 80% de las veces que lo acoso es solo su culpa. Pero me decido por no atacar ahora. - ¿ya acabaste? ¿quieres que demos un paseo alrededor del lago? - digo poniéndome una camiseta de manga corta encima de la de tirantes, negra que marca mis brazos a propósito. Le miro apartándome unos cabellos de la frente que se descolocaron al ponerme la prenda. - ¿y bien?

Aquí! ... -dijo mientras se encontraba con su mirada- si.. me gustaría ver el lugar lo poco que vi en el camino se veía hermoso, -justamente se coloca esa playera que se ajustaba a sus brazos, y por alguna razón eso solo provocó sus ganas de querer lo abrazar y tocar sus brazos de forma cariñosa, niega con la cabeza al hacerse consciente de sus pensamientos-
Va.. vamos... -camina dirigiéndose hasta las escaleras donde baja con cuidado hasta la salida, ahí ambos emprenden el camino hacía un largo que estaba casi a un costado de la casa, dejando ver una vista espectacular del Monte Fuji a lo lejos, cerca de la orilla había un muelle de madera y una silla para dos de madera, bastante rustica, y un gran árbol que les daba sombra- woah!!! que hermoso!!!... -.exclama-

Asiento y voy a coger la cámara y pienso en coger el GPS, para volver solo tenemos que volver hacia atrás siguiendo el lago, así que no es necesario. Nos calzamos unas deportivas antes de cerrar la casa. Su cara ilusionada al ver el paisaje me arranca una sonrisa. - ¿quieres tomar fotos? - digo pasándole la cámara, parece que se lo pasará mejor haciendo fotos que yo. Miro lo que nos rodea, parece de ensueño, todo el lugar es genial y yo busco un cigarro en mi bolsillo... mierda... me he dejado el tabaco en casa y hasta dentro de 4 días no iremos al pueblo... solo son 4 días.

- Vamos. - digo caminando por la orilla formada de pequeñas piedras que no debe de clavarse en los pies. Andamos un rato y luego me quito los zapatos. Los dejo colocados a un lado y entro en el agua. Está templada. - es agradable, ven - digo tendiéndole una mano a Ritsu desde el agua, mientras noto como está corre y pequeños peces juegan alrededor de mis pies.

-camina con el mirando todo su alrededor, el mayor le ofrece la cámara y la agarra gustoso comenzando a tomar fotos del lugar, en una de esas le toma una foto desprevenido a Takano mientras buscaba algo, quien sabe que sea pensó el menor-

-se quita los zapatos también y va con el metiendo los pies en el agua- argh!! esta fría -sintió erizarse- mira!! los peces se acercan!! -con su rostro lleno de asombro y felicidad, vuelve hacer un par de capturas al paisaje- Me encanta éste lugar -respira hondamente-

Takano san... tómame una -le da la cámara -por iniciativa propia le da la cámara- quiero una para colocarla en mi casa

Cuando me ciega el flash por una foto que me hace desprevenido alzo una ceja al ver lo contento que se pone por algo tan simple. Aunque más tonto es lo mío, que me sale la sonrisa sola cuando le veo así. - Sí... el aire está muy limpio. -escucho su petición y asiento. - hai, hai, pero llámame Masamune. - digo tomando la cámara y alejándome para poder hacerle la foto. Primero hago una vertical en la que sale él con los pantalones remangados y los pies metidos en el agua, además de una espléndida sonrisa. A continuación tomo varias fotos horizontales o en diagonal de su cara con el magnífico fondo que hay.

Termino y me acerco a enseñarle las fotos que hice. Ignoro el eslogan de su camiseta y lo tomo del hombro. Alzo la cámara. - sonríe y pulso el botón sonriendo sin enseñar los dientes.

Hai hai!! aun no me acostumbro a llamarte por tu nombre ... -deja que le haga las fotos, y cuando finalmente se acerca a mostrarle toma una de los dos, sonríe de manera dulce y como siempre un tanto tímido por el acercamiento del mayor- justamente... pensaba en eso.. quería una de los dos ... esa la pondré en mi habitación -dijo apenas audible, de inmediato se pone rojo- bueno ... este yo pues... déjame tomarte una a ti solo -le quita la cámara-

-le toma la foto y se acerca hasta a el y le enseña- eres un fotogénico... siempre luces bien... no importa que estés haciendo... -le vuelve a mirar los brazos y vaya que brazos tenía ese hombre, desvía la mirada- etto...solo se cocinar pasta... te gustaría eso de cenar?.... -en un gesto amable y cariñoso de su parte-

Miro la foto de ambos con una sonrisa, mi sonrisa es seductora y la suya tímida, indecisa entre esconderse o salir y siempre queda una línea algo tensa de sus labios, pero sus ojos muestran lo a gusto que está en mis brazos y no sale sonrojado que es un gran paso. Aunque su confesión le tiñe rápidamente las mejillas de color. Tan mono...


