Mors ultima linea rerum est (Privado Amy)

Llevaba unos meses bastante tranquilo, sin problemas en el instituto ni con cierto vampiro sexual y depravado... Todo iba bien, demasiado para un demonio, asi que visitó los barrios mñas bajos, un lugar perfecto para tener alguna victima de un pacto o simplemente para matar como demonio que era.

Una mujer había sido ultrajada y le vendió su alma a cambio de que matara a los hombres en cuestión, sin problema alguno se presentó en el cuartes de aquellos hombres y les mató uno a uno, sin dejar cabeza sobre hombros... la habitación se volvió roja. Cuando salió su aspecto era limpio, impecable. Nadie diría lo que acababa de hacer.

Le comunicó a la mujer que todo estaba hecho y ella feliz dijo que esperaría su muerte para verle en el infierno. Trabajo concluido y hora de irse de aquel lugar, sin embargo los gritos y los rumores de un asesino le llamaron la atención, pero al oir la palabra vampiro, le dio la sensación de que seríe él, Eu, Rauros Eu.

Había investigado un poco y al doblar la esquina se lo encontró de frente.

Se quedó quieto en el sitio sintiendo al vampiro a su lado, decirle aquello de forma tan serio... ¿acaso tenía mal humor? ¿mala noche? Amy era un demonio ahora, era normal sacar su lado demoníaco, luego el que oliera a muerte no era ningun problema.

- ere stú el único que lo huele, los humanos no pueden diferenciar ese aroma *le mira de reojo sin moverse* sin embargo yo voy manchado y lleno de restos de otros a diferencia tuya... Rauros *no le llamó pro el nombre que le dijo en el burdel*

No había gente cerca a ellos, parece que temian al vampiro.
- soy un demonio por si lo has olvidado... y tenía trabajo que hacer, nada más... *le mira* me disponía a irme, hay lugares interesantes por la zona si te interesan *hizo memoria* burdeles, mujeres que dejan hacerse cualquier cosa por dinero, chicos jóvenes, un bar de esclavos sexuales... corrupción y muerte es lo que hay aquí *le miró con ojos negros* y soy un demonio, no estoy fuera de lugar.

Desprecios... desprecios... y desprecios... De boca de ese vampiro no salían mas que desprecios e insultos hacia él, que si iba por lo facil, que si no era buen demonio... O aquel vampiro tenía mal día y había decidido pagarlo con él o bien es que había tomado sangre en mal estado, podrida o sucia y le afectaba a la cabeza. Fuera lo que fuera no merecía la pena que se enfadara con ese tipo, si se dejaba provocar el demonio ganaría, siempre ganaba y obtenía lo que quisiera...

El odio por sus palabras estaba en sus ojos oscuros, pero decidió guardarse sus palabras y contestaciones para ni siquiera dirigirle la palabra, y una vez se despidió lamiendo su oreja se volteo, se iría de allí, al fin y al cabo no buscaba sexo, simplemente tenía que ejercitar como demonio cada cierto tiempo y eso es lo que había hecho.

Se puso a andar pasando del vampiro, ignorándole y mirando una libreta ocn asunos suyos, no tenía porqué desperdiciar el tiempo con alguien como ese tipo, además ya le había dejaod claro que lo único que le interesaba ahora era encontrar un virgen... aunque en aquel barrio, dificil lo tenía.

Abandonó aquel barrio sin querer pensar más en el vampiro, pero cuanto más lo evitaba, más imagenes levenían a la mente y eran por culpa del vampiro, esa suave lamida en su oido, esas palabras susurradas... le provocaba y le había hecho algo, algo que le hacía pensar en él cada vez que lo tenía cerca, era como un iman. Le costaba aguantar estar lejos de él, se excitaba al recordarlo y la tranquilidad duraba poco, volvía a tener ganas de sexo... Aquel maldito le había hecho algo.

Pudo aguantar más de 12 horas gracias a que usaba sus habilidades de demonio, ss ojos seguían negros, no les volvió verde, pues en su parte más angelical era muy débil contra la seducción. Y aquel vampiro sabía muy bien como jugar, necesitaba calmarse, y para eso lo mejor sería encontrar a Eru y que todo acabara.

Volvió a la ciudad a la noche siguiente y busco rastros de él, hasta que dio con un hotel de mala muerte, pasó de los que s eofrecían allí y subió directo a una habitación, abrió la puerta sin llamar y le miró. Estaba de mal humor por haber tenido que ir hasta donde estaba el vampiro.

