Habitación de Eiji
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Re: Habitación de Eiji
LA luz que se abría paso por las cortinas fuertemente me dio de lleno en el rosto. Al instante me removí inquieto y terminé por abrir un ojo. Lo primero que vi fue al hombre más apuesto del mundo. Al percatarme de que me quedé prendado a su belleza removí la cabeza y me sonrojé un poco.
Sonreí y llevé mi mano a su rostro, delineando con mi dedo índice cada parte de él, de manera suave. Sin quere despertarlo, sentía como si fuese a romperse.
Suspiré un poco y me recosté de nuevo en él, queriendo quedarme así un poco más.
Pensé en todo y nada a la vez. Todo lo que había sucedido, lo que no, cosas para amargar la mañana. Mi ceño se frunció por un momento y luego cerré los ojos.
Mi panza rugió, por lo que no tuve más remedio que loevantarme. Suspiré denuevo y apenas pisé el suelo sentí dolor en mi parte trasera. Hice un puchero y me encaminé a la cocina. Tomé un plato y me serví cereal. Al terminar de comer regrese a la cama después dedejar lso platos en la cocina y lavarme los dientes.
Sonreí y llevé mi mano a su rostro, delineando con mi dedo índice cada parte de él, de manera suave. Sin quere despertarlo, sentía como si fuese a romperse.
Suspiré un poco y me recosté de nuevo en él, queriendo quedarme así un poco más.
Pensé en todo y nada a la vez. Todo lo que había sucedido, lo que no, cosas para amargar la mañana. Mi ceño se frunció por un momento y luego cerré los ojos.
Mi panza rugió, por lo que no tuve más remedio que loevantarme. Suspiré denuevo y apenas pisé el suelo sentí dolor en mi parte trasera. Hice un puchero y me encaminé a la cocina. Tomé un plato y me serví cereal. Al terminar de comer regrese a la cama después dedejar lso platos en la cocina y lavarme los dientes.
Última edición por Eiji el Sáb Abr 03, 2010 10:47 pm, editado 1 vez
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Re: Habitación de Eiji
Lo primero que pensé al despertar fue: Otra vez. Gruñí sin abrir los ojos y me llevé una mano a la frente, sintiendo un palpitante dolor de cabeza. ¿Hasta cuándo esa estúpida pesadilla me iba a molestar? Suspiré y entonces recordé que estaba con Eiji-chan. Abrí los ojos de a poco por la cegadora luz que se colaba a través de las cortinas, y cuando enfoqué mi vista, lo observé a él. A mi ángel. Sonreí mientras trataba de hacer el menor movimiento posible. Se veía tan apapachablemente adorable mientras dormía que no quería despertarlo.
Recosté mi cabeza en la almohada mientras trataba de quitarme de la mente esas malditas imágenes de tanto dolor y angustia. No podía entenderlo... "Mamá y papá..." Un estremecimiento me recorrió al recordar sus rostros. "Mamá y papá dijeron que toda iba a estar bien, entonces... ¿por qué diablos sigue esta maldita pesadilla?" Suspiré cansado mientras me frotaba los párpados. Realmente no lo entendía, pero prefería no pensar en eso... Ellos dijeron que no había sido mi culpa, así que no tenía por qué preocuparme.. ¿verdad? Me incorporé en la cama cuando sentí que nuevamente la duda se apoderaba de mi ser, y me levanté con todo el tacto posible en ese momento de frustración para no despertar a Eiji-chan. Tomé mis boxers con brusquedad y me los coloqué con rabia. Rabia hacia mí mismo. Me voltée hacia la cama y miré a Eiji-chan dormir... Mi mirada entristeció. Me preguntaba... ¿cómo podía ser tan fuerte y sonreír tanto pesar de todo lo que le había pasado? Suspiré mientras lo arropaba más con la manta y le daba un beso en la frente, para luego recoger mis jeans del suelo y colocármelos. Caminé hacia la puerta mientras rebuscaba en mis bolsillos, hasta que encontré lo que buscaba: Mi celular. Salí al pasillo sin importarme que no llevaba la playera puesta, y apoyé la espalda en la pared, mientras marcaba aquellos números que me sabía de memoria, y me preparé mentalmente para el escándalo que me esperaba. Aguardé unos segundos hasta que una voz femenina y coqueta contestó. Suspiré.
-Hola, Señorita Yuuko... - Murmuré.
