Una cita de trabajo (privado Arisada )

- espero que no solo huela bien por las flores y se pueda comer. - digo divertido sirviendo un poco de arroz y dejando su plato en una roca para que lo coja.

Pongo algunas moras y arándanos en mi plato junto al huevo y el arroz. - itadakimasu!

mezclo el huevo y el arroz para poderlo comer y de vez en cuando añado una mora en el bocado que me llevo a la boca. Tras triturar un arándano con los palillos lo uso de salsa. No es nada del otro mundo, pero llena el estómago.

- Sí, era algo incómodo, pero como me dormí enseguida no lo note. - intento sentarme con las piernas dobladas, pero unas punzadas en los muslos me lo impiden, ya lo he notado cuando he trepado al árbol, tengo agujetas de la escalada de ayer. Veo como se pone a preparar café en polvo. Le sonrío cuando se dispone a comer y yo miro el lago en calma.

Le miro y niego con la cabeza. - Sé que no es así. - no se veía cansado para nada ayer, ni ahora después de mojarse la cabeza. - solo son unas punzadas en los muslos. - asiento cuando se ofrece a ayudarme. - Claro, arigato.


Me tomo mi taza de café, no me agrada mucho en polvo y menos sin poderlo endulzar, pero un bebedizo caliente me sienta bien en el cuerpo, y con eso doy por concluido el desayuno. Me paso la lengua por los dientes echando de menos no habérmelos lavado anoche y seguir sin poder hacerlo hasta que llegue al hotel.


Cuando termina friega los cacharros y yo me miro en el reflejo del lago. Casi no me reconozco. Me vuelvo a mojar la cara y me coloco el pelo un poco con ayuda de mi reflejo Cuando termino me giro hacia cloud que me espera para que nos vayamos.

Echo un último vistazo al lugar antes de ir al borde del valle. Me subo a su espalda. Se agacha para saltar y lo hace a lo bestia. Al caer me agarro fuerte a él, cada zona de mi cuerpo que siente el aire y no se pega a su cuerpo se siente desprotegida y siento que me soltaré de él, además de querer evitar desequilibrarle cuando tome el suelo. Luego viene otro salto, pero este no me causa tanta impresión, aunque lo que sí me sorprende es que siga corriendo sin dejar que me baje. Pensé que solo sería en las bajadas donde me ayudaría, pero no le digo nada. El viento en la cara a esa velocidad es molesto y escondo el rostro detrás de su cabeza para evitarlo.


Finalmente se detiene en la primera subida que hicimos de camino y me bajo dejando que asegure las cuerdas. - está bien. - digo comenzando a bajar y dando grandes saltos hacia abajo sin despegarme mucho de la pared cuando suelta suficiente cuerda para ello. Cuando llego a la mitad de la roca con él vuelve a usar las cuerdas apra bajar el resto y vuelvo a hacerlo de la misma forma.

miro hacia arriba y suspiro, aunque no reaccione exageradamente no creo que me acostumbre nunca a la sensación de caída. Andamos a buen paso y veo que hay alguien en la cabaña por el humo que sale de ella, pienso en tifa ya que es la única persona que conozco que esté relacionada con Cloud. No me hace mucha gracia que nos vea juntos en su día libre, ya que se notará que nuestra relación es más estrecha que la de un jefe y su empleado, porque ya no tiene sentido negarlo después de esto, intento alejarme, pero luego me acerco sin quererlo y de seguro lo vuelvo loco al igual que me vuelvo loco a mi mismo.

- Buenos días, Tifa. Siento la intrusión. - cuando dice lo de que no come de manera decente pienso en que al menos esta vez ha tenido razón, lo que hice era bastante torpe.


- ah... lo del baño estaría bien, gracias - hago una inclinación de cabeza a Tifa y paso al baño. Cuando me estoy lavando los dientes Cloud me pasa algo de ropa y le agradezco tras escupir la pasta de dientes. Me doy una ducha en la que froto bien todo mi cuerpo. Cuando salgo más fresco me pongo esa ropa y meto la mía en una bolsa de plástico.