Me arrebata la cámara para disimular su vergüenza y se pone enfrente mía con la cámara cubriendo sus ojos para hacerme una foto. Me pongo una mano en la cadera y ladeo levemente la cabeza en una pose simple, pero arrebatadora para ojos de cualquiera. Me veo a mí mismo en la pantalla digital sin mucho interés, mi ojos se van a su expresión mientras alaba mi aspecto. - Tú también tienes tu encanto y para mí siempre luces perfecto.


Le miro con una ceja alzada, de verdad sabe cocinar algo? Abrazo su cuerpecillo con esos brazos que no paraba de mirar aunque no me hubiera dado cuenta de alguna manera siempre sabía de forma inconsciente lo que Ritsu necesita. Mis antebrazos se cruzan en cruz en su cuerpo agarrando sus hombros y mirando el paisaje por encima de su cabeza. - Me encantaría, me gusta mucho la comida italiana, así que la pasta está bien para mí. - digo diciendo algo de mí mismo para que no se aparte y se tranquilice de alguna manera con ese pequeño descubrimiento sobre mí.

-cuando le abraza siente su aroma suave pero muy masculino invadir su olfato, le corresponde el abrazo, y su corazón late rápido , tenía temor de que el otro con su cercanía pudiera sentir ese latido salvaje, sus halagos le hacen replicar pero no de manera regañona- baka masamune... no digas esas cosas -dijo aquello sin dejar de abrazarlo-

-estaba contento de saber algo mas sobre el mayor y piensa: "le gusta la comida italiana, menos mal que aprendí hacer pasta"- entonces ... comeremos pasta .... -murmura- en todo caso es lo único que se hacer....

-se separa un poco y vuelve a tomar fotos para despistar al mayor, sus mejillas estaba coloreadas de un rosa muy tenue , lo cual lo hacía ver un poco aniñado, camina hacía la banqueta debajo del árbol que estaba casi en la orilla del lago y se sienta respirando profundamente, cierra los ojos dejando que el viento acaricie su rostro-

Me quedo abrazado a él hasta que su vergüenza deja de permitirle estar cerca mío. Me quedo mirando su espalda mientras sale del agua y sigue tomando fotos, pero con menos entusiasmo que antes. No podría imaginarme que le diera vergüenza que oyera sus latidos, ya que los míos ensordecían los suyos. Cojo un poco de agua con mis manos para refrescarme el cuello, los peces a mis pies salen huyendo en desbandada.

Salgo del agua y voy a su lado. Me siento en el césped con los brazos detrás de la cabeza y una pierna sobre otra. El aire nos mueve los cabellos a delante y atrás en un suave vaivén. Le miro mientras tiene los ojos cerrados, parece tan sereno así, nada que ver con como es realidad. Miro hacia el monte Fuji y me incorporo sentándome con las piernas cruzadas, aún es pronto, pero el Sol se está poniendo, aunque en realidad solo lo hace a esta hora porque se está escondiendo detrás de esa inmensa montaña. - Ritsu, mira. - digo para que abra los ojos y vea como las nubes se han teñido de los colores del Sol, el rosa y el naranja imperan el horizonte y la nieve de la cima del monte también ha adquirido un precioso tono pastel. El cielo parece que se pone blanco ante tanto color y en el Lago se refleja de forma deformada todo el espectáculo. - Que bello...

-abre sus ojos al llamado del mayor y se encuentra con aquella escena natural tan espectacular digna de una película, o mejor de un libro bien escrito, con detalles intenso pero a la vez sutiles, que llenan el alma con sus frases traducidas en una imagen como la que estaba presenciando en ese preciso momento, pero lo mejor de aquel paisaje era el... ese hombro de ojos color caramelo, de rasgos masculinos, de voz sensual y cariñosa, suspiró y dijo- Es espectacular... -estaba apunto de decirle Takano y se corrigió a sí mismo- Masamune... arigato...