Recosté mi cabeza en la almohada mientras trataba de quitarme de la mente esas malditas imágenes de tanto dolor y angustia. No podía entenderlo... "Mamá y papá..." Un estremecimiento me recorrió al recordar sus rostros. "Mamá y papá dijeron que toda iba a estar bien, entonces... ¿por qué diablos sigue esta maldita pesadilla?" Suspiré cansado mientras me frotaba los párpados. Realmente no lo entendía, pero prefería no pensar en eso... Ellos dijeron que no había sido mi culpa, así que no tenía por qué preocuparme.. ¿verdad? Me incorporé en la cama cuando sentí que nuevamente la duda se apoderaba de mi ser, y me levanté con todo el tacto posible en ese momento de frustración para no despertar a Eiji-chan. Tomé mis boxers con brusquedad y me los coloqué con rabia. Rabia hacia mí mismo. Me voltée hacia la cama y miré a Eiji-chan dormir... Mi mirada entristeció. Me preguntaba... ¿cómo podía ser tan fuerte y sonreír tanto pesar de todo lo que le había pasado? Suspiré mientras lo arropaba más con la manta y le daba un beso en la frente, para luego recoger mis jeans del suelo y colocármelos. Caminé hacia la puerta mientras rebuscaba en mis bolsillos, hasta que encontré lo que buscaba: Mi celular. Salí al pasillo sin importarme que no llevaba la playera puesta, y apoyé la espalda en la pared, mientras marcaba aquellos números que me sabía de memoria, y me preparé mentalmente para el escándalo que me esperaba. Aguardé unos segundos hasta que una voz femenina y coqueta contestó. Suspiré.
-Hola, Señorita Yuuko... - Murmuré.
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Re: Habitación de Eiji
Sentí algo cerrárse y abrí mis ojos lentamente, de nuevo me había quedado dormido. Me giré y no vi a wata-chan así que me entristecí....¿se habría ido sin despedirse? Luego vi su Camisa en el suelo y pensé que debería llevársela.
Entré al baño y me di un duchazo rápido, al salir busqué ropa cómoda y gruñí, quería bañarme con él....
En fin. Tomé la renda del suelo y me dispuse a salir, entonces sentí su voz en el pasillo, mi cara se iluminó al saber que no se había ido, pero...parecía estar hablando con alguien. ME encogí de hombros y regresé a la cama, no era bueno espiar conversaciones ajenas.
Encendí el televisor y busqué algo entretenido, y opté por ver una caricatura cuando pasé como 20 canales que hablaban de noticias. Sin embargo, constantemente lanzaba miradas a la puerta, esperando a que Wata-chan volviera a mi lado.
Entré al baño y me di un duchazo rápido, al salir busqué ropa cómoda y gruñí, quería bañarme con él....
En fin. Tomé la renda del suelo y me dispuse a salir, entonces sentí su voz en el pasillo, mi cara se iluminó al saber que no se había ido, pero...parecía estar hablando con alguien. ME encogí de hombros y regresé a la cama, no era bueno espiar conversaciones ajenas.
Encendí el televisor y busqué algo entretenido, y opté por ver una caricatura cuando pasé como 20 canales que hablaban de noticias. Sin embargo, constantemente lanzaba miradas a la puerta, esperando a que Wata-chan volviera a mi lado.
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Re: Habitación de Eiji
Sonreí cuando comenzó a alegarme. Algún otro día, simplemente le hubiera devuelto los gritos, o habría alejado el telefono, o... cualquier otra cosa. Pero ahora... la necesitaba. Necesitaba oír su voz. Cuando se cansó de gritarme, un largo silencio se extendió, hasta que yo hablé.
-...la extraño... - Susurré en un suspiro. Casi pude ver su rostro sonriéndome.
-Yo también, mi querido tsundere. - Reí por su broma y sentí que ella igual reía. Mi mirada se tornó nostáligca.
-¿Cómo están el bollo negro y las niñas? - Pregunté con una voz que hasta a mí me pareció demasiado paternal. Sé que ella lo notó, pero sólo me respondió que estaban bien, pero que me extrañaban. Sonreí tristemente. - Yo también los extraño... a todos. - Suspiré y sé que ella esperó a que yo hablara de nuevo. Así que preferí ir directo al punto. - Señorita Yuuko... lo del otro día... - La voz me tembló y apreté más el celular en mi mano. - La maleta...