Al salir solo quiero irme de aquí para dejarlos solos. - Cloud, podrías llevarme al pueblo o la comarca más cercana? Desde allí vendrán a buscarme

- de acuerdo... - digo desorientado, pensé que iría con esos niños y con tifa, así que solo quería salir de escena cuanto antes ya que las cosas están algo tensas y es por mi causa con toda probabilidad. No comprendo del todo porque, pero parecen molestos el uno con el otro. Le sigo a fuera y me subo a la moto poniendo el casco sobre mi cabeza tras hacer un ademán con la mano en dirección a la puerta despidiéndome de Tifa, se la veía molesta de verás. - Molestia? Es tu domicilio, así que el que debía molestar soy yo. No tienes que disculparte. - aseguro. - sayonara, Zero. - digo sin mucho entusiasmo.


Me agarro de los hombros de Cloud cuando arranca la moto y nos alejamos de vuelta a la ciudad.


Aparca enfrente del hotel y me acompaña a mi planta. Me salgo del ascensor y le miro. - Gracias... por todo. Disfruta de tu día libre, sí?

Asiento a lo que dice y camino hasta mi puerta. Al pasar sonrío, puede que no haya sido especialmente emocionante, pero el día de ayer para mí ha sido una aventura y al llegar a mi cuarto me doy cuenta de que es mi hogar y lo he extrañado.

Tomo un refresco y luego solo me siento a estudiar. Me doy cuenta de lo cómoda que es la ropa de Cloud, quizás es porque me está algo grande, pero me siento bien con ella, no es muy de mi estilo, pero sé que me ha dado la mejor camisa que tenía a mano. Se la devolveré lavada, pero por ahora solo me la dejo puesta.


Llega la noche y guardo los papeles de manera ordenada y pulcra al igual que si fueran contratos y hojas de agenda. Oigo a Cloud pasearse por el pasillo, me parece detectar que se para en mi puerta, aunque no sabría decirlo con seguridad. Me pregunto si lo habrá pasado bien con sus niños. Nada más pensar eso recibo una llamada de Shinnosuke. Le prometí que cogería el teléfono cuando me llamase en el fin de semana, de seguro llamó ayer, por muy bueno que sean mis sistemas de móbil si no hay cobertura sigue sin servir de nada. Platico un rato con él hasta que sus padres lo mandan a dormir. Le deseo buenos sueños y el los multiplica por mil para mí haciendo que corte la comunicación con una sonrisa divertida.


Miro a la puerta de nuevo un momento antes de bostezar y saber que debo meterme en la cama, aunque no soy consciente, mi retina extraña el manto de estrellas...


Comienza otro día de trabajo. tras levantarme pronto y trabajar en el revolucionario programa que presentaré en la Feria Internacional me alisto para ir al trabajo yespero a mi guardaespaldas.

Retiro la mirada de la prensa económica al escuchar a Cloud. - Buenos días, sí, he descansado, gracias por preguntar. Y ahora vamonos.- me meto el periódico doblado debajo del brazo para andar hasta el coche y empezar la rutina del día.


Mientras estoy en la oficina llega mi padrastro. Pide hablar conmigo a solas y Cloud sale fuera. Le indico que se siente con una amigable sonrisa y dejo los papeles. - y a qué debo tu visita?


- a qué no has confirmado tu asistencia al baile de los señores Lookwood. Sabes que su empresa es la que nos suministra todas las materias primas para nuestros productos, hay que socializar, Shuya. Además ya sabes que tienen una hija casadera de tu misma edad...

- No empieces otra vez con eso. - digo con tono exasperado para camuflar mis verdaderas sentimientos. - Tú te casaste a los 22 años con mi madre, así que no me vengas con esos tradicionalismos del siglo pasado. Tengo 17 años.

- No se trata de que te cases, si no de que vayas conocimiento a chicas de tu entorno.

- Mi entorno? Mi madre era de tu "entorno", Ren? No voy a elegir una persona de mi nivel social, al menos que no sea superficial, sinceramente dudo que la haya.

- Da igual. Solo tienes que ir.

- Tú eres el fundador.

- Y tú estás aprendiendo el negocio familiar y parte de ese negocio es ir a los sitios que te inviten, dejarte ver y acumular confianza de toda la gente que hace posible que estemos tan alto.

