Mensaje inoportuno? - priv Hatori -

Sonrío ante su forma coqueta de ser.

Siento una puntada de culpabilidad y remordimientos cuando dice que estará libre para mí, ya que yo no podré ofrecerle lo mismo. Por mucho que me traiga de cabeza esto, no debería de estar mal, él ya me dijo que quería intentarlo.

Cojo la mantita y leo el colorido y resaltado nombre de esta. - No tengo mucha idea de esto, así que si viene alguien a quejarse será mi prima. - me pongo la caja plana y larga bajo el brazo.

- Como quieras, hay un restaurante de comida europea a domicilio que traen buena comida, llamaremos cuando llegamos a casa. Vamos a la mía hoy si te parece. - me lleva a otro pasillo y me da un beso corto y fugaz, pero me saca una sonrisa. - No te arriesgues tanto en el trabajo y más cuando tu estado de soltero ayuda en tus ventas. - digo sin menos preciar sus dotes de vendedor, pero él sabe que mucha clientela va por él, le miro medio regañándole, pero estaba algo feliz de esa interacción con él.

No me extraña que venga la supervisora ya que exclama por lo de venir a mi casa, aunque no sé si de nervios o de ilusión. - Ok, iremos, no te exaltes. - sonrío por lo surrealista que me parece que haya encontrado los puntos muertos de las cámaras en una juguetería.

- no estaba celoso, sabes? - digo cuando lo insinúa.

- Ok, te espero fuera con el coche. - se va a trabajar y miro las cosas de bebés cojo un par de cosas más para que vean que ha estado vendiendo y no coqueteando. Pago con una tarjeta de crédito y meto las cosas en el maletero. Voy a tomarme un café en una cafetería del centro y luego paso por una papelería para comprar algunos materiales para el trabajo. Le espero en el coche y cuando sube en el asiento delantero bnos inclinamos el uno hacia el otro besándonos. Arranco el coche. - En la parte de atrás hay algo para ti. -digo sacando el coche del estacionamiento. Una bolsa de la papelería con un par de libros, uno sobre consejos para llevar un negocio pequeño y otro sobre propiedades de los ingredientes con un apartado final para postres. No soy capaz de hacer regalos bonitos o vistosos, es algo que me cuesta mucho y acabo comprando cosas prácticas, pero con ese gesto quería decirle que creo que puede llevar una cafetería y que le apoyo sin palabras.

No me sorprende que me llame Tori, ya que en el trabajo me llaman todos así. Tengo que esconder mi vergüenza por lo feliz que se pone con los libros, como me agradece, como los hojea y los abraza contra sí. Si con algo tan pequeño le hago feliz... - No... hay de que.

Cogemos cada uno la comida que queremos y vamos a mi casa. - No tienes que aprenderte el camino esta vez. - digo sin apartar la vista de la carretera dándole a entender que le llevaré más veces.Cuando llegamos a la puerta y estoy girando la llave sus nervios son más que evidentes, casi empiezan oler y todo. Abro y enciendo una luz. - adelante. - cuelgo la chaqueta en una percha y luego enciendo la luz del salón. Es un lugar amplio, limpio y ordenado al detalle, la cocina se ve desde el salón y solo los separa una encimare. Aunque el piso es lujoso los muebles no lo son, son de colores sobrios, pero elegantes, hay muchos estantes con archivadores y un pequeño estudio en un lado. Dejo la bolsa en la encimare y dejo una bolsa con el traje que me prestó lavado y planchado en la salida para que se lo lelve cuando se vaya, que espero que no sea pronto.

Yo me he decantado por comida griega : arroz griego, ensalada de gambas y tarta de san basilio de postre.Voy dejando los tappers en la encimera para servirlos en platos y comer en el salón.- ¿quieres algo de beber?- le pregunto.

Rio bajito cuando dice que el piso es de mi estilo. - Que idiota eres. - digo abordando al menor que está sentado y poniendo las manos en sus caderas para darle un beso dulce y acaricio su nariz con la mía y le dedico una mirada dulce también. Me separo para sacar una cerveza para él y un poco de agua para mí. Además de prender un poco de incienso para perfumar el hogar y que tiene un toque místico por como serpentea el humo tardando en desvanecerse.