-De eso quería hablarte. - Me inerrumpió. Yo me extrañé y fruncí el seño, pero sólo dejé que continuara. - Fue Doumeki. - Dijo simplemente, y yo me estremecí. Lo sabía... - Sé que ahora mismo estás sacando conclusiones, así que para en este mismo instante. - Parpadeé por su voz, sonaba firme. Me mordí el labio. Sólo hablaba así cuando era importante, así que la obedecí. Suspiró. - Mira Watanuki, será difícil decirlo, pero... A mí también me tomó por sorpresa y... - Me inquieté. La Señorita Yuuko... ¿tartamudeaba? - Doumeki... se fue de la ciudad.
Mentira.
-¡¿Qué?! - Me cubrí la boca con una mano, mientras mi cerebro trataba de ordenar mis ideas de una forma catastróficamente rápida. ¿Que Doumeki qué?
-Lo que escuchaste... - Dijo en un suspiro. Traté de volver a hablar, pero me interrumpió nuevamente. - Por favor no hables, sólo escucha. - Tragué con fuerza y obedecí, aún desorientado, esperando a que ella hablara. Luego de un rato, comenzó. - Sé que para ti es más difícil que para cualquiera de nosotros... porque aunque nunca me dijiste exactamente lo que pasó... Watanuki, pude sentir toda esa rabia y dolor el día en que te fuiste. - Cerré los ojos ante el recuerdo de ese triste día. - Y no es que quiera defenderlo, pero tú... siempre has sabido perdonar a la gente, Watanuki... así que te pido que intentes perdonarlo. - Apreté los puños.
-¡¿Cómo quiere que...?!
-Watanuki. - Suspiré exasperado. Era obvio que no se iba a callar hasta decirlo todo. - Doumeki dejó un mensaje para tí. - Gruñí. ¿Y a mí qué diablos me importaba? Que el idiota ese se fuera con mensajitos a otro lado. Hubo un nuevo silencio hasta que ella volvió hablar. - Le dieron una beca para una Universidad... no quiso decir a dónde se fue, pero me dijo que por favor te diera el mensaje... de que lo sentía, y mucho. - Bajé mi mirada al suelo, conteniéndome para no llorar de la rabia. "Que le pida disculpas a su abuela, ese... ese..." - No se fue con Himawari, Watanuki. Se fue solo. - Esa fue la gota que derramó el vaso.
-¡¿Qué?!
-...la extraño... - Susurré en un suspiro. Casi pude ver su rostro sonriéndome.
-Yo también, mi querido tsundere. - Reí por su broma y sentí que ella igual reía. Mi mirada se tornó nostáligca.
-¿Cómo están el bollo negro y las niñas? - Pregunté con una voz que hasta a mí me pareció demasiado paternal. Sé que ella lo notó, pero sólo me respondió que estaban bien, pero que me extrañaban. Sonreí tristemente. - Yo también los extraño... a todos. - Suspiré y sé que ella esperó a que yo hablara de nuevo. Así que preferí ir directo al punto. - Señorita Yuuko... lo del otro día... - La voz me tembló y apreté más el celular en mi mano. - La maleta...
-De eso quería hablarte. - Me inerrumpió. Yo me extrañé y fruncí el seño, pero sólo dejé que continuara. - Fue Doumeki. - Dijo simplemente, y yo me estremecí. Lo sabía... - Sé que ahora mismo estás sacando conclusiones, así que para en este mismo instante. - Parpadeé por su voz, sonaba firme. Me mordí el labio. Sólo hablaba así cuando era importante, así que la obedecí. Suspiró. - Mira Watanuki, será difícil decirlo, pero... A mí también me tomó por sorpresa y... - Me inquieté. La Señorita Yuuko... ¿tartamudeaba? - Doumeki... se fue de la ciudad.
Mentira.
-¡¿Qué?! - Me cubrí la boca con una mano, mientras mi cerebro trataba de ordenar mis ideas de una forma catastróficamente rápida. ¿Que Doumeki qué?
-Lo que escuchaste... - Dijo en un suspiro. Traté de volver a hablar, pero me interrumpió nuevamente. - Por favor no hables, sólo escucha. - Tragué con fuerza y obedecí, aún desorientado, esperando a que ella hablara. Luego de un rato, comenzó. - Sé que para ti es más difícil que para cualquiera de nosotros... porque aunque nunca me dijiste exactamente lo que pasó... Watanuki, pude sentir toda esa rabia y dolor el día en que te fuiste. - Cerré los ojos ante el recuerdo de ese triste día. - Y no es que quiera defenderlo, pero tú... siempre has sabido perdonar a la gente, Watanuki... así que te pido que intentes perdonarlo. - Apreté los puños.