- Si una sola persona tiene que hacer todo lo que ya hago y encima asistir a reuniones sociales... es que los empresarios tienen alguna máquina mágica para desdoblarse.

- que cabezota eres!

- Y esa cabezonería fue la que hizo que te enamoraras de mi madre, así que... ajo y agua. - digo divertido. - Ren, es peligroso que vaya a un lugar con tanta gente, ya sabes lo de sephirot, a penas puedo salir.

- En un lugar público no te pasará nada. Mi guardaespaldas me ha dicho...

- No, no, no oigamos lo que tiene que decir Cloud, que es el que sabe a lo que nos enfrentamos. - me levanto y le hago pasar - Cloud, crees que es seguro para mí y varios asistentes de la élite financiera que asista a un evento social sabiendo que tengo un asesino detrás? - me gustaría mirarle con súplica para que diga que no, no es nada seguro, aunque solo sea por el tedio, pero Ren me vigila.

- Como has oído no es nada seguro, ni siquiera puedo prescindir de Cloud para salir a fuera. Además, ya te he dicho que no pienso...

- Cloud se encargará. - dice hablando más alto que yo. - Es a las 17 horas, pero ya sabes que nadie está allí tan pronto, si te presentas a las 18 estará perfecto. Hay que ir vestido de marrón, es el color que se ha marcado como preferente. Tu chófer tiene la dirección, te veré allí, les diré a todos que vas. - se levanta saliendo como alma que lleva al diablo.- Ciaito.


Me quedo mirando la puerta por la que ha salido con infinito odio tal y como estoy levantado con las manos apoyadas sobre mi escritorio. Me dejo caer en la silla de ruedas con un bufido y me pongo a trabajar en el ordenador para no comportarme como el niño que soy.

No es que esté enojado con Cloud, sé que no ha tenido la culpa, él ha sido sincero, pero odio que Ren haga estas cosas y más que sea él, precisamente él.

Mi actitud amarga un poco el ambiente, pero no lo puedo evitar realmente. Le indico a Yukio que le dé a Cloud lo que precise. Acabo pronto con el trabajo de la oficina y le doy una serie de instrucciones a Yukio antes de despedirme hasta mañana.

Cloud y yo nos vamos al hotel a comer. No como mucho ya que tendré que degustar bastantes cosas en la fiesta, es lo único bueno que tienen esas reuniones pomposas. Saco un traje marrón del armario y me desnudo para entrar en la ducha. El agua templada cayendo en dos decenas de microchorros de agua siempre me ayuda a no pensar y ahora hay un pensamiento en mi cabeza que no quiero que se apropie de ella hora mismo ni en lo que resta de día.


Me seco el pelo dejándolo ligeramente ondulado salvo el flequillo que lo dejo como siempre. Perfumo mi cuerpo con una loción corporal con una fragancia muy sutil, cuando mi piel la absorbe me pongo el traje. La chaqueta y el pantalón marrón con unos zapatos del mismo color más oscuros. La camisa de un color claro y una corbata fucsia del mismo color de un pañuelo que doblo dentro de mi bolsillo. Solo hay dos cosas que disfrute de una de esas reuniones sociales, una la comida y otra el vestirme para ellas. Siempre se elige un color, aunque los más frecuentes son el blanco y Negro. La última vez que fui a una fue hace cosa de 10 meses y quería irme de allí desesperadamente. No sé que me pasó. Todo el mundo decía lo mismo, que era un joven prometedor y muy capaz... pero cuando les miraba a los ojos solo veía sonrisas forzadas y miradas amenazantes pese a lo simpático de sus palabras y lo amplio de sus sonrisas.


Miro mi reloj de oro que me deja ver los gemelos de plata de la camisa. Encima son terriblemente largas, duran al menos 5 horas, a veces me imagino los banquetes romanos y me rio de mi comparación exagerada.



cUANDO estoy listo bajo al hall.

Spoiler:

Me fijo en el traje gris que lleva, ya que él no ha reparado en mí para nada, cosa que me molesta un poco acostumbrado como estoy a que la gente se me quede mirando y más cuando me paro un determinado tiempo a vestirme adecuadamente. Esta vez se sienta delante y yo atrás solo. Al llegar el chofer me abre la puerta y salgo justo delante de un teatro renacentista con unas colosales columnas corintias y un frontón que reproduce el conjunto escultórico del Partenón. Tras un vestíbulo cuadrado viene un gran tholos abierto en el centro, el mismo ricamente decorado con elementos no solo de época clásica.