-en un arranque de sinceridad natural soltó su agradecimiento sincero, también le regaló una sonrisa como siempre medio tímida pero mas libre que antes, de a poco se acostumbraba a su presencia, se levanta y se sienta en el pasto a su lado con las piernas cruzadas como indio-

-le mira de reojo y vuelve a sonreír- no me arrepiento de haber venido contigo ... -en un impulso extiendo su mano hasta el cabello ajeno acariciándolo con suavidad-

- Gracias a ti... por estar aquí conmigo, aunque te obligase. - su sonrisa es espléndida y me llena de calor. Mis ojos se abren mucho ante su gesto le sonrío con una mirada seductora antes de dejar caer mi mejilla sobre su hombro y seguir mirando como el Sol lentamente se va a trabajar a otro sitio. - Pensé que a lo mejor querías pasar las vacaciones con tu familia... - al contrario que la mía su familia no estaba rota, lo normal es que fuera a visitarles, pero soy demasiado egoísta lo queiro entero para mí. Mi mano se posa en su baja espalda dando pequeños círculos. - te amo.

-abrazado al otro siente que esas palabras le llegan hasta lo más profundo de su ser, alza un poco su cara para mirarle- no se como fueron exactamente las cosas con tu familia, pero si alguna vez ... -se silencia por unos instantes para agarrar valor a las palabras que le diría- si.. alguna vez lloraste o sufriste por algo yo quiero compensarlo... y no es que no quiera a mis padres, pero la verdad no hubiera deseado otra cosa que compartir mis vacaciones contigo... aunque seas un hentai... fastidioso.... posesivo... quisquilloso... dominante...Tirano... y entre otras cosas que no acabaría nunca de enumerar -pues si eso era un halago por parte de Ritsu para Takano-

Aun así quería venir... -le mira mal para variar- y no me hagas repetirlo porque no lo voy hacer ¿entendido? -vuelve a esconder su rostro en el cuello del mayor, de nuevo sintiendo su aroma, pasa sus mano por uno de los brazos del otro y aprieta con suavidad sus músculos, y piensa "Dios... pero que brazos ahHH!!!!!!"

Te amo -dice bajito escondido aun entre su cuello y pecho-

Una confesión importante típica de Ritsu. Por qué ese hombre me agita con sus insultos? por qué solo deseo retenerlo y poseerlo? ¿por qué él? Suspiro, exactamente por eso, porque es él, porque solo conmigo ha podido perder el miedo a enamorarse, porque le pone todas sus ganas a todo, porque es fácil provocarle, porque muy en el fondo sigue siendo el mismo niño honesto que fue mi primer amor.

- Baka, yo no soy quisquilloso. - digo admitiendo en broma que soy todo lo demás que dijo. - pero puedo ser el resto mil veces más así que no me provoques. - se abraza a mí de una manera tierna y afectuosa. Suspiro por lo mucho que el corazón me late por su cercanía y sus palabras. Odio que me ponga así, que me acelere tanto con nada, pero... solo lo quiero demasiado. Como respuesta muevo su cabeza hacia abajo, justo sobre mi corazón y así los dos somos martilleados por ese sonido profundo, rítmico, casi musical, pero que a ambos nos duele un poquito.

oye eso sonó a amenaza... ¿me estás amenazando? ... -sin quitarse de su cuello, por unos momentos pudo sentir el corazón salvaje de takano latir, pero también pensó que pudo haber sido el suyo, sus latidos se confundían con los ajenos-

claro que lo eres... eres un quisquilloso a todo le buscas un pero ... -pues en un caso como este aplicaría el dicho el "burro llamando al conejo orejón", si Takano siempre buscaba peros,, Ritsu era el doble de peor buscando excusas sin sentido para zafarse del mayor, se levanta y le mira con cara de pocos amigos , le pica la nariz algo fuerte, enseguida emprende la carrera hacia la casa, para evitar el agarre del otro, sin saber que en la que se había metido-

-ya la noche estaba cayendo, había sido un viaje un tanto largo, aunque no estaba cansado del todo, pero era el momento de preparar la cena prometida-

Me da un tick en el ojo cuando huye después de atreverse a hacer eso.. - arg, maldita sea!! por qué tiene que ser así?!! Ni siquiera entiendo que hice ahora? Es que no he hecho anda para que me huya.suelto un gruñido y me tumbo boca abajo, tocándome la dañada nariz. Tan pronto me dice cosas conmovedoras como se enfada sin ningún motivo y me huye. Repaso los últimos minutos, todo había sido perfecto ¿por qué él...? Porque es un idiota que no aprende. Arranco un diente de león del suelo y soplo haciendo volar todas las semillas de este y viendo como pasan cerca del agua antes de elevarse hasta el cielo y enseguida las pierdo de vista, sobre todo porque no llevo gafas para ver.