-¡¿Cómo quiere que...?!
-Watanuki. - Suspiré exasperado. Era obvio que no se iba a callar hasta decirlo todo. - Doumeki dejó un mensaje para tí. - Gruñí. ¿Y a mí qué diablos me importaba? Que el idiota ese se fuera con mensajitos a otro lado. Hubo un nuevo silencio hasta que ella volvió hablar. - Le dieron una beca para una Universidad... no quiso decir a dónde se fue, pero me dijo que por favor te diera el mensaje... de que lo sentía, y mucho. - Bajé mi mirada al suelo, conteniéndome para no llorar de la rabia. "Que le pida disculpas a su abuela, ese... ese..." - No se fue con Himawari, Watanuki. Se fue solo. - Esa fue la gota que derramó el vaso.
-¡¿Qué?!
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Re: Habitación de Eiji
Me cansé, en verdad me cansé de esperarle, así que decidí ir por él. Entonces sentí que su voz se tornaba preocupada y me asusté. Iba a abrir la puerta y justo en ese momento me detuve, sentí como si no debiera hacerlo.
Me quedé como estático, y entonces ya no supe qué hacer.
Otro grito de nuevo. Por Dios, de qué estarían hablando. De seguro había llamado a su jefa, él dijo que era escandalosa, pero el de la algarabía era él. ME quedé pensativo, debería o no salir..... Me llevé la mano al rostro desesperado, y opté por llamarle.
Medio abrí la puerta y asomé mi cabeza.
- ¿Amor?- pregunté, me miró algo nervioso, y supe que debía dejarlo solo. - Descuida, descuida, Nya- murmuré haciendo un gesto con el brazo. - Tú acaba ahí, te espero adentro...- entré de nuevo y resoplé.
Temor. Eso vi en sus ojos. Quizás debería interrogarle cuando entrara....
Me quedé como estático, y entonces ya no supe qué hacer.
Otro grito de nuevo. Por Dios, de qué estarían hablando. De seguro había llamado a su jefa, él dijo que era escandalosa, pero el de la algarabía era él. ME quedé pensativo, debería o no salir..... Me llevé la mano al rostro desesperado, y opté por llamarle.
Medio abrí la puerta y asomé mi cabeza.
- ¿Amor?- pregunté, me miró algo nervioso, y supe que debía dejarlo solo. - Descuida, descuida, Nya- murmuré haciendo un gesto con el brazo. - Tú acaba ahí, te espero adentro...- entré de nuevo y resoplé.
Temor. Eso vi en sus ojos. Quizás debería interrogarle cuando entrara....
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Re: Habitación de Eiji
Iba a decir algo nuevamente cuando la puerta se abrió. Escuché a Eiji-chan hablar y me giré con rapidez hacia él, apretando con fuerza el celular en mi mano y con el corazón latiendo a mil por hora. "Jodida suerte mía..." Pensé asustado. Noté que me miraba algo extrañado, pero luego sólo me dijo que no me preocupara y que me esperaba adentro, y entonces entró. Sentía a la Señorita Yuuko llamándome, pero no podía articular palabra. Me dejé caer lentamente con la espalda apoyada en la pared hasta que toque el piso, y me contuve para no gritar. Sentía que todo se mezclaba a un ritmo vertiginoso dentro de mi cabeza, y una fuerte jaqueca comenzaba a crisparme los nervios.
-¿Wata...?
-¡Sólo dígame lo que tenga que decir y que sea rápido! - Casi rogué mientras me levantaba y me elajaba de la puerta varios metros, hasta el final del pasillo. No quería que Eiji-chan escuchara nada... Era mejor si simplemente no sabía lo que estaba pasando. La Señorita Yuuko suspiró, y siguió.
-No me dieron epxplicaciones. Himawari sólo se aparece de vez en cuando en la tienda para ver cómo están las chicas, y de Doumeki no sé desde hace una semana... Watanuki, siento mucho esto, pero creo...