Cloud hace una reverencia y se va a ocuparse de los temas de seguridad. Suspiro arreglándome la corbata mientras veo a mi padrastro acercarse a mí diciendo que me estaban esperando. Coge dos copas de champán y me da una. - Sigo siendo menor, sabes? - digo tomándola y al ver su cara de felicidad y despiste solo doy un sorbo. Me da una palmadita en la espalda, al ser tan grata compañía para la mayoría de las personas Ren puede permitirse el lujo de no ser tan recto y de acuerdo al protocolo, yo por mi parte no tengo ese don de gentes suyo. mE LLEva a un grupo de gente con un canapé en la mano que no se han dignado a probar ya que no paran de hablar. Por mi parte tomo uno y lo mastico con cuidado de que no quede ningún trozo de comida entre los dientes antes de saludar a un montón de gente con una espléndida sonrisa que me aseguro de pegar en mi rostro.

Los más duchos en baile salen al centro del círculo donde entra la luz natural más limpiamente y dan vueltas al ritmo de violines, violas y trombones. Mi padrastro se asegura de presentarme una muchacha de casi mi misma edad, Ren que lo tiene todo pensado ha buscado a alguien que pueda ser de mi gusto. La madre de esa chica es una diseñadora de moda internacional y la chica también ha hecho sus pinitos en la pasarela. Y sí algo le faltaba por decir era halagar mis dotes de baile haciendo un chiste bastante ingenioso sobre la poca mañana que tiene él en el juego de pies. No es que sea malo, pero tampoco nada del otro mundo, pero bien sé que si no saco a esa chica a bailar sus padres pueden no tomárselo muy bien, aunque se acaban alejando para que pueda hacer la proposición sin tanto barullo a mi alrededor sé que no quitan ojo de encima nuestra. Le sonrío cándidamente a la vez que me reverencio un poco tendiéndole la mano. - no es una pieza preciosa de Bach para bailar el minué? - digo y me incorporo cuando siento la mano de la chica posarse sobre la mía. Manos suaves y manicura perfecta, aunque no es en lo único que radica su perfección. Su maquillaje, las formas de su cuerpo, los detalles de su atuendo. Las miradas de esos empresarios me escuecen en la nuca cuando me coloco en fila con otro grupo de parejas. "Con lo ridículo que es este baile..." pienso abatido cuando me inclino saludando. Cada vez que me acuerdo de esa horrorosa profesora de baile... pás eleve, pie izquierdo, derecho, izquierdo Y...demi- coupé. Deja esas caderas quietas, que no estamos en salsa! ... Sigo a la perfección los dos tiempos del baile francés y tras cambiar momentáneamente de pareja la vuelvo a tomar de la mano haciendo una reverencia de nuevo y girándola para girar ambos después espalda con espalda y vuelta a dar pasos. Luego me coloco frente a ella con una ligera reverencia y con el brazo que tenemos agarrado los levantamos y damos vueltas mirándonosNo es un baile muy complicado solo hay que saber moverse con elegancia y es muy lento.

A mitad del baile cuando ya se han ejecutado la mayoría de movimientos es cuando empiezan los halagos por parte del bailarín y de la bailarina. La mujer, cuyo nombre es Yumiko, parece una experta, eso o ha tenido la misma profesora de minué que yo. Pone por las nubes mis reverencias y giros, destacando que siente total seguridad cuando la llevo y que sabe que voy a estar en el lugar en el que tengo que estar. No solo en retórica del baile, si no también en la práctica la chica rebosa gracia, sus pasos son graciosos, como los de una pequeña hada, cuando su vestido ondea al dar una vuelta rápida parece que pueda elevarse de tan ligera que es, tampoco tiene pudor en mantener fija la mirada en su pareja, no necesita mirar sus pies a diferencia de otras damas de su misma edad. Me aseguro de decírselo antes de que acabe la melodía.