Me siento y pruebo mi plato de arroz. - Si algo se quedó frío lo podemos calentar en el microondas. - le digo porque no se tome algo a disgusto. lE miro con la cabeza reclinada sobre mi puño y luego acaricio su mejilla. - No tienes que estar nervioso, siéntete como en casa. - le sonrío para tranquilizarle y bajo el brazo. - se trata de que disfrutes de la cena, si no me sentiré frustrado como anfitrión, y tú no quieres eso. - digo algo burlón para que se relaje.

Quiero disfrutar de una cena con él y luego... tengo que admitir que quiero enrollarme con él en el sofá. - No te echaron la bronca ni nada, no? - le pregunto bebiendo un poco de agua, la inspectora parecía algo molesta.

Intenta no estarlo sí? Quiero que estés a gusto.

No termino mi arroz aún, pero pico algo de la ensalada. Rio por los comentarios sobre su supeior. - no bebas tan de golpe o se te subirá a la cabeza.

- eh? Los fines de semana no suelo tener que ir a la oficina. Había pensado en que te quedaras esta noche y mañana pasemos el día juntos. Espero que aceptes al menos lo de quedarte a dormir, ya te compré el cepillo de dientes y todo.

El alcohol, pese a no ser mucho y ser ingerido con comida hace que su cara se ponga roja y me quedo mirándole encandilado riendo entre dientes. - te lo dije.- No me extraña que tenga calor, de seguro su cuerpo se calentó. pensé que había cogido una 0.0, pero he debido de darle una normal.

- Maji!!? (enserio) genial¡¡ claro que me quedo! - dice sin pensarlo dos veces, le miraba de tal forma que simplemente no podía ocultar todo el cariño que tenía hacia el

- Pero... no se me ha subido nada... - sonrie de manera tierna aunque estaba ya un tantito tomado, observa la botella dándose cuenta que casi se termina el contenido

- Además... - comienza a desabotonarse la camisa, sentía las mejillas calientes, aunque no lo aceptara estaba ya poniendose algo... "feliz"

- Yo insisto...tu depa es calientito - se deja abierta la camisa a mitad del pecho y prueba algo del postre, miraba de vez en cuando a Hatori de manera sensualona y traviesa.

-

Me alegra que esté bien para él quedarse aquí, esa mirada que parece reunir todo el azul del cielo y del mar, en verdad, me encandila.

Me quedo mirando como se desabotona la camisa y toso hacia otro lado disimulando lo sexy que me ha parecid esa imagen. Cuando estamos ambos por el postre las miradas de Zack me hacen ver que me saltará encima en cualquier momento. Ais, se le ha subido... si solo es una cerveza...


Bueno, yo quiero hacerlo, a lo mejor es un poco pronto, pero ambos somos hombres, realmente, no está mal pensar en hacerlo. Nunca me había pasado esto, pero no sé que hacer con este hombre ahora mismo.

tori-chan? pienso, aunque esa confesión suya me excita. El sabor de ambos labios es un contraste raro al principio, esa lamida tan sensual me hace tomar su rostro y después de su 2º confesión más íntima incluso que la 1º nos besamos una vez más con más pasión. Cuando se separa me quedo mirando esos ojos azules, mucho más claros e intensos que los míos que permanecen entrecerrados. Todo lo que me dicen esos ojos hace que sienta más y más ganas de tenerle, pero mi fantasía se rompe cuando se levanta si previo aviso quedando sus labios lejos de los míos

Suspiro y me levanto. Quería conquistar su amor antes de conquistar su cuerpo, pero ya ha dicho que me quiere, creo que está bien ahora. Me levanto y tomo su rostro en mis grandes manos. - Yo... quiero tomarte. - clavo mi frente en la suya mirándolo más de cerca aún. - está bien para ti? - no quiero que se enfríe quiero que me caliente más hasta que sea insoportable. Quiero volver a sentirme como un caramelo derritiéndose en su boca, quiero unirme con él sin importar que sea o no natural. Llevo su mano a mi pecho. - El corazón me late a golpes... - confieso aunque no avergonzado, pero sí desesperado.

Me su consentimiento y respondo ese beso con ganas y felicidad. - Claro, no pensaba hacértelo aquí... - beso esas ruborizadas mejillas antes de tomar su mano y le llevo a mi cuarto. Allí una cama de matrimonio de sábanas color beige y almohadas de color ocre nos esperan. Antes de dejar que se tumbe termino de quitar su camisa que cae al suelo.