El cielo se va oscureciendo y vuelvo a la cabaña. - Estoy en casa. - digo con voz monótona y aunque oigo a Ritsu en la cocina decido dejarle tranquilo, si le veo ahora discutiremos fuerte, vamos a discutir de todas formas, pero es mejor que me temple un poco antes de eso. Subo y me pongo unas zapatillas de estar por casa.

-se pone a preparar la salsa para pasta, mientras cortaba trozos de pan para tostar, le ve entrar malhumorado podía notarlo a leguas, al parecer su pequeña broma no resultó como esperaba, sin embargo, sabía que todo acabaría con una discusión que saldría de la nada, como siempre-
Okaeri... -dijo apenas mientras seguía en lo suyo, alistó el agua de la pasta dejándola hervir, y mientras eso pasa, saca los platos y los pone en la mesa, había una botella de vino tinto en y se tomó el atrevimiento de abrirla y servir un par de copas, se acerca al mayor y le ofrece de beber-

¿me acompañas?... -dijo mirándole esa expresión de seriedad, suspira, y se siente un poco frustrado porque nada de lo que hacía parecía ser como el otro deseaba-

la comida estará dentro de poco, etto...¿estás enojado?

Me senté en el salón delante de la chimenea sin fuego, solo quedaban débiles brasas bajo las cenizas. Me sorprende el gesto del pequeño y asiento tomando la copa. Lo remuevo de forma refinada oliéndolo. - eso debería de preguntarlo yo, no crees? No entiendo porque me has huido esta vez. No estoy enfadado, solo frustrado por no saber que te pasa por la mente para hacer algo así en un momento como ese, pensé que las cosas estaban yendo bien, aunque ya sé que siempre se estropean. - miro el vino, catándolo de forma superficial, mirando su color y transparencia, las burbujas que produce al ser removido, su aroma es tostado e intenso. Finalmente doy un sorbo es ácido y algo dulce a la vez, tiene buen cuerpo y es un vino bastante bueno.

Le miro y me levanto dándole un pequeño beso. - No importa, solo son inseguridades mías, lo olvidaré. - sonrío levemente y entrelazo mis dedos con los suyos invitándole a sentarse a mi lado. No quiero bronca con él desde el primer día, quiero disfrutar de su compañía todo lo que pueda.

-recibe su beso pero sus palabras le dejaron pensando en algo, quizás aun no se daba por enterado de que de verdad estaba en una relación y que debía ser mas abierto con su pareja, y quizás el único inseguro en todo ésto era ritsu, aprovechó que estaban calmados los dos y le dijo suavemente- etto... creo que me malinterpretaste... y creo que soy yo quien no se sabe expresar ... -se queda mirando su copa-

Yo.. pues actué de ese modo no porque quisiera discutir... era sólo una broma, que no supe hacer, sólo quería enojarte.. un poco, ya sabes desquiciarte y hacer que me siguieras pero no me salió jajajajaja -ríe nervioso por lo acababa de decir, se sentía tonto- Gomen... -dijo sin querer enfrentar esos ojos, siempre terminaba provocándo un mal entendido de la nada-

-levanta de a poco su rostro apenado, y deposita un beso rápido en sus labios- voy a ver la pasta... -se levanta para ir hasta la cocina-

Le miro algo sorprendido, de verdad no me había parecido una broma, si no su típica forma de salir de una situación vergonzosa.- así que es eso... - doy un trago al vino y me levanto después de su tímido beso y la mano que sostiene la copa hace un semicírculo acorralando su cuello y luego reduciendo el cero para tener muy fácil darle un beso largo y sentido. Sus labios brillan con mi saliva y sonrío. Cojo su mano y tiro de él hasta la cocina sonriéndole para que se tranquilice. Mira la pasta y apaga el fuego. Loa abre y deja ver una bandeja de macarrones con queso y champiñones, imitando un plato italiano.

Antes de que saque la bandeja lo agarro y lo pongo contra la encimera de forma suave y algo sensual. - Huele delicioso. - digo, ya que el lor proveniente del del horno es divino. - has usado alguna hierba aromática? - pregunto antes de dar un trago de vino y con el sabor en mi boca lo beso profunda y apasionadamente. Mi lengua va por libre haciendo que de nuestros labios salgan unos sonidos bien eróticos. - Mmmm... ngh... mmmm.... - cuando me separo apoyo mi frente en la suya. - Te quiero. - todo esto es como una disculpa, por no haber entendido las cosas.- Siéntate, ya sirvo yo.