Al acabar todos los bailarines aplauden y cuando vamos a volver con nuestras familias la orquesta vuelve a tocar y la gente a nuestro alrededor baila una vez más, aunque muchos abandonan la pista ya que desconocen el vals vienés, las parejas giran a nuestro alrededor y nos nos queda de otra que unirnos al círculo interior. Si en el minué ha estado espléndida en este baile que sale en todas las películas de grandes e imperiales salones de baile, en este baile sus movimientos llegan a encandilarme más de lo previsto. Sus pies se mueven rápido siguiendo la música y su vestido gira rápido, desde arriba debe de verse como una flor. Apenas empezar solo dando vueltas sobre nosotros mismos y atrapados entre dos círculos de pareja que giran, me preocupo de destacar que es una excelente bailarina.

Se rie cantarinamente. - Puedo decir lo mismo de ti. Oye, que movimientos te sabes? - se los menciono. - Oh, entonces, creo que podemos destacar. - me guiña un ojo y me indica el centro. - está bien. - digo sorprendido de que me pida ir al centro, es inevitable pensar en una escena de cualquier película con ello, aunque no se me venga el nombre de ninguna justo ahora. Ciño su talle con el brazo pegándonos para dar un par de vueltas rápidas pasando entre dos parejas para situarnos en el centro donde la cojo en volandas dando unos giros que dejan impresionados a todos, aunque prácticamente todo el mérito es de Yumiko, que, nada más bajarla al suelo, anda a mi alrededor sin soltar mi mano y se abre de pierna antes de que la vuelva a subir inclinándola casi hasta el suelo. Le dedico una sonrisa lobuna mientras la orquesta toca los acordes finales. La levanto y compruebo que nos hemos ganado toda la atención de la sala que rompe en aplausos. Nos ponemos uno al lado del otro y hacemos una reverencia tomados de la mano. La chica parece disfrutar de las atenciones, pero se me hace difícil saber si está contenta por destacar, por el simple hecho de disfrutar del baile o cualquier otro motivo de índole social.


Por fin salimos de la sala y, para satisfacción de nuestros respectivos tutores, tomados de la mano. Ha sido en verdad hermoso bailar con ella y le dedico otra sonrisa antes de disculparme para ir a hablar con unos conocidos. Ren me sigue y me palmea la espalda, le ignoro en la medida de lo posible. Me fijo en Cloud y Tifa hablando desde arriba de unas escaleras. Siguen viéndose bien juntos, aun cuando se quitan esas ropas deportivas.

si mi intención era retirarme pronto del lugar con lo que Yumiko me pidió que hiciéramos lo ha vuelto algo imposible. Media sala parece interesada en hablar conmigo. Primero voy a saludar al organizador de la fiesta, es decir, el padre de Yumiko, parece por demás satisfecho y mira a su hija de lejos exhibiendo su vestido y sus joyas.

Me gustaría decir claramente que no voy a casarme con nadie, nunca ha entrado en mis planes, al menos desde que tengo un poco de cabeza para sopesar las cosas. En primer lugar no tengo tiempo y es algo que Ren comprende, si no me encargara de la empresa él no vería nunca a mi madre y a mi hermano, y yo sé lo que es eso, lo he pasado tanto con mi padre biológico como con Ren y Shinnosuke necesita mucha atención, además son felices juntos yo sobro, hasta mi madre es un poco feliz cuando está con Ren. Yo solo tengo que mirar de lejos a la familia feliz y me sacrifico con gusto porque lo sean. Y el otro motivo... miro a mi padrastro un segundo y me sonríe se ve más contento que un niño con zapatos nuevos. Expiro disimuladamente mientras atiendo la chachara sobre todo tipo de asuntos de la fiesta, aunque me pongo algo más serio cuando habla de temas que me interesan, es decir, trabajo. Soy un trabajólico y hacer vida social nunca ha sido lo mío; eso siempre lo he tenido muy claro, independientemente de que lo intente o no se me da mal. Mis respuestas se vuelven más largas y pensadas cuando trata temas como acciones o novedades informáticas.

Miro a mi alrededor y me encuentro con Cloud algo molesto mirando entre la multitud. Tomo mi móbil y tecleo : ocurre algo?. le envío el mensaje a mi guardaespaldas y espero su respuesta sin volver a mirarle.