Le empujo con suavidad hacia abajo para que se siente y yo me siento a su lado me abrazo a su cuello mientras lo beso con algo de furia. - Bésame más y más. - acabamos tumbados y a pesar de saber la vergüenza que le da apoyo mi oreja en el centro de su pecho asegurándome de que su corazón late rápido como dice. ç

BO-BUM BO-BUM BO-BUM[ *latido de corazón*


Me pongo sobre él y acaricio su rostro con ternura, se ve tan inocente, pero también tan ansioso como yo. - Es la primera vez que lo hago con un hombre así que... tenme un poco de paciencia.

Sonrío y subo las manos por sus costados hasta que mis pulgares llegan a sus botones oscuros y los acarician sutilmente. Beso sus labios, las comisuras y con mi lengua recorro la colina que es su barbilla para llegar a su cuello sin prisa y llenarlo de besos y mordidas suaves que dejan marcas momentáneas, no creo que sea buena idea dejarle marcas a la vista. Me retiro y veo su agitación, pero no parece tanta, ya que sufro la mía en mis propias carnes. - Eres demasiado sexy... sabías? - lamo la punta de su nariz antes de besarlo metiendo la lengua por delante y jadeando deleitosamente en ese beso.

Corresponde esos besos, y desabotona la camisa del otro, sus manos acarician el abdomen del mayor, sus pectorales, deslizando la camisa hacia atrás, de manera tranquila, sus dedos podían sentir la suavidad de esa piel, sus besos se habían más y más apasionados. Le sienta en la cama de forma suave, cuando se inclina a su pecho los dedos del menor acarician ese cabello tan suave, alborotándole un poco, el aspecto un tanto desaliñado de Hatori le hace verse aún más sensual, su entrepierna comienza a reaccionar ante esos estímulos visuales y físicos.

- También... es mi primera vez con un hombre - su voz es un hilillo de excitación, se endereza para buscar esos labios, el aroma del otro invade sus sentidos, los jadeos del castaño le hacen sentir más presión en su parte baja, su lengua busca la ajena y comienzan una danza llena de pasión.

- Te quiero... Tori... - repite recargando su frente en el pecho de Yoshiyuki, mientras sus manos se mueven nerviosas hacia el cierre del pantalón, vuelve a los labios de su ahora amante, deseaba llenarse de él, comer con sus besos cada parte del otro, aquel salvajismo masculino era tan diferente al sexo con las mujeres, Tori no tenía verguenza de actuar, al contrario se notaba ese deseo que quemaba por dentro a ambos.

- Ngh!! - un suave gemido se escapa de la boca de Zack por las acciones del mayor, sus pezones están completamente endurecidos, sus manos acarician la espalda haciendo que Hatori se pegue más a su cuerpo.

Sus palabras y sus gestos me vuelven loco, el sonido metálico del cinturón al abrirse suena la mar de bien, siento sus cabellos hacer cosquillas en el centro de mi pecho en estas. Hasta que sus labios buscan los míos y no tardan en topárselos. Mis besos se vuelven salvajes y fieros por segundos, muerdo sus labios, los lamo para calmarlos, pero vuelvo a morderlos y a succionarlos.


Las manos de Zack en mi espalda hacen que me pegue más a él, el toque de su piel es una delicia, quiero que me toque para siempre. El sonido del menor es muy sexy. Su ansia le lleva, pero yo no tengo prisa ninguna. Me separo perdiendo el contacto con él y cuando se va incorporar para volver a tocarme sujeto su pecho con una mano y lo mantengo pegado a las sábanas.Paso dos dedos por sus labios y recorro su cuerpo con ellos bajando implacables. - shhh!! - digo intentando acallar su ansia.


Llego al destino final que es el bulto de su pantalón y lo acaricio sorprendiéndome de que ese toque le haga contraerse. Es la primera vez que voy a manjear algo así. Abro la cremallera y retiro el botón acariciándolo algo más directamente. Beso su labio inferior mientras su boca se mantiene abierta por la excitación. Como está... y ni siquiera lo he tocado directamente aún.