- maldito seas... *susurró entre dientes cerrando la puerta de la habitación*

- no me vengas con gilipolleces *le miraba con odio* por tu culpa estoy caliente, la otra noche me hiciste algo, verdad? no querias un virgen? olvidate de mi!! *le miraba gritando aquello sin importarle mucho levantar la voz, era molesto tener que estar a los pies de otro*

Miró a aquel tipo, tenía un cuerpo escultural, muy atractivo, sexy, sensual... llamaba al pecado como decían los ángeles, le gustó ver tatuajes en su cuerpo y el que llevara poca ropa no ayudaba, pues si le miraba mucho seguro el calor se haría más intenso. Hacia lo posible para aguantar sus ganas de tener sexo, pues sabia que solo desaparecerian con el vampiro.

Se quedó en la puerta sin decir nada más, mirándole y esperando una respuesta, deseaba irse, no se daría tal ducha.

Maldito vampiro que actuaba... sabia que actuaba para esconder lo que era obvio: se estaba divirtiendo a su costa. Ese vampiro sabái que Amy no podía soportar aquello, lo hacía a proposito, le tentaba, sino ¿por que se habia quitado la toalla? Sabia que siempre que le entraba calor terminaban por acostarse y tener sexo intenso.

Apartaba la vista para no mirarle pero el vampiro volvía a tocarle, debia resistir y comportarse un poco, no le iba a dar la satisfacción de verle tan mal, tan furioso por su juego.

- no quiero hacer nada contigo, pero si me tocas mi cuerpo ardera, como ha pasado antes, luego... *le mira serio* si lo que quieres es follarme hazlo, pero lyego olvidame y dejame seguir con mi vida como la tenia antes de conocerte en aquella casa abandonada *le mira* no me interesa seguir así, pillate a cualquier otro...

De un manotazo apartó la mano del vampiro de su cuerpo, le miraba a los ojos, no le interesaba mirar su sexo, al fin y al cabo ya le había sentido dentro de su culo y su boca... sabia su tamaño.

Aquello le cabreaba, no quería seguir siendo un perrito que no pudiera ir a ninguna parte si su amo no le dejaba, era horrible tener que estar pendiente de ser follado por ese hombre, no quería seguir así, estaba harto.

- sabes que no tengo otra que follar contigo para calmarme... *le miraba, le daba igual que se masturbara delante de él, no le afectaria ahora mismo estaba de mal humor* puedes encontrar a muchos que sean más interesantes, asi que dejame en paz... no quiero seguir teniendo que ser como una puta que necesita hacerlo contigo para dormir bien... *le mira*

El vampiro seguí a lo suyo, con una ligera sonrisa en el rostro, no le iba a dejar así sin mas y tampoco iba a ceptar que la culpa era suya de modo que no le quedaba otro remedio, por mucho que le molestase o rabia qu el diese...

- si no me dejas en paz, no tendré otra que volver al infierno y dejar el plano terrenal, allí el demonio que me hizo caer podrá librarme de ti, aunque eso signifique no volver al lado de los humanos... *le miraba serio, no quería tener que hacer eso... pero si no habia mas remedio...*

Se quedó allí de pie y se sorprendió con la reacción del vampiro, parecía molesto, enfadado... y se le pasaron las ganas de jugar, aquello era increible, no esperaba que el vampiro reaccionara así, pero al parecer le tomó en serio, lo cual le venía bien, debía imponerse y no dejarle hacer lo que se le antojara.

¿qué le importaba? eso era mentira, no podía ser cierto, pero el vampiro estaba en serio de mal humor, tanto que se fue de allí sin más. Se quedó solo en el cuarto pensando en eso. No era posible... los seres malditos, aquellos que albergaban odio en su corazon no podían amar, así les habían enseñado cuando era angel, esos seres solo se movían por lujuria y él mismo lo había experimentado, de modo que el vampiro le tenía que estar mintiendo, sí, eso era.

Suspiró y salió del cuarto, viendo y oliendo la sangre de las victimas del vampiro, aquellos seres habían pagado el enfado de Rauros... pero daba igual, eran almas insignificantes y tarde o temprano acabarian muertos... Se fue del lugar a su casa a descansar.


[fin del tema]