Pétalos de cerezo y libros de todos, incluido el amor (priv. Ritsu)

Se menor se muestra igual de tímido que siempre. Lamo el contorno de sus ojos, arrancando de sus pestañas una lágrima. - Entonces... por qué lloras? Casi parece que te estoy forzando. - tomo una de las manos que sostienen mi rostro y entrelazo los dedos con los suyos.

Desabrocho su camisa y su pecho se ve rojizo de excitación. Me inclino besando su piel suave y tierna, casi sin músculo, es tan pálido, delgado y delicado que parece una mujer, sus mejillas se tiñen como las de una virgen. - Con esa cara parece que pides ser violado.

-su expresión inocente fue reveladora, la sinceridad de sus ojos fue mas clara que la propia agua, no se podía ser mas transparente, sus ojos llenos de lágrimas lo invitaban a continuar aquel acto- Gomensai... yo no quería llorar.. demo -traga grueso y cierra los ojos unos momentos para volverlos abrir calmadamente- No no es así senpai ... nghh -desvía de nuevo el rostro medio avergozando por esas palabras lascivas, el sonrojo no parecía querer irse por el contrario se acentuaba más-
Senpai... no digas esas cosas.... siento... -en su mente hace eco una frase "siento que moriré si sigue diciéndome eso..."

- a cambio de que no llores hasta que esté dentro. - le advierto cuando me pide que no diga tales cosas.

Me incorporo y beso uno de esos preciosos ojos y ahueco su mejilla en mi mano. - abre tu boca. - le digo demandante, a pesar de que estoy siendo dulce con él, el menor se resiste mucho a mis caricias. Quiero que se abra a mí, que me permita tocarle, quererle. - Ritsu... crees que voy a cortar contigo si no tenemos sexo? - le pregunto. - solo lo haces por complacerme?

-quiso replicar sencillamente dejó abierta la posibilidad que el mayor invadiera su boca en un beso profundo, el cual recibió sin forcejeo alguno- No no es eso senpai... yo... soy feliz estando así contigo... solo es que me da miedo... no se que debo hacer -dijo con lo ojos entre cerrando pero a la vez demostrando que su cuerpo reaccionaba perfecto a los deseos de su compañero- Yo... quiero estar contigo -reveló -tembloroso dirigió su mano hasta la mejilla ajena acariciándolo con suavidad y ternura-

- demuéstramelo. - la mano que tenía entrelaza con la suya llega a mi entrepierna por mi propia mano que la posa allí. - pierde ese miedo y muestrame que en verdad estás feliz de estar conmigo. - le digo completamente enserio, no necesito muestras de su amor, ya me las ha dado de sobra, al contrario que yo a él, por algo dicen que él primero que se enamora pierde. - Ritsu... tócame también.

-con toda su vergüenza a flor de piel accedió a tocarlo, su mano temblorosa acarició por encima de su ropa interior el sexo ajeno, el cual estaba notablemente duro, un suspiro sale de sus labios, demostrando al mismo tiempo que su excitación también estaba en su punto, suavemente movió la mano frotando aquel miembro que con cada roce parecía exigir más- nghh -su sexo estaba reclamando más atención poco a poco comenzaba a doler-

Me quedo embelesado contemplando las reacciones de su rostro cuando me toca. Su mano tiembla, pero se siente bien, tanto que hasta que mis ojos no bajan admirando ese cuerpo juvenil no me doy cuenta de que él mismo también precisa de atenciones. Me lamo los labios al ver la tienda de campaña que forma sus calzoncillos gracias a ese duro pilar central. Le torturo un poco más antes de bajar sus prendas y dejar al descubierto un hermoso sexo pequeño, pero demandante. Quito con el pulgar la gotita de semen que lo corona y lo unto en su falo, luego me lamo la mano delante suya sin pudor y acaricio su ombligo antes de devolverle las caricias con mayor intensidad, gime extasiado y su agarre se hace más fuerte. - Como dejes de tocarme yo haré lo mismo. - muerdo su oreja malicioso.