-su beso le deja fuera de sí por unos momentos, aquello había robado su aliento, y queda como en el aire, apenas alcanza a respÓnderle el ingrediente que usó para preparar la pasta- es... es orégano y laurel ... -un tanto ido por el beso, aunque no fuese primera vez que el mayor le besaba, ese agarre del otro, su forma de acercarse era espléndidamente hermosa, al punto de ponerse un poco excitado, sacude la cabeza alejando ese pensamiento-

hai... hai!... como gustes... -deja todo listo para que el mayor sirva la comida, pero casi de inmediato el mayor volvió a besarle ese modo tan... sensual, lleno de tantos sentimientos que no podía describir. Corresponde dejándose llevar por el mayor, al separarse deja salir un gemido, a la vez una especie de jadeo y se pone mas nervioso pues parecía que estuviera provocando si proponerselo-

-asiente ante su petición, y toma asiento acomoda algunas cosas de la mesa y hasta olvidó que estaba bebiendo vino, cuando ve servido todo le dice- espero que te guste... no es gran cosa lo que se hacer en la cocina ..

Sirvo la pasta ayudándome de cuchara y tenedor, tenía ganas de tomar a ese hombre, pero todo sería después de una cena... espero que normal. Antes de sentarme relleno nuestras copas de vino tinto y me siento. - itadakimasu. - cojo mis cubiertos y me pongo a saborear el plato que ha preparado ese hombrecillo. Cierro los ojos dejando que mi paladar analice la textura de la salsa y de como están cocidos los macarrones, los había cocido poco como hacen los italianos, dejándolos un poco duros. Me agradó esto. - Se puede comer. - digo algo sorprendido de que Ritsu haya hecho algo comestible y que no haya hecho daño a la cocina también es un buen mérito. - Tiene buen sabor. - admito después de unas cuantas pinchadas. Realmente no es nada especial, pero solo que haya hecho el esfuerzo de prepararme este plato hace que lo vacíe pronto y como me quedo con algo de hambre me levanto cuando el apenas ha terminado su propio plato y me sirvo un poco más.

-de igual forma dice- Itadakimasu...! -prueba de su propio platillo y queda sorprendido de lo decente que estaba, aunque no era común en el cocinar nada, esta vez había tenido especial cuidado en hacer las cosas bien, cuando el mayor le da el visto bueno, sonríe- Arigato!!... -en realidad no come mucho, pues no es de gran apetito y menos teniendo al mayor tan cerca, y aun las sensaciones de sus besos permanecían clavadas en sus labios, haciéndolos arder como si fuesen dos tizones-
-bebe un poco de vino tratando de evitar que sus labios se sintieran arder- Me alegra que te haya gustado.... por ahora es lo único que sé hacer ... quizás en otra ocasión pueda prepararte algo mejor... -afirmó mientras dejaba ver la posibilidad que habrían mas veces para ocasiones como esa-
-jugando con su copa le miraba apenas, por un instante el silencio los invadió, luego rompe ese ese quietud- etto... ¿que vamos hacer luego?...

- Elige el plato que quieras y lo haremos juntos mañana. Hay libros de recetas en la cocina, así que si no sé prepararlo podemos sacar la receta de ahí. Pero... lo que cocines para mí... lo comeré. - digo con una sonrisa asomando en los labios por la posibilidad de poder comer algo más preparado por él.


Termino de comer en silencio, dándome cuenta de que he debido de comer el triple que él al menos. Me ahorro decirle lo que vamos a acabar haciendo, acabará surgiendo así que no merece la pena que esté en guardia. - No sé, lo que quieras. Puedes elegir.

Arigato... aunque no cocino del todo bien, me agrada saber que estás abierto a probar otras cosas hechas por mi, espero no dañar lo que haga... -baja la cabeza un poco pero aun le veía-
vaya... pues que tal si nos sentamos hablar un poco afuera en el balcón quiero sentir el fresco de la noche, y ver esa vista tan preciosa, creo que es espectacular no te parece? también podemos tomar un poco mas de vino, que está realmente delicioso -sonríe buscando alguna forma de evitar cualquier trance de incomodidad entre ambos-
-una vez que ve que el otro termina de comer, levanta sus platos llevándolos hasta el fregadero, y los deja ahí vuelve a llenar las copas de ambos- Vamos?... -camina hacía las escaleras y sube, al llegar se asoma en la terraza y se apoya en el barandal-