-Que todo se fue a la mierda, sí. - Respondí exasperado, sin medir mis palabras. Ahogué un sollozo de desesperación y me senté en el piso, cubriéndome los ojos con una mano. - ¿Qué más dijo...? - Pregunté con voz quebrada. Ella suspiró tristemente y continuó.
-Que por favor no confundieras lo de la maleta... que era una forma de disculparse por... por lo que te hizo, y... supuso que quizá podría faltarte ropa, así que prefirió mandarla... sobre todo después de que supo que habías olvidado la tuya acá. - No lo soporté más y comencé a sollozar quedamente; era una mezcla de tristeza, rabia, desesperación y culpabilidad. Porque debía admitir que también había tenido la culpa. - Watanuki... vamos, hombre, no llores...
-Yuuko... - Noté que se sorprendía al decir sólo su nombre. - Todo era perfecto... íbamos a vivir juntos, nos casaríamos después de la escuela, teníamos planeado de todo y... y... - Sollocé con más fuerza. - Todo se fue al diablo, Yuuko... - En ese momento, cuánto necesitaba verla y dejarme abrazar...
-Oh, Watanuki... lo sé, y sé que es difícil comprenderlo, pero recuerda que todo es... inevitable. - Amplié los ojos al oírla decir eso y dejé de llorar repentinamente. Cierto... si no hubiera terminado con Doumeki... si no me hubiera ido... Eiji-chan y yo... - ¿Watanuki...? - Sonreí un poco mientras me secaba las lágrimas.
-Está bien. - Susurré. Ella pareció no entender. - Yo... lo perdono. - De nuevo, casi pude ver su sonrisa satisfecha. Solté una risa entre triste y divertida. - Conociendo la mente retorcida de ese Shizuka... supongo que de verdad lo siente. - Suspiré y ella rió un poco. Otro silencio un poco incómodo se hizo presente, hasta que volví a hablar. - Gracias Yuuko... por todo. - Dije con una sonrisa. Sí, quizá aún me dolía el hecho de que Doumeki y Himawari estuvieran saliendo a mis espaldas, pero... no quería guardar ese rencor en mi corazón. Y sentía que después de esto, al fin podría concentrarme plenamente en mi relación con Eiji-chan. Ella susurró un de nada y entonces supe que debía volver con mi novio. - Yuuko, debo irme. - Pareció entristecerse y entonces reí. - El deber llama. - Rió, y entonces supe que ella sabía sobre Eiji-chan. "Claro, siempre lo sabe todo ¬///¬" Me sonrojé un poco y me apuré en despedirme. - Bu-Buenoo... ¡Hasta pronto Señorita Yuuko! >O< - Grité y ella rió.
-Extrañaba tus gritos... Bye, bye. - Colgó dejándome un poco confundido, y al cabo de unos segundos colgué yo también. Guardé el celular en el bolsillo de mis jeans nuevamente y suspiré, reordenando mi ideas y frotándome los ojos, intentando no dar a notar que había llorado, mientras caminaba hacia la habitación de Eiji-chan. Iba a ser un LARGO interrogatorio...
-¿Wata...?
-¡Sólo dígame lo que tenga que decir y que sea rápido! - Casi rogué mientras me levantaba y me elajaba de la puerta varios metros, hasta el final del pasillo. No quería que Eiji-chan escuchara nada... Era mejor si simplemente no sabía lo que estaba pasando. La Señorita Yuuko suspiró, y siguió.
-No me dieron epxplicaciones. Himawari sólo se aparece de vez en cuando en la tienda para ver cómo están las chicas, y de Doumeki no sé desde hace una semana... Watanuki, siento mucho esto, pero creo...
-Que todo se fue a la mierda, sí. - Respondí exasperado, sin medir mis palabras. Ahogué un sollozo de desesperación y me senté en el piso, cubriéndome los ojos con una mano. - ¿Qué más dijo...? - Pregunté con voz quebrada. Ella suspiró tristemente y continuó.
-Que por favor no confundieras lo de la maleta... que era una forma de disculparse por... por lo que te hizo, y... supuso que quizá podría faltarte ropa, así que prefirió mandarla... sobre todo después de que supo que habías olvidado la tuya acá. - No lo soporté más y comencé a sollozar quedamente; era una mezcla de tristeza, rabia, desesperación y culpabilidad. Porque debía admitir que también había tenido la culpa. - Watanuki... vamos, hombre, no llores...