- No te disculpes, yo también hace tiempo que no lo hago, pero me gusta mucho el juego previo... mmmh... solo dame unos minutos... -

Verle aferrarse a las sábanas y suspirar de placer me motiva para seguir con mis caricias en su centro Saco su miembro erecto de suc calzoncillos bajando su ropa. El que sea su primera vez de esta forma me hace dudar de si hacérselo salvaje cuando no tengo experiencia en ello.

Lamo sus labios que intentan contener su excitación. - Quiero oírte...- le aseguro agarrando su sexo con fuerza y tocándolo deliciosamente. - zack...


Bajo mi propia ropa cuando yo mismo me pongo duro de verle, su gestos son demasiado sensuales y su voz demasiado rica también, ese cuerpo perfectamente marcado parece él de un modelo.

- aah... - gimo bajito cuando hago que los glandes de ambos se toquen y los mantengo juntos con mi mano acariciándolos a la vez. El rostro de Zack es un poema y su cuerpo respira a tropicones, acaricio sus cabellos y lo aparto de su rostro para verle bien, no sé cual de is caricias nos hace gemir a ambos y yo a penas puedo cerrar la boca, pero mis gemidos son ahogados . Lamo con la punta de mi lengua el labio superior del menor cuando se arquea soltando otro gemido. Mi cuerpo está en contacto con el suyo ya que al tener mis dos manos trabajando no puedo sujetarme y he dejado caer mi cuerpo sobre el suyo. Podría correrme sin penetrarle.

Si fisicamente me estimula, visualmente ya es como ver una película erótica. Sus mejillas parecían que iban a explotar de rojas que estaban y su voz fluía libremente como le había pedido. Aunque su posición es la de pasivo, el hombre no se está quieto y daba más intensidad al acto. Su piel resbala por la mía por el sudor y esas tetillas duras se clava en mi cuerpo su sin compasión.

Sus jadeos y sus palabras de amor me encienden, pero él que se corre no soy yo. Con un pequeño jadeo al sentir su semilla en mi propio sexo veo que el otro ya ha llegado al orgasmo. Sonrío dulcemente pese a que me muero por venirme yo también. Continúo tocando suavemente el sexo del otro. - Tranquilo, así tengo la certeza de que te gustó. - beso su frente y acariciándole con ternura me quito de encima tumbándome a su lado. Tomo su mano y la llevo a mi sexo duro y necesitado. - Tócame. - susurro y me inclino mordiendo lóbulo de su oreja mientras sigue agitado por correrse acaricio su pecho y su espalda.

El hombre es tan considerado, no es que pensara que se iba a enojar pero tal vez no le agradaría que se corriera antes que él, no obstante la manera en que le habla y lo que le pide, su sonrojo es aun visible.

- Un... - ese un¡, siempre enérgico es tan dulce, comienza a masajear su sexo de manera suave, como masturbándose él mismo.

Pero no solo quería tocarlo, deseaba que Yoshiyuki disfrutara más, corresponde sus besos, lame su mentón paradespues comenzar a bajar por su cuello, su pecho, lame de paso los pezones del mayor, besando su abdomen y lamiendo al rededor de su ombligo, acaricia el pubis de Tori, le mira a los ojos de manera avergonzada.

- No me mires tan fijamente... - dice como niño pequeño, seguido de lo cual su lengua comienza a masajear el glande del mayor, de algo torpe pero sensual a la vez

(ire a comer y regreso)

Empieza a masturbarme despacio haciéndome suspirar de manera acalorada. El como a bajando por mi cuerpo me hace tragar saliba dos veces seguidas y bufar de calor.

- zack, no tienes que... ah... - después de poner esa cara de niño que no ha roto un plato chupa el glande forma muy erótica. - aah... joder. - subo un brazo sobre mi cabeza agarrándome a los barrotes de la cama. El hombre de ojos intensos está haciendo lo que yo no me he atrevido a hacerle a él, chupársela hasta correrse.

Mi excitación ya dura demasiado y mi pelvis se levanta levemente intentando conseguir más fricción de esa lengua que me está llevando a mi límite. DE verdad sus gestos son voluptuosos, pero necesito más para correrme o me volveré loco Apoyo mi rostro en el brazo que tengo levantado antes incorporare un poco y medios entarme. A pesar de lo que me pidió le miro fijamente. verle es otra sacudida de agitación. Tomo su mejilla en mi mano corroborando que está ahí de verdad.