-Yuuko... - Noté que se sorprendía al decir sólo su nombre. - Todo era perfecto... íbamos a vivir juntos, nos casaríamos después de la escuela, teníamos planeado de todo y... y... - Sollocé con más fuerza. - Todo se fue al diablo, Yuuko... - En ese momento, cuánto necesitaba verla y dejarme abrazar...
-Oh, Watanuki... lo sé, y sé que es difícil comprenderlo, pero recuerda que todo es... inevitable. - Amplié los ojos al oírla decir eso y dejé de llorar repentinamente. Cierto... si no hubiera terminado con Doumeki... si no me hubiera ido... Eiji-chan y yo... - ¿Watanuki...? - Sonreí un poco mientras me secaba las lágrimas.
-Está bien. - Susurré. Ella pareció no entender. - Yo... lo perdono. - De nuevo, casi pude ver su sonrisa satisfecha. Solté una risa entre triste y divertida. - Conociendo la mente retorcida de ese Shizuka... supongo que de verdad lo siente. - Suspiré y ella rió un poco. Otro silencio un poco incómodo se hizo presente, hasta que volví a hablar. - Gracias Yuuko... por todo. - Dije con una sonrisa. Sí, quizá aún me dolía el hecho de que Doumeki y Himawari estuvieran saliendo a mis espaldas, pero... no quería guardar ese rencor en mi corazón. Y sentía que después de esto, al fin podría concentrarme plenamente en mi relación con Eiji-chan. Ella susurró un de nada y entonces supe que debía volver con mi novio. - Yuuko, debo irme. - Pareció entristecerse y entonces reí. - El deber llama. - Rió, y entonces supe que ella sabía sobre Eiji-chan. "Claro, siempre lo sabe todo ¬///¬" Me sonrojé un poco y me apuré en despedirme. - Bu-Buenoo... ¡Hasta pronto Señorita Yuuko! >O< - Grité y ella rió.
-Extrañaba tus gritos... Bye, bye. - Colgó dejándome un poco confundido, y al cabo de unos segundos colgué yo también. Guardé el celular en el bolsillo de mis jeans nuevamente y suspiré, reordenando mi ideas y frotándome los ojos, intentando no dar a notar que había llorado, mientras caminaba hacia la habitación de Eiji-chan. Iba a ser un LARGO interrogatorio...
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Re: Habitación de Eiji
Me recosté de nuevo boca arriba en la cama, y apagué la tv. Mi cabeza cayó por el borde de la cama, y veía todo de cabeza.
- "Soy un murciélago"- pensé. Sonreí al ver entrar a Wata-chan por la puerta. - Te tardaste mucho, amor...- murmuré. Entonces fruncí el ceño y me dejé caer al suelo, dando una vuelta hacia atras y levantándome después. Me acerqué a él y tomé su rostro entre mis manos después de que me puse de puntillas. - Estabas...llorando...- comenté, serio.
Lo miré fijamente y me crucé de brazos.
- ¿De qué hablaron? ¿Por qué lloraste? ¡No entiendo nada!....¿puedes explicarme que sucede aquí?- Respiré hondo y le miré.- Lamento sonar como una esposa celosa, y hacer tantas preguntas....es sólo que me preocupas, es todo...- susurré volviendo a llevar una de mis manos a su mejilla.- ¿Estás bien? ¿Quieres hablar?- pregunté suave y dulcemente, tratando de no alterar las cosas. Pero estaba muy preocupado.
Me encaminé a la silla y tomé a nuestro hijo, que había llegado la noche anterior con Wata. Lo posé en la cama al lado de Daigoro y me senté al lado de ambos. Expectante, atento. Sin quitarle la vista de encima.
- "Soy un murciélago"- pensé. Sonreí al ver entrar a Wata-chan por la puerta. - Te tardaste mucho, amor...- murmuré. Entonces fruncí el ceño y me dejé caer al suelo, dando una vuelta hacia atras y levantándome después. Me acerqué a él y tomé su rostro entre mis manos después de que me puse de puntillas. - Estabas...llorando...- comenté, serio.
Lo miré fijamente y me crucé de brazos.
- ¿De qué hablaron? ¿Por qué lloraste? ¡No entiendo nada!....¿puedes explicarme que sucede aquí?- Respiré hondo y le miré.- Lamento sonar como una esposa celosa, y hacer tantas preguntas....es sólo que me preocupas, es todo...- susurré volviendo a llevar una de mis manos a su mejilla.- ¿Estás bien? ¿Quieres hablar?- pregunté suave y dulcemente, tratando de no alterar las cosas. Pero estaba muy preocupado.
Me encaminé a la silla y tomé a nuestro hijo, que había llegado la noche anterior con Wata. Lo posé en la cama al lado de Daigoro y me senté al lado de ambos. Expectante, atento. Sin quitarle la vista de encima.
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Re: Habitación de Eiji
Cuando entré Eiji-chan estaba de cabeza en la cama. Por un segundo me aterré ante la posibilidad de que le sucediera algo, pero luego me tranquilicé cuando me saludó y se bajó, irguiéndose en el suelo. Sonreí casi imperciptiblemente, no como acostumbraba siempre, con esa amplia sonrisa. La verdad no tenía muchas ganas... de pronto quería sólo dormir. Eiji-chan se acercó a mí y tomó mi rostro entre sus manos, y traté de sonreírle, pero denuevo no podía. Entonces se puso serio, y murmuró algo que hizo que se me congelara el cuerpo. "Lo que me faltaba... ¡¡demonios!!" Pensé mientras no podía articular palabra. Entonces Eiji-chan se cruzó de brazos y comenzó a preguntarme un millón de cosas que aunque traté de que no lo hicieran, me irritaron demasiado. Sí, tenía derecho a saber qué era lo que pasaba pero... ¡Arg! ¿Por qué tenía que hablar de esto ahora? Me maldije interiormente. Si tan sólo me hubiera alejado antes...
Me dijo que no quería sonar como una esposa celosa y que sólo se preocupaba por mí; yo hice un amago de risa, apartando la mirada. No quería decirle, no quería que supiera de Doumeki, yo... quería simplemente olvidarlo y hacer como si nunca hubiera existido. Quería sacarlo de mi mente de una maldita vez, así que no quería que Eiji-chan supiera más de lo que ya le había dicho sobre él. Serían sólo preocupaciones innecesarias para mi Eiji, y no quería causarle más molestias. Así que me mantuve estático hasta que se sentó en la cama, mirándome fijamente. Cerré los ojos y respiré hondo, para luego suspirar con fuerza y algo de fastidio, caminando hacia el escritorio donde pude ver mi playera y dándole la espalda a Eiji-chan, colocándomela rápidamente.
-No fue... no fue nada, sólo cosas sin importancia, ¿sí? - Dije con voz pausada, evitando mirarlo a los ojos. Porque sabía que si lo hacía no resistiría y comenzaría a desahogarme... Necesitaba ir a mi habitación pero a la de ya y pensar con la cabeza fría para terminar de procesar todo lo que había pasado. Sin duda había sido demasiada información para un solo día.
Me dijo que no quería sonar como una esposa celosa y que sólo se preocupaba por mí; yo hice un amago de risa, apartando la mirada. No quería decirle, no quería que supiera de Doumeki, yo... quería simplemente olvidarlo y hacer como si nunca hubiera existido. Quería sacarlo de mi mente de una maldita vez, así que no quería que Eiji-chan supiera más de lo que ya le había dicho sobre él. Serían sólo preocupaciones innecesarias para mi Eiji, y no quería causarle más molestias. Así que me mantuve estático hasta que se sentó en la cama, mirándome fijamente. Cerré los ojos y respiré hondo, para luego suspirar con fuerza y algo de fastidio, caminando hacia el escritorio donde pude ver mi playera y dándole la espalda a Eiji-chan, colocándomela rápidamente.
-No fue... no fue nada, sólo cosas sin importancia, ¿sí? - Dije con voz pausada, evitando mirarlo a los ojos. Porque sabía que si lo hacía no resistiría y comenzaría a desahogarme... Necesitaba ir a mi habitación pero a la de ya y pensar con la cabeza fría para terminar de procesar todo lo que había pasado. Sin duda había sido demasiada información para un solo día.
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Re: Habitación de Eiji
Y la ignorada fue olímpica. Sabía que pondría resistencia, pero esto era...¡Esto era absurdo! Lo sabía, Watanuki Kimihiro no confiaba lo suficiente en mí, y yo hasta le conté todo de mí....cosa que ni siquiera con Suzaku-san hice alguna vez.
Mi mirada se ensombreció, y la clavé en el suelo. De pronto mi semblante se tornó frío.
Y lo noté en sus ojos, duda y miedo. Suzaku-san al menos lo habría enfrentado, ¿no? Seguro que sí.
Me mordí el labio inferior y me levanté, caminando a la puerta.
Ladeé el rostro hacia él.
- Ah, claro. Entiendo entonces. Oye no sé tú pero.....yo saldré un momento...quiero estar..-oh, no y aquí venían. Sentí que se preocupaba al ver unas lágrimas salir de mis ojos, pero giré mi rostro. Entonces intentó acercarse.- ¡Sólo déjame solo, si no quieres contarme de tus problemas está bien, quédate con ellos que yo lo haré con los míos!- le grité.
Ahora estaba iracundo. Le lancé una mirada herida y salí corriendo de allí.
https://gakuen-darkness-oris.foroes.org/jardines-y-piscina-f2/silencio-priv-t3357.htm#195335
Mi mirada se ensombreció, y la clavé en el suelo. De pronto mi semblante se tornó frío.
Y lo noté en sus ojos, duda y miedo. Suzaku-san al menos lo habría enfrentado, ¿no? Seguro que sí.
Me mordí el labio inferior y me levanté, caminando a la puerta.
Ladeé el rostro hacia él.
- Ah, claro. Entiendo entonces. Oye no sé tú pero.....yo saldré un momento...quiero estar..-oh, no y aquí venían. Sentí que se preocupaba al ver unas lágrimas salir de mis ojos, pero giré mi rostro. Entonces intentó acercarse.- ¡Sólo déjame solo, si no quieres contarme de tus problemas está bien, quédate con ellos que yo lo haré con los míos!- le grité.
Ahora estaba iracundo. Le lancé una mirada herida y salí corriendo de allí.
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Re: Habitación de Eiji
Necesitaba salir de ahí en ese momento. Sabía que Eiji-chan quería que le dijera, y no era que no confiara en él, pero... pero necesitaba pensar la forma en que se lo diría. No podia llegar y decirle "verás amor, ese novio que te dije que tenía antes de venir aquí me mandó una jodida maleta complicándome la maldita existencia y resulta que ahora todo era una disculpa y el muy desgraciado se fue de la ciudad dejándome un mensaje disculpándose por haberme engañado con mi mejor amiga"... Oh, sí, qué bien. Contuve un gruñido de enfado apretando los puños, y entonces noté que él caminaba hacia la puerta. Lo miré confundido y sus ojos literalmente me mataron. Su mirada era tan... fría, carente de esa alegría e inocencia que tanto amaba, y su voz fue tan hiriente que juró sentí ganas de llorar. Pero me quedé perplejo al ver que el que lloraba era él. Evadió mi mirada y yo traté de acercarme, preocupado, pero su fuerte grito me hizo dar un paso atrás, verdaderamente asustado. ¿Qué demonios pasaba? Me lanzó una última mirada herida y salió corriendo. Otra vez se iba corriendo. Otra vez me dejaba ahí, parado como un imbécil tratando de pensar qué mierda había hecho mal esta vez.
Llevé mis manos a mi rostro lanzando un grito frustrado, pero que sonó tan desesperado y cansado como me sentía en ese instante. La jaqueca volvía, el mareo volvía, las ganas de llorar volvían, el deseo de tirarme en la cama a dormir y no despertar hasta que el jodido mundo valiera la pena volvían... pero más fuerte era ese dolor en el pecho que tenía al saber que Eiji-chan estaba llorando. Y me odié tanto por eso. ¿Cómo podía ser tan patético? ¿Hasta qué punto... hasta qué punto se puede amar a una persona? Y maldiciéndome mil veces por lo que estaba a punto de hacer, lancé un grito enojado y partí corriendo, a donde lo sabía muy bien, estaba... Eiji.
Llevé mis manos a mi rostro lanzando un grito frustrado, pero que sonó tan desesperado y cansado como me sentía en ese instante. La jaqueca volvía, el mareo volvía, las ganas de llorar volvían, el deseo de tirarme en la cama a dormir y no despertar hasta que el jodido mundo valiera la pena volvían... pero más fuerte era ese dolor en el pecho que tenía al saber que Eiji-chan estaba llorando. Y me odié tanto por eso. ¿Cómo podía ser tan patético? ¿Hasta qué punto... hasta qué punto se puede amar a una persona? Y maldiciéndome mil veces por lo que estaba a punto de hacer, lancé un grito enojado y partí corriendo, a donde lo sabía muy bien, estaba... Eiji.
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